Capítulo 24

-Hasta que llegan- mencionó con aburrimiento Rose. Tom miro hacia el suelo encontrándose con la joven sentada a un lado de la entrada de su sala común  cruzada de brazos refunfuñando mientras hacia un adorable puchero, según él. 

-¿No se supone que la llevarian a su sala común?- interrogó a sus dos amigos con una ceja enarcada esperando su respuesta
-Es muy terca- murmuró con pesadez Matt. Habían hecho circo, maroma y teatro tratando de convencerla para que entrará a su dormitorio, sin embargo nada la hizo cambiar de opinión.

La pelirroja rodó los ojos con molestia- Riddle le prometimos a  Hagrid que iríamos a tomar el té- se puso de pie enfrentándose a él. El azabache abrió los ojos como plato, lo había olvidado por completo. Desde aquel día en que se disculpó con el semi gigante al parecer le había tomado un gran afecto.

-Cierto ¿Crees que le moleste si llevamos más visitas?- pregunto, la pelirroja negó; sabiendo que aunque le molestara aun así los llevaría, por suerte Hagrid era una buena persona- ¿No quieren acompañarnos?- miro a los otros tres presentes.

-Yo paso- agrego Regulus. Sentía que ya tenían sospechas tanto de él como de su prima.

-Sólo son sospechas Black- comentó Tom sacando al.chico de sus pensamientos, sabía del miedo que sentía pero no podían esconderse por siempre.

-Aun así- agrego entrando a la sala común.

-Yo no tengo nada que perder- afirmó Matt tan risueño como siempre- ¿Y tu Bella?- reto con la mirada a la bruja quien a su vez le sonrió.

-Pues, ya eh perdido parte de lo que me han inculcado, así que si. Vamos- asintió colgandose del brazo del castaño comenzando a caminar a las afueras del castillo.
-Se ven emocionados- rió Rose.

-No te lo imaginas- concordo Tom caminando atrás de los dos sangre pura quienes se veían con un toque especial.

-Pensé que ya no vendrían- mencionó un poco desanimado sacando un las de gallates que cocinaba- pero me alegro que hayan venido y además que también trajeran visitas- su ánimo había cambiado de manera abrupta a uno más animado.

-Gracias por recibirnos- siempre le habían enseñado a ser altanera y tener que comportarse de otra manera le costaba horrores, sin embargo haría una pequeña excepción. Ahora que lo pensaba, ya había echo bastantes.
Primero al acceder la ayuda del molesto Weasley aquella vez que perdió contra Potter, después aceptar ser amiga de Longbottom, luego haber defendido a Granger y ahora ser amable con el guardabosques y su profesor de cuidado de las  criaturas mágicas. ¿Qué había pasado con ella? ¿En donde quedó la verdadera Bellatrix Black, bueno, Lestrange?

-Me enteré de la pelea que tuvieron con tus primos Rosie- comentó, el ambiente se torno un poco incómodo para todos en la cabaña, apresurado aclaro- yo no estoy en contra o a favor ya que no sé lo que paso. Lo que si puedo decirles es que ustedes me parecen unos chicos agradables- sonrió al decir esto último.

-El día es perfecto ¿no lo creen?- pregunto Matt observando los luminosos rayos solares.

-Es hora- murmuró la mujer de cabellos castaños y mechones dorados.

Acompañada de Rodulphus, Rabastan e Idara Lestrenge elevaron sus varitas hacia el cielo utilizando el encantamiento atmosférico, cambiando así el clima cálido y soleado a uno lúgubre y lluvioso.

Ahora el día perfecto, cálido y luminoso había desaparecido. El viento golpeaba con fuerza a la pequeña cabaña a un costado del bosque.

-Chicos deberian regresar al castillo- indicó Hagrid al ver el radical cambio del clima.

-Esto es tan extraño- comentó la pelirroja asomándose por la ventana, extrañamente la luz cambio por niebla y un poco de oscuridad, el sól que parecía nunca iba a desaparecer estaba escondido.

Tom y Bellatrix se miraron preocupados sin saber lo que pronto se vendría.

-Esto me recuerda a.........- sin terminar la frase giró y miro a Bellatrix para acabar con Tom por unos instantes para después bajar apenado la mirada y agregar- eso no importa- sonrió avergonzado- espero que pronto me vengan a visitar. Esto es para los cinco, diganle a Regulus que también es bievenido- dijo despidiendo contento a los chicos que salían a toda velocidad- así paso la última vez- se dijo así mismo cerrando la puerta en cuanto sus figuras desaparecieron.

-Ahora amigos hagan su trabajo- Nimueh sonrió mirando a los encapuchados- los aurores serán su alimento- sin esperar más tiempo los dementores volaron hacia su destino.

-Inicia Rodolphus- el hombre asintió apuntando una vez más al cielo con su varita y grito- Mosmord- conjuro, el brillo era igual al de la marca tenebrosa, pero el diseño todo lo contrario; sólo se trataba de una gran serpiente.

-Sin nuestro señor aún no podemos hacer la marca y si lo intentamos solo lograremos lastimarnos - hablo Rabastan observando la serpiente en el cielo. Desde que su amo había sido derrotado todo se encontraba perdido y entre ello, la marca que siempre desearon.

-Ya ha empezado- sonrió  Nimueh ansiosa por lo que se vendría, pronto todo el mundo veria a Lord Voldemort renacer de entre las cenizas y a ella a su lado, como siempre debió ser.

- Es nuestro turno- sonrió un encapuchado a las afueras de Italia, alzó su varita y recitó las mismas palabras- Mosmord- y así el aviso una vez más fue dado.

-Mosmord- conjuraron tan cerca de la Torre isfel que incluso se podría pensar que se trataba fuegos artificiales.

-Mosmord- desde la profundidad del bosque de Ed fue conjurada la siguiente, para finalmente terminar la última en la frontera entre México y Estados Unidos.

Muy contraria a la de Inglaterra estás si pudieron ser vistas por los distintos colegios en su zona y los refugiados.

Las sonrisas diabólicas de distintos jóvenes aparecieron en sus rostros. Su búsqueda había concluido.

-Ya ha iniciado Dolohov- mencionó un rubio platinado con una sonrisa intrigante a su compañero que con un movimiento se cabez asintió sonriendo de manera ansiosa porque su señor viera que nunca lo abandonaría, Durmstrang era un buen colegio para enseñar las Artes Oscuras.

-Nuestro señor esta de regreso- una carcajada chillona y perversa resono, sin detener su camino se adentraron a uno de los elegantes salones de Beauxbatons.

-Lastima, Ilvermorny no era tan mal colegio ¿no lo crees Crouch?

Los cielos de Italia, Francia, Estados Unidos y  Suecia también fueron iluminados con la misma figura, no importaba si fuera de día o de noche la marca invitaba a que la vieran.

Oscuridad y lluvia, Azkaban como toda Inglaterra era envuelta por ella, sin embargo, el frio parecía descomunal a comparación de otras veces, sentian como si algo se les fuera arrebatado.

-Es la hora- murmuraban en sus mentes- volvera. Regresará  a su destino aquel que nunca debió cambiar. Venid a mi y os ayudaré, encontrad a nuestro amo. El Señor Tenebroso regresará y una vez más los necesitara a su lado- arrastraba las palabras como su amo alguna vez lo hizo. Nunca perdieron las esperanzas, su lealtad siempre sería para él, para Lord Voldemort.

Alecto y Amicus Carrow,
Augustus Rookwood, Greyback, Nott, Goyle, Travers así como muchos otros trataban de quitar aquellas pesadas cadenas que sujetaban sus muñecas impediendoles huir hacia el llamado.

El tiempo paro en el momento en que la explosión sacudió el castillo. La lluvia golpeó sus rostros y las cadenas desaparecieron, eran libres.

-LOS REOS DE MÁXIMA  SEGURIDAD- grito un hombre chocolate corriendo hacia lo más alto.

-Inmobi........- trato de deterlos antes de que lograrán escapar-AHHHH- grito al ser elevado por las alturas mientras se escapaba parte de su alma.

No tardaron en reunirse todos en el lugar, sólo para observar como cada uno de los prófugos escapaba con una sonrisa en los labios.

-Inmobilus-

-Confundus-

-Desmaius-

-Flipendo-

Comenzaron a conjurar, la lluvia de hechizos se unía junto a las gotas de agua tratando de evitar que se marcharán. Siendo en vano e imposible al verse envueltos por cientos de dementores quienes les obstruyeron el paso hacia los presos, fue una lluvia de gritos y desesperación había permitido que escaparan,  eran tomados por los encapuchados quienes aborvian su felicidad y tristeza querían volverse locos, anhelaban morir y acabar con esa tortura.

-Expecto Patronum- intentaban conjurar pero no funcionaba, ni siquiera una ligera nube de humo desprendian y quienes lo lograban eran tan pequeña que no servían de nada. Una a una las pocas luces fueron  desapareciendo, envueltos en el frio, la desolación y la oscuridad; el remolino de dementores era  lo único que se podía distinguir, apagando la única esperanza que en esos momentos existía.

-¡EXPECTO PATRONUM!- la exclamación retumbo todo el lugar dando origen a dos deslumbrantes y cegadoras criaturas, un ciervo y una nutria, que iban con todo contra los dementores quienes retrocedian, se dispersaban y huían en la oscuridad.

-¿Qué fue eso?- miró atónita la oscura nada que representaba a las afueras.- ¿Cómo regresaron?

-No lo sé Hermione, pero esto no me da buena espina.- observó los cuerpos inconscientes y uno que otro sin vida de sus compañeros aurores.

-Harry- llegó Teddy Lupin quien observó los cuerpos en el suelo y como eran llevado hacia San Mungo.  Pensando si así se habrían visto los de sus padres, no pudo evitar sentir un gran dolor en el pecho mientras las lágrimas fueron cayendo por su rostro, se acercó a una pareja quien aun se tomaba la mano.

-Teddy- llamó Harry tomandolo en un abrazo- perdón- el peli azul no dejo de ver aquellos cuerpos inertes y sin vida hasta que llegaron por ellos

-¿Habrán tenido hijos- se pregunto.

-Harry, Teddy debemos irnos ha pasado algo en las afueras de Londres.- los dos asintieron, apareciendo en el frío bosque a las afueras del país. Al llegar miraron atónitos la marca en el cielo.

-Es imposible, ES IMPOSIBLE- grito Harry sintiendo como una mano cálida tomaba la suya.

-Él ya no esta- ánimo Hermione, ambos se acercaron observando a Alister Moody (sobrino de ojo loco)

-¿Quien la hizo? ¿Cuanto tiempo tiene? ¿Y quien más la ha visto?

-No sabemos quien la conjuro no dejaron pista alguna, tiene aproximadamente 15 minutos y sólo la hemos visto nosotros y unos cuantos residentes del lugar.

-Bien, nadie más puede enterarse de esto.- hablo Harry- suficiente tenemos con la fuga de azkaban.

-Esta bien, yo me encargó- afirmó el chico.

Al llegar a la oficina de la Ministra se sentía el silencio frustrado de ambos, pensantes.

-Harry ¿Quienes escaparon?- pregunto Hermione.

-Los hermanos Carros, los padres de Nott y Goyle, Greyback, Travers.............

-Todos mortifagos- interrumpió la castaña a lo que él asintió- ¿Crees que los Lestrange tengan algo que ver?

-No, pero si sé quien tiene algo que ver- Hermione lo miró interrogante por lo que Harry apresuro- Los Riddle. La hija y el nieto de Voldemort.

-Harry, yo no creo que..

-Sólo piensalo, primero la marca y ahora lo de Azkaban; además el chico no sólo tiene una gran parecido a él, sino que es  completamente igual a cuando el tenía su edad, lo se yo lo vi- exclamó- esta ocurriendo como la última vez y no lo niegues

-Pero hay algo que no comprendo, ¿Porque .........

-¿A que te refieres?- pregunto confundido

En esos momentos varios patronums de los ministros de Italia, Suecia, Norteamérica y Francia entraroron, todos con el mismo mensaje alertante.

-Herms ¿Qué pasa?-

-Harry, la marca no sólo fue puesta aquí; Francia, Italia, Estados Unidos.

-Por esa razón debemos arrestar a los Riddle.- no permitiría que de nuevo una guerra se desatara

-No creo que se trate de ellos, sólo piensalo ¿Porque llamar tanto la atención? Voldemort nunca fue así, él era discreto. Además no es la misma que Voldemort usaba, no es SU Marca Tenebrosa. Alguien más esta detrás de todo esto, pero la pregunta es ¿Qué es lo que traman?- ambos se miraron pensativos, aunque le doliera admitir él tampoco creía que los Riddle tuvieran que ver, pero tampoco se fiaba de ellos y mucho menos del "nieto".

-Tengo que interrogar a los Lestrange- murmuró Harry saliendo de la oficina de su amiga.- así como a Voldemort Jr.- terminó al salir por completo.

Al entrar al castillo sacudieron un poco sus cuerpos mojados- Deberíamos cambiarnos- aconsejo Tom- ven, te voy a dejar a tu sala- la pelirroja asintió con una ligera y feliz sonrisa. Ambos caminaron rumbo a la Torre de los leones.

-¿Vienes?- la pelinegra que estaba distraída observando un punto fijo- ¿Qué tanto vez Lestrange?- intento buscar el punto que veía.

-Nada. Adelantate tú, yo tengo otras cosas que hacer- sonrió nerviosa corriendo lejos de él.

-Mujeres- bufo divertido el castaño dirigiéndose a las mazmorras.

Se sentía un acosador, pero no podía quitar la vista del hijo mayor de los Potter.

-Si mi madre me hubiera visto en esos tiempos- tembló al imaginarse lo que Walburga Black pensaría y las medidas que tomaría sin tomarse la molestia de antes escucharlo.

Segundos después con sorpresa precensio como Bellatrix se dirigía con o cara en alto hacia Potter, Weasley y sus amigas.

-Bella- la impresión no solo se reflejaba en su rostro, sino, también en su voz-

-¿Necesitas algo Lestrange? - titubeo un poco. ¿Acaso estaba nervioso?

-Si, ¿Podría hablar con los dos?- la compañía de los chicos miraban expectantes a la joven, al percatarse de ello, la pelinegra rodó los ojos y agregó- en privado.

-Chicas Por favor- pidió Fred a lo que ellas refunfuñando e insultando en voz baja a la joven.

-Tu dirás- por alguna extraña razón Fred sintió un revoloteo en su interior.

-Bueno quería darles las gracias- ambos jóvenes se miraron confusos ante sus palabras- si, por tratar de defenderme.- sonrió amigable, no parecía ser fingida, por lo contrario, su sonrisa parecía bastante real.-

-Nunca creí que pudieras sonreír de esa manera- no pudo controlarlo; las palabras simplemente salieron..

-¿A que te refieres?- interrogó con una ceja alzada.-

-A nada- contestó con inocencia, odiaba que no le contestarán lo que realmente era, sólo una persona aparte de él.  Le había hecho eso y odiaba recordarlo.

-Bueno debo irme- dio media vuelta empezando su marcha, no quería estar más cerca de ese sujeto. Quizás tuvieran diferentes apellido y descendencia, pero aun así tenía mucho que ver con él y no sólo el nombre.

-Lestrange ¡Espera!- la pelinegra detuvo su paso y giro hacia el Weasley quien corría para llegar a su lado.

-Se que estamos en diferentes vandos- la chica lo miro con intriga tratando de entender  dicho ¿Acaso ya sabía que era la verdadera Bellatrix Black?- lo digo por lo de Rose- asintió aliviada- y quizás es prohibido  pero.....- estaba seguro de lo que quería, por eso no dudo en soltarlo.- Quiero que seamos amigos.- ahora veía la razón por la que era un Gryffindor sin embargo ya no podía permitirse tanto.- se que a tus padres no les gusta la idea de que te guntes con un Weasley, pero puede ser un secreto.

No dijo nada, solo siguio su camino dejando a Fred II Weasley decepcionado.

-Tranquilo- intento animarle si primo- ya te dije que no es la unica en el colegio. Hay muchas que le gustaría estat contigo.

-Será por mi fama que no me quiere ni siquiera cerca de ella- se cuestionó siendo escuchado por James.

-No lo creo Fredie- agregó una Hufflepuff quien cerraba los ojos de manera coqueta- eres muy bueno en lo que haces.- su insinuación hizo reír un poco a James. La chica que había sido la conquista de Fred hace algunos meses al parecer quería repetir.

Regulus intento ver hacia donde se había dirigido la pelinegra, pero ni siquiera la visualizaba.

-No me Digas que te gusta San Potter Jr- comentó un voz tenebrosa demasiado cerca de su oído. Al voltear observó a su prima quien se aguantaba la risa- deberías ver tu cara jajaja- se había puesto más pálido de lo normal, pareciendose incluso a un fantasma.- No te conocía esos gustos Regulus- por muy sorpresivo que pareciera ella se burlaba animada, la última vez que la había visto así, fue antes de la pelea con su hermano. Aquella que generó el odio entre el León y la Serpiente.

-Bella- frustrado decidió pararla.

-O veías a Weasley?- era curiosa y demasiado, incluso un poco más que su hermana Andrómeda.

-No, ven- en un movimiento rápido jalo a la joven escondiendola a lado de él.-Solo míralo.

-Si ¿Qué tiene?- no le daba verdadera importancia que debía.

-Se parece a él- comentó en un suspiro de culpabilidad.

-No digas tonterías, mejor vamonos- ambos retomaron el paso hacia su dormitorio.  No queriendo giro levemente la cabeza y se encontró con aquellos ojos avellana. Mirada vs Mirada. A pesar de que el color de sus ojos no eran nada parecidos al gris que el solía tener, sentía la misma fuerza que en la de el.

La noche llegó y no todos podían tener un sueño tranquilizante.

¡Yo mate a Sirius Black! ¡Yo mate a Sirius Black! Jajaja ¡Yo mate a Sirius Black!

-Expelliermus- gritó desarmado a su prima quien cayó en ese  momento al piso.

-EXCELENTE- aplaudió el profesor- fue un duelo bastante reñido ¿no lo creen chicos? 10 puntos para cada casa.

Ambos estudiantes se miraban con odio puro, mientras el veía arrogante y superior a su prima; pero todo el mundo sabía que era un buen duelista y como tal se acercó hacia donde ella aun se hallaba en el piso- buena batalla Bella- sonrió tendiendole la mano

-Yo puedo sola Sirius- respondió rechazandolo- sólo fue suerte.

-Si claro, suerte. Al igual como todas los demás duelos- ante tal declaración la chica no hizo más que mirarlo con profundo rencor y sin decirle nada paso a su lado golpeandolo con el hombro.

Lo odiaba. Odiaba a Sirius Orión Black, ¿la razón?

Chispas Rojas salieron de su varita dando en su pecho, ¿Porqué no uso la maldición asesina? Eso no importaba, porque por fin lo había logrado, por fin lo venció, su cuerpo cayó tras el velo negro.   Alegría y diversión es lo que sentía, cantó y brinco por toda la sala.

-¡Yo mate a Sirius Black! Jaja ¡Yo mate a Sirius Black!

Por Fin lo había vencido.

Despertó con un mal sabor de boca, en aquel momento no se había arrepentido ni inmutado  en pensar en él.
Aunque siempre habian pertenecido el uno al otro, al final sólo uno podía terminar con todo, lo extrañaba y nunca dejó de hacerlo; sólo había reprimido aquel sentimiento.

Con frustración se froto la cara- ¿Porque ahora?.

Ella lo mató y no se inmutó en pesar en él, hasta ahora. Si él  hubiera acabado con ella ¿Se sentiría arrepentido? O ¿Fingiria que siempre se odiaron como ella?












La finalidad del arte es limpiar el polvo de la vida diaria de nuestras almas.

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