Capitulo 8
- Es un lindo lugar, la vista no es la mejor pero tiene su toque.
- ...
- Incluso el local de la esquina parece ser relativamente barato, seguro que te abasteces ahí constantemente.
- ...
- Y el campus, ¿Buen lugar? Claro que debe serlo, sino hubieras ido a estudiar a otra parte.
- ...
- Oh, y esa chica, ¿Todo bien con ella? ¿Ninguna pelea en su nidito de amor?
- ...
El siguiente sonido fue poderoso golpe que Lynn arremetió contra la pequeña mesa frente a la que estaba sentada, fuerza suficiente para lograr tambalear la taza con café que se le había servido hace una buena cantidad de minutos no demostrando ni una sola reacción más que una molesta expresión aun cuando parte del liquido caliente había caído en la palma de esta.
- (Molesta) ¿No vas a hablar acaso? ¿No me vas a explicar que mierda fue eso que paso en navidad?
La comisura de la boca del peliblanco comenzaba lentamente a moverse, como si fuese un esfuerzo sobre humano la más mínima vocalización por parte del joven el solo hecho de contestarle a su hermana mayor quien le veía con una severa expresión, notando como su puño era aferrado con fuerza en lo que claramente era un burdo intento por parte de la deportista de contener aquello que sentía y que el entendía perfectamente, más el hecho de comprenderla no significaba que supiese como explicarse o siquiera como encararle.
El solo hecho de tener a su hermana en esa posición frente a él le daba vergüenza.
Pues era consciente que fue un vil cobarde.
- Lo siento.
- No vine por tus disculpas Lincoln, vine por una explicación.
- Lo siento - Reanudo aquella misma respuesta, pues... no sabía que más decir.
- Ya te dije que no me pidas disculpas, solo... dime, ¿Qué fue eso?
- Lo si...
- ¡¡¡Ya te dije que no quiero tus malditas disculpas!!!
El súbito golpe que dio con ambos brazos a la pesa logro volcar ambas tazas, más aun cuando el humeante liquido se escurría por todas direcciones ni uno solo de los volvió a moverse, Lincoln se sentía avergonzado, después de tanto tiempo finalmente pudo ver a su hermana mayor y lo único que podía decir era...
- Lo siento.
Ante aquellas palabras la castaña se levanto furiosa del asiento mientras se dirigía junto a su hermano, sin importarle que este le sacara poco más de media cabeza de altura lo tomo desde el cuello de su camisa y lo elevo como si fuese una muñeca de trapo, obligándolo a hacer contacto visual al situar su rostro justo frente a ella.
- Lincoln, vuelve a decirme esas malditas palabras y la próxima vez que me veas será mientras entras al hospital en una camilla, ahora me vas a explicar por que mierda mi hermanito no estaba en casa durante la única fecha en que podemos estar todos juntos como familia al año y lo vengo a encontrar casi medio año después a un par de ciudades de distancia.
- Ese lugar... no era mi hogar.
- Allí viven nuestros padres y tus hermanas menores, es el lugar que te vio crecer, ¿Cómo puedes decir eso?
- ¿Fuiste alguna vez consciente de lo que yo sufría en ese lugar?
- ¿Hablas por el trabajo?
- Hablo por el trato que me daban - Al mencionar esto logro aflojar el agarre de su hermana, pudiendo pararse con sus propias piernas pero esta vez sin romper el contacto visual - Si las cosas eran malas antes de que te fueras a la universidad en el momento en que quede solo, todo fue a peor.
- ¿Y eso justifica haber hecho llorar a Lily?
Nuevamente Lincoln rompió el contacto con su hermana, la noche de navidad pensó en ella, pensó en como extrañaría sus bromas de la fecha, como intentaría formar algún plan raro para que le ayudase cuando solo tenía que pedírselo, como la elevaba para que colocase la estrella en la punta del árbol solo para que Lana hiciese un puchero y Lola se burlase de lo infantil que estaba siendo.
Tanto como recordó lo mucho que lloro esa noche de soledad, sintiendo como la voz de su hermanita resonaba en su mente y apuñalaba su corazón.
- Lincoln, ella estaba sufriendo, lo sé bien, le pidió a Santa... ¡A Santa! Qué aparecieras, no quería nada más que volvieras con ella y la abrazaras... se quedo dormida mirando la puerta esperando a que entraras por ella... ¿Puedes... imaginar lo que fue ver eso?
- ...
- El solo hecho de no encontrarte ya me dolió, pero ver a esa pequeña sufrir por ti... eso es algo que no te puedo perdonar Lincoln... así que más te vale que me expliques bien que demonios estás haciendo aquí o te voy a llevar aunque sea muerto a que le pidas perdón a esa niña.
- Es... una historia algo larga, déjame limpiar y prepárate otra taza si quieres escuchar.
- Tengo todo el día, si quieres tomate tu tiempo pero o me voy contigo o con una respuesta, tú eliges con cual.
Tras eso Lincoln, sin ser capaz de mirar a su hermana directamente se alejo y procedió a hacer lo que había mencionado.
Lynn no despego su vista en ningún momento lo que le permitió notar algo que no le agradaba en lo absoluto.
Era cierto que su hermanito conforme fue entrando en la adolescencia se volvió alguien mucho más centrado y serio, pero la última navidad que le pudo ver en su hogar mantuvo casi una inexpresión en su rostro durante toda la velada, había asumido que se debía a que alguna Lola pudo haberle dicho o hecho algo que le arruino su humor por el resto del día, pero ahora, incluso cuando evitaba su vista, cuando balbuceaba sus respuestas o en el momento en que le vio parada frente a la puerta del domicilio... su rostro se mantuvo exactamente igual.
Era una seriedad inquebrantable, como si no pudiese expresar nada.
Algo que incluso se aplicaba en su tono de voz.
Era como si no pudiese expresar nada.
Y eso le llenaba de tanta preocupación como el hecho de no haberle visto en la última navidad o el hecho de que sus padres solo escupiesen pestes de su nombre en aquella velada para mayor dolor de la pequeña o la molestia de Lori y Roberto.
Pensando en ello no se dio cuenta cuando su hermano había finalmente terminado de limpiar y ponía frente a ella una nueva taza de humeante brebaje, levantándolo más por inercia para probarlo antes de volver a buscar con la mirada al hombre que se supone había ido a interrogar, notando como aquella bebida fue hecha siguiendo sus gustos... "Aun con como le grite, sigue haciendo estos detalles", fue lo único que su mente pudo pensar antes de limpiar su cabeza de aquellos pensamientos, pues tal como le había escuchado su ataque, ahora era el turno del joven de defenderse.
Lincoln procedió a hablar con calma, demasiada para el gusto de Lynn, menciono las frases de Lola y como le quito la posibilidad de usar una habitación real, el constante acoso por parte de Lucy y aquel arrebato cuando se entero de sus planes, la platica con sus padres sobre su futuro y las expectativas que estos le imponían, el como se sentía ignorado por Lana aun cuando esta le comentaba una que otra cosa más no hacía nada por ayudarle, como Leni se desentendía y creía en lo que la mayoría de la familia decía, como siquiera se atrevía a hablar con Lisa debido a su indiferencia general... el como en algún momento su única esperanza y motivación se volvió huir de ese lugar.
El muchacho converso por casi una hora, ni siquiera hizo la menor señal en su voz o en sus gestos cuando unas pocas lágrimas salieron de sus ojos, solo las limpio y siguió contando como si eso no hubiese ocurrió.
Pero sobre todo le converso de aquella noche que tomo su decisión y como el recuerdo de su pequeña hermanita a día de hoy era una daga alojada en su pecho, contaminando la felicidad que retornaba lentamente a su ser gracias a su libertad.
En cuanto termino se quedo centrado observando su taza ahora vacía, esperando cualquiera fuese la respuesta de su hermana.
¿Le creería y juzgaría con malos ojos a aquellos que dejo atrás?
¿O pensaría que se estaba excusando en un intento similar al actuar de Luna?
Había terminado de hablar y solo le quedaba esperar por la reacción de la castaña.
La cual fue en forma de un gentil abrazo que le envolvió cálidamente su cuerpo.
- Pasaste por mucho... ¿No es así Linc?
- Yo... no quería defraudarte Lynn... se que te prometí cuidarlas pero...
- Creo que puse una carga demasiado pesada en tus hombros... no espere... no, directamente ni siquiera me imagine que eso pudiese pasar... sabía que papá y mamá eran estrictos contigo por no tener algo en lo que dedicaras tu pasión, sangre y sudor, pero negarte la educación...
- ¿En serio me crees?
- Linc, te conozco literalmente de toda la vida, más incluso que a la princesa oscuridad, si hay alguien que se que no me mentiría con algo tan serio eres tú.
- Yo... gracias...
- Además hay algo que creo no se te ocurrió y si me hubieras contado pudiste haberte evitado tanto dolor.
- ¿Uh? ¿De que hablas?
- Tontolon - Al momento de decir esto rompió el abrazo y se dirigió a sentarse frente a el nuevamente, solo para mirar la expresión que este pondría con lo que tenía que mencionar - La ciudad donde estudio esta solo a 2 horas en bus.
- ¿En serio?
- ¡¿Qué ni siquiera recordabas donde estudiaba tu hermana favorita?!
- Eh...
Lynn no lo resistió, podrá tener una expresión sería al punto de molestarle, pero aquella voz claramente demostraba que el torpe chico seguía ahí dentro en alguna parte por lo que no sintió el menor remordimiento en el momento en que le dio un fuerte zape.
- Auch... ¿Y eso por qué?
- Puedes ir a visitarme Linc, es una distancia prudente para que viajes.
- Oh, tienes razón, no lo había pensado.
- Y con ello obtienes dos cosas, la primera es verme nuevamente patearle el trasero a todo aquel que se ponga en mi camino y lo otro... podrás contar conmigo de ahora en adelante.
- Lynn, yo... en serio lo agradezco mucho, saber que tengo algo de apoyo en serio significa mucho para mi.
- No te me pongas todo sentimental por favor, confortarte de niño era una cosa pero ya estás demasiado grandecito para eso.
- (Suspiro) Es bueno saber que sigues apestando a la hora de reconfortar gente.
- Por supuesto, no puedo ser tan perfecta o explotaría solo con verme en el espejo.
- Solo no comiences a abrazarte sola por favor.
- Pero si el espejo me ama demasiado para dejarme ser.
- Esa frase no tuvo ningún sentido.
- Ni tú bloqueando mi número telefónico, pero esas cosas ya se hicieron y no importan ahora.
Lynn había comenzado a usar un tono condescendiente desde hace unos momentos el cual se sintió sobre todo en la última frase de la castaña, provocando unas suaves risas en el peliblanco solo de ver la expresión dramática de su hermana.
- Je, extrañaba conversar contigo hermana.
- Sabes... se siente raro cuando usas ese tono tan tosco y me dices hermana.
- Lo siento, ni siquiera recuerdo cuando me quedo la voz así, incluso han llamado a la seguridad del campus más de una vez creyendo que quería secuestrar gente por culpa de ella.
- Jajaja, entonces eres el malote de este lugar, sería genial verte en las gradas mientras juego, es cosa de que te sientes con los brazos cruzados y será suficiente presión para que todos se motiven a jugar al máximo, algo que estos bebés agradecerían.
En ese momento Lynn flexiono su brazo para poder demostrar lo tonificado que este estaba, algo que acostumbraba a hacer frente a él para jactarse de que esta poseía mayor definición de sus brazos, lo que no se espero es que ante el brusco movimiento Lynn hiciese una pequeña reacción adolorida en el momento que termino de flectar aquella extremidad.
Fue un leve quejido por parte de la chica, pero lo suficientemente fuerte para que Lincoln lo notase.
- Oye, ¿Estás bien?
- ¿Ah? - Devuelve su brazo a una posición más cómoda, apoyándolo sobre la mesa - Si, no te preocupes, debe ser una pequeña mala maniobra al entrenar, nada fuera de lo común.
Lincoln dudo por un momento lo que su hermana le decía, sabía que ella era de sobre exigirse tanto como era cuidadosa al momento de entrenar, no se creería fácilmente que realizo una mala maniobra o una operación incorrecta, tenía que ser algo más por lo que la observo fijamente por un momento, lo suficiente para notar algo de lo que no estaba seguro.
- Lynn... ¿No estás un poco más delgada?
Ciertamente el cuerpo de Lynn gracias a todo el esfuerzo puesto en los deportes y sus múltiples sesiones de entrenamiento le habían concedido desde su adolescencia un cuerpo sumamente tonificado, notándolo fácilmente en la contextura que este poseía, pero si tenía que comparar esta última podría asegurar que la última vez que le había visto ella no era tan... delgada.
- Ah, eso, no te preocupes, es solo que con mi último cambio de rutinas he disminuido un poco la carga de carbohidratos, nada serio.
- ¿Realmente estás segura?
- Lo estoy señor paranoico, y te lo demostrare en mi próximo juego de la próxima semana al cual deberás ir, es el viernes por la tarde así que seguro que no tienes clases.
- A esa hora trabajo, lo si...
- Pues te pides un día libre, yo lo hice para venir aquí hoy, lo mínimo que puedes hacer es hacer lo mismo para ir a verme a mi y eso no esta en discusión, (Tono autoritario) ¿Quedó claro?
- ¿Tengo derecho a quejarme?
- Por supuesto que no.
El peliblanco solo se dispuso a suspirar, realmente no tenía más opción y en el fondo estaba feliz que pese a cortar toda conexión con su hogar ahora sabía que contaba con su hermana una vez más.
Lo que no se espero fue que en ese momento el timbre de aquel departamento sonase, pues no esperaba ninguna visita, ni siquiera la de su hermana.
- Ah, Linc, no te preocupes, son solo unas pizzas que encargue por nuestra reconciliación.
- ¿Eh? ¿En que momento las pediste?
- Antes de venir aquí, un favor de un amigo el que las trajeran a esta hora en especifico.
- ¿Estabas segura que resolveríamos nuestros problemas?
- Era obvio que todo saldría bien, ¿Eres mi hermanito lo recuerdas? Solo necesitaba saber la verdadera razón y no lo que varias intentaron hacerme creer.
Con ello la castaña se levanto camino a la puerta mientras el chico solo se sentaba nuevamente.
Agradeciendo tener a esa persona como su hermana.
Unos meses después
La nieve cubría ligeramente todas las superficies de aquella ciudad que comenzaba a apagarse debido al termino de los ciclos laborales coronada por la iluminación de la perpetua luna.
Mientras los pequeños copos seguían acumulándose una pareja se encontraba sentada en la comodidad de su salón mientras observaban con calma aquel níveo espectáculo que la ventana a su balcón les ofrecía.
Habían sido tiempos con algunos altibajos para ambos, sobre todo para el miembro masculino quien solo contemplaba aquella nevada postal mientras su novia se acurrucaba a su lado, el silencio era todo lo que necesitaban en ese momento.
Hace solo unos días Lynn se había aparecido de improvisto en su hogar, algo que no era extraño en lo absoluto más su sorpresa cuando esta apareció con una pequeña de atuendo lila y prominente dentadura frontal a su lado muchas emociones se desbordaron, al principio la pequeña ataco sin cuartel al joven adulto de cabello blanco más con el pasar del tiempo y el intercambio de palabras acabaron en buenos términos, visita que no solo emociono a la pequeña sino al mismo Lincoln, una que disfruto hasta la mañana de ese día donde la pequeña tuvo que partir de vuelta a su hogar para su propio disgusto.
Por ello ahora estaban en tranquilidad mientras únicamente aquella pareja compartía de la compañía del otro junto al calor de tazas con humeante chocolate caliente. Si bien ambos habían asumido que la expresión en el rostro de este posiblemente no volvería a ser la misma Paige había aprendido a comprenderla, y la calma que en ese momento poseía era algo que realmente atesoraba.
- Linc, sabes... he estado pensando sobre la visita de tu hermanita y el tornado que aquello significo para este lugar, se sintió tan vivo...
- Si quieres podemos invitarla de nuevo, no es algo que me moleste.
- Si... pero no me refería a eso.
- ¿Entonces?
- Linc... sabes que soy feliz de convivir contigo y te aprecio mucho, pero de verdad que ver a tu hermana me hizo pensar más, no solo en mi, sino en nosotros y no ahora mismo, sino en el futuro.
- Oh, entiendo a lo que te refieres.
- ¿Y solo dirás eso? ¿No me dirás que piensas?
- Sabes perfectamente que no tuve buena figura paterna, y al menos en este momento no soy capaz siquiera de imaginarlo... considerando lo que significo el embarazo de mi hermana en este mismo periodo no es una idea que me agrade.
- (Seria) ¿Entonces no quieres tener hijos?
- (Serio) No dije eso, solo que... no me siento listo en este momento y no quiero cometer los mismos errores de quienes tanto me enoje en el pasado, no se si eso seria hipócrita o simplemente mi propio deseo, pero al menos por el momento no es algo que quiera.
- ¿Pero y en el futuro? ¿No te gustaría ver a un pequeño niño de cabello naranjo corriendo por la sala mientras lo regañas ya que no se comió sus vegetales?
Los cambios en su rostro eran minúsculos, para cualquiera que hubiese observado al peliblanco este no hubiera hecho el menor cambio en su expresión pero Paige lo sabía, una expresión de preocupación se había formado en su novio.
- Dime, ¿Qué te molesta de la idea?
- No sabría como hacerlo.
- ¿Saber qué?
- Como ser su padre.
- Pero Linc, nadie nace sabiendo esas cosas.
- Y yo ni siquiera tengo un ejemplo en el que refugiarme, (Suspiro) Ni siquiera se si podría expresarle una sonrisa genuina cuando este viniera a pedirme un abrazo.
Su voz ahora era ligeramente más aguda, su mirada ya no se concentraba en el caer de la nieve sino en su taza a medio acabar de aquel denso liquido marrón, casi como si buscara una respuesta en aquel cálido brebaje.
- No sabría que hacer con él o como comportarme, ni siquiera si pudiese lograr que esa criatura se sintiera feliz de existir.
La mujer dejo su taza en una pequeña mesita junto al sofá mientras envolvía aquellas mejillas espolvoreadas en pecas que tanto le fascinaban con sus manos, obligándole a observarle mientras esta esbozaba una suave sonrisa y su ojos expresaban un fiel convicción ante lo que estaba por decir.
- Linc, eres una maravillosa persona, no tengo ni una sola duda de ello y por eso se que el día que ocurra serás un excelente padre, uno del que cualquier hijo o hija podría sentirse orgulloso, y si algún día te preguntas si lo que haces esta bien o mal si tienes un ejemplo, tu padre fue el perfecto ejemplo de lo que no deberías hacer, así que solo tienes que pensar si lo que estuvieras a punto de decir es algo que haría tu padre, si la respuesta es un si solo hace lo opuesto y ya.
- Eso... tiene mucho sentido - Una pequeña sonrisa pudo ser esbozada en aquella expresión de piedra, una que la chica estaba feliz de poder observar - Gracias.
- No hay de que Linc - Toma una de sus manos - ¿Para eso estamos juntos no?
- Jeje, no sabes cuanto agradezco que ganaras ese concurso cuando éramos niños.
- (Extrañada) ¿Y eso a que vino?
- Es probable que si no lo hubieras hecho no nos hubiéramos encontrado después, ¿Y sabes qué? Ni todo el talento en lo que sea podría igualarse con haberte conocido.
- (Avergonzada) Jeje, tonto.
- Pero tu tonto.
Con ello le robo un suave beso el cual fue rápidamente correspondido, dejando ahora el su taza en la misma mesa es que se dejo llevar por el momento, sintiéndose conectado a la mujer que tenia a su lado, sintiendo que a su lado las cosas podrían marchar bien ocurriese lo que ocurriese, como ella era con quien podría enfrentarse gustoso al futuro y cualquier otro desprecio que este le pudiese traer, juntando sus manos, cerrando sus bocas mientras se alejaban para recuperar el aire faltante y observarse con pasión, listos para otro asalto.
Uno que fue interrumpido por el resonar del timbre del lugar.
- (Molesta) ¡¿Es en serio?!
- A mi no me mires, mis amigos o están en sus casas a varios cientos de kilómetros de aquí o deben tener al menos unas 5 energéticas en sus cuerpos para poder estudiar a las recuperativas.
- ¿Podría ser tu hermana?
- Lo dudo, ella ya hubiera pateado la puerta.
- ¿La casera?
- El alquiler esta pagado.
- ¿Entonces quien pudo venir en medio de esta nevada? (Suspiro) Ve tú Linc, por último si es un vendedor lo aterraras con tu mirada.
El peliblanco solo asintió y se dirigió a la puerta, en el momento en que estaba por llegar a la entrada el timbre volvió a resonar pero ahora con mayor insistencia, como si estuviesen completamente seguros de que alguien se encontraba en el interior y no cesaría su acoso hasta que la puerta fuese abierta, cosa que molesto al peliblanco quien tomo con un semblante ligeramente enojado el pomo de la puerta, abriéndola con ese sentimiento expresado en toda su presencia.
- (Molesto) ¿Qué demonios qui...?
Su cerebro se detuvo en seco, la figura que tenía en frente era una que no había visto antes, la altura, la complexión, el atuendo o la postura eran unas que no había visto jamás, más no le tomo muchos segundos a su cerebro ser capaz de procesar la imagen que frente a él se alzaba, era cierto que la persona no tenía una apariencia que conociese, más si era capaz de reconocerla.
Aquella ligereza de vestuario, los accesorios en aquella chaqueta de cuero, las tonalidades moradas repartidas entre los pantalones y aquellas botas gruesas, la expresión de comodidad y felicidad... el cabello castaño ligeramente crecido... el bolso con la guitarra.
No sabía que estaba haciendo allí, pero estaba seguro, era la mujer que escapo en un momento donde la necesito sin volver a presentar su rostro más que para unas fiestas donde el no la pasaba bien y además se negaba a siquiera observarle a los ojos.
Una de la que no sabía absolutamente nada desde hace años, una que le prometió protección y respeto más le lanzo a su suerte en cuanto las cosas se pusieron difíciles.
Era una de las últimas personas que quería volver a ver.
Y lo peor.
Ahora esta conocía su hogar.
- Hola hermanito, cielos, has crecido tanto que casi no te reconozco, que felicidad volver a verte Linc - Alza sus brazos - ¿Qué no le vas a dar un abrazo a tu quería hermana favorita?
El joven no cambio su expresión y solo cerro la puerta con tanta fuerza que por un momento su compañera de piso creyó que esta se había roto.
- ¡¡Hey!! ¡¡¿Qué fue eso?!!
- ¡Lárgate de aquí, no eres recibida en este hogar!
- ¡¿Cómo?! ¡Pero si soy tu hermana!
- ¡No me importa, lárgate o llamare a la policía!
- ¡No puedes, no he hecho nada malo!
- ¡Te lo juro, si no te largas ahora llamare a la policía Luna! ¡No me interesa saber nada de ti!
- ¡¿Y eso por qué?! ¡¿Acaso te hice algo?!
- ¡Dejarnos abandonados cuando más te necesitábamos provocando que Lynn y yo nos sobrecargáramos de cosas te parece poca cosa!
- ¡¿Y no hiciste lo mismo y huiste de casa a penas pudiste?! ¡No me hables de moralismos estúpidos cuando hiciste exactamente lo mismo que yo!
Aquello pareció funcionar, pues Lincoln en ese momento no supo que decir.
- ¡Las cosas se ponen difíciles y uno debe tomar decisiones, yo lo hice en mi momento y tu lo hiciste cuando te llego la oportunidad! ¡Y por que lo se perfectamente se que no eres mejor que yo para que te comportes como un maldito crio y me cierres la puerta en la cara, menos con esta tormenta helando todo el lugar!
- ¡Y tú quien eres para exigir entrar aquí! Hasta donde se nadie te invito - Ante la expresión noqueada del peliblanco su novia se molesto, pues sabia perfectamente el porque de su decisión - Así que no te hagas la importante o que te debemos algo solo por estar aquí cuando ni siquiera deberías saber de este lugar.
- ¡¿Y tu quien te crees que eres?! Estoy hablando con MI hermano.
- ¡Y tu estás hablando estupideces de MI novio!
- (Confundida) Espera, ¿Tienes novia Linc?
- ¡Oye, no me cambies el tema bru...!
Ante eso Paige pudo sentir una palma en su hombro, momento en el que pudo notar una demacrada expresión en el peliblanco, algo que le provoco un profundo dolor en su corazón.
- Tiene un punto Paige, yo también hui.
- Pero Linc...
- Al menos... quiero saber por qué está aquí.
Ella quería negarse pero pudo ver tanto su dolor como su ruego por aquella aprobación en esos profundos y vacíos ojos de viridiana tonalidad. En respuesta a ello la chica abrió con sumo recelo la puerta solo para notar a la chica de aspecto salvaje mirándole juguetonamente.
El transito entre que la chica dejara sus cosas en un rincón de la sala y se le sirviese un brebaje caliente para compensar su temperatura corporal estuvo lleno de un silencio incomodo que no hacía sino que empeorar ante los burdos intentos de la chica por despertar cualquier sentimiento de hospitalidad genuino y no mera formalidad.
Una vez sentados en la mesa la chica se presento e intento interrogar a la que, en burla, nombraba cuñada, cosa que si bien no le desagradaba en concepto si lo hacía en como lo ejecutaba.
Cuando los burdos intentos por generar una conversación banal por parte de la chica se acabaron fue que Lincoln tomo la palabra por primera vez desde que le había dejado entrar.
- Deja de perder nuestro tiempo y habla de una vez, ¿Qué estás haciendo aquí?
El suspiro que emitió en ese momento la amante del rock fue masivo, como si intentase reemplazar hasta la más recóndita partícula de oxigeno en su cuerpo.
- Necesito que me dejes vivir contigo hermano.
- No.
- Por favor, lo necesito.
- Vuelve con Luan o con Lynn y Rita, pero aquí no.
- N..No puedo Linc, por favor.
- ¿Y por qué debería aceptarte aquí?
- Porque si me tiras a la calle tiraras a tu futuro sobrino también.
El silencio que se produjo en ese momento fue tal que un alfiler podría ser escuchado al impactar contra el suelo.
- ¿T..Tú también?
- S..Si...
- ¿Y por qué no te quedaste con Luan? Si te acepto antes ahora deb...
- (Suspiro) Linc, ella fue la que me hecho de su hogar.
- ¿Y eso por qué? Siempre fueron muy unidas.
- Es que Luan también esta embarazada... de Benny, su novio.
- B..Bueno, supongo que ella quiere su espa...
- Mi hijo también es de Benny hermano.
En ese momento las tazas de la pareja cayeron de sus manos, incapaces de procesar aquellas palabras.
- Yo... me aproveche de su novio Linc... y estoy esperando un hijo suyo al igual que ella.
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