Capitulo 32
Pancho seguía mirando con detenimiento la puerta frente a él, sabía que su tía Luan era una mujer que disfrutaba de hacer malas bromas y no dudaba que Lucio en ocasiones podía tener un sentido tan o más malo que el de su madre, pero que aquel personaje salido de una película de traficantes internacionales miembro de una mafia que perfectamente mataría hasta a la mascota de alguien con quien no debes meterte no podía ser su tío, de lo que sus tías, madre y padre habían contado de este "tío Lincoln" era de que era una persona sería, no alguien que come bebés al desayuno, peor si intentaba imaginar como sería un encuentro entre su hermana y este "tío", posiblemente solo de verse a los ojos a Loan le daría un infarto o ese sujeto comenzaría a encender el horno.
No importaba el caso, ninguna opción que implicase volver a abrir esa puerta le agradaba, o al menos eso hubiera dicho si es que la puerta no se hubiese abierto sola.
- ¿Tú eres Francisco?
Aquel villano de thriller de verano mostro nuevamente sus perfectamente blancas fauces frente a él, llamándolo con una voz que le hizo entender que realmente no era una pregunta, era más una orden de reportarse si es que no quería saber cuanto podrían valer sus órganos en menos de 24 horas.
- ¡S..Si!
Una vez su cuerpo se asomo un poco más fuera del inmueble Pancho pudo volver a mirarlo, su complexión era relativamente delgada, pero aquellas ojeras en sus ojos, esa mirada y la diferencia de altura le hacían sentir extremadamente pequeño, no importaba si era uno de los más altos de su grupo de amigos, realmente se sentía como si fuese un pequeño niño frente a esa encarnación del crimen organizado.
- Suenas... enérgico.
- ¡T..Tengo el mal de papá de no saber callarme señor! - Dijo mientras hacía el mismo saludo militar que tenía grabado en su alma de los momentos en que hacía enojar a su madre.
- Tranquilo, Lucio nos llamo y explico un poco tu situación, y lo siento pero no puedo acogerte, este lugar es pequeño y no es un buen momento para los chicos.
- N..No se p..preocupe s..señor.
- Oye, estás temblando.
- E..Es que ha..hace mucho frío.
- Bueno, es verdad que la temperatura ha bajado un poco.
- S..Si... y por eso creo que mejor me v...
- ¿Tú eres Pancho? - Lemy se asomó por el costado de Lincoln, curioso. - Se ve tan gracioso como Lucio me dijo.
- Solo que no se ve tan golpeable como tu tío.
- Empiezo a tener ganas de conocer a tío Roberto.
- No creo que sea buena idea, es alguien con un carácter... especial, eso y que tu tía Lori es un dolor en el trasero.
Pancho escuchaba la charla entre ambas personas, su "familia", todo lo que sabía de su tío y de sus primos era la poca información con la que contaba su madre y su tía Lily por lo que su imagen mental de por si ya entraba en bastante conflicto al ver aquella expresión asesina y helada junto a un adolescente que todo en su apariencia indicaba problemas, podía imaginarlo perfectamente bebiendo o consumiendo droga por las noches mientras asaltaba personas y aquellos brazos con cicatrices más la expresión cansada de su rostro solo potenciaban aquella imagen, algo tan opuesto a lo que alguna vez imagino que seguía preguntándose si su primo le había gastado una broma tan elaborada como las que su tía era capaz de hacer.
El hecho de que escuchase varios comentarios despectivos en contra de sus padres no terminaba de convencer aquella imagen que tenía, pero recordando el comportamiento de ambos con su hermana era algo que en el fondo no se sentía capaz de juzgar, aunque si tenía que definir un problema mayor a todo lo anterior era la forma en que se hablaban, no sentía el calor o la familiaridad normal de dos personas que conversan tan casualmente, entre más los escuchaba intercambiar opiniones más sentía que había una extraña tensión en el ambiente, casi como si se estuviesen obligando mutuamente a aparentar una tranquilidad que no existía entre ambos, algo que no le gustaba ni le convencía de quedarse en ese lugar y exponer a Loan a quien sabe que problema tenía aquel familiar desaparecido.
- ...sigo pensando que no es un buen momento para recibir familiares, menos cuando no lo conocemos, se que aprecias mucho a tu primo, pero no es el momento Lemy.
- Lucio ha hecho muchas cosas por mí y por Logan, no puedo fallarle cuando me pidió de esa forma que los acogiéramos. - En voz baja. - Además él es un pariente más cercano a mí que tú.
Aquella frase fue casi un susurro por parte de Lemy quien quito la mirada de su padre por un momento, una frase que se le había escapado de su subconsciente tan rápidamente que ni siquiera termino de pensarlo antes de abrir la boca y, para peor, Lincoln la había escuchado perfectamente.
El ambiente durante ese día distaba de la calidez de días antes y por más que hubiese decidido aceptar fuese lo que fuese relacionado a su hijo aquello seguía siendo doloroso, aún así no aparto la mirada ni hizo ninguna mueca, solo le miro por un segundo y parpadeo, esa fue toda su reacción antes de cambiar su mirada hacia su sobrino quién no había escuchado las palabras del castaño, pero si estaba seguro de forma instintiva que el ambiente acababa de empeorar un poco.
- Papá... yo...
- Francisco, Lucio realmente te aprecia y por su petición no tengo problema en que te quedes junto a tu hermana por una noche aquí, solo debes prometerme que no le avisaras a tus padres sobre esto, creo que debes imaginarlo, pero no me llevo bien con ellos.
Lemy miró con algo de culpa a su padre mientras hablaba con el rubio quien no terminaba de entender la situación, pensando a cada minuto que la decisión de haberlo intentado no había sido la correcta, pero ahora tenían un techo para protegerlos y, al menos por un día, posiblemente asegurada comida y un baño en el que darse una ducha.
Si lograba que su hermana no sufriese un colapso solo por ver a su tío sería la perfecta oportunidad de desconectarse de sus padres, pues claramente ellos estaban prohibidos en aquel lugar.
- Necesito conversar primero con mi hermana, igualmente les agradezco la hospitalidad tío Lincoln.
- No hay de que.
Lincoln dio media vuelta e ingreso en el lugar, realmente no quería que ingresaran pero no quería arruinarlo más con Lemy, incluso cuando sentía su estomago revolverse por solo la idea de volver a ver a esa chica lo soportaría, tenía que soportarlo, debía de soportarlo, Lemy por su parte vio con algo de lastima a Lincoln, ciertamente sus emociones seguían siendo un desastre luego de aquella información y ciertamente su primo/hermano había estado más con él que su propio... ¿Padre? Todo seguía siendo demasiado confuso y tampoco quería seguir causando más desastre, solo quería cumplirle a su mejor amigo el favor que prácticamente les rogo minutos antes y ya vería como volvería a tomar el tema con Lincoln, su padre, tío, aún era incapaz de estar seguro con cual se sentía más cómodo de camino al futuro.
Para Pancho toda aquella situación comenzaba a salir de sus manos y aunque tenía la referencia de Lucio no era algo que le terminase de agradar, pero con los recursos que había salido de su hogar era algo que, mientras su hermana pudiera soportar, preferiría aceptar.
Mientras Francisco bajaba la escalera Logan lo observaba a la distancia, no conocer a gran parte de su familia era algo que si bien no le atormentaba si le causaba cierta curiosidad, por parte de las tías que conocía no eran realmente malas personas por más que su tía castaña fuese tan irregular con su comportamiento, sin contar eso Lucio, Liby y sus abuelos eran personas con las que se sentía a gusto, confiaba en su familia y ese chico no parecía alguien malo, incluso podría decir que era hasta algo gracioso por las expresiones que tenía frente a su padre, no le molestaría que pasara la noche y tal vez conocerlo un poco más, después de todo su hermano siempre tendía a relajarse cuando venía Lucio, si este nuevo primo resultaba ser similar su hermano bien podría calmarse un poco más de aquello que lo tenía tan tenso, por lo que termino siguiéndole, esperanzado de convencerle que se quedase y hablase con su hermano hasta que termino por encontrarle hablando con alguien en un vehículo cercano.
- No lo sé hermana, estoy seguro de que te llevaras un buen susto.
- No tenemos mucho dinero, aprecio tu intención pero no puedo hacerle eso a tus ahorros.
- Yo fui quién insistió que saliéramos.
- Y yo fui la que salió corriendo sin siquiera tomar mi billetera. - Loan termino por salir del vehículo y tomo los hombros de su hermano menor con firmeza mientras le miraba con seriedad. - Podré controlarme por una noche, te lo prometo, nada puede ser peor que esa... esa...
- Loan, ya lograste escapar de ella, tranquila.
Ambos hermanos se veían preocupados, Logan solo los observaba a la distancia, pero ver como la chica parecía estar resistiendo el llanto y era confortada por su hermano menor le dio una extraña sensación de preocupación, hace nada su hermano había estado en una situación horrorosa que le había hecho hacer cosas imprudentes, ahora ellos parecía que tampoco estaban pasando por un buen momento y no se veían como personas peligrosas, más bien todo lo contrario. Quizás fue su instinto pero termino saliendo de su escondite y encaminándose hacia los hermanos, siendo Loan la primera en notar la presencia del pequeño mientras ocupaba su brazo funcional para limpiar las pocas lágrimas que habían escapado de sus ojos.
- Hola. - Francisco solo notó la presencia del niño en el momento en que este hablo, volteándose extrañado hasta que pudo notar aquel muchachito de tan peculiar color de cabello. - Soy Logan, supongo que su primo.
- ¿Logan?
Loan vio extrañada al niño, pero Pancho reaccionó más rápido recordando las conversaciones que había tenido con Lucio en el pasado, pues el nombre "Logan" y la característica del cabello blanco eran cosas que se habían tocado en el pasado.
- Tú eres el hijo de tío Lincoln.
El rubio miraba perplejo al niño, su mente tenía nociones de aquellas conversaciones, era bueno recordando personas y nombres después de todo y ese niño calzaba con el perfil que le habían dado, pero tras conocer a su tío y que este no encajase para nada con lo que habían dicho en el pasado su madre y su tía no esperaba ver a un ser tan tierno frente a él o que tuviese algún parentesco con la cosa que había conocido minutos antes.
Logan por su parte al ver la mirada de Francisco comenzó a preocuparse, dando un pequeño paso atrás, una reacción muy tardía ya que el rubio acortó la distancia como si nada, tomándolo desde sus axilas como si fuese un gato hasta elevarlo y que sus miradas se cruzaran, incapacitándolo de poder huir.
- H..Hermanito, no lo hagas.
- Tengo que Loan, es necesario.
- No lo conocemos y dijiste que t..tío Lincoln es aterrador, si haces eso con su hijo...
- Lo siento Loan, pero tengo que hacerlo.
El agarre aumentaba y Logan se sentía cada vez más atrapado por las garras de aquella bestia, viendo como lentamente comenzaba a acercarlo a su cuerpo mientras su sangre comenzaba a helarse, arrepintiéndose de haber tomado la iniciativa momentos antes.
- ¿Quién es un lindo albinito?
Cambiando su expresión seria por una de felicidad absoluta, Francisco simplemente termino de acortar la distancia entre ambos y se aferro con un fuerte pero delicado abrazo en el que envolvió completamente al niño quien no entendía que demonios estaba pasando, pues después de aquel abrazo que le pareció durar una eternidad pese a ser solo un minuto procedió a ser acariciado en la cabeza como si fuese un cachorro, vertiendo sobre este muchos mimos que el prácticamente adulto joven le daba al niño, embobado por lo lindo que se le hacía su pequeño primo.
- ¿Quién es un lindo albinito?
- N..No soy albino. - Por más que su miedo y nerviosismo hubiesen sido reemplazados por la vergüenza de ser tratado de una forma tan infantil, no podía evitar sentirse a gusto con tal nivel de mimos hacia su persona, sacándole pequeñas carcajadas y expresiones de puchero cada vez que cambiaba de lugar donde hacerle caricias, tal como si fuera un pequeño animalito.
- Incluso si no eres un albinito, eres una ternurita.
Pancho ciertamente tenía un serio problema: adoraba demasiado a los niños pequeños.
- Pancho. - Loan, algo apenada, comenzó a jalar de la camisa a su hermano. - Ya déjalo, por favor, no quiero que se hagan ideas raras cuando no los conocemos.
- ¿Esta cosita te parece como algo que pueda tener ideas malas? - Dijo tras levantar como si fuese un muñeco al niño quien seguía riendo de las últimas cosquillas que le habían hecho, retorciéndose ligeramente mientras mostraba una sonrisa en su rostro.
Loan no era alguien que le gustase mostrar demasiada emoción a otras personas, había aprendido de su madre que lo mejor era estar en silencio y no hacer cosas vergonzosas en público, pero ver la confianza y felicidad de su hermano eran suficiente aliento para no estar tan nerviosa en el exterior, y si a eso le sumaba aquel adorable niño a quién no podía negar el ligero parentesco a su hermano cuando tenía aquella edad fue casi como si le hubiesen dado un golpe directo a su corazón, retrocediendo al vehículo para sacar parte del chocolate que había servido de merienda durante parte del viaje para sacar un trozo y, con delicadeza, acercarlo a la boca de este.
- T..Ten... es..esta bueno...
Logan quién aun estaba tratando de calmarse después de aquel ataque a traición de cosquillas vio aquella pequeña recompensa azucarada frente a él, oliéndolo primero antes de dar dos mordiscos lentos al aire, siendo el tercero uno que incluyo el movimiento de su cuello a modo de alcanzar aquella dulce recompensa con los dientes, asustando ligeramente a Loan antes de notar como el niño comía tranquilamente el trozo de dulce que le había dado.
- Pancho.
- ¿Si hermana?
- ¿Po..Podemos llevarlo a casa?
- Creo que podré convencer a mamá, además ella siempre menciono al tío, no creo que rechace a esta bolita de adorabilidad.
El pequeño quien realmente no sabía como reaccionar ante aquella inesperada situación termino quedándose en silencio, viendo como ambos hermanos parecían estar de acuerdo en una cosa: mimarlo.
Algo que Lincoln observaba desde la altura en el balcón de su departamento.
- (Pensando) ¿Debería preocuparme por eso?
Era extraño, algo tan mundano, tan tierno a sus ojos, no sabía como reaccionar a ello, no sabía si sería bueno comentárselo a Lemy y muy posiblemente crear una escena de celos fraternales o si este se molestaría por la situación y terminaría por vetar a los chicos, no sabía nada de Lori y tampoco quería saberlo, pero no le había sido difícil identificar a la que suponía tenía que ser su sobrina, aquella chica de rasgos tan similares a su hermana mayor en su juventud, era algo irónico si se detenía a pensarlo y se cuestionaba si tenía que responder a la situación o simplemente disfrutar de aquel adorable momento.
¿Podía darse ese lujo en ese momento? ¿Con esa gente? ¿Con su propia situación tan irregular?
¿Qué debía de hacer?
Estaba nervioso, su estomago se retorcía por momentos pero se mantenía firme.
Ese era su papel después de todo.
- Supongo que un padre responsable iría.
Su deuda con esa chica era demasiado grande para negarle pasar la noche en ese lugar incluso sin considerar las palabras de su sobrino pidiendo asilo, por lo que mientras Lemy no se sintiese disgustado de la presencia de ellos pensó que, tal vez, no haría mal para cambiar la presión de ese lugar la presencia de nuevas personas para cambiar el ambiente.
En otra ciudad
Caminar por la acera era una tortura, la luz quemaba sus ojos como si fuese un arma dispuesta a quemar incluso su alma la cual apenas podía repeler con su mano y, aún así, lastimarla sin misericordia.
Lynn había salido de su vivienda sin un destino especifico, no sabía a donde se encaminaba ni porque, más bien no sabía que estaba haciendo siquiera en ese lugar que le resultaba desconocido, el hedor de ese lugar no hacía más que molestarle en cuanto despertó en aquella amplia cama y todo lo que pudo procesar era que no reconocía el lugar, no le agradaba el lugar, todo se le hacía extraño y no podía permanecer ni un solo momento más ante la posibilidad de que cualquier cosa pudiera ocurrir, todo lo que buscaba era algo conocido a lo que aferrarse y no fue capaz de encontrar nada de ello, tomo lo primero que vio y huyo, se suponía que sería su teléfono pero no recordaba tener un dispositivo así ni tampoco la clave con la que este estaba bloqueador y ahora sufría en una ciudad que no comprendía, que se le hacía extraña y salvaje con cientos de miradas que la juzgaban y señalaban.
Su visión era borrosa, le costaba identificar a donde se encaminaba en lo que parecía ser un mundo demasiado radiante para ella al cual apenas podía dar manotazos desesperados con el objetivo de equilibrarse y tratar de comprender su rumbo.
El aire que entraba por su nariz no era suficiente, sus pulmones parecía que no eran capaces de procesar a la velocidad que su metabolismo requería aquel recambio vital de gases por lo que pese a caminar a una velocidad inusualmente lenta para ella daba bocanadas desesperadas para suplir aquella falencia de su propio cuerpo.
Todo ese extraño mundo parecía demasiado grande y brillante, era algo que no podía entender, que su cuerpo se rechazaba a entender al punto que era incapaz de coordinarse para mantenerse a si mismo, podía sentir un vació en su estomago que no podía saciarse pero su boca sabía demasiado amarga para tratar de amenizarlo con lo que sea pues la idea de que aquella amargura se introdujese más dentro de su cuerpo era suficiente para generarle nauseas.
Nada estaba bien, ni siquiera podía identificar todas las cosas que estaban saliendo mal en ese preciso instante donde su mente no era capaz de procesar todo lo que estaba viviendo.
Ella lo sabía, no había necesidad de ser una genio para entender lo grave que era su estado pese a que era completamente incapaz de siquiera razonar que era lo que estaba realmente mal, si los irregulares latidos de su corazón, el vació que sentía en su estómago, aquella sensación donde su piel y ojos parecían estarse derritiendo por el contacto con la luz solar o el intenso sonido a estática que sus oídos escuchaban mientras su boca estaba demasiado envuelta en su propia desagradable sensación para poder gesticular por una palabra de auxilio.
¿A dónde iba exactamente? Ni siquiera estaba buscando un hospital.
¿Por qué iría a un hospital? No había ido a un hospital en años, no necesito de una revisión de hospital en años.
¿A quien estaba buscando en ese momento?
- O..Oye, ¿Estás bien?
Su rostro se elevo para fijarse en aquella figura que acababa de hablarle, su rostro era indescifrable, no, más bien era incapaz de identificar los rasgos de este, casi como si una bruma impidiese notar algún rasgo que le hiciese parecer siquiera humano, algo que lleno de miedo el débil corazón de Lynn.
- Gah, blow, dat.
Su cerebro se esforzó por dirigirle la palabra, pero su lengua estaba demasiado entumecida para permitirle gesticular alguna palabra entendible.
- (Preocupado) Llamare a una ambulancia, no te preocupes.
- ¿Ga...mar?
¿Había dicho llamar o ganar? ¿A quien iba a llamar? ¿A quien debía ganar? ¿Qué debía de hacer? Sus pensamientos estaban demasiado mezclados para lograr descifrar aquel código que le había entregado aquella extraña visión la cual intentaba acercarse, pero aquellas facciones no eran humanas, aquel tacto podría ser horroroso lo que le lleno de terror alejándose de forma casi instintiva mientras uno de sus puños se dirigía a interceptar aquel hostil intento de aproximarse a ella.
Un golpe certero fue el primer contacto entre ambos desconocidos.
- ¡¡¡Ahhhhhhh!!!
El brusco movimiento de Lynn termino por hacer que su nariz sangrase lo que le permitió recobrar algo de su conciencia, o al menos para poder identificar las facciones humanas de aquella persona frente a ella quien había recibido un golpe en la articulación del brazo quedando esta en un ángulo que normalmente no se podría alcanzar mientras ahora gritaba por el dolor, horrorizándose cayo hacia atrás golpeando su trasero contra el cemento solo para fallar en aterrizar, notando como los dedos de su mano estaban en posiciones antinaturales, irreales para una persona normal, pero que aun así era incapaz de sentir.
Sus ojos se abrieron cuanto era humanamente posible, la visión frente a ella de su mano no era natural, no podía ser real y ni siquiera era capaz de sentir nada en ese lugar, como si fuese una extensión vacía de un ropaje que le quedaba demasiado grande con el que intentaba cubrirse y no respondía a sus órdenes.
La gente comenzaba a acumularse y la persona con su brazo dislocado yacía siendo asistida por algunas de las personas que llegaron al encuentro de aquella escena, más entre los teléfonos que ahora grababan la escena y la mirada de aquellos quienes la reconocían como la villana eran más tensión de la que su mente era capaz de comprender, obligando a sus piernas a funcionar para salir de allí sin importar que o a quien tuviese que atropellar, no le importaba, no quería estar allí, no sabía que hacía allí, no sabía dónde estaba ni que hacía, que era ese mundo o cual era su situación.
Ella era una deportista, alguien entregada a su cuerpo para lograr sus metas, hermana del medio, ¿De cuantos? ¿Era la del medio o era la menor?
¿Era una deportista? ¿Cuál era su disciplina? ¿Tenía que competir? ¿Qué era competir?
Sus piernas habían recibido una orden que ella ya no comprendía, algo que termino de afectarle en el momento que choco contra un letrero dispuesto por la calle provocando que cayese, exhalando con dificultad absoluta.
- Quiero ir a casa, quiero ir a casa, quiero ir a casa, quiero ir a casa, quiero ir a casa.
Sentía demasiado frío, como si su cuerpo estuviese congelándose repentinamente mientras cada paso parecía volverse más pesado que el anterior, incorporarse después de esa caída había requerido de un esfuerzo titánico para su cansado cuerpo y la bruma en su mirada que había desaparecido luego de aquel sangrado comenzaba a golpearla de nuevo, en ese momento lo recordó, ella era una estudiante, ella era una mujer que había probado suerte lejos de su hogar, alguien que prometió a uno de los miembros más cercanos de su familia que lo encontraría.
Si, a eso había salido, tenía que encontrarlo, debía encontrarlo, su desaparición había causado un terrible mal a su familia y ello era lo que le habría destruido, todo tenía demasiado sentido en ese momento, su dolor, su agonía, todo era por el deseo de encontrar al miembro faltante de su familia, si tenía que morir para lograrlo ella entregaría su cuerpo y convicción a ello, si, eso tenía que ser, era el cenit de su cruzada.
- Debo encontrarlo... debo... debo... ganar...
Casi como reacción recordó su motivación, el torneo, aquella oportunidad de oro que le habían regalado donde demostraría ser una vez más la más grande, la número uno, había estado entrenando, se había estado preparando como nunca, si estaba allí era porque debió de salir a trotar en preparación, esa debía de ser la razón de su cansancio, por lo que saco su teléfono y miró la hora, aun era demasiado temprano para haber terminado su entrenamiento de ese día pero su cuerpo ya no podía más, sabía de sus limites por todas las veces que había llevado su cuerpo a este.
Sabía que debía detenerse.
Sabía que no podía seguir.
Sabía que debía ganar.
Sabía que no podía detenerse.
La victoria lo era todo, para eso entrenaba, para eso ganaba, para eso consumía.
- Lisa, ella... ella debe tener más dosis, las dosis aliviaran esto... debo, debo llegar, debo...
Su cabeza volvió a arder, parecía que iba a explotar en cualquier momento por lo que llevo sus manos de forma desesperada a esta en un burdo intento de mitigar aquella apuñalada que acababa de sentir, notando en el proceso el precario estado en que una de sus manos se encontraba.
- Esto no... esto no... ¿Cómo paso? Yo, yo, yo...
Termino por sacar su teléfono en un arranque de desesperación, cuando estaba así solo podía llamar a Lisa, ella tendría una respuesta, una solución, la había ayudado en el pasado, le había dado esa medicina milagrosa para continuar un poco más, siempre se podía seguir un poco más, no importaba el dolor o el cansancio, el miedo o la rabia, algo habría que hacer, sacando su teléfono marco al número, sabiendo que algo podría hacer, de alguna manera iba a sobrevivir.
- El número que usted a marcado no se encuentra disponible, por favor intente más tarde.
Más agitada que molesta volvió a intentarlo, sus pies se movían prácticamente sin su consentimiento durante aquellos intentos pero su estabilidad era un desastre, chocando con personas y cosas quienes podían notar el esfuerzo que la mujer ponía en su avance desesperado, más no dejo de intentar en contactarse con su hermana hasta que el calor de su cabeza volvió a nublar su visión, momento en el que se dejó caer.
Sus piernas ya no tenían la fuerza suficiente para soportarla, el dolor de su cabeza y cuerpo ya se había irradiado lo suficiente en su cuerpo para no dejarle sentir sus extremidades, las voces de susto o de las pocas personas que se apiadaron de su situación no eran más que sonidos guturales al llegar a sus oídos.
Su cabeza ardía, pero su cuerpo estaba entumido por el frío.
No lograba concretar ninguna idea, no lograba identificar quien era ella.
Todo lo que podía sentir era un vació dentro de ella y como todo lentamente parecía desvanecerse a su alrededor.
- Lisa...
Solo era ella en un mundo de oscuridad.
- Lincoln...
Y nadie a su alrededor podía ya alcanzarla.
- Mamá... papá...
Pues solo quedaba el dolor.
- Ayúdenme.
Esa tarde las redes sociales relacionadas al deporte femenino se llenaron de anuncios, todos con el nombre de Lynn Loud en los títulos.
Horas después, casa de Lincoln
Cuando Lincoln se alejo del pueblo que lo vio nacer sus pensamiento hacia su sobrina mayor eran miedo y culpa, no esperaba que la chica recordase lo sucedido a tan temprana edad y pudiese recriminárselo pero eso no le quitaba aquel sentimiento de culpa sobre lo sucedido, más de una vez había aprovechado de formas muy discretas para preguntarle Luan por el estado de Loan aprovechando las ocasiones donde esta intento reconectarle con el resto de su familia y tenía entendido que las cosas no eran especialmente buenas para ella, sobre todo con aquel brazo atrofiado el cual sabía era su culpa.
Aquella sensación de tantos años atrás jamás se había ido de su ser, el olvido no era capaz de llegar sobre aquel intento de acabar con todos los problemas de una buena vez de una manera tan cobarde, no tenia justificación ni perdón, pensó que solo sería tan sencillo como dejarla caer y que la gravedad más su condición física hicieran el trabajo, pero en el momento en que la pequeña comenzó a caer en descenso libre y vio su mirada llena de calor supo que no pudo, aferrándose con fuerza como pudo a la pequeña para evitar el golpe contra el piso a costa de desgarrar su brazo por la fuerza con la que la jalo.
El sonido del brazo de su sobrina en ese momento era uno que no podría olvidar, otro peso que debía de cargar por el resto de su vida con el miedo de jamás pedir perdón por aquel acto que nadie sospechaba cargaba en su espalda y ahora esa misma chica, una mujer cuyo destino fue prácticamente sellado en ese momento por su propia mano, se hallaba sentada frente a él, con su hijo menor sentado en sus piernas mientras lo abrazaba con una cálida sonrisa como si fuese un gran peluche, observándose una enorme paz en su mirada solo por la idea de estar envolviendo a ese pequeño peliblanco quién suplicaba con la mirada que le liberasen de aquella situación, algo que era reforzado por el otro adolescente a su lado el cual le admiraba con una boba sonrisa en su rostro y le ofrecía trozos de chocolate cada pocos minutos.
Por su parte no sabía como tomarlo, la vida no lo había preparado para una situación como esa y podía ver de reojo a su lado como su hijo mayor observaba la escena con algo de molestia.
- Técnicamente tú me dijiste que los dejáramos entrar, no deberías poner esa cara Lemy.
- No estoy poniendo ninguna cara.
- Definitivamente lo estás haciendo.
- Que no.
- No seas vergonzoso y pide que suelten a tu hermano.
- No seas vago y pide que suelten a tu hijo.
- No lo veo tan aproblemado.
- Entonces ve a comprar gafas, solo mírale el rostro.
- Si me dices que quieres que te devuelva a tu hermanito lo haré, sino esperare a que Logan me pida auxilio.
La respuesta de Lemuel fue cruzarse de brazos de desviar la mirada de los mimos que le estaban haciendo a Logan, aquello causaba gracia a Lincoln pero seguía sin decidirse si debía actuar o no, más cuando la presencia de aquella mujer le tenía realmente nervioso, pero por más que quería huir de allí y pedirle consejo a sus suegros sobre que hacer en ese momento al final termino por llamar la atención de aquellos hermanos al toser falsamente lo suficientemente fuerte para que ambos elevaran la mirada y dejaran de concentrarse únicamente en los mimos hacia el niño.
- Escuchen, hay dos cosas que debo pedirles si les vamos a dar asilo temporal, la primera, no quiero tener problemas con sus padres así que no les dirán nada sobre este lugar, no quiero tener ni a Lori ni a Bobby metidos aquí, ¿Entendido?
- Si. - La voz de Pancho fue firme, por parte de Loan, de quién más quería conocer su reacción, fue solo un ligera asentir con la cabeza, algo que no le molestaba para nada a Lincoln como respuesta.
- Bien, con eso mencionado lo otro es que en esta casa hay poco espacio como pueden ver, así que deberán dormir en el sofá.
- ¿P..Puedo dormir c..con mi primo si él m..me lo permite?
Loan hablo con dificultad, en todo el tiempo que llevaban allí jamás había levantado la mirada para enfrentar la de Lincoln, pero en el momento en que hizo esa petición si levanto lo suficiente sus ojos para ser capaz de ver la boca de su tío, aunque antes de que este pudiese dar una respuesta fue Lemuel quién hablo.
- Tú tienes a tu hermano menor cerca, no es necesario que lo hagas con el mío.
- No tengo problema con ello. - Pancho si se levantó de su asiento, mirando con unos ojos cargados en determinación a Lemuel. - De hecho estoy seguro de que los tres podríamos compartir. - Con su mano pellizco la mejilla de Logan. - Estoy seguro de que es adorable dormir junto a esta ternurita.
- ¡Ya dejen a mi hermanito en paz!
- Vamos. - Pancho se aferró a Logan, abrazándolo. - Es demasiado tierno para que no lo compartas.
- ¿Me puede soltar señor? - Dijo Logan quién comenzaba a sentirse ahogado al estar siendo abrazado por ambos primos suyos.
- ¿Qué no ven que lo están incomodando? Ya suelten a Logan. - Se giró hacia Lincoln. - Oye, ya contrólalos de una buena vez y que suelten a Logan.
- Papá... ayuda...
- Mmm... la verdad si se ven algo adorables todos juntos.
- ¡Papá!
- ¿Qué? Es verdad.
- Grrr... aunque haya sido un favor de Lucio, ¡No los quiero aquí!
- Bueno, nos vamos, pero nos llevamos al pequeño.
- ¡A él no lo tocan!
Mientras Pancho y Lemy comenzaban a pelear, Loan se concentró en seguir dándole mimos a Logan el cual no quería admitir que comenzaba a disfrutar de los mimos.
A ojos de Lincoln aquella situación si había logrado amenizar el ambiente que hubo durante la mañana en el hogar y quizás era bueno que Lemy se distrajese con aquella trivialidad por lo que en silencio se retiró, pensaba ir a comprar algunas cosas para la cena aprovechando la ocasión además de querer ir a la farmacia por algo que le ayudase con su dolor de estómago, muy probablemente producto de la tensión que sufrió antes de ver que la chica realmente no parecía significar un mayor problema para su situación familiar.
Aunque en el momento que subió a su vehículo recibió una llamada telefónica que, a su pensar, no entendía por qué estaba recibiendo.
- Lisa.
- Te necesito Lincoln, es Lynn.
- Hace poco me llamaste por lo mismo, sabes que Lynn y yo hace tiempo que...
- Ven, por favor, ella ya no aguantará mucho más.
Aquellas palabras provocaron que un escalofrío atravesase su cuerpo, el tono de Lisa no tenía aquella frialdad usual ni el misticismo con el que se había comunicado la última vez, el mensaje había sido claro, demasiado claro esta vez.
La llamada se cortó en ese momento, no había necesidad de preguntar donde se encontraban o como llegar, solo pudo resoplar con fuerza para calmar su mente lo suficiente antes de reaccionar, saliendo del vehículo para encaminarse hasta su departamento y encontrar una escena curiosa pero la cual no tenía tiempo para apreciar.
- Lemy, debo hacer unas diligencias fuera de la ciudad, posiblemente regrese mañana o quizás en dos días, estás a cargo.
Lincoln apenas pudo escuchar como ahora con su nueva potestad parecía estar intentando sacar a sus primos de su hogar pero aquello no tenía ningún peso en la mente de Lincoln ahora, su prioridad eran sus hijos, eso era un hecho, pero si lo que dijo Lisa era verdad, si aquellas preguntas que llevaba años haciendo finalmente habían obtenido respuesta...
Una revisión rápida de su teléfono le llevo a ver varios de los enunciados sobre la deportista, algunas imágenes y grabaciones que ahora eran el cotilleo favorito de ciertos grupos sobre "la gran promesa Loud".
Si Lisa no mentía y se había comunicado con él después de aquella extraña despedida...
Solo podía rogar que el tiempo fuese suficiente.
No importaba si llevaba años sin hablarle a Lynn.
Ella era su querida hermana mayor e iba a estar allí.
Era la promesa que le hizo cuando todo se fue al demonio tanto tiempo atrás.
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