Rompe mis cadenas - capítulo 1 -OffGun.
GUN
Hoy ha sido un día de mierda, no me importa admitirlo. Kaownah en su línea me ha hecho sentir que mi relación con él no va a ninguna parte. Se ha roto el ventilador del dormitorio y nadie puede repararlo hasta el viernes. Y ahora estoy en el ascensor, un sitio pequeño y sin ventilación, atrapado con mi vecino de arriba, del cual no sé nada de nada.
¿He ofendido a algún dios rencoroso sin darme cuenta? Porque el karma se está ensañando conmigo de una manera brutal.
Por otra parte, mi vecino es un chico simpático que ha intentado tranquilizarme al ver la expresión aterrorizada de mi cara. Soy claustrofóbico y creo que no he sabido ocultarlo muy bien. Se llama Off Jumpol, es profesor de literatura inglesa en la universidad y su novio es igual de capullo que el mío, punto que tenemos en común. Conforme pasa la tarde me doy cuenta que no es lo único en lo que coincidimos.
Le encantan las películas románticas y los paseos por el bosque, la naturaleza y la poesía. En resumen es el hombre de mi vida que llega unos años tarde. Intento no distraerme de lo que me cuenta mirando sus labios como si fuesen mi comida favorita, pero es muy difícil concentrarme cuando todo en él me atrae como las abejas a la miel.
Sacudo mi cabeza en un intento de centrarme en la conversación que mantenemos, pero sus ojos negros, la mata de pelo peinada hacia un lado y sus pintas de oppa coreano me tienen al borde del infarto.
-Gun, ¿te pasa algo? ¿Te estás agobiando mucho? – me pregunta preocupado por mi expresión ausente.
-No, estoy bien – le respondo.
-Parece que vienes preparado para quedarte encerrado – me dice señalando la pizza que he ido a comprar para pasar mi tarde en soledad con mi película "ridículamente romántica" como diría mi novio.
-Pensaba ver una película y comer algo que no sea dietético – le digo con una sonrisa.
-Parecía un buen plan – me responde devolviéndome una sonrisa tan perfecta que mi corazón se salta un latido.
-Tengo Netflix en el móvil, la pizza está caliente y los refrescos también, pero podemos ver una película y merendar mientras nos sacan de aquí – le ofrezco.
-Me encantan las películas y los refrescos calientes – se ríe y sus preciosos ojos desaparecen en una línea oscura llena de pestañas, es totalmente hermoso.
Nos sentamos en el suelo con la espalda pegada a la pared de cristal del fondo del ascensor. Poco a poco mi cuerpo se va apoyando en el suyo. No es algo premeditado, la tibieza y el olor reconfortante de mi vecino me llaman. En un momento dado a él se le escapa una lágrima en una escena especialmente dramática de la película, yo no lo pienso mucho y lo beso como si no hubiese un mañana. Off no me rechaza, en cambio me devuelve el beso con pasión y sus manos vuelan hasta mi cintura. Ya no pienso con claridad, levanto una de mis piernas y me siento a horcajadas sobre su cuerpo para poder besarlo a gusto.
Hace mucho calor, el sudor rueda por mi espalda haciendo que mi piel se ponga de gallina. Sus manos son preciosas, y sabe cómo usarlas. Las rueda sobre mis caderas, pero no se atreve a ir más allá. A mí me da igual todo en este momento, solo quiero sentirlo en mi piel. Me quito la camiseta y sus ojos se abren como platos, pero pasada su sorpresa inicial pasa su lengua por mis pezones arrancándome un gemido sordo.
¡Joder! Hacía tanto tiempo que no me sentía tan cachondo, el calor de su cuerpo me está volviendo loco. Enredo mis dedos en su pelo, mientras él sigue recorriendo mi cuerpo con su lengua.
-UMM... estás muy vestido – le digo.
-Ahora estoy ocupado – me responde con una risita.
-Vale – consigo balbucear.
Me levanto de su regazo y me desvisto por completo, dejo que me mire sin prisa. Su cara es un poema, se levanta y me atrae hasta sus brazos.
-Eres hermoso Gun – me dice mientras se quita la ropa sin dejar de mirarme. Por primera vez en mucho tiempo me siento deseable, bonito y valorado.
Ahora estamos en las mismas condiciones, me abrazo a su cuerpo y siento su erección rozando con la mía, el señor profesor está bien dotado y la fricción me está volviendo loco.
Sus labios carnosos me recorren entero, sus dedos me aprietan las caderas y a mí se me escapa el aire.
-Por favor – le ruego.
-Apóyate en el pasamanos – me dice.
Yo obedezco y cuando Off se arrodilla metiendo su cara entre mis nalgas, un gruñido sale de mi garganta. Ni siquiera me acuerdo cuando mi novio ha hecho algo así, algo no egoísta, algo para mi placer.
-Quiero comerte entero, eres delicioso – me susurra al oído.
-Ahora me toca a mí – y es lo último que digo porque en dos segundos estoy de rodillas con su polla alojada en mi garganta.
-¡Dios, pequeño! – susurra con sus manos en mi pelo marcando el ritmo que le gusta. Me dejo hacer, al fin y al cabo su polla es deliciosa y no quiero parar nunca. Sus embestidas me dejan sin aliento, su mano acariciando mi cara con suavidad me tienen goteando. Si estoy así con su polla en mi boca no quiero pensar que haré cuando me folle contra la pared de espejos.
-Fóllame – una simple palabra y sus ojos se encienden ardiendo en un fuego incontenible.
-Ven aquí, me ha gustado tenerte encima – me dice sentándose sobre su chaqueta en el suelo. Lo sigo y con mis piernas a cada lado de sus caderas me empalo en su polla que me espera impaciente.
-Despacio Off, déjame disfrutarlo – le pido y él abre mis nalgas para ayudarme a sentarme mejor sobre su erección.
Cuando termino y mis muslos tocan los suyos me permito un segundo para sentirlo por completo. La sensación de plenitud me recorre hasta el último centímetro de mi ser, una certeza de que es así como debería ser un amor de verdad. Pruebo a moverme y un escalofrío rueda por mi columna vertebral. Off gime y aprieta los dientes como si le doliese, como si fuese demasiado.
-¿Off?
-Sigue pequeño, estás tan jodidamente apretado. ¡Mierda, quiero destrozarte, quiero que esa carita de ángel me mire mientras te poseo por completo!
-Off... - no consigo articular otra palabra.
Me muevo frenéticamente sobre su cuerpo, me duelen las piernas pero no pienso parar. Off se adelanta para abrazarme con sus fuertes brazos, mientras no deja que su lengua deje mi boca. La saliva corre por las comisuras de mis labios y mi polla está prisionera entre su estómago y el mío. La fricción es maravillosa, pero tan insuficiente, necesito tocarme.
Poso mis manos en su pelo y tiro hacia atrás para separarlo un poco de mí. Rodeo mi polla con una mano, sigo con el vaivén de mis caderas, saltando sobre su polla que me está destrozando la próstata con cada estocada salvaje.
-No aguanto, me corro – le advierto, pero mi semen salpicando su pecho ya le ha dado una idea de cuánto me ha gustado este polvo.
Off gruñe, gime y me muerde los hombros con fuerza. Sus manos van a dejarme marcas que no podré ocultar, pero ahora mismo eso es lo menos que me preocupa. Un último empellón y se derrama en mi interior como un jodido geiser. Su cabeza hacia atrás intentando respirar y sus dedos atrapados en mi espalda es lo más sexy que he visto jamás.
-Eres genial Gun, te mereces el mundo entero y que nadie te diga lo contrario – me dice pero yo lo oigo como si estuviese muy lejos de mí.
-Gun... Gun... ¡GUN! – el grito de Off llamándome me saca de mis sueños.
-¿Qué ha pasado? – le pregunto.
-Creo que te has quedado dormido, quizás te has desmayado por el calor. Me has asustado – me dice mirándome extrañado.
Miro mi cuerpo y sigo con toda mi ropa, Off también está vestido. La caja vacía de la pizza está en un lado y el móvil junto a mi cuerpo en el suelo.
-No te preocupes, creo que me quedé dormido – balbuceo, todavía tengo ese sueño impreso en la retina.
-¿Estás seguro? – me dice con un leve sonrojo en las mejillas. Sigo su mirada que me escruta y veo que se ha dado cuenta de mi evidente erección y ahora es mi turno de morir de vergüenza.
-Sí, estoy bien. ¿Cuándo nos sacarán de aquí? – le pregunto intentando ocultar la vergonzosa prueba del sueño húmedo más vívido de mi existencia.
-No pueden tardar mucho – me dice y en ese mismo momento las luces se encienden y el ascensor se pone en marcha con una sacudida.
Cuando llegamos a mi piso miro a Off y sin pensarlo demasiado uno mis labios a los suyos en un beso muy suave. Sus labios son tal como los he soñado, esa es la prueba que necesitaba para saber que en la vida hay algo mejor de lo que yo tengo y que no debería conformarme con menos que con un amor "ridículamente romántico".
-Me ha encantado conocerte profesor – le digo y salgo hacia mi solitario apartamento, dejando a Off con la boca abierta y los ojos brillantes.
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