Recuperando Recuerdos
—Hola, Sonic—Saluda una chica de pelo negro sentándose en una de las mesas de la cafetería junto sus amigas.
—Hola—Contesta levantado la mirada, dejando ver un marcado moratón en el ojo izquierdo.
—¿¡Qué te ha pasado?!—Exclama Sam.
—Oh, una larga historia—Responde con una sonrisa—Por cierto, les presento a mi mejor amigo, Tails.
—Ya te he dicho que me llamo Mails.—Replica el niño rubio.
—¿Este enano es tu amigo?—Cuestiona Natalie mirándole fijamente.
—Ni seas, borde—Se queja Ann—Es una monada.
—Oye, no lo soy, estoy en el mismo curso que vosotros, soy superdotado.
—Aaawww—Suspiran las chicas al unísono mientras este se cruza de brazos.
Mientras tanto, el peliazul no prestaba atención a la conversación, pues estaba más concentrado en adivinar de donde proviene ese olor que le parece tan familiar...
—Chilly dogs.—Murmura clavando la mirada en la bandeja de comida que acaban de colocar sobre el mostrador.
—¿Mmm? ¿Qué dices, Son...?—A Sam no le da tiempo a acabar la frase cuando Sonic ya se ha ido.
Al cabo de un par de minutos regresa con su ansiado chilly dogs y los ojos llenos de lágrimas de felicidad.
—P-pensé que en este infierno no tenían.... Y sí, si que existen. ¡No puedo ser más feliz!
—Qué exagerado, solo es un chilly dogs.
—¿SOLO un chilly dog?
—Vale, vale, tranquilo. Es tu comida favorita, lo pillamos.
—Los adoro—Comenta mientras devora su comida mientras que los ojos azules de su pequeño amigo le observan sin parpadear.
—¿Tú también quieres, colega? Te invito a uno, solo tienes que decirlo y yo.—Dice con la boca llena al percatarse de la mirada extraña del chico.
—Sonic...—Susurra para sí mismo.
—¿Qué pasa?
—Sonic the hedgehog...
Al decir esa frase, el joven de ojos verdes escupe lo que le queda de chilly dog y se levanta bruscamente.
—¿¡Te acuerdas?!
—T-te estaba viendo comer cuando... de pronto me viene un recuerdo... C-como una especie de flashback o...no sé... ¿Qué ha ocurrido?
Sonic no dice nada. Se dedica a agarrar al niño del brazo y arrastrarlo por los pasillos hasta llegar a la residencia masculina. El chico llama a la puerta de la habitación y le abre el joven de mechas rojas y mirada fría.
—Oye, la próxima vez que se te olvide la llave te quedas fuera.
—Si, si, si, me alegro de verte.—Contesta el peliazul pasando con Tails.
—¿Ese es Shadow?
—Seh, comparto habitación con él y Silver, ¿a qué es una ironía?—Explica rebuscando en un cajón hasta sacar una bolsa.—Aquí están.
—¿Las esmeraldas Caos?—Pregunta examinandolas.
—Ajá. Supongo que ellas fueron las que nos trajeron aquí. He intentado hacer el control caos pero me temo que en esta forma es imposible.
—¿Llegaste aquí así?
—Pues no. Cuando llegué aún era un erizo. Me separé de las esmeraldas un segundo y me desmayé. Cuando desperté ya me había transformado.
—Mmmm... Seguro que las esmeraldas te mantenían en tu forma original.... Eso es bueno. Significa que aún funcionan. Puedo intentar hacer un portal, pero con los recursos de esta dimensión no sé cuánto tiempo tardaré.
—Por favor, haz lo que puedas, este sitio es horrible, no soportaré una clase más de matemáticas.—Suplica poniéndose de rodillas.
—Vale, vale, haré lo que pueda. Pero tú deberás encargarte de reunir a los demás. Debes recordarles algún echo, o dato... Como hiciste conmigo.
—En realidad lo de antes fue un golpe de suerte, jeje...
—Estoy seguro de que podrás.—Le anima dedicándole una sonrisa.
Horas después, en los pasillos de taquillas, el chico esperaba en el sitio donde la había visto por última vez llevando sus libros sobre su pecho.
—Amy Rose, ¿Qué tal?
—¿Mm? Ah, hola Sonic.
—Hoy estás muy guapa.
En ese momento a la chica se le caen todos los libros de golpe y sus mejillas se tiñen de un color rojo carmesí. Realmente no se espera eso.
—¿E-en serio? D-digo que...e-esto...y-yo...
—¿Me das un abrazo?
—¿Q-qué?
—Un abrazo.
Unas pequeñas gotas de sudor resbalan por la frente de la pobre chica que no podía moverse de los nervios.
—E-está bien...—Murmura alzando los brazos, pero cuando va a acercarse a él este da un paso atrás.
—Ups, se me había olvidado, tengo que irme a correr. Nos vemos, Ames.
Sonic se va corriendo sin dejarle tiempo a contestar, dejándola confundida.
—Soy un genio—Se dice así mismo.
Mientras tanto...
—..... Maldito idiota insensible, ¿¡Pero a qué diablos ha venido eso?!
—Hola, Amy, ¿Quién era ese chico? ¿Tu novio?
—¿¡Me estas hablando de ese estúpido?!
—P-perdona, yo como te había notado muy sonrojada.....—Dice la pequeña a punto de llorar.
—Oh, lo siento Cream, no quería gritarte....
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top