Kiss #4: Incómodo
Le veían.
Y no le gustaba ser visto.
—¡Acción! —dijo la voz de una muchacha a la lejanía.
—Y-yo...
—¡Corten! ¡Sawada, apréndete el maldito guión!
—¡Perdón!
¿Guión? ¿Cómo quería que se aprendiera un maldito papel si apenas y resistía esa mirada?
Maldito fuera todo aquel acto.
Apretó los labios y trató de conectar sus orbes castaños con aquellos que tanto amaba. Le observaba de una esquina, molesto.
—¡Acción!
Respiró profundamente y miró los dispares ojos de Mukuro, quien disfrutaba gratamente de todo ello. Lo mismo no podía decir cierto espectador de orbes violetas y cabello albino, quien observaba al joven Sawada con una asesina mirada.
A duras penas, pudo decir su guión, maldiciendo profundamente el haberle tocado el papel de princesa.
Sí.
Princesa.
Era un chico, pero eso no parecía importarle a nadie.
—Tranquila, my lady —Rokudo disfrutaba profundamente toda aquella obra de teatro—. Yo la defenderé con todo mi alma y corazón para el resto de nuestros días.
Oh, bendita idea de matricularse en el instituto de su apreciada alondra. Mataba dos pájaros de un giro con toda aquella absurda actuación: se vengaba de ese absurdo devorador de malvaviscos que tenía por novio y hacía su pasatiempo favorito, que consistía en joder a Hibari Kyoya en todo lo posible.
Pese al maquillaje que hacía las facciones del muchacho más finas, el sonrojo del castaño era visible por completo. Siempre había sido tímido en esos aspectos, aunque fuera una simple actuación.
Y eso jodía tremendamente a cierto espectador de cabello azabache y ojazos color azul grisáceo.
Atrajo al castaño que vestía una bonita peluca del mismo color que su cabello original y un vestido naranja digno de princesa. Le quedaba demasiado bien como para ser un chico.
El muchacho apenas y recordó lo que tenía que decir antes de que el mayor tomara su mentón y le alzara el rostro, acercándose a él...
Y una tonfa voladora se interpuso entre ambos.
—¡Corten! —dijo la «directora»—. ¡Hibari Kyoya, me importa poco que seas el más temido del instituto! ¡No te metas en mi obra!
—Tsk —rodó los ojos, cruzándose de brazos.
Afortunadamente, la campana sonó y el ensayo de la obra de final de curso terminó.
—¡Bien! ¡Mañana a la misma hora!
Mukuro sonrió al ver el alivio en el rostro del castaño, quien abrió los ojos aún sonrojado.
—Mañana no te libras —guiñó un ojo.
—¿Byakuran está de acuerdo con esto? —preguntó, mirando el reojo la molestia clara del albino.
—Ese idiota no me importa —bufó.
Tsuna se separó de él y se dirigió con un gran sonrojo en su rostro a su novio, quien se cruzaba de brazos con molestia.
—Kyoya...
—Vamos, no tengo todo el día.
El chico suspiró y aceptó. Cogió la mano del azabache y entrelazó sus dedos con los suyos.
—Kyoya, solo es una obra...
—Lo sé.
Pero seguía sin agradarle la idea de que alguien más tocara a su herbívoro.
—¿Por eso estás enfadado?
—No estoy enfadado.
—Sí lo estás.
—No.
—Sí.
—No.
Y Tsuna suspiró.
—Sabes que solo te quiero a ti, Kyoya. Aunque, después de todo, tú no aceptaste participar en la obra.
—Sigo sin entender por qué tú sí.
—Porque sino suspendo teatro.
—Ya. Claro.
Rodó los ojos y Tsuna sonrió. Sabía que su novio era muy enemistado con Mukuro. Que fuera precisamente él quien hiciera el papel de príncipe... definitivamente, era un hecho que no agradaba nada a su novio.
Dicen que los celos son malos, pero él seguía queriendo a Kyoya tal y como era. Además, estaba bien justificado, pues Mukuro mucho no ayudaba para que su azabache estuviera más tranquilo.
—Kyoya... —suspiró, y se puso en frente suya—. Te quiero.
Esbozó una leve sonrisa y atrajo al castaño hacia él, tomando sus labios en un suave movimiento.
Tsuna sonrió en el beso. Sabía que ya había contentado a su novio.
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Tsunayoshi no tenía ni idea de lo que sucedía.
De repente le habían dicho que Mukuro había sido secuestrado. En el maldito último acto de la obra, el príncipe de la historia había desaparecido.
¿Y ahora qué? Era el más importante, donde se revela la identidad del príncipe y daba fin a la obra.
Enredó en sus dedos las hebras castañas de la peluca que llevaba puesta, y miró a Keiko, quien llevaba la dirección del guión.
—Mukuro-kun fue visto con un chico de pelo blanco que le llevaba a rastras... —dijo Kyoko.
—Hahi, a mí me han dicho que estaba con Hibari, peleando... —dijo Haru, quien había venido de espectadora y además era la diseñadora de los trajes.
—Ahora no importa, tenemos que encontrar a un sustituto. Y rápido.
—Ya sé a quién —dijo Keiko, sonriendo con maldad.
Esa muchacha era el mismo diablo cuando se trataba de la perfección de la obra, pues ella era la escritora del guión.
—Sal, Sawada, y di tus frases. Ahora irá el príncipe.
—Hmm... de acuerdo...
Salió como dijo y dijo la parte de su guión con nerviosismo. Buscó con la mirada los orbes azul grisáceo de su novio, pero no los encontró. Se tensó aún más.
Reaccionó cuando apareció el sustituto de Mukuro, arrodillado ante él. Cogió su mano como debía hacer y sintió un escalofrío. Conocía ese tacto.
Se levantó y le miró.
Sintió su corazón dar un vuelco cuando distinguió esos ojos que tanto amaba. Azul y gris, hermosos.
—Tranquila, my lady —dijo, y le atrajo hacia él—. Yo te defenderé con todo mi alma y corazón para el resto de nuestros días.
Sabía que estaban en una obra de teatro, pero que Kyoya dijera eso... era inédito. Se ruborizó más de lo necesario, y sonrió, diciendo su guión.
El azabache se acercó a sus labios y el castaño se dejó hacer, bastante incómodo debido a la situación en la que estaban.
En frente de todo el instituto...
Sin embargo, el beso de su novio era tan pasional, tan profundo, que le rodeó el cuello con sus brazos y profundizó el contacto. Duró más de lo necesario.
—Te amo —susurró el castaño a su oído cuando se separaron, aunque supiera que no entraba en el guión.
El azabache le sonrió y se sacó la máscara, diciendo las últimas palabras que debía decir antes de volver a besarlo, aunque no hubiera ningún beso en ese momento.
El narrador dijo el típico «vivieron felices y comieron perdices», y todos aplaudieron.
Tsuna nunca sabría que el repentino cambio de actor se debió a una alianza temporal de Kyoya y Byakuran para impedir aquel ridículo final de esa actuación.
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Salut, lectores~.
Bien, aquí estoy con el siguiente XD. Es que va lentito porque quiero tener uno ya hecho previamente. Osea, el siguiente está hecho ya XD.
Next kiss: Enojado
Os dejo el spoiler~.
—Estás así de irritado por Hibari, ¿verdad? —dedujo, y el cielo suspiró—. ¿Cuándo quieres cargártelo? Yo estoy dispuesto a ayudarte. Incluso a hacerlo por ti.
¿Merezco comentario/voto? ¿Disparo? ¿Tartita?
Au revoir~. Nos leeremos pronto~.
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