• Parte 4

El domingo la pareja regresó y el lunes continuó cada uno con su trabajo, sobre todo Autumn quien tuvo ese día desde las diez de la mañana hasta las ocho de la noche, alrededor de diez clientas, por automaquillajes hasta pruebas. El martes de Nochebuena, fue a la mañana a la casa de Avalon para maquillarla ya que a la una de la tarde recibía algunas invitadas para almorzar.

La chica llegó con un taxi al domicilio en donde se encontró en una zona residencial y millonaria, apenas bajó, tocó el timbre y un mayordomo la recibió haciéndola pasar. Enseguida le dio la bienvenida Avalon con una sonrisa y un beso en la mejilla, las dos fueron al dormitorio a pedido de la mujer en donde entraron a un cuarto donde tenía un pequeño estudio de maquillaje.

—Este es mi tesoro —le manifestó con una sonrisa.

—Lo es, es precioso el lugar.

—Muchas gracias, te pido disculpas que te haya llamado en el momento para que me maquilles sin haber agendado la cita, vienen unas amigas y quiero estar un poco presentable.

—No te preocupes, me sorprendió que me llamaras antes del evento, no tenía trabajo hoy, así que, ha venido bien la cita —le sonrió— y con respecto a lo que me has dicho, Avalon, ya eres una mujer bella, no necesitas tanto maquillaje, pero trataré de resaltar tus puntos de luz.

—Gracias —se sentó frente al espejo—. Cuando voy a la empresa acostumbro a maquillarme bastante natural, prefiero los colores tierras, así que, hoy no será la excepción, salvo que quiero que resaltes un poco más los ojos en vez de la boca.

—De acuerdo —abrió la paleta de colores neutros y tierras—. Podemos hacer una combinación en estos colores —le señaló con el mango del pincel cinco colores—. No reforzaremos con un delineado en el párpado móvil en negro, pero sí en marrón más oscuro y un delineado en negro por dentro y con poca máscara de pestañas, en los labios, podríamos probar con un color piel tirando al marrón claro.

—Me gusta la paleta de colores para el rostro.

—¿Usas base para ir a trabajar?

—Sí, algo sutil y liviana, con poco rubor.

—Bueno, pondremos eso y el rubor en color tostado.

—Perfecto.

—Me gusta el cuadro que tienes en el estudio.

—Gracias, en la oficina que tengo en la casa y en la empresa tengo un cuadro en cada lugar de hojas otoñales también.

—¿Te gusta el otoño?

—Sí, por sus colores.

—Creo que me estoy dando cuenta incluso por tu estilo de maquillaje cuando vas a trabajar. Perdón por lo que te comentaré, pero, no sabía hasta hace unas semanas atrás que tú eras la dueña de Avalon.

—Discúlpame por no avisarte, no acostumbro a hacerlo porque no quiero que la gente me trate de diferente manera, creo que me entiendes —se miraron a través del espejo y la chica asintió con la cabeza.

—Te entiendo, me pasó algo parecido el año pasado cuando la empresa de mi padre y la de su amigo terminaron en una rivalidad por ese robo, perdí bastantes clientas y tuve que empezar de nuevo tratando de no meter mi apellido de por medio.

—La gente y sus conjeturas baratas, siempre pasa lo mismo, si tienes el apellido de alguien que estuvo en una situación dudosa, te tildan como que tú también eres culpable de eso.

—Exacto, así que, me tuve que reinventar, recién hace un mes más o menos que comencé a tener varias clientas, sobre todo en estas últimas semanas gracias a ti, desde que subí tu foto, me pidieron muchas citas.

—Me alegro de verdad, Autumn, creo que tienes demasiado potencial en este mundo del maquillaje.

—Te lo agradezco mucho, Avalon. Bueno, ¿empezamos?

—Sí.

Mientras Autumn la iba maquillando, las dos charlaban también y a la media hora le trajeron un café con masitas casi finalizando el trabajo.

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