Tres semanas habían pasado y Sakura estaría mintiendo si ella decía que estaba teniendo un gran progreso con Otogakure. Lo primero que hizo fue enviar a todos los shinobis de alto rango fuera de la aldea para reunir las recompensas y recaudar los fondos que pudieran para poder reparar los edificios que rodeaban todo el pueblo, arreglar el muro exterior y reemplazar las puertas. Se sorprendió cuando todos los shinobis hicieron lo que ella ordenó en poco tiempo y sin dudar. Cuando le preguntó a uno de los pocos miembros de ANBU, él le sonrió.

-"Es solo que no hay nadie en este maldito tiempo que haya hecho cambios por aquí, todo lo que queremos es que nuestro hogar esté en buenas manos, y si alguien está dispuesto a tomar el desafío, lo seguiremos encantados".

El corazón de Sakura se calentó. Así que durante tres semanas enteras, apenas dormía y se centraba en su trabajo. Ella personalmente repasó los archivos de cada shinobi en el pueblo, los organizó en diferentes pilas basándose en el conjunto de habilidades y la naturaleza del chakra, y luego comprobó todo para asegurarse de que estaban de la clasificación correcta.

Eso tomó al menos una semana. Al menos. Realmente no sabía cuánto tiempo había pasado. Se había puesto tan mal hasta un punto que incluso Kabuto había mostrado preocupación y le había preguntado por su salud. Ella le dijo que estaba bien e incluso tomó una siesta de dos horas para ayudar a su cansancio.

Pero al final de esas tres semanas, pudo ver que los fondos aún eran bajos y lo único que realmente podía hacer con el dinero que tenía en la mano era donar ese dinero a escuelas, orfanatos, el hospital, clínicas y etc. Sakura sabía que no podía mantener este ritmo. Todavía tenía que arreglar el plan de estudios dentro de las escuelas, tanto shinobi como civiles, tenia que disminuir los índices de delincuencia, entrenar a los médicos, arreglar el sistema hospitalario, encontrar a alguien para proporcionar armas, poder traer más dinero ...

Sakura se hundió en su silla, trayendo una mano para masajear su frente. Sabía que estar en la más alta posición de poder requería mucha atención y responsabilidad, pero nunca creyó que tenía que reconstruir prácticamente toda una aldea llena de gente que dependía ciegamente de ella, a pesar de no saber nada sobre ella .

-¿Es ese arrepentimiento el que tengo noticias de ti? - Inner-

-No lo es-

Inner rió burlonamente.

Creo que ambos sabemos la verdadera respuesta a eso - Inner-

Estaba a punto de perder la cabeza con su voz interior antes de que Kabuto golpeara su hombro para llamar su atención. Sakura se incorporó despacio y miró hacia él. Algunos mechones de pelo estaban sueltos y ella podía ver los círculos oscuros y pronunciadas ojeras debajo de sus ojos. Si se veía tan mal, Dios sabe cuánto peor debe mirar en comparación.

-"Alguien está aquí para verte, ¿Debería decirle que regrese más tarde?"-

-No, está bien, déjelo entrar-

Kabuto asintió y abrió la puerta. Un niño entró, mirando alrededor nerviosamente y sujetando algo contra su pecho. Se acercó al escritorio antes de apartar las dos manos y agacharse profundamente.

-¡Ah, señora, no tomé nada del dinero, lo juro!-

Era su cartera. Sakura lo tomó, inspeccionando el exterior con gran interés antes de colocarlo en el pequeño espacio del escritorio que no estaba lleno de carpetas y papeles. Ella le dirigió una mirada curiosa.

-"¿Por qué lo devolviste? No lo pedí"- ella dijo. El chico se movió un poco.

-"Yo ... Eres muy amable conmigo, señora, después de lo que hiciste, no podría pagarte tomando tus cosas así, además, seré un shinobi un día ..."-

De mala gana miró hacia otro lado.

-"... no se supone que un Shinobi sea así, estamos aquí para proteger a la gente, no a quitarles"-

Kabuto detuvo lo que estaba haciendo y miró fijamente el porta papeles en sus manos, atónito ante lo que acababa de oír. Sakura le dirigió al chico una sonrisa cansada mientras se acercaba a la mesa para frotar su cabello.

"Veo un buen shinobi en ti. Sigue haciendo lo que estás haciendo, chico."

Se puso colorado, le dio un grito de agradecimiento y una reverencia un tanto descuidada, luego se excusó de la oficina. Sakura cayó de nuevo en su silla con un suspiro pesado mientras ella llevaba su mano hacia su frente. Este pueblo tenía un shinobi tan prometedor que merecía algo mejor que lo que la aldea estaba ofreciendo. Y después de la exhibición que acababa de ver, tenía que trabajar más duro de lo que era antes.

Necesitaba aliados...

De repente, sacó una pequeña pila de papeles en blanco y comenzó a escribir rapidamente. Kabuto salió de sus pensamientos y le lanzó una mirada de sorpresa.

-¿Sakura-sama?-

-"Voy a hacer una lista dentro de esa lista son las cosas que espero estar terminado dentro de un mes, tal vez un mes y medio dependiendo de cuánto tiempo me voy. Entre esas cosas se implementará un nuevo curso de educación. Para los estudiantes de la Academia Shinobi y las escuelas civiles, así como una nueva clase de entrenamiento para los profesores "- Ella explicó. La velocidad de su escritura era increíblemente rápida y llenaba rápidamente las hojas en blanco. Después de terminar cinco hojas las agarró de su escritorio y se las entregó a Kabuto.

Ella se levantó y agarró la capa negra que cubría su silla y procedía a sujetarla alrededor de sus hombros.

-"Por supuesto, no espero que lleves a cabo todo eso por ti mismo, dale a Sasame-san y Kotohime-san también, no seas tímido"-

-"Espera un minuto, una lista de cosas que hay que hacer, durante un mes, ¿a dónde piensas ir?"- preguntó. Sakura abrió su cartera para revisar el dinero que había dentro. Ella asintió con la cabeza. Esta cantidad debe ser capaz de cubrir sus gastos para la totalidad de su partida.

-"Reunir aliados"- Ella respondió simplemente: -"A este ritmo, Otogakure está mejorando, pero no va lo suficientemente rápido, ya tengo un plan en mente"-

Ella sostuvo dos pergaminos, cada uno con el mismo mapa pero con diferentes marcas.

-"Tengo uno donde marcó los países neutrales y las aldeas. Si no están directamente involucrados con Konoha, puedo obtener su ayuda. Yo sé que puedo. Y el otro mapa que tengo tiene los lugares en donde los shinobis de Konoha se han visto las últimas tres semanas ... Si evito esas áreas, no me atraparán.

Sakura volteó su capucha y se dirigió hacia la puerta.

-"Debería ir contigo, Sakura-sama, no podría dejarte ir solo ..."-

-No confías en mí, lo sé- ella suspiró.  Kabuto solo se sorprendió: -No tienes que esconderlo, hemos estado en la compañía uno del otro durante tres semanas y he visto la sorpresa en tu rostro cada vez que he hecho algo por el pueblo. También creo que estás aquí porque fue la última orden de Orochimaru, no por tu propia voluntad.

Kabuto permaneció en silencio un rato antes de sonreír.

-¿Es obvio?

"Un poco."

Se metió la cartera en el bolsillo trasero y se pusó sus guantes. Se acercó a Kabuto y le puso una mano tranquilizadora en el hombro.

-No voy a forzarte a que te quedes-

Se puso rígido.

-"¿Qué clase de persona debo hacer para que alguien se quede donde ellos no quieren estar?" "Puedes dejarme si quieres, toma todo el conocimiento que quieras, no te detendré". -ella dijo, le sonrió y se dirigió a la puerta para partir - "No tienes que decidir ahora, pero cuando vuelva y no estés aquí, sabré tu respuesta"-

Cerró la puerta detrás de ella. Cuando estuvo seguro de que se había ido, su sonrisa se redujo y sus ojos se dirigieron al asiento vacío de la oficina.

#No voy a obligarte a quedarte#

Él frunció el ceño.

::

Estaba en la negación. Pero, de nuevo, ¿quién no? Nadie sabía cómo reaccionar ante la noticia e intentaba inventar todas las excusas que podían. Tenía que ser algo. Todo menos eso.

Ella se movió lugares!

Ella no está en el pueblo.

¡Ella fue secuestrada!

No había intruso. Su apartamento tampoco mostraba signos de lucha.

Ella se fue en un viaje largo! Tal vez ... Tal vez para encontrar hierbas!

Todo su apartamento estaba limpio. Sus cuadros y ropas habían desaparecido.

Ella fue en una misión!

El Hokage no le asignó nada.

Ella ... nos abandonó ... ¿a  nosotros?

Y ni siquiera se despidió.

Naruto lo saludó con una sonrisa la primera vez, diciendo que Sakura nunca haría algo así. Insistió en que ella tenía algún tipo de negocio personal para cuidar y que ella regresara tarde o temprano. Pero a medida que los días pasaban, lenta y dolorosamente, esa sonrisa en su rostro finalmente cayó en una lúgubre línea de realidad. Y si Naruto cayó en ese sentimiento, todo el mundo sabía que tenía que ser verdad. Que ella se había ido. Que se fue sin decir una palabra.

Ino estaba furioso ante la noticia. Ella entró en un frenesí la segunda semana de la desaparición de Sakura y continuó durante horas sobre cuánto la odiaba. Ella gritó sobre cuánto la odiaba y cuánto molestia era realmente esa chica en su vida. Pero en las últimas horas de sus gritos y gruñidos, lo perdió. Se derrumbó justo en la tienda de flores y lloró un río de lágrimas, mientras murmuraba lo estúpida que era Sakura.

Sai no estaba seguro de cómo tomarlo. Todavía muy nuevo en el concepto de las emociones, consultó varios libros para tratar de explicar lo que estaba sintiendo. Después de estudiar durante algún tiempo, se acomodó en dolor o incredulidad. Consideró a Sakura como uno de sus pocos "amigos" y quedó muy sorprendido las acciones que ella decidió realizar. Él no la conocía tan bien o durante tanto tiempo como Naruto o Ino, por lo que no había caído en una especie de depresión sin esperanza. Simplemente se sentía como un aguijón que no desaparecía.

Kakashi... Kakashi se calló en el momento en que oyó. Su mente de genio pasó por varios escenarios que posiblemente podrían explicar la repentina desaparición de Sakura, pero él era un shinobi experimentado para ser optimista sobre este tipo de cosas. De alguna manera, sus pies no lo llevaban al mismo destino que siempre. No estaba en la piedra conmemorativa, sino en el frente del apartamento de Sakura. Permaneció allí durante largo rato, con el conocimiento penetrando en sus venas. Se había ido y dejó a un estudiante por segunda vez.

Pero no importaba cuánto dolieran o cuántas lágrimas derramaran, no iban a rendirse. Iban a encontrarla y convencerla de que regresara a casa, a pesar de lo que cualquier miembro del consejo había dicho sobre ella.