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Les va gustando el fic?
Pronto veremos algunas cositas más en la trama :D
COMENTEEEEEEN ALAVERGAAAA👹👹👹👹👹👹👹
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Sunoo estaba en casa, hace poco más de 10 minutos había llegado, pero desde que cerró la puerta de entrada detrás de él, dejó salir todos sus sollozos, ahogándose en sus propias lágrimas y lamentos.
¿Porqué nadie quiere quererme?
Se preguntó mientras se secaba las lágrimas e iba a la cocina para sacar las compras que hizo hoy mismo.
Ella es tan linda... tan amable, tan carismática, era obvio que iba a escogerla a ella... y no a mi.
Su garganta dolía de tanto aguantar los sollozos.
Sacó las lámparas de lectura que compró, junto con los ingredientes de la cena de esa noche y ese platico en forma de corazón el cual por la caída de las bolsas, se había roto.
Pero no quería botarlo, solo lo volvió a guardar, talvez podía repararlo.
Empezó a cocinar, secándose las lágrimas de tiempo en tiempo, con su labio inferior temblando al igual que sus manos.
Al menos estar ocupado en la cena de esa noche, impedía que pensara demás en lo que había pasado ese día, pero a todo eso ¿Dónde estaba Ni-ki? Ya casi pasaba una hora y media desde que él llegó a casa.
No, prefiero no saber...
Había elegido vivir una mentira, engañarse un poco más, esperando dejar de sentirse tan mal, pero cuando ya habían calmado sus lágrimas y ya todo estaba a punto de cocer, mientras se lavaba las manos, vio el anillo de bodas en su mano izquierda.
-A-acabo de casarme...- y se lamentó hasta llegar de rodillas contra el suelo, sintiendo las lágrimas volver cuando pensó que ya se habían terminado, sintiendo su garganta arder cuando los sollozos escaparon de sus labios color carmín.
No esperaba ser la primera opción, pero siquiera era una opción.
Pasaron otros 20 minutos donde estaba sentado en el suelo de la cocina, en una tristeza tan profunda que le rogaba acostarse en su cama y dormir hasta que el dolor se vaya.
Pero no, se paró, se secó las lágrimas y apagó el fuego de las estufas.
Cuando estaba por irse de la cocina, escuchó el sonido de la puerta abriéndose, dejando ver a Ni-ki.
-Bienvenido a casa- Sunoo fingía su sonrisa.
Pero clara era la prueba de que estuvo llorando, sus ojos solo un poco hinchados, junto con sus mejillas y nariz roja, sus labios color carmín y su mirada decaída, parecía una escultura de porcelana de un ángel en pena.
Aún llorando, se veía tan lindo.
-¿Podemos hablar sobre--
-No, así está bien- dijo sin mirarlo -¿Quieres cenar?
-Pero no sé lo que quieres, yo no--
-Lo sientes ¿Verdad?... eso es suficiente- dijo Sunoo dejando el plato de comida en frente de Ni-ki y uno enfrente suyo -Disfruta la comida- y sin decir nada más, empezó a comer.
Ni-ki en verdad no sabía si estaba bien o no dejarlo pasar, Sunoo parecía tan seguro de sus palabras que talvez y si era la mejor opción, talvez Sunoo estaba demasiado dolido como para hablarlo.
Pero él igual se sentía mal, ¿A quién engañaba? solo quería un poco de irresponsabilidad.
Aunque, ¿Estaba bien intentar las cosas con Sunoo? o ¿Sólo iban a empeorar las cosas? era algo que cruzaba por su mente mientras miraba el plato de comida enfrente suyo, comida que olía y se veía de maravilla.
-Lo siento...- dijo Ni-ki, alcanzando la mano izquierda de Sunoo con su mano derecha -Ya no te mentiré más.
El omega dio un gran suspiro, se venía venir esto, pero no quería aceptarlo.
-Yo... quisiera... ya sabes...- Sunoo trataba de no llorar otra vez.
-Te prometo que lo voy a intentar ¿Si?
-E-es que...- sus intentos fueron fallidos, ya estaba llorando -y-yo soy tu esposo...
-Lo siento... creí que ambos no queríamos esto, fue mi culpa- no sabía cómo calmar a Sunoo -Lo siento, por favor, deja de llorar.
Se paró y abrazó el cuerpo de Sunoo, dejando que este saque parte de sus sollozos hasta ahogarlos en su pecho.
-S-sé que no me quieres... pero por favor... haz como si lo hicieras- sorbio su nariz mientras sus piernas temblaban -no me importa si es una mentira.... no tienes que sentirlo... solo quédate a mi lado.
Esas palabras rompieron por completo el corazón de Ni-ki, él nunca se había sentido como Sunoo lo explicaba o demostraba, pero solo con verlo desde ahí, se veía lo mucho que sufría Sunoo.
-Te voy a querer... te prometo que te voy a querer... lo siento.
Pasaron dos horas de eso, Ni-ki acababa de secarse el pelo luego de bañarse, cuando entró a su habitación, Sunoo estaba dormido hecho bolita en una esquina de la cama, con su pelo limpio y suave, igual se había bañado.
Ni-ki se sentía terriblemente mal, esta vez, sí lo iba a intentar.
-Perdón- dijo Ni-ki, acostándose al lado de Sunoo, atreviéndose a abrazarlo y aspirando su aroma mientras dormían.
Por alguna razón, dormía mejor con el aroma de Sunoo cerca.
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Ni-ki despertaba a las 8 am del día siguiente, con Sunoo sujetando su pijama con una de sus manos.
Vió que Sunoo abria los ojos suavemente mientras suavisaba su agarre en su pijama hasta que por fin despertó.
-Ah, lo siento- se sentó rápido, pues estaba acostado sobre el brazo de Ni-ki, así que se separó rápidamente -Yo no--
-Está bien, estamos casados ¿No?- dijo Ni-ki de manera suave y relajada.
-Sí... eso creo- respondió Sunoo.
-Entonces ¿Vamos a desayunar?
-Ah... claro, te preparo algo- sin mirarlo, se paró de la cama y se puso un par de pantuflas.
-¿Tu no vas a desayunar?
-No creo, no tengo hambre, pero puedo preparar algo para ti- se paró de la cama pero fue jalado de vuelta a esta ni bien dio un paso.
-Si tu no desayunas, yo tampoco- dijo Ni-ki abrazándolo muy suavemente.
-Tu trabajas, tienes que comer bien.
-Y tu haces todo en casa, eso es más pesado que mi trabajo de oficina, también debes comer bien.
-Ni-ki... no tienes que hacer esto- dijo Sunoo quitando las manos del alfa de encima de él -no te sientas obligado a quererme.
-Lo hago porque quiero.
Sunoo se quedó en silencio.
-Estamos casados ¿Verdad? Salgamos a pasar el rato.
-Pero tienes que trabajar- Sunoo dijo aun sin darse la vuelta.
-Puedo pedir permiso, es solo un día ¿Si? Iremos a desayunar y almorzaremos lo que tu desees, cocinas todos los días, es bueno tener descansos.
Sunoo volteó a verlo con una muy suave y melancólica sonrisa, casi triste.
-Entonces vamos.
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Sunoo estaba esperando frente a la cafetería de desayuno a Ni-ki quien fue a buscar dónde parquear el auto, Sunoo no quería entrar solo, así que lo iba a esperar.
-Hey, bonito- dijo un chico, aparentemente ebrio.
Había lidiado con esa clase de tipos tantas veces, que esta vez donde estaba tan deprimido, decidió no hacer nada, era una molestia darle atención a eso.
-¿Te dejaron solo? Puedo hacerte compañía- dijo un chico al lado de otro que le habló primero.
-Perdón, estoy casado- dijo Sunoo sin mirar a ninguno, aunque ese título prácticamente no significaba nada.
-Tu esposo no se tiene que enterar ¿O si? Vamos- uno de los dos se acercó a Sunoo por la espalda y tocó su cadera.
-Después de él voy yo- dijo el otro, llevando su mano a su cintura.
Estaba a punto de lanzar les un golpe, ya que no estaba de humor para ser racional, pero alguien intervino primero.
-Oigan- una voz apareció a poca distancia -Suelten a mi esposo.
Era Ni-ki quien vio la escena desde una cuadra antes y corrió lo más rápido que pudo para evitar que Sunoo se sintiera más incómodo.
Ni-ki de un manazo, quitó las manos de esos tipos de encima de Sunoo, para ponerse delante de él.
Sunoo notó algo importante, Ni-ki llevaba en su mano izquierda el anillo de bodas.
¿En verdad lo quieres intentar?
Cami~
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