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Sunoo despertaba esa mañana del 25 de diciembre, por el sol que llegaba a su rostro y lo obligaba a ver de dónde provenía el brillo cegador.

Pero tenía fuerza nula en sus brazos, y fue cuando recordó lo de anoche.

El cómo Ni-ki sujetaba su cuerpo como si fuese una muñeca de trapo, la facilidad que tenía para mantenerlo en el aire con un brazo y las muchas marcas que había dejado en su clavícula y pecho.

Aprovechó que su esposo estaba a su lado, rodeándolo con sus brazos para acurrucarse ahí del frío.

Pero pasó poco tiempo hasta que el alfa despertó y lo primero que vió al despertar fue a Sunoo.

-Te ves tan lindo- dijo Ni-ki besando la mejilla de su esposo mientras con su mano sujetaba su cintura desnuda y acariciaba su piel tersa y suave.

-Pero estoy sin maquillaje... y acabo de despertar, mi pelo es un desastre- dijo suspirando con suavidad.

-A mi me encanta este desastre.

Sunoo sintió los besos contrarios en su cuello y empezó a preguntarse porqué Ni-ki actuaba tan extrañamente cariñoso ese día.

Era como un gato muy grande, como un puma, grande e imponente, pero un gato después de todo, frotándose a él y añorando sus caricias.

-Tengo que ir a hacer el desayuno- dijo Sunoo cuando Ni-ki lo atrapó más en sus brazos.

-Eso no importa, quédate conmigo más tiempo- besó su mejilla, llevando sus besos a su cuello.

-¿Entonces no tienes hambre?- Sunoo dijo abrazando al contrario para darle libre espacio sobre su cuerpo.

-Solo de ti- y colocó sus manos en la cintura contraria.

-Hey, espera- Sunoo creía saber a dónde iba eso -estoy muy cansado todavía.

-No te preocupes-  se posicionó en medio de sus piernas -no tienes que hacer nada, yo haré todo.

Y luego de eso, hubo otra hora donde Sunoo perdió la muy poca fuerza que le quedaba en sus brazos y piernas por la noche anterior.

Ni-ki sujetaba la mano de Sunoo mientras eran las 10:30 am y ya acabó su "mañanero".

Era algo extraño para Ni-ki, Sunoo se veía tan perfecto, tan lindo, con una piel tan hermosa, con los ojos tan brillantes y su pelo tan sedoso.

La chica con la que salía antes que él, era linda, sí, pero comparando, Sunoo era como la perfección humana, le daba ganas de llevarlo a todo lado para que todos sepan lo lindo que es su esposo y nunca separarse de él.

Era extraño, pero ayer aunque si veía lindo a Sunoo, no lo veía tan lindo como lo era en ese momento, era perfecto.

Pero Sunoo tenía dudas en su cabeza que no tenían respuesta, que vivían en su mente pese a que todo ya había pasado.

¿Irá con ella de vez en cuando?

Aunque olvidaba a esa chica casi todo el día, sin que él se lo esperará, volvían a aparecer las dudas.

Mientras Ni-ki se paraba a recoger el desayuno que pidieron a un repartidor de comida, Sunooo miraba su anillo de bodas aún en su mano.

¿A ella igual la tratabas así?

¿Porqué no podía solo disfrutar el día? Aún tenía preguntas que no se dignaba a preguntar y respuestas que se daba él solo con lo que pasaba ese día.

Odiaba tener que recordar a Ni-ki sujetando otra mano que no era la suya y el cómo dudo la primera vez en admitir que él era su esposo.

Apretó sus labios y suspiró mientras el alfa abría la puerta con el desayuno en manos.

-¿No crees que es un buen desayuno? Papá me lo recomendó- dijo el alfa con una sonrisa.

Era como si la vitalidad habría vuelto a su cuerpo luego de trabajar más de 8 horas extra esos últimos 5 días.

Sunoo apenas podía levantarse, pero Ni-ki podía ir de aquí para allá con vueltas y giros mortales de lo alegre que estaba siendo ese día.

-Se ve rico- dijo Sunoo sujetando una de las bolsas de comida, ya tenía la pijama del alfa puesta, la suya sabrá Dios donde estaba.

-No tanto como lo que tu preparas.

El omega sonrió mientras abría con lentitud el pan con pollo ahumado y especias.

-En estas condiciones no puedo cocinar- dijo Sunoo haciendo referencia a que le dolía caminar y sentarse derecho.

-Tendré que pagar el precio, porque pasará muy seguido de ahora en adelante.

Sunoo sonrió hasta que entendió a lo que se refería Ni-ki.

¿Lo haremos más veces?

.

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Sunoo caminaba de la cocina a la sala, con postres recién salidos del horno y los más grandes llevados por Ni-ki.

Le dolía un poco sentarse, pero estaba bien, los calmantes surgieron efecto.

-Dame otro beso- Ni-ki dijo cuando ya no tenían los postres en manos.

Sunoo solo se los daba, pese a que ya le dió como 30 en esa media hora donde preparaba los bocaditos para cuando sus amigos vengan.

Ni-ki consideraba a Jungwon y Jay como amigos, ya que al estar en ese país, no conoció a alguien más que ellos que no sea por trabajo, así que  él igual los eligió a ellos para el intercambio de regalos.

Cuando Ni-ki sujetó la cintura de Sunoo profundizando el beso, un toque en el timbre de la puerta de entrada lo detuvo a ir más lejos.

-Llegaron- dijo Sunoo separándose del alfa para abrir la puerta y dejarlo sentado con una sonrisa para luego ir a abrir la puerta.

-¡Feliz navidad!- dijo Jungwon con una vestimenta afelpada y roja, muy navideña, al igual de que Sunoo llevaba una chaqueta roja con detalles blancos, igual bastante navideño.

-¡Won!- dijo Sunoo abrazando a su amigo, viendo que por detrás estaba Jay con una bufanda roja, probablemente idea de Jungwon.

-Espera- antes de que alguien más pueda decir algo, Jungwon sintió algo diferente en el aire -ven conmigo- y lo jaló al baño sin decir absolutamente  nada más.

Sunoo llevaba un cuello de tortuga, fácilmente se podía explicar que llevaba eso por el frío, pero Jungwon sentía algo más.

-¡No puede ser!- dijo Jungwon cuando jaló del cuello de tortuga viendo todas las marcas que Sunoo llevaba en el cuello -Ya no eres virgen.

-Pues... ah... estamos casados.- levantó sus hombros.

-Sí, pero, o sea... ¿Qué tal fue?

-Impresionante- fue lo primero que Sunoo dijo luego mostrando sus manos separadas, mostrando el tamaño de Ni-ki mientras con señas hacía referencia al cómo éste lo tomó el día anterior.

-¿Tres?

-No, cuatro- hizo referencia a las horas en las que estuvieron su primera noche juntos -y una esta mañana.

-Ni-ki no pierde el tiempo- Jungwon dijo -Bueno, mientras te haya gustado, no tengo nada que decir- pero antes de que salgan del baño, preguntó algo -¿Te marcó?

-No... estamos casados pero creo que es algo pronto ¿No?

-Sí, eso mismo te iba a decir- y salieron del baño luego de eso, viendo que Jay y Ni-ki hablaban amenamente.

Luego, el intercambio de regalos dio paso, Ni-ki le había regalado la nueva colección de la joyería favorita de Sunoo pero Sunoo le regaló, a parte de lo de anoche, investigó por su cuenta algo con sus suegros.

Ni-ki cuando era pequeño, no siempre tuvo la economía que tenía ahora, cada año pedía lo mismo en navidad pero por cuestiones económicas, no podía llegar.

-Oh, que bonito papel de regalo- dijo Ni-ki viendo que el papel era de dinosaurios, con una pequeña carta al lado que decía "nos tardamos encontrando tu casa, perdón por eso, atentamente: Papá Noel y los duendes" Ni-ki confundido abrió con cuidado el envoltorio.

Vió que el primer dibujo que salió fue un pequeño tren.

-¡No puede ser!- Ni-ki se emocionó abriendo el regaño ya sin importarle el envoltorio -¡No puede ser!

Las lágrimas se juntaron en sus ojos, era un tren de juguete que avanzaba a control remoto y tenía rieles para colocar el en suelo.

Lo más asombroso, era que siempre quiso ese modelo, ningún otro, siempre pidió ese modelo y hasta parecía que estaba descontinuado, pero de algún modo, estaba ahí, en sus manos.

Y esa fue otra oportunidad en el que el alma de Ni-ki se abrazó a la de Sunoo mientras dejaba que su corazón palpitara por él.

-Eres asombroso- dijo Ni-ki abrazando la caja de juguetes.

Es misma tarde, mientras Jay servía unas copas de vino y Jungwon comía postres con Sunoo.

Ni-ki armaba su tren de juguete, con un sombrero de capitán que venía en la caja, con una sonrisa de oreja a oreja que demostraba lo feliz que era esa navidad.

Sunoo, después de todo, si era él ser más perfecto que podría haber conocido.

1/?

Cami~