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-Simisage, ¿qué tal estas, amigo? Siento no haberte hecho mucho caso últimamente, y más ahora, qué has demostrado cuán lejos ha llegado nuestra amistad.- El pokémon sonreía a Millo y parecía estar diciendo: "No importa".
Después de conocer a Brycen, el líder de gimnasio de aquella ciudad, éste les pagó una noche en un hotel rural cercano a su gimnasio. Así que después de comer, Ash fue en seguida hacia su dormitorio temporal para coger fuerzas para la pelea del día siguiente. Millo también se fue a dormir, pero no pudo. Cepillaba a su Simisage mientras se preguntaba dónde estaría Iris. Vaya, otra vez pensando en ella. "Esto ya es molesto, desde ayer Iris es lo único que me ronda por la cabeza", pensaba. Pero, sin embargo, una parte de él se llenaba cada vez que lo hacía.
-Simisage, esto del amor no es ninguna tontería. Una vez que tu corazón elige a alguien, ese alguien pasa a ser tu mayor preocupación a toodas horas. Amigo mío, yo siempre había estado del lado del amor, pero procura no enamorarte todavía. Solo es un consejo.
-¡¡Azew!!
-¿Axew? Simisage, ¿qué...?- Simisage observaba a su amo y parecía tan desconcertado como él. El grito de Axew volvió a escucharse, pero esta vez más bajo.- Viene de la ventana.
Millo se asomó a la ventana y buscó a ese Axew que gritaba tanto. No le costó mucho hallar a un Axew intentando subir a un árbol muy cercano al hotel. Su mirada se dirigía a la copa del árbol, donde parecía estar hablando con alguien. Y entonces, Millo divisó la característica mata de pelo de Iris. Pero era diferente. Millo notó como empezaba a ruborizarse. Iris se había soltado todas las gomas y tenía el pelo totalmente suelto. Normalmente se hubiera burlado comentando que parecía un león, pero ahora la veía con otros ojos, y esos ojos le decían que estaba hermosa.
-Ya bajo Axew.- Le escuchó decir. Seguidamente, una Iris en pijama rosa bajó del árbol.- Mira, la manzana que no has podido coger. Debes tener más cuidado, Axew. Revisa antes de pisar una rama si está estable o puede soportar tu peso.- Iris le dio la manzana a Axew y le acarició la cabeza.- Pensaba dormir aquí, pero hace demasiado frío. Mejor volvemos al hotel, ¿vale? Ya dormiremos en un árbol la próxima noche, si es que Ash consigue derrotar a Junco mañana, claro...
Millo observaba desde su ventana como Iris se retiraba con Axew. "Me hubiera gustado verla dormida" pensó apoyándose sobre un codo. Desde el comienzo de su aventura, habían dormido juntos muchas veces (junto con Ash), pero nunca se paró a observarla dormitar. Ahora se arrepentía, pero se tranquilizaba pensando que ya dormirían juntos otra noche. ¿Y si algún día dormían él y ella solos...? Sacudió la cabeza y se dio una cachetada. Más calmado, soltó un largo suspiro.
-A dormir.
-Simisage- se escuchó desde el fondo de la habitación. Millo se dirigió a su cama y se tapó con todas las mantas que había disponibles. Desde su posición, se veía la ventana, y le pareció ver una figura familiar en la montaña, aunque era muy pequeña.
-Buenas noches, Simisage...
Al día siguiente, Ash entrenaba desde temprano cuando aún sus compañeros no se habían levantado. Y como si tuvieran los dos el mismo despertador, se dejaron ver a la par. La diferencia de entre uno y otro era que Iris tenía un rostro lúcido y radiante, mientras que el de Millo estaba cubierto por ojeras y una cara demacrada. Cuando Iris lo vio, se espantó.
-Millo, ¿qué te ha pasado? ¿No has dormido bien?-Millo, aunque escuchaba, seguía en estado zombie y no contestó.- ¿Has tenido insomnio?
-Estuve toda la noche pensando en ti y por eso no he podido dormir, necesito una pastilla...-dijo Millo con una voz apagada y caminó por el pasillo lentamente.
Iris se quedó petrificada, pero viendo el estado en el que se encontraba Millo, apenas consciente de sus propias acciones (estaba dando los buenos días a una maceta), decidió que no merecía la pena discutirle nada. Pensó que seguramente había estado dándole vueltas a lo que pasó con el Team Rocket, y por ello lo miró con ternura sabiendo que tenía un amigo que se preocupaba tanto por ella...Y de pronto sus labios empezaron a temblar y sus ojos a hacerse agua, tornándose en una mueca de llanto casi adorable.
-¡Pero que buen amigo eres, Millo!- decía llorando (aunque dramatizaba más de lo que lloraba).- ¡No merezco a un amigo tan bueno cómo tú!
Cuando el reloj del campanario de ciudad Teja dio las doce, Ash decidió que era el momento de enfrentarse a Brycen. Sus amigos lo apoyaban incondicionalmente, y para esa hora Millo ya se encontraba mucho mejor. Entraron al gimnasio y Brycen los saludó alegremente, pero a la vez intimidante. Ash le dejó claras sus intenciones y comenzó la batalla.
-¡Sal, Vanillish!
-¡Krokorok, te elijo a ti!
Apenas intercambiaron un par de movimientos, cuando algo les interrumpió. Uno de los guardaespaldas del gimnasio entró corriendo a escena.
-Señor Brycen- dijo entre jadeos.- Unos ladrones han entrado. No hemos podido detenerlos y ahora...
No pudo continuar porque desde la entrada, asomó una mano gigante robótica que lo derribó. Millo abrió los ojos hasta no poder más, pues solo podía ser obra de Ellos. La mano gigante se llevó a los pokémon en combate, a Axew y a Pikachu. Unas risas se escucharon a fuera, a donde la mano se retiraba con los pokémon.
Todos corrieron temiendo por sus amigos pokémon, y se toparon con el lema del Team Rocket, los cuales estaban flotando en el aire con su globo.
-Vaya, veo que la ceñuda ha sobrevivido- dijo Jessie.
-Pues es verdad- respondió James como si no se hubiera dado cuenta antes.- Lo sentimos nenita, ese rayo no iba para ti, pero tu quisiste ponerte delante, así que no fue culpa nuestra.
Millo arqueó la espalda ante una expresión total de ira. No iba a seguir escuchándolos por más tiempo, había tenido suficiente. Casi mataban a Iris...Y ahora se atrevían a decir que no era su culpa.
-¡Nos destruisteis el robot, así que nos cobramos la venganza con estos pokémon que seguro ponen al jefe de buen humor!- dijo Meowth. Ash mandó a su pikachu usar rayo, pero no sirvió de nada.
-Axew...-susurró Iris viendo a su pokémon alejándose más y más sin poder hacer nada. Millo, aún enfurecido a no poder más, la observó de reojo.
-¡Beartic, sal...!- Brycen no terminó de lanzar su pokéball, porque Millo se le adelantó. Sacó a Simisage, y como si fueran uno, el grito de Millo y el rayo solar de Simisage se fusionaron y colisionaron en el globo del Team Rocket, el cuál cayó no muy lejos de dónde estaban. Entonces, Simisage cambió repentinamente de forma. Sus ojos pasaron de un tonot oscuro a verde esmeralda, y los rasgos de la cara se tornaron de color negro y blanco.
-¿Eh? ¿Otra evolución? Imposible...- se extrañó Ash.
-Es un cambio de forma, pero no una evolución- aclaró Brycen, asombrado.- Esto solo pasa en combate y tiene lugar cuando la unión de los corazones de pokémon y entrenador se hacen mayores que nunca. Algo parecido a una mega-evolución.
-¿Mega-evolución?- se cuestionaron Iris y Ash, puesto que nunca habían escuchado nada semejante.
Millo estaba sorprendido y a Ash le brillaban los ojos. Él también quería tener algo así con alguno de sus pokémon. Pero Simisage señaló hasta el lugar en el que el globo cayó y fue tras él, dando a entender a los demás que la prioridad no era su nueva forma. Todos lo siguieron.
Mientras corría, Millo intentaba explicarse lo ocurrido:
"Es cierto...En ese momento, sentí como si mi mente y la de Simisage estuvieran conectadas e incluso me pareció ver desde la perspectiva de sus ojos. Mi deseo de venganza ha sido tan grande, y Simisage quiso compartir esa venganza, porque también sentía el mismo dolor que yo. Quería sufrir conmigo, como mi buen pokémon. Mi gran amigo...Hemos alcanzado la plenitud entre entrenador y pokémon. Estoy orgulloso. Puedo considerarme digno de ello."
Llegaron adónde estaba el Team Rocket. Por fortuna, los pokémon fueron liberados y Pikachu ya se encargó de los delincuentes como de costumbre, los cuales se hallaban fritos en el suelo al lado del globo. Entrenadores y pokémon se reunieron de nuevo. Millo observó contento el reencuentro de Iris y Axew y se alegró de verla feliz. Después, él y Simisage intercambiaron una mirada acompañada de una sonrisa. El nuevo aspecto de Simisage aún no había desaparecido.
-Vosotros...-dijo Millo mientras avanzaba hacia el Team Rocket malherido. Éstos se unieron en un abrazo de tres, pues nunca habían visto a ese tipo en concreto tan amenazador antes. Parecía estar envuelto en un aura de odio que casi podían ver. Su pokémon Simisage lo seguía detrás igual de fiero.- Habéis llegado demasiado lejos esta vez...Queríais acabar conmigo, y si hubiera sido así no me hubiera importado, pero querer matar a Iris...Es imperdonable- Iris se encontraba perpleja, al igual que Ash. Nunca habían visto a su amigo bajo ese aspecto, y daba miedo.- Vosotros...¿quién creéis que sois para andar en la vida de otra gente y hacerles daño? ¿Qué pasa si le hacen daño a alguien a quién amáis? Vosotros...- Millo llegó hasta ellos y se plantó delante de los tres delincuentes despavoridos. Alzó el mentón y los miró. Un brillo de odio relucía en ellos. Simisage, a su lado, hacía lo mismo. El Team Rocket realmente creyó que era su fin. Aguardaron a que Millo diera su golpe final con los ojos cerrados, pero, contrario a sus perspectivas, lo que Millo dijo fue...:-necesitáis un descanso, ¿no creéis?
Hasta Pikachu se quedó de piedra al oír esas palabras que salieron del Millo amigable de siempre. Pero el muchacho no se había vuelto loco. Miró a su Simisage, que sabía perfectamente lo que tenía que hacer. Y los dos, pokémon y entrenador, alzaron sus manos y con ellas golpearon las mejillas de Jessie, James y Meowth. Los demás se quedaron boquiabiertos y con los ojos en blanco. Al principio, los villanos parecían desconcertados, pero después empezaron a chillar como si les ocurriera algo por dentro, en sus mentes, hasta que finalmente se desmayaron.
Millo se volvió hacía los demás presentes para explicarles. Tenía semblante serio. Simisage volvió a ser normal.
-No eran realmente ellos. Veréis, anoche vi a Malamar. El mismo de la otra vez que poseyó a la agente Mara y a Pikachu. Él ha sido el causante de todo esto, ¡el Team Rocket nunca antes había intentado matarnos! ¿Porqué ahora sí? Ellos tres estaban siendo poseídos en parte por Malamar, que sigue guardándonos rencor, aunque seguían conservando parte de sus conciencias. Solo había que trastornarles un poco la mente y entonces, despertarlos de su aturdimiento, así que les hice pasar mucho miedo para después golpearles. Ahora despertarán habiendo olvidado todo y más vale que no le digamos ni una palabra de esto o si no, enloquecerán de verdad. El Team Rocket no es el malo aquí. Esto es serio chicos, Malamar anda cerca con deseos de venganza... y puede hipnotizar a cualquiera de nosotros. *
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Las 1:48 de la noche. Será mejor que lo deje por aquí ya o si no me voy convertir en un zombie como Millo. XD
*: He mezclado los acontecimientos de Pokémon X e Y con la región de Teselia. En esta historia Malamar sería un pokémon adelantado. En teoría, Malamar iría a por Ash, Serena, Clem y Lem, pero como yo soy más guay he distorsionado el tiempo x3
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