—¡oh! Lo siento. —me volteo— pensé que no había nadie y por eso entre.

—¿cuál es tu nombre? —pregunta con voz perezosa, yo lo miro de reojo y lo encuentro bajando de la cama.

—soy park jimin, y creo que seré tu nuevo roomie.

—eres bonito. —susurra llegando a mi, yo retrocedo y asiento.

—muchas gracias.

—tu habitación es la de enfrente. —la señala— soy min yoongi.

—un gusto en conocerte.

—también es un gusto. —mira desorientado el lugar— ¿conoces la hora?

—acaba de ser mediodía. —él asiente y arregla su cabello. en cambio, yo camino hacia mi habitación y arrastro mi maleta conmigo. yoongi me sigue.

—puedes agregar la decoración que quieras, pero que sea con cinta adhesiva para que no dañe la pintura.

—¿puedo hacer eso? Mis roomies anteriores no me dejaban.

—está prohibido pero, yo lo hago. —se encoge de hombros— no es como si lo superiores entrarán aquí.

—¿puedo preguntarte cualquier cosa?

—sobre lo que tengas dudas, sí. —sonríe.

—bueno... la cosa es que, anteriormente, he tenido problemas con los roomies ya sea por problemas de bebidas, promiscuidad, drogas o desorden. —me sonrojo— aquí se ve todo muy bien y limpió... ¿tienes algún defecto, fetiche o algo que deba saber? Ya sabes para que no se vuelva incomodo más adelantes.

—oh, sí... soy un amante a los pies. —mira mis zapatos y yo retrocedo a lo que él ríe— ¡vamos, es broma! Fueras visto tu cara.

—oh, ja. —rasco mi nuca. Su sentido del humor es raro, pienso.

—no es algo malo pero, digamos que a muchas personas les molesta mi gustos. —se sonroja— me gusta mucho ver anime.

—¿eres otaku?

—pero me baño. —él sonríe—. Y una vez a las semana invito a mis amigos, para ver el capitulo de estreno de mi anime favorito. Pero, prometo que cada desastre que hagan yo lo limpiaré.

—está bien. —asiento y estiro mi mano— espero que nos llevemos bien, YoonGi Hyung.

jimin no entiende los chistes del otaku.

chale, pobre yunki.