— Cuanto lo siento — se disculpó el chico con el que hace unos segundos había chocado.

— No te preocupes, yo fuí la
tonta — eso es cierto. ¿Por qué tengo que ser distraída? Eso definitivamente, se me había pegado de Lunita.

Ambos nos agachamos y comenzamos a recoger mis libros.

— Toma — me alcanzo un libro y ahí fué que nuestras miradas chocaron. Que chico pero más lindo, no lo niego pero es lindo. Me siento un poco nerviosa y no sé porqué, será porque no me quita los ojos de encima.

Derrepente el sonido del timbre del colegio hizo que volvieramos a la realidad.

Él comenzó a sonreír. Yo hice lo mismo pero un poco nerviosa.

— ¿Cuál es tu nombre? — preguntó sin que sus ojos dejaran de verme.

— Soy Ámbar Smith — respondí — ¿Y tú? — pregunté tímida.

— Soy Benicio Alcalá — sonrió.

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