79

Matteo

Ya llevo tres horas tratando de comunicarme con Gastón pero él nada que me respondía.

— ¡Hey Matteo! — dejo de teclear mi móvil para así mirar al tío Mauri — deja ya ese aparato y disfruta de la tarde hijo — sonríe.

¿Disfrutar? ¿¡Cómo!? ¡Si no sé nada de mi mejor amigo! ¡Mierda!

— Eh...sí — respondo con simpleza.

¡Vamos Gastón respóndeme! ¡Maldición!

Dejo mi móvil sobre la grama verde. Llevo mis manos a mis cabellos para así desordenarlos con rapidez. Estoy realmente preocupado y a la vez me siento culpable. ¡Joder! ¡No debí contarle lo que vi! Sabía a la perfección que eso lo destruiría. ¡Eres un estúpido Matteo! ¡Jodiste a tu hermano! ¿¡Por qué no simplemente cerraste la boca y ya!?

— ¿Estás bien? — abro los ojos y ahí estaba ella sentada a mi lado. ¿En qué momento lo hizo que ni siquiera noté su presencia?

— No me jodas Luna — respondo fríamente.

— ¿¡Pero qué mierda te pasa!? — ¡Maldición! ¡Ahí va de nuevo sus odiosos chillidos! — yo estoy preocupada por tí y tú que me tratas...

— Nadie te pidió tu preocupación ¿Si? — la miro fijamente a los ojos — ¿Quiero estar solo qué acaso no te das cuenta?

— ¿Qué es lo que te pasa?

— Qué más quieres que haga para decirte que me dejes solo. No quiero seguir tratandote mal...

— Matteo me preocupas...

— Este chico muy malo quiere estar solo Luna, por favor vete.

— Matteo no digas eso — trata de tomar mis manos pero yo alejo las mías y ella se da cuenta de eso — mira...no sé lo que te pasa pero no me gusta verte así, me duele...yo quiero estar a tu lado, quiero que estés bien — en ese momento mi móvil suena, rápidamente lo tomo y veo que era un mensaje de Gastón — Matteo te amo y quiero que dejemos esto. Quiero que volvamos a estar juntos, unidos — “Aunque no lo creeas estoy bien hermano, solo te escribo este mensaje para despedirme porque me voy de Argentina y esta vez para siempre¿¡Qué!? — quiero a mi chico fresa conmigo — ¿¡Gastón no estará hablando encerio!? — Matteo yo...¿Matteo me estás oyendo? — rápidamente mis dedos comienzan a teclear su número. ¡Vamos contéstame! — Matteo — ¡Joder! ¡Me manda a buzón! — ¡Matteo te estoy hablando!

— Lo siento Luna pero ahora no puedo hablar — me levanto de mi sitio.

— Pero...— no escuché respuesta ya que me alejé de ella.

¡Vamos Gastón responde maldita sea!

— ¡Dime que no es verdad!

— Lo siento hermano — su tono de voz no es el mismo.

— ¡Gastón no te puedes dejar caer así por así! ¡No te puedes rendir! ¡Tienes que luchar hermano! ¡Joder! ¡Tienes que hacerlo Gastón!

— ¿¡Luchar!? ¿¡Para qué!?

— ¿¡Cómo que para qué!?

— Matteo...ya no quiero seguir. Si ella es feliz con él pues...

— ¡Pues nada!

— ¿¡Qué acaso no lo entiendes!? ¡Tú no sabes lo que estoy sintiendo en estos momentos Matteo! ¡Ni siquiera tienes idea! ¿¡Tú crees que es bonito saber que la chica que amas más que a tu vida esté haciendo el amor con otro!? ¡Tú no entiendes! Ámbar y yo...— calla por un momento — ¡Nunca lo hicimos! Nunca nos entregamos y saber que se entregó a alguien más...— su voz se comienza a quebrar — eso significa que lo que siente ella por él...es de verdad, ella realmente está enamorada de él. Tengo que aceptar que la perdí...la perdí hermano y esta vez para siempre.

— No digas eso Gastón. Por favor no hagas tonterías...¿No te irás de Argentina verdad? ¿Era una broma ese mensaje, verdad?

— No estoy para andar bromeando en estos momentos...ya no falta nada para que vuelvan y...no quiero verla. No quiero ver lo feliz que es junto a Simón...me mataría por completo. Además ya no hay nada que me ate a Argentina.

— ¿¡Y yo qué!? Eres un hermano para mí Gastón y lo sabes. No quiero ni pienso volver a dejarte ir y sé que ella tampoco lo hará.

— Ya no me importa nada...lo siento pero la decisión ya está tomada, por favor entiendeme.

— ¡Entiendeme a mí joder! — cierro los ojos con fuerza — ¿Por lo menos me dirás a donde irás? ¿Verdad? — no escucho respuesta de su parte — ¡Gastón ni creeas que dejaré que te vuelvas a ir, me entendiste! — cuelgo.

Tengo que impedir que Gastón se valla de Argentina. ¡Maldición! Todavía faltan dos días para regresar a nuestro país. Tengo que impedir de alguna forma que haga esa locura. Y sé quién podría hacerlo. Ella es la única quién puede hacerlo recapacitar. Ella es la única quién puede hacerlo cambiar de opinión. Solo ella y ella es Ámbar.

Miro a mi alrededor y a lo lejos la veo. La muy condenada se encontraba muy pero muy sonriente junto al idiota del guitarrista.

Miles de ganas de golpearlo se apoderaron de mí por haber hecho esas cosas con Ámbar pero simplemente decidí controlarme. Camino con rapidez hacia la parejita feliz.

— Ámbar tenemos que hablar — digo seriamente para luego tomarla del brazo y así alejarla de ese idiota quién me veía de mala gana.

— Oye Matteo no tienes porque hacer eso — ¿¡Y quién se cree este imbécil!?

— ¿¡Qué acaso tengo que pedirte permiso para hablar con mi mejor amiga, guitarrista idiota!?

— ¡Matteo! — cuándo no Ámbar defendiéndolo.

— ¿Ámbar podemos hablar? Realmente es importante.

Ella deja de mirarme para así mirar al estúpido de su novio. Hacen gestos que ni siquiera entiendo ni mierda pero la cosa es que el guitarrista se aleja de nosotros.

— Escúchame bien Matteo, quiero que nos dejes en paz. Amo a Simón y no voy a permitir que sigas hablando así de él. ¿Captaste?

— Escúchame ahora a mí
Ámbar — me le acerco — me importa una mierda tu relación con el guitarrista ese, lo que me importa realmente es Gastón — la veo rodar los ojos — sé feliz con el idiota ese, ya no pienso meterme más ni con él, ni en su “Relación” como te digo, me vale madre. Lo que me importa ahora es nuestro mejor amigo — desvía la mirada, así que yo la tomo de la barbilla y hago que me mire a los ojos — Gastón se va a ir de Argentina — veo como agranda los ojos — y esta vez para siempre.

— ¡Mientes! — quita de mala gana mi mano de su barbilla — ¿¡Crees que soy tonta!? ¿¡Crees que no me doy cuenta que es un plan tuyo con él!? ¿¡Piensas que voy a caer!? No puedo creer lo que son capaces de hacer. Los desconozcos.

— Piensa lo que quieras, yo ahora mismo me regreso a Argentina.

— Que mal actor eres. ¿Acaso nunca te dije que la actuación no era lo tuyo?

— Ámbar me importa una mierda tu relación con Simón, lo que realmente me importa es mi mejor amigo, Gastón y no pienso dejar que se vuelva a ir, no otra vez.

— Deja de mentir que ni tú mismo te lo crees.

Esto ya me cansó, simplemente le doy la espalda decidido en irme. Faltaban dos días todavía para regresar a Argentina pero yo no esperaré esos dos días para regresar, ahora mismo me largo de aquí.

— ¡Matteo! — veo que me toma del brazo y me detiene — déjate de mentiras y dime lo que realmente está pasando — en sus ojos podía ver claramente preocupación.

— Ya te lo dije todo Ámbar...¿Cuándo yo te he mentido? Nunca, ¿Verdad? Siempre nos hemos contado todo — sonrío ligeramente — desde pequeños. No sé que más hacer para que creeas en lo que te estoy diciendo...yo ahora mismo me regreso a Argentina a impedir que ese tonto se vuelva alejar de nosotros y quién sabe a dónde — uno mis manos con las suyas — ¿Te preocupa, verdad? — no responde — sé feliz Ámbar...con Simón — en ese momento me mira fijamente a los ojos. Hasta yo mismo me sorprendo por lo que estoy diciendo — ni Gastón, ni yo nos interpondremos en su relación...él ya lo aceptó. Él ya te dejó libre y quiere tu felicidad — llevo mis manos a sus mejillas para acariciarlas suavemente — al igual que yo pequeña — corto distancia y le doy un cálido beso en la frente para luego alejarme de ella y así irme a la cabaña para empacar mis cosas.

...

¡Vamos Gastón! ¡Ni se te ocurra hacer estupideces!

Tomo todo mi ropa que había en el pequeño armario para colocarlo como sea dentro de mi mochila negra.

— Matteo — ¡Maldición! ¡No otra vez! — ¿¡Matteo que estás haciendo!? — sus manos en mi brazo impiden que continúe mi acto de tratar de cerrar la maldita mochila.

— Me regreso a Argentina — respondí con simpleza para luego continuar con lo mío.

¡Joder! ¿¡Por qué no cierras puta mochila!?

— ¿¡Cómo!? ¿Pero aún faltan dos días para regresar?

— No me importa — ¡Al fin cerró!

— ¿¡Matteo qué es lo que está pasando!? — impide que me coloque la mochila en la espalda.

— Luna por favor muévete, mi avión sale en cuarenta minutos — trato de irme pero ella nuevamente se coloca en mi camino.

— No lo haré hasta que me digas qué es lo que está ocurriendo.

— ¿¡Acaso te importa!?

— ¡Si estás ahí, sí!

— Luna — bufo del fastidio. Este tema ya me está cansando — No quiero discutir ¿Si? Por favor hazme el favor de quitarte de mi camino.

— ¡Ya te dije que no lo haré Matteo!

— ¡Quiero irme Luna! ¡Voy a perder el avión por tu maldita culpa!

— ¡No me hables así!

— ¡Te hablo como quiero porque ya me tienes harto Luna! — me le acerco — ¡Me tienes aquí! — señalo la altura de mi cabeza — ¡Ya no te soporto! — en ese instante siento mi mejilla derecha arder. Me había tirado una cachetada.

Sus ojos se comenzaron a llenar de lágrimas y no sé porque pero ya no provocaba nada en mí, ni siquiera culpa o dolor por verla llorar y más si fuí yo el causante de eso.

— ¿Encima que me preocupo por tí y tú me haces esto? — lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. ¿Qué es lo que me está pasando? ¿Por qué me da igual verla llorar? — y lo peor es que a pesar de todo, te amo y no se que hacer para que vuelva el Matteo...

— Yo ya no sé si sienta lo mismo por tí — solté de la nada.

Es verdad lo que estoy diciendo.

— ¿Qué?

— Es la verdad Luna...ni sé en que momento el amor que sentía por tí fué desapareciendo.

— ¡Mientes! — grita.

— No lo hago — suspiro con tristeza — no lo sé Luna. Tú no me entiendes, yo no te entiendo...ahora me doy cuenta que somos muy diferentes. Tal vez sea yo el culpable de que esta relación se esté destruyendo y lo siento.

— ¿¡Por qué haces esto!? ¡Por qué dices todas esas mentiras! ¡No te creo nadita Matteo!

— Ya te dije que no son mentiras Luna, es lo que estoy sintiendo en estos momentos...yo no soy la persona correcta para tí.

— ¡Basta Matteo!

— ¡Nos estamos haciendo daño Luna! ¿¡Qué acaso no te das cuenta que nos estamos dañando!?

— ¡El único que está haciéndome daño eres tú! ¡Tú y todas las estupideces que estás diciendo! ¡Solamente tú Matteo! ¡Solo tú! — rompe en llanto.

— No quiero seguir dañandote Luna, es por eso que...aquí la dejamos.

— ¿¡Qué!?

— Lo que siento por tí son miles de cosas Luna pero amor no es...de eso estoy seguro — me le acerco — gracias por esos momentos maravillosos que viví a tu lado, quedaran como un bonito recuerdo en mi corazón. Olvídame que yo me encargaré de hacer lo mismo
contigo — termino de hablar para luego salir de ahí sin ni siquiera escuchar respuesta de su parte.

Sé feliz Luna.

🖤

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top