74

— ¿Qué pasa papá? — sí, papá fué quién interrumpió.

— ¿¡Dónde está Luna!?

— Lunita salió a dar un paseo con Matteo pero por aquí nomás eh — aclaro.

En ese instante aparece Matteo. ¿¡Qué!? Si él está aquí, entonces Lunita también.

— ¿Matteo dónde está Luna? — preguntó rápidamente mi padre.

— ¿Luna? — ¿Qué? — en su habitación supongo — se encoge de hombros.

— Ámbar me dijo que habías salido a dar un paseo con ella — dice serio papá.

— Sí, ella me dijo eso — intervine.

— ¿Qué? ¿Pero si Luna ni siquiera me dirige la palabra?

Me le acerqué.

— Pensé que las cosas entre ustedes ya se habían solucionado — mi amigo es tonto pero sé que está sufriendo por ella y ella igual.

— Eso es lo que quiero pero...

— Haber, si Luna no está contigo — señala a Matteo — ¿Entonces dónde está Luna? — papá empezó a preocuparse y no era el único.

— Salió a dar un paseo por el jardín — ahora habla Simón, todos lo miramos
muy atentos — necesitaba...necesitaba...
¡Tomar aire puro!

¿Por qué está nervioso?

Lo conozco muy bien, él está ocultando algo.

— ¿Cómo?

— Epale ya estoy aquí — aparece Luna un poco agitada y con una sonrisa en su rostro.

— ¡Luna! — elevó la voz mi padre — ¿¡Se puede saber dónde estabas!? — okey, muy bien. Lunita ya parece su hija.

— ¿Yo? — ¡No yo! — bueno este...

— ¡Lunita! — ahora interrumpo yo — tú me dijiste que habías salido a dar un paseo con Matteo. ¿Se puede saber porque me mentiste? — estoy seria muy seria y con las manos en mi cintura.

— ¿Yo te dije eso? — ¡Hug! Odio cuando se pone en ese plan de niñita distraída — bueno Ámbar yo...

— ¿Vamos Luna, respóndeme? — vuelve a interrumpir papá.

En ese instante Luna y Simón se miran por unos segundos. ¡Ah no! ¡Aquí algo está pasando!

— Salí a dar un paseo por el jardín — balbucea nerviosa.

— Se los dije — ahora habla Simón con una hermosa sonrisa en el rostro.

— Luna — se le acerca mi padre — por favor te pido que no salgas de noche, las calles son muy peligrosas. Yo estoy a cargo de tí y no me gustaría que algo malo te pasara.

— Tranquilo señor Mauricio. Míreme estoy completita — todos sonríen menos yo — y lo siento por haber salido así por así...no lo volveré hacer.

— Mas te vale que lo cumplas — advierte.

— Tranquilo, verá que será así.

Papá le regala una última sonrisa para luego acercarse a mí y besar suavemente mi frente.

— Hasta mañana mi amor — me dice y yo sonrío — hasta mañana muchachos — se despide de todos.

Miro fijamente a Lunita.

— Ahora si Lunita, ¿Me vas a decir la verdad?

— Ámbar — ¿Por qué interrumpe Simón? — Luna ya dijo porque...

— No estoy hablando contigo Simón — interrumpo sin mirarlo.

No le pienso hablar. Más aún con las miraditas que se hechó con ella. ¡Hug!

— Luna — me acerco y la tomo del brazo — es hora de dormir — la llevo a nuestra habitación.

...


Simón

¡Maldición! ¡Yo quiero arreglar las cosas con mi bonita y ella que me trata así!

Quiero reconciliarme con ella. ¿Qué acaso no ve que no soporto estar un minuto sin ella?

Me tiro en mi cama totalmente frustrado. Llevo mis manos a mi rostro y cuando las aparto, una almohada golpea mi cara.

— ¿Pero que mierda? — me levanto y lo miro — no estoy de humor para pelear contigo hoy, ¿Sí? — sonrío falsamente y me vuelvo a recostar en mi cama.

— ¡No me jodas! — siento otro almohadazo chocar mi rostro.

¡Esto ya me hartó!

— ¡Joder Matteo! — lanzo la almohada con fuerza a quién sabe donde — ¿Quieres dejar de joder de una puta vez?

— ¿Tú sabías dónde estaba Luna, verdad?

— ¿Qué?

— No te hagas el desentendido guitarrista de mierda.

— Haber — me siento en mi cama, controlando las ganas de no meterle unos buenos
golpes — primero, tú no me hablas así, italiano de quinta — frunce el ceño — y segundo, no me jodas, yo no tengo porque estar contándote las cosas que hago con Luna.

— ¡Oye imbécil! ¡Te recuerdo que Luna es mi novia! — neta nose como lo aguanta mi amiga — ¿Así que me vas a decir ahora mismo dónde diablos estaba Luna?

— ¿Por qué no simplemente vas y se lo preguntas? Neta Matteo, ya me tienes harto con tus tratos — me le acerco desafiante — ¿¡Dime qué te hice!? Vamos dímelo y así solucionamos esto de una vez.

— Solo te voy a decir una cosa guitarrista — se acerca y claramente pude ver chispas de maldad en sus ojos marrones — aprovecha estos últimos días de felicidad porque pronto esa sonrisita asquerosa se te borrará del rostro y ni te imaginas lo mucho que disfrutaré eso, porque te veré sufrir como la mierda que eres — se aleja.

— ¿¡Acaso es una amenaza!? — detiene su andar.

— Tómalo como quieras — responde sin mirarme para luego salir de la habitación quién sabe a donde.

No te tengo miedo Matteo, ni a tí, ni a tu amiguito.

Me recuesto en mi cama y trato de dormir. En realidad ya quiero que sea mañana porque le tengo preparado una sorpresa a mi bonita y sé que le encantará. Luna ha sido mi cómplice, estoy seguro que el lugar quedó maravilloso porque la conozco a la perfección.

¡Maldición! Ya quiero que amanezca. Aunque admito que ya siento los nervios sobre mi piel.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Al día siguiente

Luna

Ni se imaginan las veces que he tratado de esquivar las preguntas de Ámbar. Toda la noche me ha estado torturando en que, ¿Dónde estaba? ¿Por qué le había mentido? Y muchas cosas más.

Si supiera que estaba arreglando la sorpresa que le tiene Simón a ella.

— Lunita — aquí vamos otra vez — ¿Donde está Simón?

Poniéndose guapo para tí.

— Eh...¿Qué dijiste? — rueda los ojos — Ámbar cómo que no te escuché mucho...¿Sabes? Hace mucho ruido aquí y...

— ¡Luna! — eleva la voz un poco irritada — ¡Dime ya dónde está Simón!

¿Y ahora qué le digo?

Vamos Luna, inventate algo. Aunque no soy muy buena para las mentiras pero bueno.

— Quiso ir al pueblo a dar un paseo — se los dije, soy muy mala para inventar mentiras.

— ¿Qué? ¿Cómo que el pueblo? — ¡Maldición! — Lunita tú me...

— ¡Ámbar! — muchas gracias señor Mauricio, no se imagina lo feliz que me hace — tienes que ver esto — la toma del brazo y se la comienza a llevar.

— Papá... — se queja.

— Vente — se la lleva hacia donde se encontraba el señor Alfredo.

Suspiro al ver que no arruiné nada. Si se me escapaba algo, Simón me mataba y mañana ya no existía Luna Valente.

Miro mi reloj y me doy cuenta que solo faltan minutos para la hora indicada. ¡Qué emoción!

Estaba a punto de caminar hacia la familia Smith pero un tacto muy suave que conocía a la perfección interrumpió mi trance.

¡Maldición! Ahora que estoy feliz, él viene y...

— ¿Luna, podemos hablar? — sus ojitos marrones me miran con una dulzura extrema. Como lo extraño.

— ¿Qué pasa Matteo? — respondo sin mirarlo porque si lo hago, sé que no aguantaré que mis lágrimas salgan de mis ojos.

— Ya no aguanto estar así contigo — yo tampoco — Luna te extraño — toma mis manos, sentir nuevamente el calor de sus manos hacía que mi cuerpo tiemble como la primera vez que nuestras manos chocaron — te amo mi chica delivery — lo dijo muy dulce y a la vez tierno.

— Yo también te amo, mi chico fresa — sonríe y se va acercando poco a poco — ¿Pero...por qué le hiciste eso a Simón? — deja de acercarse y rueda los ojos.

— Ese tema ya lo hablamos y te pedí disculpas, así que...

— No, espérate Matteo — interrumpo — sabes muy bien que yo no soy a quién deberías pedir disculpas, es a Simón a quién deberías dárselas — sonríe cínicamente, odio esa actitud de él — la neta no sé porque te ríes yo no le veo gracioso. ¡Matteo le hiciste un moretón en el rostro!

— Se lo merecía.

¿¡Qué!? ¡No! Esto no puedo estar escuchando. Este no es mi chico fresa.

— ¿Quién eres?

Las lágrimas estaban a punto de salir de mis ojos. Él me quiso abrazar pero yo me corro.

— Luna por favor, no nos vamos a pelear por ese guitarrista...

— Ese guitarrista como tú llamas es mi mejor amigo, como un hermano.

— Lo sé pero...

— ¡Pero nada Matteo! — vuelvo a interrumpir — te desconozco. Tú no eres mi chico fresa...

— Luna...

— Matteo yo sé que Simón no te caía pero cuando él se puso de novio con Ámbar, ahí cambiaste por completo...pareciera como si te disgustara su relación.

— Me disgusta — responde mirándome fijamente a los ojos — ¿Luna, sabes porqué al principio no me caía bien el guitarrista? Porque el muy idiota se la pasaba viendo a Ámbar. En el roller, en el blake, hasta en la mansión. No había segundo que la dejara de ver y eso a mí me incomoda — ¿¡Qué!? — pero yo tenía fé, que Ámbar no se iba a fijar en alguien como él pero ya vez que me equivoqué. No soporto verlos juntos Luna. Odio verlos juntos — lo sabía — Simón no se merece a Ámbar.

— ¿¡Y tú sí!? — no sé en que momento una lágrima se había deslizado por mi mejilla. Él solo se queda callado — lo sabía — limpio rápidamente mi lágrima.

— Luna...

— ¡Yo sabía que te gusta Ámbar! — eleve un poco la voz.

— Sí, me gusta un montón — ya no puedo seguir escuchando esto. Yo mejor me largo — cómo una hermana — dejé de caminar y giro para verlo — porque eso es para mí Ámbar, una hermana.

Me le acerco.

— ¿¡Y sí la quieres como una hermana porque entonces quieres destruir su relación con Simón!?

— Tú no lo entiendes Luna.

— No, sí, lo entiendo. Dime ¿¡Por qué quieres destruir su relación!? Matteo sabes muy bien que si haces eso, no solo saldrás dañando a Simón quién es tu objetivo, sino también a Ámbar...¿¡Maldición por qué lo haces!?

— Porque hay alguien quién ama con todo su ser a Ámbar. Alguien quién ya tuvo historia con ella y aunque ahora Ámbar esté con el guitarrista, no significa que lo ame porque yo sé muy bien que ella sigue amando a esa persona.

— ¿Quién? ¿Gastón? — abre bien sus ojos — si te refieres a él, pues te equivocas. Ámbar ya me habló de él y sé que su relación fué de años pero Ámbar ya no siente lo mismo por él. Solo siente por él un cariño muy fuerte porque sé que se conocen desde niños pero sabes una cosa — me le acerco — Ámbar me dijo que lo que siente por Simón es amor verdadero...

— Sí, claro.

— Espérate, todavía falta la mejor parte — ahora sonrío yo — y también me dijo que ella nunca antes había sentido ese sentimiento, ni siquiera con tu amiguito...ni siquiera con Gastón, quién dices que es el amor de su vida. Lo siente por mi mejor amigo. Lo de ellos es amor verdadero y también te quiero advertir algo Matteo, yo te amo encerio pero si tú o Gastón le hacen algo a mi “Simbar”, juro que se las corto.

Y sin decir más salí de ahí con una sonrisa triunfadora en los labios, aunque por dentro me inundaba una tristeza tremenda.

🖤

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top