Simón

Me ignoraba, me acercaba miles de veces a ella pero me ignoraba y en cierta forma me dolía.

Después de la conversación con su padre, mi bonita ni me miró y solo subió a su habitación junto a Luna.

¿Tan malo era lo que había hecho?

Sé que está molesta por haber intervenido el momento en que iba a contarle a su padre sobre nuestra relación.
Yo quiero que su familia sepa de nosotros pero una idea pasó por mi mente cuando el imbécil de Matteo interrumpió la primera vez que Ámbar, iba a contarle sobre nosotros. Una idea muy bonita. Una idea en que iba a presentarme ante su familia como su novio. Una idea que sé, que le encantará.

Pero por el momento solo estaba molesta conmigo.

— Ni te imaginas lo mal que me siento por haber interrumpido su mágico momento — sonríe con malicia.

Claro, él y el estúpido de Gastón lo único que quieren es que mi relación con mi bonita se acabe, pero lástima porque no será así.

No me gustaba compartir habitación con este imbécil pero ya solo quedan seis días para dejar de escuchar sus horrorosos ronquidos y su maldito veneno.

Ignoro su veneno y me recuesto en mi cama. Coloco mis brazos en mi cabeza, mientras observaba detenidamente el techo de aquélla cabaña.

Mi mente comenzó a pensar en las cosas bonitas que haría mañana por la noche. El lugar dónde sería...tengo que comprar una que otras cosas para que el ambiente sea hermoso pero creo que se verá hermoso con la luz de las estrellas y de la luna, será maravilloso.

— ¡Hey guitarrista! — también tengo que pensar en la ropa que me voy a poner — ¡Oye mexicano! — ¿Un terno estaría bien? Tengo que presentarme bien ante ella, su padre y su abuelo...no pienso quedar mal — ¡¡Guitarrista!! — de pronto siento como una almohada me pega el rostro.

— ¿Cuál es tu problema? — le aviento la almohada — déjame en paz Matteo, no quiero problemas — vuelvo a recostarme para así mirar el techo.

— ¿Qué? El imbécil está soñando despierto — ríe — quiero saber donde mierda estaban tú y Ámbar.

Me siento en mi cama y lo miro fijamente a los ojos.

— Que mierda te importa.

— ¡Oye imbécil! Ámbar es mi mejor amiga, así que más te vale decirme a donde mierda la llevaste...

— ¡Deja de joderme Matteo!

— ¿Tú crees que me creí el cuento barato de la “Feria”? ¿Crees que no vi como llegaron ambos? Con la ropa desarreglada, sucia y con los cabellos despeinados...¿¡Qué mierda estuvieron haciendo ustedes dos!?

— Lo que hicimos no es tu problema ¿Si? ¡Así que deja de jorderme de una puta vez!

— ¡Aléjate de ella pedazo de mierda!

— No eres mi padre maldito cabrón — sus ojos parecían matarme, simplemente lo ignoré y me volví a recostar en mi cama.

— Ya te lo dije — me susurra en el oído — aléjate de ella. Ámbar no te ama, solo está contigo por despecho porque el amor de su vida es mi mejor amigo.

Estuve a punto de plasmar mi puño en su rostro pero el sonido de la puerta hizo que me detuviera.

— Disculpen muchachos pero vine a informarles que la cena ya está servida y el señor Mauricio pide que por favor bajen — nos dice la mucama y luego sale de la habitación.

— Yo no amenazo, yo
ADVIERTO — dice, mientras una sonrisa maliciosa se dibujaba lentamente en su rostro.

Se acomoda el cuello de su camisa para luego salir de la habitación.

— Maldito infeliz — susurré, mientras mis manos se hacían puño con cierta fuerza.

🖤