Capítulo 22.

POV Silvia.

Ahora por la ventana entraba un pequeño destello de luz, Jessica seguía intentando quitar las demás maderas, yo sé que es inútil, solo queda resignarnos, pero no entiende.

—Manuel tiene a Isaac —mencionó Rosa.

No tengo ni la menor idea de quién es Isaac, pero igual no me importa.

—Ten por seguro que saldremos de aquí, Rosa, ayudaremos a tu hermano y acabaremos con Manuel.

—¿Quieren callarse? —pregunté molesta.

—Silvia no tienes que ser una perra negativa, al menos hacemos algo —ahora Jessica estaba molesta.

Escuché ese sonido nuevamente, la perilla de la puerta estaba moviéndose.

Después de un segundo la puerta se abrió completamente, detrás de ella pude ver a un hombre vestido completamente de negro, él fue el que me trajo aquí, tenía la cara oculta y a un lado estaba Ángel.

—¿Quieren saber quién fue la elegida? —preguntó Ángel.

—Ángel, te lo suplico, por favor déjame ir, no quiero morir —gritó Danna, ella estaba muy asustada. —No quiero.

—Por ahora te salvas, Danna, la primera eres tú Jessica —mencionó Ángel entrando a la pequeña habitación.

***

POV Ana.

Abrí los ojos, hoy no tuve ninguna pesadilla, eso fue genial. Valeria estaba acostada en la cama de Danna, me gusta su compañía, no quisiera estar sola.

Me levanté para tomar algo de agua, cuando estaba por abrir la nevera, alguien comenzó a llamar a la puerta.

Miré que Valeria se levantó y caminó hasta allá.

—Tu debes ser Rosa, soy tu nueva compañera, me dieron está habitación —dijo una chica y entró.

¿Una nueva? Me parece que eso no puede ser posible, solo son tres chicas por cuarto.

Comencé a caminar hasta la puerta, estaba muy confundida.

—Disculpa, pero debe haber un error.

—No, esta es mi habitación, tú debes ser Danna —dijo la chica. —No quiero que estén molestas conmigo, Ana Davis perdió la beca, tal vez ya eran muy amigas, pero les juro que también soy muy agradable.

No puede ser, ¿Como rayos perdí mi beca?

—Eso es imposible, yo soy Ana —dije sorprendida.

—Yo no soy Rosa, soy Valeria.

—¿Qué haces aquí? El director me dijo que ya no estarías.

Debe haber un error, no pude haber perdido mi beca.

—No es posible, no me han dicho nada.

No podía creerlo, ¿Cómo pasó? Ni siquiera hemos tenido exámenes, ni nada, no puedo perder mi beca, no ahora.

—Lo siento mucho, Ana, pero la beca es mía ahora —dijo ella entrando a la habitación. —Por cierto, Soy Verónica Johnson.

Ella rápido puso sus cosas en la cama de Rosa.

—¿Es esta tu cama? Espero que sí, se ve muy cómoda —dijo Verónica abriendo su maleta. —Sera mejor que salgas de aquí, Ana, este ya no es tu cuarto

No podía creerlo, cómo fue que pasó, no entiendo nada.

Tomé algunas de mis cosas y salí de allí, iré a hablar con el director, no pueden quitarme mi beca sin decirme nada.

Fuimos hasta la habitación de Hanna.

—Esto está mal, Hanna, yo lo sé —dije, estaba muy asustada, no quiero irme de aquí, quiero terminar mis estudios.

—Tu tranquila, Ana —Hanna me envolvió en un abrazo.

—Hora de irnos, Ana, hablaras con el encargado en cuanto regresemos —mencionó Emily y yo asentí.

Casi lo había olvidado, iremos a casa de Manuel, las clases inician en treinta minutos.

Salimos de los dormitorio, los chicos ya nos estaban esperando afuera.

—¿Seguros quieren hacer esto? —preguntó Ian.

—Si queremos —dijo Selena decidida.

—Estoy con ella, tenemos que ir —Diego asintió.

Ella se miraba un poco nerviosa, seguro es por que escapó de Manuel.

Ojalá que Jessica hubiera podido hacer lo mismo.

Llegamos a la casa, era muy grande.

—Ellos dejan una llave de emergencia —mencionó Selena caminando hasta una pequeña maceta que estaba afuera de la casa.

—Me parece algo estúpido, eso es tan de las películas —dijo Grace riendo.

La tomó y la introdujo en la perilla, la puerta rápido se abrió.

—¡Isaac! —gritó Hanna.

—Shhh, él está en el sótano —Selena estaba nerviosa. —No es necesario gritar.

—Esto me da un poco de miedo, Ana, ¿Hacemos lo correcto? —preguntó Melanie.

—Si, Mel, hacemos lo correcto, tenemos que poner a Isaac a salvó.

Entramos a la casa, había algunos bolsos tirados por el suelo, estoy bastante segura que son de dinero.

Selena nos guio a la puerta del sótano, al llegar todo estaba muy oscuro.

—¡Isaac! ¡Soy Selena!

Al encender la luz, mire a Isaac en una esquina, en la otra esquina había algo cubierto con una sábana.

—¿Dónde está Andrea? —preguntó Selena.

—Ella está muerta, Manuel la mató —mencionó Isaac entre lágrimas.

¡Dios mío, no! Miré nuevamente la sábana, está tenía manchas de sangre.

Mi instinto de curiosidad me hizo caminar hasta ahí.

Levanté un poco la sábana, ahí estaba una pequeña joven de unos 15 años con el cuello cortado.

—¡Tenemos que irnos ya! —grité asustada.

Por un momento pensé que todos estaríamos así, si no nos íbamos de aquí.

Isaac se puso de pie, comenzó a caminar hasta las escaleras.

—Pablo fue el culpable de esto, él la trajo aquí, Manuel solo me quería a mi —dijo Isaac mientras subía las escaleras.

Pablo mató a Luis, creo que desde ese momento perdí la confianza en él, o quizá fue en otro momento, él me ayudó a salir de la cabaña de Candice, ahora ya no confío en él.

—¿Dónde está Rosa? —preguntó Isaac.

No sabía qué decir y por lo que pude ver en los rostros de los demás, ellos estaban igual.

—No lo sabemos, Isaac, de pronto una noche desapareció —mencionó Saúl.

—Era de esperarse, creo que no lo saben, pero Rosa los tenía que tratar mal, eso haría a Manuel feliz y no me mataría —Isaac fijó su mirada al suelo, triste.

—¿Manuel obligó a Rosa? —pregunté.

—Si, ahora hay que salir y buscarla —menciono Isaac caminando aún.

Cuando estábamos dirigiéndonos a la puerta principal, escuchamos ruidos fuera.

—¡No está la puta llave! —gritó alguien enojado.

—¡Dios mío! Es Manuel


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Espero les haya gustado.









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