Capítulo 20.

POV Manuel.

—¡Manuel, nooooo! —gritaba Isaac mientras la sangre caía por mis manos.

Dejé caer a la niña al suelo, ella ya estaba muerta, un gran charco de sangre comenzó a formarse debajo de ella.

—¡Auch, eso debió doler! —exclamó Carlos para luego reírse.

—¡Maldito, Pablo! Todo esto es tu estúpida culpa, tú la trajiste aquí idiota.

Voltee a ver a Pablo, él solo mantenía su cara agachada, pero en realidad Isaac tiene razón, esa niña estaba aquí por culpa de Pablo.

—Lo siento, Isaac —mencionó Pablo e inmediatamente le solté una bofetada.

—No pidas disculpas.

Él asintió, espero esta vez Pablo si nos sea de ayuda.

—¿Qué hacemos con ella? —preguntó Ariana.

—Eso no me importa, solo tírenla a la basura —dije y comencé a caminar alrededor de Pablo, él se miraba nervioso, podía verlo en su cara.

—¿Que? —preguntó Pablo nervioso.

—Espero no me traiciones, Pablo, porque esta vez yo mismo te mataré.

—Tranquilo, Manuel, yo les debo que me hayan sacado de la cárcel, aunque no debieron esperar tanto, no me gustó para nada ese lugar.

Caminé a la puerta, por lo pronto no hay nada que hacer con el cuerpo de Andrea, no podemos sacarlo a plena luz del día.

***

POV Ana.

Los problemas te persiguen, Ana —nuevamente Lizbeth recordándome lo mismo.

Ella tiene razón, es por eso que mi tía está a punto de morir.

—¡Solo déjanos ir, Manuel! ¡Te lo suplico! —Comencé a gritar una y otra vez.

Melanie y mi tía estaban amarradas a una silla, justo a un lado de ellas estaba Jessica.

—Dime, Ana, ¿Quién muere primero? —preguntó Manuel.

—Nadie, solo quiero vivir una vida normal, quiero todo como antes de que tú aparecieras en mi maldita vida.

Miré que Manuel comenzó a caminar hasta mi tía, ella solo lloraba.

—¡Mátalas a ellas, deja a mi hija en paz! —gritó mi tía refiriéndose a que Manuel me matará a mí y a Jessica, y dejaré en paz a Melanie.

Eso es lo que hace una madre, o me equivoco, era obvio que ella no iba a rogar por nuestra vida tanto como por la de su propia hija.

—Lo siento, Ana —dijo ella mirándome fijamente a los ojos.

Miré que Ariana le entrego un arma a Manuel, el comenzó a caminar hasta mi tía.

—¡Usted sí que es una perra! —exclamó Manuel apuntándole con el arma a mi tía.

Observé a Manuel decidido a matarla, pero su expresión en un segundo cambio, él estaba apuntándome a mí.

—¡Con gusto mató a Ana, señora! —dijo Manuel y jalo el gatillo.

***

Desperté muy asustada, no puedo creer mi sueño, pero tal vez sea real, miré a la cama de un lado, ni Rosa ni Danna estaban.

Nadie sabe qué pasó con Rosa, ella se miraba mejor, incluso creí que ya no estaba enojada conmigo.

Espero esté bien, ahora más que nunca debía estar apoyándola, ella debe sentirse terrible.

Miré la hora y rápido me levanté de la cama, no quiero llegar tarde.

—¡Valeria! ¡Despierta! —grité.

Valeria se levantó de golpe, yo rápido me fui a duchar.

***

Esto no puede ser peor, miré a las butacas de arriba y miré a Manuel, Henry y Carlos.

—Recuerden jóvenes, no pueden salir muy de noche, con los recientes acontecimientos en la escuela, es preferible que no lo hagan —mencionó el profesor Víctor.

Si él supiera lo que pasa, creo que en verdad haría algo para ayudar, como es que ningún adulto sabe sobre los secuestros, ellos rápido se creen cualquier cosa.

No aguanto a Manuel aquí, no soporto su presencia.

—Estoy de acuerdo con usted profesor, pero díganos, ¿Qué es lo que está pasando en la escuela? —preguntó Manuel, podía notar su risa burlona.

El profesor se quedó pensando, creo que ni él lo ha de saber.

—No tengo permitido hablar de eso, pero por favor si quieren seguir con vida, no salgan de noche —dijo el profesor para después comenzar su clase.

Es un maldito sínico, los malditos disparos fueron provocados por él.

—Es molesto, Ana —mencionó Hanna.

—No puedo creer que esté aquí como si nada —dijo Diego. —¿Creen que sepa que Selena se escapó?

—Esperemos que no.

El profesor nos explicó que vamos hacer un proyecto en parejas, en verdad rezo porque no me toque con Manuel o con Carlos, seguro Manuel me mata.

—Hoy organizaré los equipos, mañana les digo con quién quedo cada uno, pueden irse.

Salimos lo más pronto, no queremos ni chocarnos con Manuel.

La siguiente clase es con el profesor Alberto, él es muy gracioso.

—Bueno, la escuela me obliga a decir esto, jóvenes no salgan de noche, bla bla bla, a nadie le importa —dijo para luego reírse.

—¿Importaría si a uno de nosotros le sucede algo? —preguntó Nina, al parecer ella estaba molesta, Danna me habló de ella, tal vez sabe que Danna está desaparecida, tal vez debió pedir ayuda.

—Claro que sí, todos aquí importan, pero algo de humor no es malo.

El profesor tiene razón, todos nos han estado diciendo lo mismo, ya hacía falta un pequeño cambio.

—¿No han sabido nada de Rosa? —preguntó Emily.

—No, eso es muy malo, me imagino lo peor —mencionó Grace.

Tengo que ser positiva, Rosa está bien, solo debe estar pensando en cómo rescatar a su hermano, aunque eso debería estar haciéndolo con nosotros, ella sola no podrá.

La clase finalizó, miré a Eduardo parado en la puerta, creo que quiere hablarme.

—¡Hola, Ana!

Lo saludé con una gran sonrisa, la verdad es un chico muy interesante.

—Me gustaría que se repita lo del otro día, ¿Te gustaría? —preguntó Eduardo.

—Si, sería excelente

—¡Vaya, vaya! ¿Quién diría? Ana de zorrita —exclamó Ariana a un lado mío.

***
POV Jessica.

Me da gusto que la puerta no se haya abierto otra vez, eso significa que por lo pronto estamos bien.

—Chicas, estoy muy asustada —mencionó Danna.

—Yo también.

No quiero que me pase nada, solo quiero irme de aquí, me levanté un poco, la cadena que estaba amarrada a mi pie era algo pesada.

Todo aquí es muy oscuro y frío.

—Yo no tengo miedo, estoy lista para lo que sea que venga —mencionó Silvia.

Toqué las paredes y estás estaba muy frías, comencé a mover de poco a poco mi pierna.

—¡Aquí hay algo! —exclamé. —Creo que es una ventana.

Sentí que había unas maderas ahí, sí, estoy segura que debajo hay una ventana.

Cuando estaba acercándome más, la puerta se abrió, dejando entrar un destello de luz.

—Les traigo una nueva compañera, aunque no se acostumbren a estar juntas, mañana se va la primera —dijeron desde la puerta.

—¡Eres un maldito, Ángel! —gritó Danna molesta. —¡Sácame de aquí!

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Espero y les haya gustado.
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