Capítulo 1.
POV Ana.
Mis ojos se sentían muy pesados, intenté abrirlos un poco, pero inmediatamente los cerré, la luz era muy fuerte. Escuché que alguien golpeó la puerta, abrí los ojos despacio.
—¿Quién es? —pregunté confundida al ver la habitación en la que estaba.
No recibí respuesta alguna, así que me bajé de la cama y comencé a caminar hasta la puerta. Al abrirla, mi cara se llenó de alegría, eran mis padres y Jessica.
—¡Los extrañé tanto!
—Nosotros a ti, hija, ahora estamos todos juntos —mi madre estaba sonriendo.
Regresé a mi cama, Jessica se recostó a un lado mío, era genial. La puerta se abrió de golpe, todos en la habitación nos exaltamos por el ruido.
—¡Esto aún no termina, Ana! —gritó Candice desde la puerta.
Manuel, Ariana, Henry y Pablo venían con ella.
—Tu no cumpliste tus retos, tienes que morir —mencionó Manuel.
—Una cosa antes —Ariana apuntó un arma hacia la cabeza de Pablo. —Tu tampoco los cumpliste.
Ariana disparó en la cabeza de Pablo, su cuerpo rápido cayó al suelo, formó un gran charco de sangre.
—Ahora sí, sigues tu —mencionó Candice molesta.
Jessica sacó su celular y rápido intentó marcar el número de emergencia, Manuel se percató de esto y le disparó en la cabeza.
Esto no puede ser, Henry se acercó a mis padres y los mató frente de mí.
—Ahora tú, Ana —Candice me apuntó directamente a la cabeza.
—¡No quiero morir! —Grité antes de que Candice jalara el gatillo.
***
POV Jessica.
—Son unos malditos, solo déjanos en paz —dije muy asustada, nadie hacia nada.
—Mira, que sorpresa —Manuel se asomó al auto donde estábamos.
—¡Ayudaaaa! —gritó Selena. —¡Chicos, despierten!
—¡Ana, ayúdame!
Manuel estaba comenzando a caminar hasta mí, no sabía que hacer, solo movía la mano de Ana, pero ella no despertaba, oh Dios.
—No puede ser, creo que están muertos —dijo Ariana, nadie se movía, estaba tan asustada, no quiero que Ana este muerta, no quiero quedarme sola.
Miré a todos, todo estaba lleno de sangre, el conductor estaba estrellado contra el vidrio, Ana tenía mucha sangre en su cabeza, ella no puede estar muerta.
Manuel me tomó de la pierna y me jaló hasta quedar afuera del auto.
—Bueno, al menos tendremos dos sirvientas —Henry rio.
—No podemos dejarlos —Selena estaba llorando. —No podemos.
—Ellos están muertos, dentro de algunos días los encontrarán.
Ya nada tiene sentido, mi hermana está muerta, estaré sola, no quiero eso, la quiero mucho, siento mucho dejarte aquí, Ana, pero no es mi decisión, es del estúpido de Manuel, el maldito creador de los 50 días.
***
Dos meses después...
POV Ana.
Hace dos meses exactamente fue la última vez que mire a Jessica, si no me hubiera enfadado con Hanna y los demás, ella estaría aquí conmigo, con nosotros.
—Ana, ¿Qué estás pensando?
—En mi hermana, en lo feliz que sería si ella no se hubiera ido.
—Eso es normal, Ana, pero no estás aquí para pensar en ella, aléjala de tus pensamientos.
—No puedo.
—Si, Ana, la semana pasada lo hiciste muy bien, inténtalo.
Pablo y Candice fueron a la cárcel con una condena de 25 años, Candice negó absolutamente todo, lo cual fue algo bueno, omitimos algunas cosas cuando fuimos a la policía, no dijimos todo lo que tuvimos que hacer en los retos, no quise decir que asesiné a dos personas, no quiero estar en la cárcel también.
Pude haber pedido ayuda, pero no lo hice.
—Ana, ¿Ahora que piensas?
—Lo logré, ella ya no está.
—Me alegro mucho, Ana.
La psicóloga es muy buena, solo vendré la próxima semana y todo estará listo, mi tía insistió en que viniera.
La señorita Rosario me dijo que podía irme, me levanté del sillón, me despedí. Afuera mi tía estaba esperándome.
—¿Qué tal te fue, Ana? —preguntó mi tía sonriendo como siempre.
—Muy bien.
Miré al auto, ahí venía Melanie mi prima, ella me recuerda tanto a Jessica, aunque ella es más grande, es de mi edad, nos llevamos muy bien, ella se lleva muy bien con mis amigos.
El día del accidente desperté tres horas después en la habitación de un hospital, Hanna y Rosa se encontraban ahí.
Mi mundo se vino abajo cuando ellas me dijeron que Jessica no estaba, mi única familia cercana, no estaba.
Ahora ellas viven conmigo, no quise irme de la casa, no podría abandonar todo lo de mis padres y Jessica, los extraño mucho, aún no pierdo la esperanza de que Jessica regrese. Los 50 días cambiaron mi vida, pero fue un cambio muy horrible, más bien, me destrozó la vida.
Al llegar a casa, fui por mi suéter y mi celular, era hora de contarles a los demás como me fue. Como siempre nos vimos en el parque, es nuestro lugar preferido.
—Hoy te ves más contenta, Ana —mencionó Diego al verme.
Quien iba a pensar que Diego se volvería parte de nuestro pequeño grupo, nadie, pero ahora lo es.
—Es cierto —Hanna me miraba sonriendo.
—Es porque lo estoy, ahora pienso menos en Jessica.
—Eso es genial, Ana, aunque aún no hay que perder las esperanzas, recuerda el investigador que contrato mi tío, es de los mejores, pronto sabremos algo de ellas —dijo Diego.
—Todo cambio por el reto —Isaac también se encontraba aquí.
—Si, hicimos cosas muy feas —mencionó Rosa algo apenada.
—Vaya que sí, aún recuerdo cuando creían que yo era el asesino de Cat —Ian comenzó a reír.
Y era cierto, lo llegamos a pensar, pero teníamos nuestras razones, en primer lugar, él atropelló a Isaac y se fue, huyó.
—Yo era muy distinto también, era hijo de Papi, pero ya no más —mencionó Diego.
—Lo bueno es que cambiaste, Diego, y por eso ahora eres nuestro gran amigo —Emily sonrió.
Seguimos platicando como nunca, aunque no estamos completos.
—Ana, no quería decir nada, pero ya no aguanto —noté a Diego un tanto preocupado.
—¿Qué pasa? —pregunté preocupada.
—Hoy fui a ver a Pablo —dijo Diego agachando la cabeza, por lo cual supuse lo peor.
Por mi mente comenzaron a pasar todo tipo de ideas locas, desde que Pablo se había escapado, hasta que él estaba muerto.
—Él tiene una amiga guardia, ella le dijo que Candice saldrá hoy de la cárcel, justo hoy a las 11 de la noche.
—Eso no puede ser posible —inmediatamente me levanté de la banca en la que estaba sentada. —No es justo, ella nos hizo mucho daño, no podemos permitirlo.
—No lo haremos, Ana, ella mató a mi padre y yo la mataré a ella.
—No los dejaremos solos —Hanna y Rosa igual se pusieron de pie, demostrando que nos apoyaban completamente a mí y a Diego.
—También cuenten conmigo—mencionó Valeria.
—Traje esto —Diego me entregó una jeringa, una jeringa como la que use al matar al profesor Hernández y al oficial Gómez. —La usaremos, Ana, la mataremos hoy.
Cuando se llegó la noche nos juntamos y nos fuimos en el auto de Diego a la delegación.
—De seguro ella no estará sola —dijo Grace algo nerviosa.
—Ustedes solo sigan el plan, fingimos ser unos transeúntes y yo la inyectaré, ella no podrá decir ninguna palabra.
Después de esperar por casi 20 minutos, la puerta se abrió, de ella salió Candice, con una gran sonrisa en su rostro.
—¡Maldita, perra!
—Esperemos a que se aleje un poco —mencionó Diego.
Cuando Candice se alejó un poco, salimos del auto, solo fuimos Diego y yo. Los demás se quedaron vigilando, para que nadie nos fuera a ver.
Cuando estábamos por alcanzar a Candice, ella se volteó hacia nosotros.
—Ya lo suponía —dijo ella mirándome fijamente a los ojos de manera desafiante. —Vienes a buscar venganza.
—Dime, ¿Dónde está Manuel? —pregunté.
—Por ahí, o por allá, no recuerdo bien —Candice comenzó a reír.
Me acerqué a ella, la tomé de la mano y la jalé más a mí.
—Eres una maldita, perra, mereces pudrirte en el infierno —dije y le inyecté el veneno en la mano.
—¿Qué es? —preguntó Candice quitándose la jeringa.
—No te queda mucho tiempo.
—¡Manuel! ¡Manuel! —exclamó Candice corriendo a la calle.
Pasó un carro, se detuvo frente a Candice, pero Candice no llegó, cayó al suelo, muerta por el veneno.
—¡Es Manuel!
El auto arrancó muy rápido y rápidamente se perdió entre la oscuridad.
....................../.............
¡¡Primer capítulo!!
Espero les haya gustado.
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