Capítulo 50. Tiempo
Damien Westermann
Nina dejó el auto estacionado frente a la casa de Katherine pero desde el otro extremo de la calle, tal y como había hecho cuando recién habíamos venido a este lugar. Respeté que lo hiciera, apagó el auto en lo que yo tomaba valor para poder ir hasta allá, tenía que meterme en la cabeza que esto sería todo, lo último que diría y que haría antes de poder dejar ir a Katherine, antes de poder desaparecer de su vida por siempre.
Ella notó el temblor en mis manos y mis rodillas, aun estando sentado se podía ver, no dijo nada, fingía que no presenciaba mi crisis nerviosa.
—¿Puedo hacerte una pregunta? —susurré antes de darme valor para abrir la puerta e irme.
Asintió muy interesada al respecto, se quedó viéndome hasta que pude decírselo.
—Sí te pido que vayas conmigo, ¿Querrías hacerlo?
En seguida la respuesta se proyectó en su rostro, hubo sentimientos encontrados pero solo uno era muy evidente, la inquietud.
—Damien...—hizo un gesto con los labios —No puedo hacer eso, ve tu, por favor, no me lo pidas.
Durante unos instantes nos miramos uno al otro, tratamos de leernos el pensamiento, no sabía si seguir pidiéndoselo o tratar de convencerla lo más que podía. Me acerqué a ella y le agarré ambas manos, atrayendo mi rostro al suyo.
—Eres importante para mí, Nina —le confesé, pronunciando cada palabra con lentitud y claridad, ella sonrió poco a poco. —Y quiero que estés conmigo ahí, será la última vez que vea a Katherine y a Lilian, quiero que estés a mi lado. Sin ti, esto jamás habría pasado.
Su sonrisa se ensanchó más pero no se veía del todo convencida.
—Es suficiente con que me lo hayas agradecido, no necesito que me lo demuestres, esto es tuyo, no quiero involucrarme, son cosas que necesitas resolver por tu cuenta. ¿No crees que he interferido demasiado en este asunto?
—No, yo no lo veo así, me has ayudado, tú lo pones como si hubieras hecho lo que se te dio en gana cuando lo que hiciste fue siempre estar al pendiente y ayudarme. Quiero que estés ahí.
—Damien...por favor —me suplicó ya bastante frustrada y preocupada de que la presionara —No me hagas hacer esto, ya te lo dije, no iré.
—¿Aunque te lo esté pidiendo?
—Sí, aunque me lo estés pidiendo. ¿Crees que por hacerlo ya me vas a convencer?
—Solo quiero que todos te vean, quiero que te conozcan.
—Damien —me reprendió haciendo un mohín —Ya todos me conocen.
—Lilian aun no —le aclaré, con firmeza —Quiero que te vea, quiero que sepa quién eres tú.
Alzó una ceja con mucho escepticismo, me vio de una manera extraña.
—¿A sí? —dijo con ligera curiosidad —¿Y qué vas a decirle de mí? ¿Qué le puedes contar a una niña de diez años acerca de una mujer que nunca ha visto?
—Que eres todo para mí, mi familia, mi amiga, mi compañera, la mujer con la cual yo no podría vivir porque es la verdad, no podría estar aquí sin ti.
—Pero...
—¿Pero?
—Siempre hay un pero cuando me hablas de esa manera, cuando me dices que soy todo para ti, siempre está ese "pero".
—¿De que hablas? —parpadee desentendido, examinando su rostro que ahora estaba decepcionado —No hay "pero" en lo que te acabo de decir. ¿Esperabas que fuera a decirlo? ¿Cómo porque lo haría?
—Porque es así siempre, ¿No lo recuerdas? Me hablas de amor cuando no lo estás sintiendo.
—Lo hago —admití, congelándome por su mirada incriminatoria, acusándome de estar hiriéndola otra vez —Te hablo de amor cuando lo estoy sintiendo, yo te amo, sé que no te lo dije y tienes razón, fui un estúpido porque todo este tiempo te hable de amor cuando me faltaba la parte más importante de todas, decírtelo.
Fue de esperarse que me contemplara con una expresión aturdida, incrédula como también tan ilusionada y con un increíble y afectuoso cariño que en sus ojos se reflejó, no sabía si la hacía feliz o estaba rompiéndole el corazón porque de un momento a otro empezó a llorar, quise creer que la hacía realmente feliz después de muchos años.
—¿Amarme? —preguntó con extrañez, era como si no me reconociera, por un momento la desconocí —¿En serio? No puedo creerlo, disculpa pero en estos diez años perdí la fe de que algún día pudieras en verdad amarme.
En ese momento pareció que el mundo se hubiera derrumbado encima de mí, que después de tanto hubiera perdido su amor que todo había sido tarde. Comencé a asustarme, no quería perder su amor, ¿Y si era tarde?
—¿Me amas? ¿Aun me amas? —le exigí responder cuando el pánico se apoderó de mí y me acerque tanto para leer su expresión.
Se calló solo un segundo y sus ojos siguieron viéndome con más reproche.
—¿Lo dudas? —exclamó indignada —¿No es suficiente esto?
Después señaló todo lo que estaba a nuestro alrededor y aunque no era una respuesta afirmativa lo interpreté como un sí, estaba enojada que no quiso aceptarlo.
—¿Y no crees que yo te amo? —esperé a que dijera una palabra y al no hacerlo mi desesperación fue lo que habló esta vez por mí —¿Tampoco me creerías si te digo que quiero estar contigo por el resto de mi vida? Que te eligo a ti no porque seas mi última opción es porque la verdad nunca fuiste mi última opción Nina, siempre fuiste la única y primera, siempre estuviste conmigo y te amo y decidí amarte por siempre, quiero proponerte empezar de cero cuando dejemos esta ciudad. ¿Lo querrías si te lo pido?
Mis palabras provocaron un frenesí de alegría en su cuerpo que la hizo sonreír de forma extraordinaria, insólita, era un arrebato de tanto entusiasmo y excitación lo que la obligó a llevarse las manos a la boca para no gritar, ahora sabía que lloraba de pura felicidad.
—¿Quieres...—preguntó entre jadeos. —que estemos juntos, para siempre? ¿Es lo que creo que es lo que me estás proponiendo?
Sonreí.
—A menos que quieras arriesgarte a permanecer con un completo fracasado que no podrá ofrecerte nada más que un pasado oscuro que lo perseguirá por el resto de su vida...La decisión te corresponde a ti.
—¡Por dios! —dejó escapar un resoplido junto con una risa entre dientes —He pasado diez años contigo y es suficiente como para saber que es lo que me espera. Tuve suficiente entrenamiento.
Reí también y rápidamente se limpió las lágrimas y jadeo de horror al ver el reloj en el tablero del carro, quiso hacer como si no hubiera estado llorando y vio hacia la casa de Katherine.
—¡Es tardísimo! ¡Rápido! Tenemos que llegar para no perder el vuelo, tenemos tanto tiempo para hablar de esto, es más tenemos tiempo de sobra. Ve y haz lo que tengas que hacer y no me obligues a ir, no arruines mi buen humor.
—Soy experto en eso —declaré, sin dejar de sonreírle, ella me golpeó el costado y me empujo para que saliera del auto. —Deséame suerte.
—¡Suerte! Aunque no la necesitas—murmuró antes de que cerrara la puerta.
Bastante confiado fui hacia la casa para dar el paso que concluiría con el ciclo que transformó mi vida, aquí estaba, cara a cara para dar paso a una nueva vida, mataría al Damien del pasado, lo enterraría, acabaría con las heridas que soporte para llegar aquí, con la lucha por el cambio en mi persona, terminaría con todo lo que un día me atormentó por años, con mi oscuro pasado.
Hoy era el día por el cual enfrente al mundo entero y sacrifique todo lo que tenía para estar aquí, sería la despedida definitiva, hoy acabaría, finalmente podría descansar en paz.
Katherine Weber.
La despedida entre Damien y Lilian pasó de ser más que un simple adiós, creí que solo sería eso pero no, ella no lo quería dejar ir tan rápido y él no tuvo intención de que fuera rápido, de hecho se tomó su tiempo de hablar con ella y de apreciar el dibujo que hizo para él, en verdad quiso estar con ella porque valoraba cada segundo que la tenía a su lado. Nora nos dejó a solas a los tres en la sala, ella se fue al segundo piso, se dio cuenta que ella debía estar ausente en un momento como este.
—Fue divertido estar contigo. —le susurró al oído para que no escuchara pero pude captarlo, su voz de todos modos eran muy audible —Se que te vas para curarte y está bien, a nadie le gusta estar enfermo, yo lo sé porque estuve muy enferma así que lo entiendo. Espero puedas curarte.
Damien sonrió y estudió el dibujo de Lilian una vez más, ella había recreado ese día en el parque donde volaron el cometa, era un dibujo muy bueno, lo bastante bien hecho para una niña de su edad.
—Gracias, Lilian, por cierto, este dibujo es muy bueno. Es increíble, tienes talento, sigue dibujando, recuerda, debes seguir practicando.
Ella asintió, sonriéndole también, su mirada era tierna, agradeciéndole que apreciara el detalle que le había hecho.
—Claro, ojala pudieras ver lo que haré mañana, pienso dibujar un castillo como el que me enseñaste hacer pero lo guardaré por si algún día llegas a regresar.
Damien me vio disimuladamente, se me encogió el corazón, fue un dolor agudo, difícil de ignorar, no se podía mantener oculto.
—Me parece bien —sonrió, después suspiró con pesadez, en lo que su rostro se desilusionaba, ya era hora de la despedida. —Creo que debo irme, mi avión sale en unas horas y va a ser un vuelo largo.
De súbito Lilian se echó sobre Damien, lo abrazó y claro que él no se lo esperó, incluso se había quedado con los brazos congelados y poco a poco procesó lo que estaba sucediendo y acercó lentamente los brazos hacia Lilian, envolviéndola en un abrazo ligero.
—Adiós, papá, fue bueno conocerte.
Vi como Damien se paralizó, sus ojos se cerraron y entonces apretó más a Lilian para abrazarla en serio. Hubo algo en mí que salió disparado de mi cuerpo, algo que se liberó, que escapó, no se que fue pero sucedió justo cuando los vi a los dos juntos, unidos y dándose una muestra de afecto, aquello me hizo sentir una satisfacción descomunal, un gusto autentico.
—A mi también me dio gusto conocerte, Lilian. Cuídate mucho, sé buena niña.
Le dio un pequeño apretón más a su cuerpo pero antes de que se fuera la puso frente a él para verse la cara uno al otro.
—Solo quiero decirte que lo que les hice estuvo mal, quiero que entiendas y sepas que lo lamento y que espero que seas una buena niña y que cuides a tu mamá. Ella te ama demasiado, eres todo para ella. ¿De acuerdo?
—Sí —asintió, vi la concentración en sus ojos, lo entendía —Yo siempre la voy a cuidar, igual que la tía Nora, Abby, Rebecca y Luke.
—Es bueno saberlo. —susurró, mostrando una sonrisa que se quebró un poco.
Acto seguido ella le sonrió, se dieron un último abrazo para cerrar su promesa, después la dejó ir y corrió hacia las escaleras para irse con Nora, dejándonos a nosotros solos. Nos levantamos y antes de que se dispusiera a irse hacia la puerta le mostré la carta que tenia para Nina, sabía que ella estaba afuera y que seguro no quiso entrar y lo respeté, las cosas entre las dos no nos permitían hacer las paces.
Damien vio la carta y al darse cuenta que iba dirigida a Nina me interrogó con los ojos.
—Es para Nina, entrégasela, dile que es de mi parte, no vayas a abrirla, es algo privado y dile que la lea porque es importante, con mucha insistencia díselo.
Titubeó y luego agarró la carta, leyendo solo el nombre de Nina en el sobre.
—Lo haré —me prometió con voz tajante —Se lo daré.
—Damien...yo...—carraspee, no estaba lista para hacer esto, ni aunque hubiera tenido toda la noche para practicar podía hacerme sentir preparada para decirle esto ni tampoco para despedirme. Alcé mis ojos a los suyos que lucían inocentes y perdidos por mí repentino cambio de actitud —Yo nunca te agradecí lo que hiciste por Lilian y bueno, hoy te quería agradecer lo que hiciste. Gracias.
Sostuvo mi mirada por un tiempo prolongado, sus ojos encendidos, brillosos y fascinantes me envolvían en esa experiencia atractiva de antes, la misma de hace años.
—Siempre estuve en deuda contigo —aclaró con voz baja pero involuntariamente seductora. —Te lo debía por todo lo que te hice, lo hice por ti y por ella, es lo mínimo que pude darles, ojala fuera suficiente.
—Le salvaste la vida —añadí, contradiciendo un poco.
Hizo una mueca pequeña de insuficiencia.
—No fue suficiente, le fallé a ella por muchos años y eso no lo puedo arreglar pero al menos sé que ella entiende el arrepentimiento, mi presencia sirvió de algo. Perdóname de nuevo por todo lo que te hice, quisiera poder pagar por todo el dolor y perdidas que causé pero bueno ¿Una vida de miseria no fue suficiente? La vida me lo quitó todo.
Trague saliva.
—Aprenderás a vivir con eso, yo lo hice.
—Sí, tienes razón. No pudiste haberlo dicho mejor.
Lo acompañe hacia la puerta, entre los dos alargamos lo más posible los últimos segundos que teníamos juntos, estábamos de acuerdo en algo, no queríamos esto pero era inevitable. Sería una mentira si decía que cuando Damien saliera por esa puerta acababa todo, porque yo seguiría pensando en él, eso era seguro, esta despedida estaría reciente por un tiempo más, quizá por meses o años, eso solo el tiempo lo dictaría. yo solo intentaba alargarlo por un poco más, aprovechando lo único que quería de él, su presencia.
¡PENÚLTIMO CAPÍTULO! DOS MÁS Y TERMINA LA HISTORIA.
Les voy a tener que decir que subiré los últimos dos hasta el jueves o quizá viernes porque quiero alargar la despedida a los personajes :( no puedo decirles adiós a todos ustedes, me sentiré triste, no me culpen por querer atrasarlo, se que ustedes también lo quieren así.
Solo les pido que no me maten por el final, no será lindo pero por favor en serio, no me maten jajaja.
LOS AMO CON TODO MI CORAZÓN, quiero aprovechar estos últimos días que tengo con ustedes, no quiero llorar pero a veces es imposible.
Nos leemos pronto.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top