Capítulo 45. Ayuda

Katherine Weber.

La angustia se hundió en mi garganta cuando luego de largas y desesperantes nueve horas de que se habían llevado a Lilian al quirófano el doctor finalmente salió de la sala de operaciones y fue con nosotras (que todavía permanecíamos en la sala de espera). Con precipitación me levanté y corrí a su encuentro.

—¿Qué pasó? ¿Cómo esta ella? —le pregunté, queriendo ahogar mi agonía con un tono de voz bajo.

Alcancé a ver que en sus ojos se estaban disculpando con anterioridad, inhaló aire con fuerza y eligió las palabras adecuadas para decirme lo que seguro iba a terminar conmigo. Estaba tan atemorizada que estaba a punto de ponerme a gritar si Nora no me hubiera pasado un brazo por los hombros para darme apoyo.

—Quisimos detener la hemorragia gastrointestinal de Lilian pero se salió de nuestras manos. Fue una hemorragia severa y todo se debió a que su hija presenta la enfermedad de Von Willebrand, era una condición de la que nosotros no tuvimos conocimiento previo a la cirugía y por ello se ocasionó una hemorragia grande en medio del procedimiento.

Luego de que me lo dijera el pulso de mi corazón me martillaba contra los oídos, incapacitándome a escuchar, si dijo algo después de eso yo no lo escuche en absoluto. Quise aclarar mis ideas pero no sabía si al menos ella estaba bien o si algo peor le había pasado, no sabía cómo sentirme, si asustada, consternada o confundida. Dejé de hablar y contemple al doctor con una expresión congelada.

—¿Qué está tratando de decirme doctor? ¿Cómo está mi hija? —intenté hablar con calma pero el miedo y el coraje se juntaron, escuchándose como una amenaza, no quería que me confirmarma lo que estaba pasando por mi cabeza en ese instante.

—Ella esta estable, la anemia que tenia antes de entrar a cirugía lo pudimos arreglar gracias a una transfusión de sangre que logramos hacer a tiempo, sacamos lo suficiente de nuestro banco de sangre y se la dimos pero...—tragó saliva, era la primera vez en mi vida que veía a un doctor vacilar —Necesita un transfusión más grande porque perdió mucha durante la cirugía.

—¿Dice que mi hija necesita de una donación grande sangre? —parpadee perpleja, moviéndome de un lado a otro con pánico, me pase la mano por el cabello, interrogándome una y otra vez ¿Cómo es que pasó todo esto? De un día para otro Lilian había dejado de estar bien y saludable, ya no era la niña de diez años que hace dos días estaba bailando y jugando conmigo —Quiero que me explique todo con detalle y porque mi hija necesita una cantidad de sangre tan grande, ¿De dónde voy a conseguirla?

—Tenga en mente que la hemorragia gastrointestinal de Lilian esta controlada, toda la perdida de sangre no se debió a eso, como ya le dije, Lilian padece de la enfermedad de Von Willebrand, es un problema en la coagulación de su sangre, se le hizo un examen para diagnosticárselo y se confirmó hace unas horas.

Me oyó inhalar bruscamente, apenas podía entender lo que me estaba explicando, quería en verdad entender y buscar una solución inmediata para este problema que estaba atormentándome.

—Lilian es de una clase de sangre poco común —me explicó, verificando en el expediente que tenía en la mano —Es AB negativo, ¿Es la misma que usted tiene?

—No —agité la cabeza y no pude evitar poner mala cara —No es mi tipo  de sangre.

Y en automático pensé en Damien, debía ser la clase de sangre que él tenía, esa no era la mía.

—Lilian está en la etapa dos de la enfermedad de Von Willebrand, sabe, esta enfermedad es hereditaria, si usted o algún familiar la tiene pueden pasarla directamente a los hijos, necesito saber si usted o alguien de su familia lo ha padecido.

Por supuesto que nunca en la vida había escuchado de dicha enfermedad, no conocía a nadie de mi familia que la hubiera padecido y otra vez mis pensamientos se dirigieron hacia Damien exclusivamente. No conocía el historial médico de su familia pero sin duda debían ser ellos de quienes debíamos estar enfocados.

—No, mi familia no ha padecido la enfermedad de Von Willebrand pero seguro la familia del padre de Lilian sí —admití, poniéndome tensa, ocultando la incomodidad de mi voz —Dígame, ¿Qué quiere decir con que esta en la segunda etapa? ¿Es grave?

—La etapa dos se caracteriza por un defecto en la estructura del FvW, la proteína de FvW no funciona adecuadamente, hablamos de algo moderado pero no podemos tomarlo a la ligera. Pero seré sincero con usted —su mirada severa y firme me puso en alerta —Necesitamos conseguir la sangre AB negativo  para Lilian lo antes posible, al menos un litro, nosotros no contamos con esa cantidad en nuestro banco de sangre, si conoce a alguien con el mismo tipo de sangre le pido que le comunique y venga a donar de inmediato.

—Pero... es que no lo sé —respondí agitada y nerviosa, las posibilidades eran nulas, yo no tenía ese tipo de sangre, ni Nora, tampoco Luke, era un tipo de sangre poco común, ¿Cómo iba a conseguirla? —No conozco a nadie que la tenga, ¿Qué voy a hacer?

—Perdone que le pregunte esto pero ¿Él padre de la niña no tendrá ese tipo de sangre? —pronunció cada palabra con cuidado para que fuera discreto.—Para que pueda venir y donar, es todo lo que se necesita para que Lilian se recuperé, lo necesitamos señorita Weber, es urgente.

Palidecí, él ya no estaba, no iba a volver, no iba a poder pedirle el favor ni suplicarle que me ayudará porque debía estar subiéndose a un avión justo ahora para regresar a Europa, tampoco sabía como contactarlo, la única posibilidad se escapó de mis manos.

—Él se fue y no piensa volver —susurré de manera cortante y con desgana, de nada servía pensar en que sería de ayuda.

El doctor se frustró al igual que yo, se quedó en silencio y yo esperaba que al menos estuviera pensando en ayudarme aunque no fuera al cien por ciento su obligación darme una salida a este problema.

—No quiero sonar grosero, señorita Weber pero la enfermedad de Von Willebrand es causada por uno de los padres, si usted no tiene historial de la enfermedad es seguro que el padre es quien fue el portador y es en mayor proporción cuando se tratan de niñas, lo que explica que si el hombre es el portador, sus hijos saldrán con la enfermedad pero con más posibilidades si es una niña. Eso quiere decir que el padre es quien tiene el tipo de sangre que necesitamos. ¿No sabe dónde contactarlo?

Nora y yo nos miramos, nos leímos el pensamiento una a la otra, la única forma de encontrarlo era contactar a Nina pero ninguna de las dos tenia su número o dirección de donde se habían hospedado y tampoco dejaron datos, esto era un caso perdido, Damien como lo dije, no era opción.

—La verdad es que no podemos considerar al padre de Lilian para que pueda ayudar, debemos descartarlo —le explique con voz seca lo cual lo hizo echarse para atrás con discreción, lo dije con un poco de exabrupto, no maneje bien mi tono de voz —Tenemos que pensar en otra cosa, lo que sea estoy dispuesta a hacerlo, solo dígamelo.

No insistió porque ya no dijo nada, reflexionó otra vez en silencio y su voz formal de médico salió a flote.

—Podrían solicitar un servicio a la comunidad para pedir la sangre, en televisión, periódicos y radio ayuda mucho, incluso en internet, entre más medios de comunicación puedan abarcar más pronto podrá llegar la persona que quiera ayudar y más si se añade que es urgente, es lo que puedo sugerirles.

Nora y yo volvimos a mirarnos, poco a poco una sonrisa de esperanza creció sobre nuestros rostros, estábamos satisfechas con la idea, era excelente, teníamos que comenzar ya mismo.

—Es una buena idea —admitió Nora, con una leve sonrisita.

Asentí impaciente, teníamos que prepararnos y contactar lo más pronto a las televisoras, estaciones de radio y periódicos, tenía presión de hacerlo cuanto antes, el tiempo corría y no debíamos dejarlo pasar, mi obligación era hacer todo lo posible para conseguir el donador en el menor tiempo de lo estipulado.

(...)

Llamamos a las televisoras pidiendo un poco de su tiempo para que lograran poner la información de Lilian en los noticieros con más audiencia y que la gente viera que se solicitaba un donador con el tipo de sangre AB  negativo cuanto antes para Lilian Weber adjuntando los datos del hospital, igual lo hicimos en la radio, les pedimos que transmitieran la información durante todo el día si era posible y en el periódico pusimos un letrero que si todo salía bien mañana a primera hora estaría puesto en la sección más leída.

No nos quedaba más que esperar una respuesta, nosotras estuvimos con Lilian en su habitación rogando por un milagro, por la ayuda que se requería, le administraron una cantidad muy poca de sangre que les quedaba en el banco pero no era suficiente, necesitábamos esa sangre cuanto antes porque todo el avance que ella tenia se podría perder si seguía así.

Mientras que Nora dormía en una incomoda silla yo me quedé en vela a cuidar a Lilian, estaba respirando mediante una máscara, su piel seguía igual de blanca que el papel, no la reconocía en absoluto, no se parecía a Lilian, a mi pequeña risueña y traviesa niña de diez años, siempre fue pequeña y frágil aunque lucía fuerte y sana pero esta vez me daba miedo que fuera a romperse, igual a cuando nació, parecía que con tan solo respirar se desintegraría.

Toque sus manos y su piel estaba agrietada y seca, lloré en silencio porque no quería llorar frente a Lilian aunque sabía que no podía verme, me sentía impotente y culpable porque debí haberle cuidado mejor, no escuche las señales de advertencia, ella estaría alegre en casa si me hubiera preocupado más por el dolor que sentía en su estómago. Hice lo que pude y de igual forma le falle, dejé ir a su padre cuando quizá lo mejor era que se quedara y no podría traerlo de vuelta, ¿Quién lo hubiera dicho? Damien se convirtió en una posible salvación para Lilian cuando hace años había sido nuestro posible asesino.

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