Capítulo 40. Plan

Katherine Weber.

Todos fuimos a celebrar la llegada de Nora a un restaurante muy bueno que Rebecca y Luke conocían, era elegante y los platillos eran exquisitos, un verdadero manjar. La convivencia era sobre todo para que Nora pudiera conocerlos, ellos solo la conocían a ella por video llamada y ahora que estaba finalmente en persona con nosotros tuvimos que aprovechar el poder estar todos juntos.

Charlamos sin parar e igual reímos, Nora tenia anécdotas muy buenas, había pasado tanto que no  me reía tan fuerte, me faltaba tenerla conmigo, me sentía tan feliz, llena de vida, Nora era mi familia y claro que estaba encantada de tenerla conmigo. Se llevó excelente con Rebecca y Luke, compaginaron a la perfección, a veces charlaban como si hubiesen sido amigos de años en lugar de días.

—Iré al tocador —nos dijo Rebecca, disculpándose con una sonrisa —Luke, ¿Puedes ir por Abby? Necesita comer un poco más, no ha tocado nada del plato por ir a jugar.

Las niñas estaban en una área de juegos, las dejamos solas por solo unos minutos pues Luke y Rebecca se estaban turnando.

—Iré a vigilarlas porque seguro Abby no me hará caso, la esta pasando bien —señaló el área de juegos donde Lily y Abby subían por un tobogán.

Rebecca y Luke se levantaron al mismo tiempo, lo que permitió que Nora y yo nos quedáramos solas. Me dedicó una sonrisa que le regresé, nosotras ya habíamos tenido tiempo de hablar pero los temas nunca terminaban, diez años sin tener una conversación cara a cara era razón para hablar de muchas cosas o incluso de cualquier cosa insignificante.

—No pude creer  el cariño que Luke le tiene a Lily —comentó, en lo que le echaba vistazos cortos al área de juegos, donde él estaba. —Es muy dedicado, en verdad se ve que las quiere. Mi pregunta aquí es ¿Abby no sintió celos de que Luke esté tanto tiempo con Lily también?

También miré hacia esa dirección, uno de mis temores era que Abby estuviera resentida con Lily por haberle "quitado" tiempo con Luke pero milagrosamente no fue así. Abby y Lily tuvieron una química y conexión inmediata cuando se conocieron, básicamente ellas son hermanas, se quieren tanto, pasan tiempo juntas, no hay un momento en que puedan estar lejos una de la otra, no pueden estar separadas y el hecho de que Abby comparta a Luke con Lily significa mucho pues todo lo que ella tiene siempre lo comparte con Lily, incluso Luke.

—Para nada, Abby está feliz de poder compartir a Luke —respondí todavía sorprendida de que así fuera el asunto —Los tres hacen un equipo increíble, no puedo imaginarlos separados.

—¿Y entre tú y él? ¿Cómo van las cosas?

Sonreí más fuerte, los buenos momentos que he tenido han sido a lado de Luke, por supuesto que recordarlos me hizo sentir tan feliz.

—Él ha sido increíble conmigo —todo nuestros preciados recuerdos se fueron agrupando en mi mente —No se que hubiera sido de mí sin él, es una persona maravillosa. Lo quiero demasiado.

—Y... ¿No has pensado en casarte con él? ¿En llevar más allá su relación? Son diez años desde que paso la tragedia, ¿Crees que ya es tiempo de dar vuelta a la página?

Mi sonrisa fue bajando de nivel, pensar en el matrimonio después de lo que me pasó no era nada que me gustara pensar, todavía creía en ello pero me daba miedo pensarlo. Trague saliva con dificultad, en mi visión hacia el área de juegos mis ojos se quedaron puestos en Luke riendo con las niñas, fingiendo que subiría al tobogán.

—No lo sé, todavía quiero pensarlo, no hemos hablado de eso pero tal vez lo pueda considerar más adelante. —suspiré —Lily lo quiere, no sé si lo vea como un padre, yo pienso que lo trata como a Robert o a ti, como a un miembro de la familia y solo eso.

A Nora como a mí nos preocupaba el bienestar de Lily, ella por ahora estaba bien pero lo de Damien me tenía nerviosa, no podía dormir, soñaba que  se acercaba a nosotros y eran cada vez más reales, algo me decía que se trataba de alguna advertencia.

—Ella se parece cada vez más a su padre —repuse con aire ausente, viendo a Lily correr en el área de juegos, persiguiendo a Abby. —La miro todos los días y aunque algo me dice que Damien puede venir un día a buscarnos, verlo ya no me causará miedo. Yo se que Lily se parece más a mí en sentimientos en eso no es nada parecido a su padre, lo puedo constatar pero gracias a su parecido con él, aprendí que ya nada en Damien logrará perturbarme. Lo perdone hace mucho, Lily me ha ayudado a hacerlo.

Nora respiró a mi lado aliviada de escucharme pues hace muchos años esperó que yo finalmente perdonara a Damien por el simple hecho de sanar mi alma, de poder dejar ir el pasado y abrir una oportunidad  al futuro.

—Esto es un paso importante, Katherine, me alegro que finalmente lo hayas dado. —me tocó el hombro y me dio un apretón.

Le sonreí, que me hiciera ver mi logro más importante me hacia darme cuenta de que estos diez años si habían servido de algo, no me había dado cuenta de que ya había madurado lo suficiente para dejar de importarme por el ayer.

—Ya era hora de darlo —dije en voz baja pero todavía dando una sonrisita.

Era tiempo de dejar fluir las cosas que el futuro me tenía preparado.

Damien Westermann

2 semanas después.

—Lo tenemos, Damien, ¡Tenemos el permiso! —Nina atravesó la puerta principal con una sonrisa de oreja a oreja que le marcaban arrugas a lado de los ojos, su asistente la acompañaba y entró después de ella con una sonrisita apenas visible.

Yo estaba sentado en el sofá, esperando noticias y cuando entró gritando llena de jovialidad corrí hacia ella y la abracé, no podía creerlo, estás dos semanas habían sido eternas, creí que no lo conseguiría y estaba mal porque Nina era una excelente abogada y apelaba tan bien que todo era tan creíble para cualquiera.

—No lo puedo creer, ¡No lo puedo creer! Lo hiciste—exclamé, alzándola del suelo, ella reía, al soltarla me sonrió con fuerza y me mostró el permiso firmado y autorizado por el juez.

—Aquí está, tengo que ir contigo obligatoriamente porque de otra forma no podrás salir del país, es una condición inapelable.

—No me interesa en absoluto llevarte conmigo —indique, dándole una sonrisa amplia —Quiero ir contigo, te necesito a mi lado.

La besé en  la frente y volví a abrazarla, siguió riendo y tuve que calmarme porque seguro debía darme indicaciones de cómo se iban a hacer las cosas.

—Solo tienes permiso de ir una semana, no más no menos. ¿De acuerdo? —me explicó con tono amable pero decisiva —También ha sido una condición importante, no podemos cambiarla, si tú cumples ellos no actuaran en tu contra, debemos ser precavidos, recuerda lo que dijo el juez, el más mínimo crimen y ellos te traerán de vuelta.

Asentí con firmeza, lo comprendía todo, sabía como actuar, nada podía salir mal, había pasado años planeando esto, era el colmo que resultara muy mal. Me entregó el permiso y rebuscó en su bolso, dejándome ver los boletos de avión.

—Nos vamos pasado mañana —me anunció, con los ojos resplandecientes ante mi reacción, no deje de sonreír. —Contraté un jet privado, no podremos irnos en un vuelo convencional, la gente aun te reconocería en el aeropuerto, la prensa de no debe saber que viajaras.

—Lo entiendo, aunque no era necesario lo de contratar un Jet, algo hubiéramos hecho con la prensa.

Dejó escapar una risita pero sonó más como resoplido.

—Nunca hubiéramos podido hacer algo, ellos sin insistentes, aparecen desde la nada, no queremos que nadie lo sepa.

Confiaba en ella en absoluto, a veces creía que me dejaba guiar mucho por sus decisiones pero lo hacía porque eran las más acertadas, sabía como encontrar un equilibrio, lo que menos quería era que Katherine supiera que iba a ir a verla, teníamos que ser muy sigilosos, pasar desapercibidos.

—Sabes lo que haces, tienes razón. No debemos ser muy evidentes.

—Es lo más prudente. Lo mejor es que planeamos bien las cosas, por eso traje a Jack, él podrá ayudarnos en una buena estrategia para salir de aquí e ir al aeropuerto sin problemas.

El asistente de Nina, Jack, se nos acercó cuando Nina le echó un vistazo rápido, éramos tres personas para idear un plan pero yo solo confiaba en Nina, ella ponía una mejor perspectiva de las cosas, con ella nada podía salir mal. 

Katherine Weber.

Luke, Rebecca y Abby se irían de la ciudad hacia Toronto por el aniversario luctuoso de sus padres además de que aprovecharían el vuelo para visitar a la familia que tenían allá. Lily quería ir pero era obvio que no podíamos ir, Nora era nuestra visita y no íbamos a poder dejarla sola.

Lily no estaba molesta pero si un poco desanimada, extrañaría a Luke y por supuesto a Abby pues se irían por una semana y media, yo sabía que Lilian se olvidaría tan rápido del tiempo que estarían ausentes gracias a Nora, jugaba todo el tiempo con ella, la pasaba a lo grande así que no me preocupe.

Fuimos a su casa a despedirlos, Lily no era la única que iba a extrañarlos mucho, yo también era una de ellas sobre todo a Luke, prometió llamarme todo los días para decirme como estaban las cosas por allá, no quería que se tomara la molestia pero insistió en que él se sentía cómodo avisándome como estaban.

—No creo que sea necesario, puedes llamarme cada tres días —le sugerí con una sonrisa graciosa al ver que torcía el gesto, era terco.

—Me siento mejor si hablo contigo todos los días. No me cuesta nada.

—Vas a pasar tiempo con tu familia. Aprovéchalo.

—Y lo voy a aprovechar, estaré con ellos —aceptó, dándome una sonrisa pero me di cuenta que cambiaría de tema pues su sonrisa se desvaneció y observó a los demás que estaban en la puerta despidiéndose. Se inclinó hacia mi rostro para hablarme en secreto —Katherine, tengo lo que me pediste, acabo de conseguirlo pero por favor no vayas a usarlo.

Al principio no supe de a que se refería pero en automático sus palabras encajaron en mi cabeza, la pistola, claro.

—¿Dónde está? —pregunté inquieta, con discreción miré a los demás para asegurarme de que no se daban cuenta de lo que hablábamos.

—Está en mi habitación, en la caja del armario, todo esta en un estuche, incluido los casquillos, por favor, no vayas a usarla —me pidió de nuevo con mucha severidad, yo sabía cuándo él hablaba en serio, la situación lo ponían un poco angustiado. —Aun no sabes usarla, espera a que regrese para enseñarte. ¿De acuerdo?

Asentí, permanecí muy seria, yo también me tomaba con mucha preocupación este asunto, sabía que no debía usarla, consideraba las tragedias de si alguien la usaba sin conocimiento completo.

—Confía en mí, no voy a usarla —le prometí con voz de aplomo.

Me dio un beso en los labios como despedida y un largo abrazo, termine por despedirme de Abby y Rebecca, iba a sentir su ausencia en cuanto cruzaran por esa puerta, ni siquiera se habían ido y ya quería que se quedaran. Nora también se unió a la despedida, le tomó mucho cariño a cada miembro de la familia, sobre todo a Rebecca eso lo pude notar rápidamente, se conectó muy bien con ella y claro que iba a extrañarla.

—Voy a extrañarte, Katherine —me abrazó Abby, ya era enorme, tenía doce años y era mucho más alta que Lily pero no creí que tanto.

—Cuídate mucho Abby —le dije, abrazándola fuerte —Yo también voy a extrañarte mucho, aquí te vamos a esperar con los brazos abiertos. Que tengas un lindo viaje.

Le di un beso en la mejilla y volví a abrazarla, después ella volvió a despedirse de Lily y justo noté que las dos empezaron a llorar, no pudieron contenerse, era una semana y media lo que estarían separadas, el vínculo que tenían sobrepasaba a lo que yo creía. Abby era como su hermana mayor, Lily la seguía en cada paso y Abby se tomaba en serio ser una figura a seguir.

Si no las hubiéramos separado podíamos jurar que nunca iban a terminar de despedirse una a la otra, con esfuerzo tuvimos que alejarlas. Los seguimos hasta la acera donde ya tenían la camioneta con las maletas dentro. Lily me abrazó fuerte cuando encendieron la camioneta y bajaron las ventanillas para decir adiós, fue el momento más difícil para ella.

Les dijimos adiós y cuando se fueron por la calle hasta desaparecer Lily rompió a llorar, la llevamos adentro y la consolamos todo lo que pudimos, Nora fue quien pudo lograr algo y al final Lilian durmió en el sofá, recargada en su hombro. Aproveche que ella dormía y que Nora la cuidaba para ir a la casa de Luke y entrar por la pistola.

Subí a su habitación y fui hacia su armario, todo lo hice lo más rápido que pude, no quería tardarme mucho ni que los vecinos me vieran. La encontré en el lugar que me indicó, la metí en mi bolsa de mano con cuidado, no debía estar cargada eso supuse. Salí de la casa, sintiendo que todas las ventanas de cada casa en el barrio me estaban observando, entré a mi casa y subí a mi habitación.

Compré una caja exclusivamente para esta arma que tenía llave y que nadie podría abrir sin mi permiso, la metí ahí junto con los casquillos y guardé todo en el cajón de mi mesita de noche que también tenia llave. Todo estaba bien guardado pero también estaba en un fácil acceso por si en algún momento llegase a necesitarla.

Estaba preparada para proteger a Lilian pues el momento que más temía, el escenario de mis pesadillas se estaba acercando a la realidad.

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