Capítulo 31. Todo

Katherine Weber

Caminaba a un lado de Luke en su increíble y esplendoroso jardín al estilo pemberley, cuando no había clientes nos invitaba a que pasáramos un buen rato ya que a Lily le encantaba venir y ver sus flores favoritas, las margaritas. Abby y ella corrían en lo que yo le contaba todo a Luke, lo que había pasado la noche anterior y la charla que tuvimos Lily y yo acerca de Damien.

Al igual que yo se espantó de la situación pero él tuvo la oportunidad que yo no tuve, de poder demostrarlo y sacarlo a flote. Al final del relato nos sentamos en una banca de madera que estaba muy lejos de todos, incluso parecía un buen lugar para hablar en privado. No estaba acostumbrada a ver preocupación en Luke por eso me sentí un poco culpable, al parecer le interesaba más de lo que pensé todo este tema.

—¿Ella algún día tendrá que saberlo, verdad? No podrás ocultárselo.

Negué con una pena inmensa, quería evitarlo pero no era posible.

—Sabrá la verdad porque lo merece y así lo quiero aunque espero no estar tomado la peor decisión para ella, Lily esta ansiosa por conocerlo, se llevara una gran decepción cuando sepa porque no debe conocerlo.

—Él no es su padre, podrá serlo por la parte biológica pero nunca podrá tomar el papel como se debe —replicó, con voz de aplomo —Nunca lo será.

No quise decir nada pero Luke estaba muy en contra de que Damien fuese a tomar el papel de padre para Lily (cómo si eso fuera posible) y para mi gusto lo estaba tomando con mucho  interés.

—De todas formas ella sabrá quien es, le mostraré lo que tengo, le contaré las cosas como son, no le ocultaré lo que por derecho le corresponde.

Justo para el momento en que deseaba responderme escuchamos que corrían hacia nosotros, era Lily que tenía en la mano un par de margaritas, tenía las mejillas ruborizadas y la frente perlada de sudor por tanto correr. Se acercó con la respiración agitada.

—¡Mira mamá, margaritas! —me las enseñó y luego se fue con Luke —¡Luke, Luke! ¿Puedes hacerme una corona bonita? ¡Por favor!

Luke sonrió encantado y la sentó sobre su regazo.

—Wow, que bonitas, ¿Tú las escogiste? —ella asintió —Bien, pues entonces haremos una corona muy bonita.

Luke no tardaba mucho en hacer las coronas de flores, la práctica la tenía porque también le hacia muchas a Abby, tenia una habilidad muy buena para hacerlas, yo lo intenté y fue un fracaso igual que Rebecca. Al cabo de unos minutos ya la tenía hecha.

—Ya está, ¿Quedo bonita, verdad? —la colocó con mucha delicadeza en su cabeza y le echó el cabello hacia atrás —Mira qué bonita te vez, luces como una pequeña hada.

Lily sonrió de oreja a oreja y saltó del regazo de Luke para dar brinquitos desesperados.

—¡Luke, Luke! Tienes que venir porque hay un bicho raro en la fuente y no podemos jugar.

—Oh, en un momento voy, no te preocupes, debe ser una abeja pero no la molesten, a ellas les gusta vivir en las flores y deben estar hambrientas. Trata de no acercarte porque te pican. ¿De acuerdo?

Lily lo tomó de la mano.

—¡No, no! Es otra cosa —lo jaló para que se levantara. —¡Ven, ven!

—De acuerdo, de acuerdo. Vamos —la tomó de la mano con más firmeza y juntos caminaron hacia la fuente, dejándome a mi sola.

Vi como recorrieron el camino tomados de la mano, siendo muy sincera, lucían adorables, era una imagen perfecta para recuerdo, en verdad Lilian necesitaba una figura paterna, alguien que ella pudiera tener cuando yo no estuviera con ella, a veces presentía que le hacía mucha falta a Lily por mi trabajo, sabía que no le daba lo suficiente y me refería a que el tiempo que ella no pasaba conmigo por estar en mi trabajo era valioso.

Luke volvió corriendo con una sonrisita, estaba segura de que había arreglado el problema.

—Era una libélula —me dijo entre risas —De todos modos las lleve con Rebecca que las invitó a comer galletas adentro para que no hubiera problemas.

Sonreí, ya estaba preparada para preguntárselo, habían pasado cinco años y las señales eran increíbles e irrefutables, cualquiera se hubiera podido dar cuenta que Luke lo pedía a gritos silenciosos, no iba a prolongarlo más.

—Luke, ¿Te puedo hacer una pregunta?

Su sonrisa se fue desvaneciendo de intriga y confusión, tal vez mi tono muy formal lo había tomado desprevenido.

—Sí claro —respondió lo más natural posible, se encogió de hombros y volvió a sentarse a mi lado.

No sabía cómo decírselo, ya sabía la respuesta porque era obvio que era un sí, tanto tiempo que había pasado lo constataba. Ya no quería pretender que yo no me daba cuenta de nada, por el bien de los dos, ya era momento de dar el paso.

Nos sostuvimos la mirada un buen rato, estaba esperando mi pregunta sin moverse y yo quería tomar tiempo para calmarme y ganar valor.

—Dímelo con sinceridad. ¿Te gusto?

Bajó los ojos rápidamente, mantuvo su mirada en el suelo porque le resultaba difícil admitirlo aunque ya todos fueran conscientes de eso. Se estremeció por lo nervioso que debía estar y sus manos eran reflejo de eso, se frotó la palma de las manos sobre las rodillas y se le dificultó mucho al momento de hablar.

—Yo...—tartamudeó sin querer cuando intentó mirarme a la cara, se le escapó una risa nerviosa luego me miró a la cara aun de todas formas con poca seguridad —Sabía que de alguna forma te darías cuenta. ¿Era muy evidente?

Sonreímos al mismo tiempo, Luke no fue la única persona que se ruborizó, yo también lo hice, igual me contagie con un poco de su nerviosismo, porque era de algo que ni yo misma esperaba que charláramos.

—Pues...—medité, observando hacia otro punto fijo que no fueran sus ojos —Creo que sí. No quiero que te sientas mal pero yo me di cuenta casi de inmediato.

—Supongo que ya no será necesario ocultarlo —rió un poco más y ya después de haber dejado ir el estrés y el nerviosismo pudo mirarme a la cara, los dos pudimos hacerlo porque la parte vergonzosa había pasado. —Algún día esperaba decírtelo pero no encontraba la manera de hacerlo, yo me pasaba noches pensando en como reaccionarias si te lo confesaba, no quería imaginar lo peor.

—¿Por qué pensabas lo peor? —le pregunté extrañada, me desconcentró un poco su decepción.

—Por lo que te había pasado. Lo que me refiero es que —rectificó cuando yo no dije nada —Sabía que debía darte tiempo, yo no podía llegar con un ramo de flores y decirte que me gustabas y que esperaba una oportunidad cuando tu acababas de vivir uno de los peores infiernos, no quería apresurarme a nada.

—¿Y esperaste cinco años? —indagué su rostro —¿No te importó esperar tanto?

Se encogió de hombros muy despreocupado, parecía que se había adaptado muy bien a la espera.

—Sabía que cada año debía contar para que pudieras darte cuenta de como era en realidad, quien soy. Tú sabes lo que siento por ti, Katherine y me siento más libre el hecho de que lo sepas.

—¿Y que hubiera pasado si en estos cinco años yo me hubiese enamorado de alguien más?

Fue fácil esperar su reacción, claro que se sintió abatido, la idea le incomodó un poco porque la verdad es que si me hubiese enamorado de alguien más todo los años que reservó para mí se habían desperdiciado y no había peor sensación que tiempo perdido.

—Seguro que hubiera respetado tu decisión porque yo no era más que tu vecino, no tenía derecho a decirte nada.

No pude evitar sonreír ante el recuerdo de cuando Robert llegó esa vez a la fiesta de cumpleaños de Lily sin avisar, por supuesto que noté sus celos escondidos, pensó que se trataba de algún pretendiente o novio.

—Dime la verdad, ¿Cuándo conociste a Robert, sentiste celos?

Claro que no iba a fingir, rió en arrepentimiento

—Sí, no voy a mentir, lo sentí hasta que supe de quien se trataba. Luego me sentí muy estúpido, créeme.

Reímos una vez más y luego de unos segundos y sin verlo venir, tomó mi mano y la acarició, después le dio un ligero apretón, en automático nuestras miradas se entrelazaron y al hablar lo hizo de forma dulce y calmada y un brillo cálido cubrió sus ojos, desbordando una calma arrulladora.

—Katherine, sabes que yo estaré para ti siempre, te quiero a ti y también a Lily, no te estoy pidiendo permiso para ser su padre, se que tomará mucho tiempo, ella se dará cuenta de quién es él en realidad y no entendería si yo pretendo tomar su lugar. Lo único que te pido es que me digas si tengo una oportunidad contigo. ¿Sientes algo por mí?

Por un largo momento pensé en Lily y en nadie más que ella, en verdad pensé en los beneficios que ella tendría si le daba a Luke una oportunidad, él la quería mucho, tanto como a  Abby, yo estaba segura de eso y ella en verdad  necesitaba de una figura paterna aunque todo el amor que yo le daba era suficiente, ella no necesitaba nada más que de alguien con quien pudiera compartir tiempo cuando yo no estuviera a su lado. Crear buenos recuerdos de su niñez.

Y en cuanto a mí, la verdad es que yo también llegue a sentir algo por Luke, me gustaba eso no podía negarlo, me parecía muy atractivo, recordé cuando lograba ponerme nerviosa, eso era algo nuevo para mí, volvía a sentirme joven pero ya no tan ingenua como antes, mis decisiones ya no eran a la ligera y darle una oportunidad a cualquier hombre necesitaba ser pensada con más consciencia.

Le tomé la mano que tenía sobre la mía, él estaba tan paciente pero resguardaba también la inquietud en el reflejo de sus ojos.

—Luke, a mi también me gustas, siempre supe que algo en ti me llamaba mucho la atención, eres un hombre increíble y en estos años me has demostrado que eres tan dedicado a nosotras, quieres mucho a Lily y no puedo creer que pudiera encontrar a alguien que quisiera a mi hija como también a mí. —hice una pausa, después tuve que decirle lo que en verdad quería que supiera. —Pero en estos momentos no quisiera empezar una relación, no con lo que Lily quiere saber de su padre, yo te quiero pero, ¿Me darías tiempo para pensarlo? No solo soy yo, también es Lily.

Luke curvó una sonrisa angelical y su rostro tan comprensivo y pacifico que era tan real me hizo darme cuenta que él estaría dispuesto a esperar porque sabía que ya no sería en vano, mis sentimientos como los suyos estaban claros, no habría problema en arriesgar un poco más de tiempo.

—Estoy dispuesto a esperar, Katherine, no necesitas pedírmelo, se que debes de pensar en muchas cosas y estaré de todos modos contigo para lo que necesites.

De nueva cuenta nos miramos sin decir nada, de forma involuntaria deje caer mi cabeza en su pecho y él me acarició el cabello, dándome un leve beso en la coronilla, era la primera vez que tenia un contacto con él mucho más cerca de lo que estábamos acostumbrados y no me desagradó en absoluto, de hecho me pareció placentero.

Y algo me decía que la respuesta que debía tomar me costaría menos tiempo del que estaba previsto, pues en verdad quería a Luke cerca todo el tiempo, era casi como si lo necesitara para poder respirar, su presencia ahora lo era todo.


Andaleeeeeee 

Estos ya se andan diciendo de cositas jajajaja.

Aqui a las Team Nina les veo la sonrisa :) no lo pueden evitar 

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