Capítulo 28. Inevitable
Katherine Weber.
—¡Graba esto, Luke! ¡Mira!.—apuntó Rebecca con los ojos dilatados, evitando hacer mucho escándalo.
Me quedé inmóvil frente a Lily en lo que ella se agarraba del sofá para levantarse y dar cuatro pasos hacia mí, quería llegar a mis brazos que estaban extendidos a su dirección, no quería gritar de emoción cuando fue caminando sola hasta llegar conmigo y caer en mi abrazo pero solté un chillido jovial e incontrolable al ser testigo del segundo logro de Lily, al final podía caminar sin tropezar, lo estaba logrando cada día con más facilidad.
—¡Lo has logrado! —le grité y la llene de besos en la mejilla —¡Que buen regalo de cumpleaños!
Hoy 19 de diciembre festejábamos el primer año de Lilian, fue una reunión en mi casa con pastel casero, globos, música y varios jarrones llenos de margaritas por cortesía de Luke, no invité a nadie más que a Rebecca, Luke y por supuesto Abby, todavía no conocía muy bien a la gente del barrio así que no pude invitar a más personas. Le pedí de favor a Luke que si podía documentar el primer festejo de Lilian con su cámara de video profesional, aceptó encantado y grabó sin parar desde que inició la pequeña fiesta.
—La cumpleañera dando grande sorpresas —se carcajeó Rebecca —¡Que buena anfitriona!
—Sí que lo es —coincidió Luke sin dejar de grabar a Lily —Ahora esperemos a que diga "mamá" y tendremos la mejor documentación de Lily.
Ese había sido el primer logró de Lilian, aprendió a decirlo cuatro meses atrás, no tenía con que grabarlo y cuando lo tuve no lo volvió a decir, hasta parecía que no quería ser grabada. La seguí llenando de besos, esperando que eso la mantuviera de un buen humor para decirlo ahora que era el momento perfecto.
—Lily, di mamá, ¿Quieres decir mamá? M-a-m-á. Inténtalo —la animé, sentándola en mi regazo y repitiendo la palabra por monosílabos.
Ella estudió muy concentrada el movimiento de mis labios, estaba segura de que lo diría, Rebecca me ayudó, apuntándome y refiriéndose a mí como mamá. Luke estaba listo para grabarla cuando ella abrió la boca para decirlo.
—Ma...má. Mamá —repitió con mayor claridad al final.
Rebecca dio unos aplausos y Abby la imitó, Luke rió y acercó más la cámara a Lily, yo sonreí de oreja a oreja, abrazandola y llenándola de besos, apretándola a mi cuerpo, llenando a mi hija de la felicidad descomunal que estaba explotando en mi interior.
—Dijo mamá —dijo Abby, apuntando a Lily, aplaudiendo y sonriendo a la vez.
—Sí que lo ha dicho —coincidió Rebecca.
—Comamos pastel. ¿Quieres pastel Abby? —le pregunté.
Ella aplaudió con más insistencia y se volvió hacia su madre que también celebró junto con ella.
—Sí, pastel ¡Pastel!
—Comamos, espero les guste el pastel —les explique mientras me levantaba del suelo —Es de vainilla yo lo hice así que perdonen si es algo rustico, es el favorito de Lily, después abrimos los regalos.
—¡Sí, regalos! —exclamó Abby, más entusiasmada.
Fuimos a la mesa y repartí el pastel, le pedí a Luke que dejara de grabar un momento y comiera con nosotras, después de comer pastel abrimos los regalos y Luke por supuesto iba a grabarlo todo. Rebecca le regaló un hermoso conjunto de invierno con zapatos de terciopelo y un peluche en forma de payasito con luces y sonido, Luke le dio una gran colección de Legos con los que podría construir muchas cosas, también le regalo un kit de figuras geométricas en hule espuma y cubos de madera en los colores del arcoíris con los números dibujados del 1 al 40.
Yo dejé el mío para el final, le obsequie una andadera de Fisher Price que tenía una cebra que hablaba y se encendía cada vez que avanzabas varios pasos, esa era para cuando quisiera andar de pie, el otro regalo era una caminadora en forma de león que también hablaba y encendía, ese sería cuando quisiera desplazarse por la casa estando sentada.
Después de abrir los regalos nos sentamos a platicar, comimos más pastel sin que Luke dejara de grabar todo.
—Ya puedes apagar eso, por favor —le pidió Rebecca con un ligero tono de voz irritado. —Grabaste desde que entraste por la puerta.
—Oh vamos, Becca, no seas aguafiestas.
Rebecca ocultó de la cámara la botella de vino que nosotras estábamos tomando, le hizo una mueca a Luke o más bien a la cámara que la enfocaba, tal vez la razón por la que ella no quería que siguiera grabando era porque el vino se le estaba subiendo poco a poco.
—¿De que hablas? Ya grabaste todo. ¿Qué mas quieres, grabarme a mí borracha? Ya apágala.
—No quería decírtelo pero es que borracha eres más divertida. —rió entre dientes —Dices y haces cosas tan locas.
Ella le lanzó una mirada irritada y mordaz.
—¿Por eso trajiste la cámara, verdad? Fue tu idea desde el principio.
—No exactamente.
—Sí, claro que si —torció el gesto y su creciente irritación era preocupante —Esa fue la maldita razón desde el inicio, Luke ya basta.
—Abby te observa —le advirtió él para que comenzara a controlarse, la niña estaba comiendo pastel sin ser muy consciente de lo que pasaba a su alrededor, estaba más ocupada en acabarse el merengue del plato con las manos.
Antes de que pudiera intervenir tocaron a la puerta, no supe de quien se trataba porque no esperaba a nadie, fue una sorpresa para todos ya que hicimos silencio total. Fui hasta la puerta para abrir y cuando jale la puerta jadee sorprendida, dilatado mis ojos con mucha fuerza que debí lucir como una autentica caricatura, mi mandíbula cayó en reacción de completo asombro y me llevé una mano a la boca para detener mi grito de felicidad.
—¡Robert! ¡Robert! —di saltitos involuntarios y corrí los pocos metros que nos separaban para abrazarlo.
Se echó a reir y me abrazó, yo estaba tan maravillada que necesitaba creer que en verdad estaba aquí, ¿Cómo paso? No me avisó que vendría para el festejo de Lily, en verdad fue una sorpresa, esta alegría no cabía en mí.
—¿Cuándo llegaste? ¿Por qué no me dijiste que vendrías? —lo acusé en broma, vi que solo llevaba una modesta maleta de mano como equipaje, entonces comprendí que su estancia sería por corto tiempo.
—No quise decírtelo porque quería que fuera sorpresa —contestó todavía entre risas —Además quería ver tu reacción. Seguro no me esperabas.
—¡Por supuesto que no! Y no es que no me haya acortado de ti, yo se que eres una persona ocupada.
—No iba a olvidar el cumpleaños de Lily —me aseguró con una amplia sonrisa, luego sacó de la maleta de mano una caja con papel holográfico morado y un moño plateado. —Es una fecha muy importante.
Sonreí con fuerza al tocar la caja, sabía que no iba a olvidar la fecha pero tampoco creí que en verdad fuera a tomarlo en serio para venir hasta acá. Me apresuré en no dejarlo esperar afuera y le pedí que entrara a la casa, esta sería la primera vez que él estaba aquí, nunca tuvo la oportunidad de venir y hoy me sentía tan agradecida de que lo estuviera.
—Es increíble, es muy amplia y bien decorada —me dijo cuando fue entrando a la sala y le daba un amplio vistazo a todos lados —¿Tú la decoraste? Es muy acogedora.
—Gracias pero adelante, unos vecinos están en el comedor, querrán conocerte.
Lo guié hasta el comedor donde estábamos todos y las primeras reacciones de Luke y Rebecca fueron ser totalmente amables a pesar de no saber quién era Robert, lo saludaron con un largo apretón, yo examiné a Luke quien sonreía lo bastante natural.
—Robert, ellos son mis vecinos y amigos, Luke y Rebecca —los señale luego lo hice con Robert —Luke, Rebecca, él es el detective Robert McGrath.
Ellos ya sabían la historia y cuando lo supieron se miraron uno al otro y sus posturas fueron más formales, con mucha más delicadeza.
—¿Robert McGrath? —preguntó Rebecca con duda e incredulidad al mismo tiempo —¿En serio eres tú quien salvo a Katherine de aquel infierno donde la tenía atrapada Damien Westermann?
Robert me dedicó una mirada cargada de desentendimiento, no tenía idea de que yo les había contado todo.
—Sí, ese soy yo —le respondió con poca seguridad, pues que dos extraños lo reconocieran era extraño e incómodo —¿Conocen la historia?
Rebecca asintió.
—Katherine nos contó todo, no fue fácil imaginarse todo lo que paso, es una historia trágica, parece sacada de un cuento de horror.
Robert miró un poco hacia abajo, recordarlo le traía seguramente una sensación de tristeza al igual que a mí.
—De verdad que lo fue, son tantos detalles que se necesitan saber, yo prácticamente se la mayoría de los crímenes de Damien Westermann, lo investigue antes de que se llevara a Katherine.
—Entonces, ¿La información en internet es poca a lo que tu sabes? —intervino Luke, con demasiado interés. —¿Qué puedes contarnos?.
Antes de contestar Robert me observó, me estaba pidiendo alguna clase de permiso para hablar del tema y yo se lo di, confiaba en Luke y Rebecca, ellas ya sabían todo, o bueno casi todo y lo que más quería era tenerlos al tanto de cada detalle del caso.
—Sí, creo puedo contarles lo que se —sonrió a medias, fui a la cocina a traerle una copa para servirle vino y empezó la charla.
Duramos más de dos horas platicando, al principio el tema fue lo que sucedió pero después retomamos a otro tema porque no queríamos enfocarnos tanto en cosas del pasado y que dejaban un sabor amargo, charlamos de la vida de Robert, lo que había hecho y por supuesto felicitó a la cumpleañera a quien le regalo unos zapatitos de charol de la marca Carters y un peluche de Peppa Pig que incluía un libro de lectura para dormir.
—Supongo que nos retiramos, Katherine —sonrió Rebecca mientras se levantaba junto con Luke —No queremos quitarte tiempo con Robert, deben tener mucho de que platicar, además Abby necesita tomar su baño antes de que empiece su caricatura porque luego no querrá tomarlo después.
Eran las siete, no me di cuenta que la fiesta nos había tomado toda la tarde.
—No se preocupen, lo entiendo perfecto —me levanté para despedirlos.
—¡Pastel, Paste! —gritaba Abby, queriéndolo agarrar de la mesa en lo que Rebecca la cargaba.
—Ya has comido suficiente —le recriminó Rebecca con una voz seria —Ya no más, Abby.
—Puedo darle más —le aclaré con risitas —Es demasiado para mi sola, no me lo podré acabar. Preparé un pedazo para que puedas llevártelo.
—¿Necesitas ayuda? —preguntó Luke, en lo que yo cargaba la mitad del pastel y me lo llevaba a la cocina.
—No gracias —respondí.
Preparé el pastel de Abby y se lo entregue personalmente en una caja de plástico, me despedí y le agradecí a Rebecca el haber venido con un abrazo fuerte, me agradeció por invitarlos y se despidió de Robert con mucha cortesía, al final también me despedí de Luke con un abrazo y me prometió que me tendría el DVD de la grabación lo más rápido que podía, igual se fue despidiendo de Robert y los tres salieron dejándonos solos a Robert y a mi como en los viejos tiempos.
Estando a solas, Robert rió y yo me pregunté cual era el chiste.
—¿Qué? —le exigí decirme con ojos sospechosos. —¿Qué pasa?
Siguió riendo entre dientes.
—Que amables son tus vecinos, te has hecho muy amiga de ellos, tienes suerte de que te hayan tratado bien.
Estando segura de que esa no era la razón de su diversión le seguí el juego.
—Lo son, desde que llegue me han tratado muy bien, me ofrecieron su ayuda y lo aprecio, soy una mujer sola con una bebé y ellos saben que es difícil hacer algunas cosas sin ayuda.
Seguía con esa mirada en complicidad y me evaluaba con una mirada misteriosa, un poco escéptico.
—¿Y que me dices de ese tal Luke? ¿Siempre se ofrece en todo?
Ese era el tema que sabía que tocaría desde el momento en que estuviéramos solos pues en todo el tiempo en el que los tres hablábamos Luke siempre se fijaba en cómo Robert me tomaba del brazo con afecto cuando recordábamos los viejos tiempos cuando vivía en su departamento y Luke a veces desvanecía un poco la sonrisa.
—Ah, te diste cuenta —supuse, restándole importancia. —Sí, ya se que no es difícil suponer las cosas.
Aun así el brillo del interés estaba bien puesto en sus ojos y no parecía ser algo pasajero.
—Sí, tú también te diste cuenta —se volvió a carcajear —Sí, se nota sobre todo la amabilidad de Luke, digo, puede que solo sea amabilidad pero soy hombre y estás cosas se saben entre hombres.
—¿Qué cosa? —hice un gesto.
Se dio cuenta que yo quería evadir el tema pero él insistía en hacérmelo saber de todas formas.
—Que está interesado en ti.
Ahora fui yo quien comenzó a reír a carcajadas, no se porque escucharlo me provocaba esa reacción pero fue involuntario.
—¿Eso crees? —fingí alardearlo —Vaya, si que eres todo un experto.
—Y a ti te gusta.
Frené en seco mis risotadas, ahora en verdad estaba en shock, no sabía de donde sacaba esas conclusiones pero era precipitado hacer una declaración así.
—¿Por qué dices eso?
—Porque si no fuera así, te molestaría su excesiva amabilidad, te molestaría su gran interés en ti pero es al contrario porque parece agradarte que siempre se ofrezca a ayudarte, te gusta que lo haga.
Sacudí la cabeza y de inmediato me levanté para llevarme los platos a la cocina, no se porque de repente sentí que alguien me había expuesto demasiado, casi como salir a la calle desnuda, me sentí insegura.
—No creo que sea eso, es solo la forma en la que se preocupa por mí y Lily, es todo. Es una gran persona —dije al fin, enfrentándome a Robert porque si seguía evadiendo el tema daría de que hablar si me callaba.
Robert se mantuvo callado, dándome tiempo para pensar pero en realidad no había mucho que pensar, con él tampoco podía haber una forma de mantener un secreto guardado.
—Eres libre, Katherine, una persona que merece rehacer su vida y tú tienes la oportunidad de hacerlo tocando a tu puerta.
Estaba a punto de responderle, ¿Para que? Pero no lo hice, otra vez su silencio me dio tiempo para pensar y no quería pensarlo demasiado pero de verdad me hacia falta hacerlo, siempre de alguna forma lo evitaba pero ahora ya no había escapatoria.
Solté un largo y fuerte suspiro y pude concentrarme en otra cosa antes de que me perdiera en un abismo de conjeturas.
—Hablemos de eso después, por ahora te enseñare tu habitación de huéspedes, esta arriba. Vamos a dejar tus cosas.
Fue un alivio que no insistiera, se mostró emocionado en conocer su habitación aunque solo fuese por una noche, mañana debía volver a Nueva York por trabajo.
—Llevaré a Lily —la sacó de su sillita de entrenamiento y le hizo cosquillas —¿Crees que pueda llamarme, tío Robert? Me refiero a que, ¿Quisieras darme permiso?
Me detuve al inicio de las escaleras con una risa burlona.
—Por dios, claro que sí, me ofenderías si no lo hubieses pedido aunque así te hubiese llamado frente a ella. No necesitas pedirlo.
—Que bueno escuchar eso —afirmó, llevándose una mano a la cabeza para quitarse unas gotas de sudor ficticios, pretendiendo alivio.
Reímos subiendo las escaleras, que gran sensación rodeaba la casa estando Robert aquí, era estar reviviendo los viejos y buenos momentos que pasé en su departamento por seis meses completos y lo mejor de todo es que ahora podíamos crear unos nuevos momentos en mi propia casa junto con Luke y Rebecca, que complementaban esa paz interior que hace años no hacía contacto conmigo.
¡Sorpresa! ¿Que pasa aqui? Se estarán preguntando, pues hoy es día historico jaja, estoy subiendo capítulos muy seguidos porque como saben estoy escribiendo la historia muy rápido y el final esta cerca...bueno no tanto, faltan unos diez capítulos o doce más para que acabe, eso creo.
El siguiente capítulo será el último de la PARTE 2 porque se vuelve a dividir la historia, viene la PARTE 3 y luego la PARTE 4 que es la última porque son los capítulos más loquillos jajaja además de que ahí esta incluido el epílogo.
Estoy trabajando muy duro para que la historia se acabe a finales de este mes, por eso me apresuró a subir capítulos, va a ver momentos en los que como en este caso suba seguido y otras donde subiré lo normal.
En el siguiente capítulo...Damien le pide algo a Nina...¿Se lo imaginan? Yo creo que no, no tienen idea jajaja.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top