Capítulo 25. Vidas Cruzadas
Katherine Weber.
El trabajo me había dejado muerta estas últimas semanas, no era nada fácil hacer toda esta rutina de levantarme temprano para llevar a Lily a la guardería y tomar el bus al trabajo después regresar por ella al salir del trabajo e ir a casa para preparar la cena y mis cosas para el día siguiente. En estas semanas había comprado una lavadora que iban a instalarme el día de hoy pero al parecer solo iban a poder traerla y la instalarían luego por lo que tuve que ir a casa de Rebecca para poder usar la suya.
Me disculpé por estas semanas de estar usando su lavadora y cuando supo que la habían traído pero que el proceso de instalación se haría después se ofreció en llamar a Luke.
—No te preocupes por eso, mi hermano podría hacerlo. El hizo casi todas las instalaciones de la casa —asintió pero luego rió pensándolo mucho mejor —Bueno, casi todas pero debo darle el crédito de que sin él nos hubiera costado tener la televisión por cable y agua caliente.
—No quiero ser una molestia, en verdad —me apresuré a decir —En serio, prometieron instalarla en cuatro días.
Hizo un ademán con la mano.
—Por supuesto que no, él sabe lo que hace y seguro que le encantara ayudar. Vamos, no es nada.
Lo mandó a llamar y Luke como ella lo había dicho no se negó, parecía entusiasmado en ayudar. Rebecca con Abby en brazos y Luke a su lado me acompañaron a casa, nos dirigimos hacia el patio trasero donde estaba la lavadora todavía envuelta en plástico, le echó un vistazo rápido y empezó el trabajo casi de inmediato.
—Si necesitas algo estamos adentro, Luke —le dijo Rebecca al darse cuenta que era mejor dejarlo solo con su caja de herramientas como si se tratase de un niño muy entretenido —Solo grita.
Luke que tenía adentro la cabeza en la lavadora, agitó la mano para responder el "sí". Rebecca me guió hacia la cocina donde decidí preparar limonada, tomó asiento en una silla cerca de la barra donde yo preparaba la bebida, le ofrecí galletas para que pudiera tener a Abby comiendo.
—¿Cómo es que tu hermano sabe tantas cosas? —le pregunté en tono casual, me sorprendía que pudiera hacer de todo un poco.
—Mi padre le enseñó, desde pequeño le ha gustado mucho la construcción y las cosas mecánicas, ha tomado cursos de electrónica y funcionamiento de lavadoras, aires acondicionados y televisores, es fanático de lo tecnológico, también sabe instalar computadoras por si necesitas algún día el favor.
Sonreí con timidez, no quería ser una aprovechada aunque el favor no me vendría mal cuando llegase a comprar una computadora ya que si tenía que hacer todas estas instalaciones, prefería que lo hiciera un experto.
—Wow, debe ser fácil entonces vivir con alguien que sabe de todo.
—Sí, lo es —aceptó con una sonrisa —Y es mejor que sea mi hermano, lo vuelve más fácil.
Encontré la oportunidad de poder indagar en la vida de los Gates sin ser demasiado evidente, podía introducir mis preguntas porque el tema estaba a flote y a muy fácil acceso. Hice cómo que me entretenía en la limonada cuando hice la primera pregunta.
—¿Ustedes han vivido mucho en este barrio?
Ni siquiera levanté la mirada para verle el rostro porque no quería que se diera cuenta de mi gran interés.
—Apenas llevamos cuatro años de haber llegado al país otra vez —escuchar eso por supuesto que llamó mi atención y no pude evitar mirarla al hablar —Nosotros somos de Toronto, Canadá, vivimos toda nuestra vida allá hasta que nuestros padres nos trajeron a vivir a Estados Unidos para cumplir su sueño de tener una florería, todo iba excelente hasta que nuestro padre se enfermó y murió aquí en Houston hace ya siete años, después de eso volvimos a Toronto solo Luke y yo porque mamá decidió quedarse sola y atender el negocio hasta que ella también enfermó y tuvimos que regresar para cuidarla, pero no pudo lograrlo y murió ya hace dos años y al final nos quedamos a vivir aquí. De hecho la casa era de ella, nos pidió que viviéramos ahí porque no quería venderla, se negó a hacerlo.
Escuchar todo esto me hizo sentir extraña pero de buena forma, me hizo sentir compatible con su vida, con lo que había perdido pues yo también perdí a mis padres e igual mi familia había salido de un lugar para irse a vivir a otro donde hubiera una mejor oportunidad de vida, esto era muy poco común, sentir una conexión y empatía por esta clase de cosas no se veía todo los días.
No estaba muy segura de como reflejar la coincidencia de nuestras vidas sin ser muy escandalosa.
—¿En serio? Oh cuanto lo siento, sabes, yo también perdí a mis padres, mi padre cumplirá once años de fallecido y mi madre dos, se cómo es el dolor de perder a tus seres queridos.
Rebecca sonrió con afecto, podía percibir que sus ojos se cristalizaban y que parpadeaba para controlar y mantener esa tristeza fuera de su sistema.
—Es difícil, la verdad que lo es —susurró, bajando un poco la mirada, se veía en nudo en la garganta que le impedía hablar más fuerte —Pero el tiempo es buen sanador, antes era mucho peor hablar de esto pero es cierto que se vuelve más fácil dejando pasar el tiempo.
Se refugió en Abby con quien jugueteo un poco para poder pasarse la melancolía que amenazaba con hacerla llorar.
—Lo único que lamento es que Abby no conozca a sus abuelos, ellos seguro la hubieran amado mucho pero al menos tiene al mejor tío de todos —se carcajeo de algún chiste privado porque negó con la cabeza para quitarse algunos pensamientos de la cabeza —Eso sin duda lo compensa todo.
Eso era cierto, desde que los conocí pude darme cuenta del enorme afecto que Luke tenía por Abby, era un amor muy fuerte, casi creí que ella era su hija pues la cuidaba mucho y siempre la hacía reír, la llevaba sobre sus hombros y jugaba con ella todo el tiempo. Abby era su mundo.
—Se ve que la quiere demasiado, es algo que se ve en seguida —añadí sin dejar de sonreír, mientras servía la limonada.
No quería ser yo quien tuviera que preguntarle porque el padre de Abby no estaba con ella pues esperaba que pudiera explicarlo aunque no tuviera obligación de hacerlo. Sus ojos se iluminaron y siguió riendo para ella misma contándose ese chiste privado, seguro Luke debió haber hecho cosas muy divertidas con Abby para que Rebecca riera al mencionarlo.
—Sí que la quiere demasiado —me explicó riendo entre dientes—Es un grandioso tío pero también muy inexperto, cuando ella nació le compró ropa a montón y lo peor es que al darme cuenta de que no era la talla de Abby me carcajee pues no iba a poder ponerle nada de eso hasta que cumpliera un año.
Reí junto con ella pero las anécdotas no paraban.
—También le ha puesto los zapatos al revés, la ha llenado de gel el cabello cuando intentó peinarla la semana pasada para llevarla a comprar un helado y cuando era bebé le puso una semana los pañales al revés. —comenzó a enrojecer de la risa contenida que se acumuló en sus mejillas —Sigue siendo un caso perdido pero ama a los niños, adora a Abby y yo no puedo estar más que agradecida con él por ayudarme.
Era grandioso que ella tuviera el apoyo de su hermano pues cuando se tiene un bebé el apoyo de quien sea es bendito sea experto o inexperto, de todas formas los dos debieron haber aprendido como cuidar de Abby en cambio todos los cuidados de Lilian debía hacerlo yo sola.
Los ojos de Rebecca se iluminaron al recordar los momentos con su hermano y Abby pero así como llegó el brillo en sus ojos, así también desapareció cuando en la conversación llegó el tema del padre de su hija.
—Luke no hubiera tenido que ayudarme si el padre de Abby no la hubiera dejado —carraspeo para ahora quitarse el nudo incomodo y rasposo que le impedía hablar con claridad. Su voz se tensó al igual que su mandíbula , su apariencia fue seria, dando un giro de 360 grados. —El maldito desgraciado nos abandonó, ni siquiera quiso saber nada de mí ni tampoco me apoyó cuando a pocos meses de haber muerto mi madre le di la noticia de que estaba embarazada.
Cuidaba de que sus palabras no fuesen rudas teniendo a Abby sobre su regazo pero no se contenía, sus ojos estaban llenos de un coraje sorprendente, de impotencia y a la vez de mucha decepción. Su rostro contraído duró un par de segundos, al parecer manejaba muy bien el tema pues estaba lo suficientemente resignada para que ya no le molestara más la situación.
—Jamás lo necesité, ¿Sabes? Nunca lo consideré un padre para Abby y ella no lo necesita, tiene a su tío que la ama y la ve como a la niña de sus ojos. ¿Qué más puede pedir? No lo necesita.
Asentí coincidiendo con ella totalmente, juguetee con la mano de Abby pues era una niña afortunada, tenía a la mejor familia de todas, nada iba a faltarle.
—Es una niña con suerte, tiene una grandiosa familia —afirmé, sin soltar la pequeña mano de Abby y haciéndole mimos —Sin duda será muy feliz.
Sabía que Rebecca esperaba mi turno pues sus ojos estaban puestos sobre mí, no iba a poder escapar, lo que me sorprendía es que no tuviera al menos una idea de lo que había pasado siendo noticia mundial, de que mi nombre no fuera conocido para ella o su hermano.
—Ahora, dime, ¿Qué te trajo aquí? —tomó un suspiro para empezar el interrogatorio —¿Familia, trabajo, amigos?
Iba justo a empezar cuando de la nada Luke entró a la cocina con pequeñas manchas de tierra en la frente y la barbilla, Rebecca se contuvo unas risas de burla y yo serví un vaso de limonada para él.
—¿Qué tal va todo? Creí que estarías instalando una lavadora y no arreglando el jardín
Luke le lanzó un ceño fruncido de insuficiencia hacia su broma y me agradeció la limonada.
—Estoy empezando y eso quiere decir que voy por buen camino —dio un tragó grande a la limonada —¿No les molesta que me tome mi tiempo, cierto?
—Depende de cuanto sea eso —replicó Rebecca —Seguro que Katherine no querrá pasar todo el sábado teniéndote afuera haciendo ruido.
—No, por supuesto que no es molestia —intervine rápidamente, para mí no importaba cuanto tiempo tardaba, yo podía soportar el ruido —Está bien el tiempo que necesites, puedo ofrecerte de comer si se hace más tarde y más limonada si gustas.
Luke sonrió ampliamente y Rebecca alzó las cejas ligeramente impresionada.
—De acuerdo, entonces no perderé más tiempo —dijo sin quitar la sonrisa del rostro, dio un sorbo al trago de limonada y salió de la cocina.
Rebecca tenía escondida una sonrisita llena de diversión y sin más preámbulos volvimos a lo nuestro, al tema de conversación que Luke había interrumpido.
—¿Qué puedes contarme de ti, Katherine?
Estaba evaluándome, claro que esperaba que contara algo de mí y lo peor es que no sabía por donde empezar, lo mejor era que hiciera una prueba por si en verdad sabía algo de lo que me había pasado.
Inhale aire para mantener fuerzas y valentía al hablar, no sería fácil, nunca iba resultar fácil hablarlo sin que sintiera nauseas ni se encogiera mi pecho de puro terror.
—¿Alguna vez has escuchado de la familia Westermann? —inquirí, estudiando su expresión.
Meditó un par de segundos, se veía muy natural su confusión, seguro no sabía nada.
—No.
Trague saliva, estaba siendo difícil mantenerme estable.
—¿Ni de Damien Westermann en especial?
Volvió a negar con la cabeza pero con la curiosidad asomándose en los más profundo de sus ojos, ahora que la había intrigado no iba a irse hasta que al menos le contara de quien se trataba y que relación tenía con todo esto.
Apenas iba a hablar y la crisis se fue apoderando de mí lentamente, mantener la postura normal y calmada era un trabajo difícil, había estado luchando con esto por meses en las terapias con Nora haciendo los ejercicios correspondientes y aunque si servía en algunos casos esta vez la crisis estaba apoderándose de mí y fue difícil aguantarse. Respiré y solo dejé que todo fluyera tal y como si se tratara de un relato y no una experiencia traumática.
—Suerte que tenemos tiempo porque esto tomará un poco más de lo que crees.
Apoyó una mano sobre la barra de la cocina e inclinó a Abby para sostenerla mejor, se podía leer miedo pero nada ganaba a esa curiosidad en sus ojos que no callaba. Esta era la primera vez que le contaba a alguien mi historia o más bien mi vivencia, que no fuese Nora o algún médico, era la primera vez que alguien no conocía nada de lo que me había pasado y al menos esto me permitía decir lo que quería porque en esta historia no podía haber cabos sueltos. La verdad absoluta tenía que salir a la luz y ellos serían los afortunados en conocerla por completo.
¡Hola chicas! Les traigo maratón porque las amo y pensé que estaría bien que en estas vacaciones puedan leer más ya que tendrán tiempo libre y no quiero que estén aburridas así que ¡A leer!
Esto es importante porque Katherine se abrió con personas desconocidas y vean que contarle lo que le paso a gente que no conoce quiere decir que debieron de haberle dado a Kate una sensación de confianza absoluta.
Ojala les guste este capítulo y el siguiente, no se olviden de dar estrellita y comentar guapas que todo leo y contesto. :)
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