Capítulo 19. Veredicto

Katherine Weber.

Fue un vistazo increíblemente rápido, ni siquiera me tomó más de dos segundos pero aun así tuve la necesidad de mirar hacia su mesa, ver que cara tenía, no pude estar segura porque Nina cubría casi toda la silueta de Damien, de lo que si me di cuenta es que iba bien vestido, le habían puesto un traje con camisa, saco y corbata, seguro creyó que era una ocasión especial, el recibir al fin su sentencia. No lo vi venir pero Nina se volvió hacia nuestra mesa, encontrándose por una fracción de segundos con mi mirada, rápido me aleje de sus ojos y miré hacia el frente, esperé que no le comentara a Damien que estaba espiándolos.

Un mes se había ido volando, volvíamos a estar aquí otra vez, me alegraba que se llevara un mes la sentencia y no un año o más, pues al mal paso dale prisa, solo quería irme de aquí, dejar este país y volver a casa, cualquiera que fuese mi casa. Todos esperábamos al juez y mientras lo hacíamos Bruno me distraía a toda costa para que mi crisis nerviosa no se pusiera grave.

—No debes sentirte nerviosa, estoy seguro de que lo declararan culpable. ¿Y sabes porque? Recuerda que te dio su declaración por escrito, si lo dictan inocente él tendrá que respetar ese contrato.

Aguardé en silencio, claro, la declaración por escrito, entonces no había ninguna vía de escape para Damien, estaba en verdad condenado.

—Es cierto, no pude escapar, no tiene salida —susurré —Nina no podrá sacarlo de este hundimiento, está perdido.

Bruno rió entre dientes, lleno de complacencia, la idea le gustaba tanto como a mí.

—Me gustará ver qué cara pone Nina Schiffer cuando lo declaren culpable, será todo un placer.

En ese momento anunciaron la llegada del juez, todos nos pusimos de pie para recibirlo, aunque estaba segura de que nada podía salir mal, mis nervios seguía siendo un desastre, estaba tan inquieta porque nada podía estar seguro con Nina y Damien, siempre hallaban una forma de lograr todo lo que querían sin importar cuanto les costara.

El juez tomó su lugar al igual que nosotros, estábamos preparados para lo que tuviera que avecinarse, justo ahora quería tener a Nora a mi lado, apretar su mano tan fuerte porque este viaje de sentimientos encontrados me estaba matando, no podía esperar más, era una agonía insoportable.

El silencio era tan vacio para que se llegase a escuchar los murmullos del jurado, algunos ya tenían su veredicto, otros consultaban con los que mantenían más cerca, mi corazón estaba a punto de hacerme explosión, era una bomba contra el tiempo, los segundos se alargaban en una histérica impaciencia.

—De pie al acusado —hizo una seña hacia Damien para que se levantara.

No observé nada pero escuche el rechinido de la silla al arrastrarse sobre el suelo de madera.

—¿Cómo se declara?

La espera, esa maldita espera larga e infinita que podían producir solo unos cuantos segundos, no podía seguir digiriéndolos. Él sabía que tenía que decirlo, lo había puesto en la declaración por escrito, debía cumplir.

Su voz fue un eco que reverberó por toda la sala.

—Culpable, señoría.

Cerré los ojos, me apreté el abdomen, calmando el nudo en mis entrañas que me dobló en un ligero dolor.

—¿El jurado ya tiene el veredicto? —preguntó el juez, volviéndose hacia las diez personas que lo conformaban.

Uno de los miembros del jurado se levantó, un hombre de cabello negro, liso, los ojos pequeños pero con una grande y pronunciada nariz fue el portavoz de todos los miembros del jurado, tenía un pequeño papel en la mano que abrió y leyó en voz alta.

—Encontramos al sospecho de los cargos de maltrato físico y mental hacia la señorita Katherine Weber así como secuestro y violación a los derechos humanos como culpable.

El juez asintió, le entregaron en papel donde lo avalaba y entonces todos nos preparábamos para el verdadero veredicto, este era el momento por el que tanto tiempo esperé, el hundimiento de Damien Westermann, el fin de su legado de horror, la justica que había querido buscar para mí y las victimas que habrían querido lo mismo

—Con el poder que me otorga la ley, declaro culpable al señor Damien Westermann de los cargos que se le imputan con veinte años de prisión por intento de asesinato en primer grado cómo también se le obligara a tomar un tratamiento psicológico por cinco años en una institución mental para tratar su enfermedad. Se le podrá solicitar libertad condicional cumpliendo diez años de condena. Se levanta la sesión —dictó sentencia, haciendo sonar su mallete.

Me giré hacia Bruno que al igual que yo no podía explicar qué clase de sentimiento era el que nos había asaltado, todo era una mezcla indescifrable, ¿Perplejidad, sorpresa, injusticia, felicidad? Estaba a punto de hablar cuando la voz de un hombre congeló a la sala entera, incluso al juez.

—¡No puede hacer eso! ¡Veinte años de condena! ¿¡Dónde queda la justicia para mi sobrina!? ¡¡La que mató ese desgraciado malnacido!! ¡¿Por qué nadie lo culpa también de tal crimen?!

Al verlo no supe de donde pudo haber salido tal hombre, era delgado, muy delgado, alto, cabello café que perdía tonalidad por varias canas que iban naciendo por delante y al costado de su cabeza. Era el único de la audiencia que permanecía levantado, todos tenían sus ojos puestos en él, incluso la prensa y los fotógrafos que sin dudar le sacaron foto.

—¡¡DÓNDE QUEDA LA JUSTICIA PARA MI SOBRINA!! —gritó a todo pulmón, dando puñetazos sobre las bancas de madera, su garganta estaba al rojo vivo en llamas  incandescentes, tales llamas viajaron hacia su cara, envolviéndolo en un tono escarlata.—¡Sabes de quien hablo maldito desgraciado! ¡LO SABES Y NO PUEDES NEGARLO! ¡LA MATASTE TÚ LA MATASTE!

Un guardia de inmediato corrió hacia el hombre y lo agarró para sacarlo de la sala pero se resistía con tanta fuerza que fue increíble ver como a pesar de lo grande y alto  que era no pudo arrastrarlo solo.

—¡¡MIRANDA DELIGIANNIS! ¡ESTA MUERTA POR TU CULPA!

Otro guardia tuvo que unirse para sacarlo de ahí y aun así él no perdió oportunidad de seguir gritando hasta llegar a la salida.

—¡La vas a pagar! ¡ESTO NO SE VA A QUEDAR ASÍ! ¡LUCHARE POR LA JUSTICA QUE MERECEMOS!

Cerraron las puertas cuando lograron sacarlo, la sala entera estaba petrificada, incluso yo, el nombre por supuesto que lo reconocí, Miranda Deligiannis había sido una de las victimas de Damien, ella fue la me hizo dudar de Damien al principio, Robert la conocía por todo el expediente que había encontrado de ella, por supuesto que me la frustración del hombre invadió toda la habitación.

Yo también hubiera exigido justica por alguien que ya no podía hacerlo, Damien se había salvado de ese cargo gracias a que los cuerpos nunca fueron encontrados y las evidencias eran pocas para poder culparlo, estaba claro que fue un injusticia no solo para ella, también para Emma, Sara y Elissa. Sentí que no había logrado mucho con esos veinte años de condena, mi trabajo y mi esfuerzo pareció que no había sido el suficiente.

—Katherine —me llamó Bruno.

Seguí contemplando la puerta, no fue después de unos cuantos segundos que me volví hacia Bruno que tenía las cejas fruncidas y la frente llena de arrugas en signo de preocupación, estábamos iguales, decepcionados.

—¿Estás bien?

Asentí, no era una derrota, eso quería creer.

—Sí —musité con voz débil.

De reojo vi que de la mesa de Damien se habían amontonado los fotógrafos porque ya se estaba retirando, como acto reflejo al ver a tanta gente reunida miré hacia su dirección y lo vi de espaldas, caminando hacia una salida alterna, Nina iba a su lado, caminando con un porte, una  elegancia que le daba una postura erguida y firme, no lo dejó solo, si Damien se detenía, ella lo hacía,  por lo que lo tomó del brazo y lo fue guiando con más rapidez hacia la puerta, alejando y pidiéndole a la prensa que se alejara.

Los guardias los escoltaron y en menos de diez segundos ellos desaparecieron de la sala. Suspiré, ella seguiría a su lado, de eso estaba segura, lo iba a estar sin haberle importado si lo hubiesen dictado  inocente o culpable, ella ya no podía dar un paso atrás, se había involucrado tanto y no se necesitaba ser adivino para saberlo.

Al menos Nina Schiffer y yo compartíamos algo, habíamos apostado la vida, el amor y la lealtad al peor postor, lo que ella no sabía es que le sería muy caro pagar todo al final, esperaba que al menos ella pudiera ganar en este juego y ver como resultaba todo esto, lucía muy inteligente, audaz y capaz de encontrar un lado diferente en Damien y pensar en que sería ella quien podría sacar ese lado humano me dio un poco de resentimiento. ¿Acaso Damien ya había encontrado a la mujer que necesitaba darle ese cambio y ese aire nuevo que lo ayudaría a cambiar?

No sabría porque ni de dónde salía esta clase de envidia pero la idea de Nina haciéndolo cambiar me había creado un nuevo panorama también había sacado a relucir nuevos sentimientos que por el momento no me servían de nada, no me favorecían así que solo los enterré esperando que no se volvieran a manifestar si tenía suerte por todo el resto de mi vida.


¡¡Pobre Damien!! Es el momento para odiarme jajaja lo siento pero si no están tan furiosas y pueden leer esto les quiero decir que Damien es Damien y ya saben como es por lo que esto es un desafio para él y ya si quieren decirlo, no, no se va a escapar de la cárcel jajajaja es inteligente y él sabrá como salir mucho antes de esa cárcel. El cap estuvo corto pero así me da tiempo de subir más rápido y se que les gusta las actualizaciones rápidas jajaja

Se viene una revelación BOMBA!!! en el capítulo 21, lo estoy escribiendo, tiene que esperarlo 

¡AHHHHH! Ya quiero que lo lean, joder, joder, me muero jajaja.

A partir de este capítulo dividiré la historia, este es el final de la PARTE 1 le seguirá la PARTE 2, estoy cerrando un ciclo con este capítulo.

Las amo muchote no tienen idea de cuanto, gracias por estas 8k leídas, son increibles. Nos leemos pronto, (Espero estar subiendo el capítulo siguiente para el martes) 


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