Capítulo 16. Juicio (Parte 3)

Damien Westermann

Scott estaba sobre el estrado, Bruno Tanner, el abogado de Katherine lo estaba interrogando y me pareció que Scott lo estaba haciendo muy bien, con mucha naturalidad, las respuestas eran muy acertadas y concisas, tenía una manera muy ágil para explicar cada detalle médico que quizá el jurado no podría entender. Me gustaba como Bruno empezaba a sentirse un poco nervioso porque estaba claro que realmente había muchas pruebas que demostraran mi trastorno, lo mejor para Bruno es que no hiciera más preguntas que me favorecieran pero no parecía ser su idea, él estaba tan terco que de todas maneras seguía haciéndole preguntas a Scott sin importar nada.

—Dígame, señor Oliver, ¿Alguna vez Damien le dio razones de porque escogió a Katherine Weber como su víctima? ¿Qué clase de satisfacción tenia al lastimarla?

Scott suspiró, nuestras conversaciones en el consultorio no eran para nada privadas, él me había advertido que si bien todo lo que pudiera decirle tendría que decirlo en el juzgado así que  no me importó que dijera todo lo que sabía de mí.

—Damien no recuerda mucho de Katherine —comentó con mucha calma, como siempre esa compostura pacifica lo caracterizaba —Hicimos varias terapias con hipnosis para recuperar algunos recuerdos y solo llegamos a muy pocos fragmentos. Lo que puedo decir de Katherine basándome en lo que él me dijo en nuestras consultas  es que   para él, Katherine es un tipo de fascinación, tiene una clase de fijación hacia ella porque sacó un lado diferente en él cuando era un monstruo, quiere encontrarle sentido a porque fue que la rescató, Damien está seguro de que ella tiene una respuesta para ello y es que en las terapias trabajábamos también en eso, en que no se aferrará a ella solamente, que pudiera encontrar el mismo resultado de otra manera.

—¿De que otra manera, señor Oliver? —le preguntó con evidente duda, yo diría muy sobreactuada.

—Olvidándose de ella, dejándola ir de una vez por todas. Aún seguimos trabajando en eso.

—¿En que deje su obsesión por Katherine?

—A todo en general, señor Tanner —añadió con ligera desgana.

Bruno no pareció hacer nada más que contemplar a Scott, después con un ligero asentimiento le avisó al juez que no había más preguntas de por medio.

—Son todas mis preguntas, señoría. —le avisó, yéndose hacia su mesa junto con Katherine.

Mi momento se acercaba, Scott era el último testigo que quedaba de mi parte, solo faltaba mi testimonio. Se me aceleró el pulso, traté de refrenarlo al saber que esto iba a empeorar todo lo que había ensayado con Nina, que lo olvidaría todo, que no iba a poder tomar el control. Oculté mis manos que empezaron a temblar debajo de la mesa, Nina que estaba a mi lado  claro que lo pudo notar se acercó a mi oído y me brindó palabras de aliento.

—No te pongas nervioso, has practicado conmigo lo suficiente para hacerlo muy bien. Lo harás increíble, solo di lo que ensayamos.

No pude responderle porque dejé de escucharla a media frase ya que el juez me mandó llamar.

—El señor Damien Westermann, pasar al estrado a dar su testimonio.

Me levanté y la lluvia de flashes no se hicieron esperar, los ignore camino a mi silla y tomé el asiento con la cabeza agachada esperando a que se dirigiera a mí el abogado de Katherine, ya que él pidió la primera parte de mi interrogatorio.

Escuche como se levantaba y sus pasos se iban acercando a mí, lo más seguro es que no tendría piedad, ya me estaba imaginando la gran cantidad y clase de preguntas que me haría. El silencio en la sala liberó mucha más tensión  porque no sabía que ocurría teniendo la cabeza agachada, no me sentía con libertad de alzar los ojos.

—Señor Westermann, ¿Puede por favor levantar la cabeza? —me pidió Bruno, simulando una voz amable, también detecté mucho de su sobreactuación.

Alcé la mirada con la firme intención de encontrarme solo con Bruno y no con nadie más, ni con la prensa, ni el jurado, tampoco con Nina, mucho menos con Katherine. Al hacer contacto con Bruno la vulnerabilidad de mi cuerpo estaba aumentando, me alarmé. Me prometieron decir la verdad poniendo la mano sobre la biblia, dando así mi juramento de lealtad, ya no iba a ver una vía de escape, las mentiras no estarían ya como una opción.

Ya hecho esto, Bruno empezó a interrogarme, por supuesto no iba a ver piedad, su rostro lo delataba.

—¿Desde cuando conoce a Katherine Weber? 

Todo el mundo había hecho un silencio tan potente que el más mínimo ruido podía hacerse escuchar, por supuesto todos querían escuchar mis respuestas, ver que tanto coincidían con las de Katherine.

El ensayo con Nina no fue nada difícil de recordar, ella me había advertido que sería lo primero que Bruno iba a indagar.

—En octubre del año pasado —admití sin problema alguno.

—¿Qué fue lo que le llamó la atención de Katherine? ¿Por qué quería estar cerca de ella?

Era una pregunta difícil y en si también fácil, ¿Por qué? Supongo que difícil porque mis recuerdos perdidos debían traer la respuesta que tanto estaba esperando el abogado y fácil porque al menos podía explicarlo ya que justo ahora podía sentir fluir el sentimiento.

—No tengo recuerdos de la primera vez que nos conocimos pero estoy seguro que puedo hablar de la primera vez que la vi después de despertar del coma.

Bruno ladeó la cabeza, intrigado.

—Explíquelo.

Eso si era muy sencillo, recordaba el gran y poderoso golpe de sorpresa, fascinación y curiosidad que me apantalló, no podía saber que ocurrió conmigo cuando nuestros ojos se encontraron esa vez, fue reconocer algo que en muchos  años no había vuelto a ver.

—Algo en mi interior me decía que la conocía, que tenía una conexión con ella, es similar a cuando te reconocen en la calle y la otra persona jura que te conoce y tú también lo sospechas porque sabes que te has encontrado con esa persona en otra parte, no recuerdas donde, ni cuándo pero lo sabes. Eso me pasó cuando la vi, sabía que la conocía muy bien pero era difícil saber porque si ella era una desconocida para mí.

Bruno dio unos pasos lejos de mí y camino de lado a lado, reflexionando, después se acercó a su mesa y tomó un folder manila que mantuvo cerca de su abdomen.

—Dígame, ya se sabe que usted la perseguía, que la vigiló por días sin que nadie se diera cuenta, ¿Por qué lo hacía? ¿Qué le llamó la atención para que usted la catalogara como a una de su siguiente víctima?

—No recuerdo nada de eso, no tengo suficientes recuerdos para dar una respuesta clara.

—¿Pero si sabe que usted la sacó de la habitación? Por el reporte que entregó su terapeuta eso fue su último recuerdo, ¿Qué lo motivo a hacerlo?

De nueva cuenta me sorprendió lo observador que era, bueno tenía que serlo, era un abogado y al parecer uno muy bueno. La sensación al traer el poco recuerdo que tenía conmigo me dio la facilidad de explicar un poco de la razón de haberla sacado de ahí.

—Lo hice porque por primera vez en mucho tiempo el hecho de lastimarla me horrorizó y me hizo ver que no quería perderla, que si llegaba a sucederle algo  me echaría la culpa por no haberlo evitado. —tomé una gran bocanada de aire, era difícil, por supuesto que lo era, el enojo y repulsión que sentía hacia mí mismo fue  por haberlo recordado.

Al terminar Bruno tomó el folder manila y lo abrió, sacó una fotografía de la escena del crimen y de Katherine en el hospital, lo puso sobre una pizarra frente a mí para que pudiera observarla, por un momento desvíe la mirada, ya era demasiado estar sintiendo asco hacia mí y esto lo empeoro.

—¿Ves esto? —me preguntó para obligarme a verlo —¿Qué clase de beneficio tenías al lastimarla o al querer matarla? ¿Y de lastimar al bebé que ella llevaba dentro? El hecho de que hayas perdido la memoria no quiere decir que tu personalidad se haya borrado. Queremos saber que pasa por tu cabeza cuando llegaste  a estos extremos.

Estaba petrificado, creí que estaría muy bien preparado para cada una de las preguntas de Bruno pero me equivoque, fui sintiéndome tan vulnerable porque no podía mentir, no existía la posibilidad de hacerlo, no era opción. Así que lo hice, fui sincero, dije lo que todos esperaban escuchar porque a fin de cuentas ya no era secreto, todos podían imaginar lo que había dentro de la cabeza de un monstruo.

—Una gran satisfacción, complacencia, me gustaba saber que ellas me pertenecían, que podía herirlas sin que nadie lo supiera, solo yo y nadie más, sabía que ellas tenían la culpa de lo que les pasaba por ser tan tontas, fáciles y ambiciosas.

Escuche a alguien contenerse el aliento justo de lado de Katherine, sabía que era ella quien estaba pasándola mal pero no quería confirmarlo. Las miradas de todos los presentes ahora eran iracundas,  ásperas, llenándose de más odio por mí.

Bruno asintió una vez, creo que era la única persona en la sala que al menos conservaba su odio muy bien reservado.

—¿Ese era su beneficio? ¿La satisfacción? No hubo remordimiento de ningún tipo, ¿Verdad? Ya sabe, al terminar de asesinarla a esas mujeres ¿No pasó por su mente que había cometido un crimen?

—No —respondí, me recorrió un estremecimiento helado por la espalda —A excepción como ya dije, cuando saque a Katherine de aquella habitación, solo ahí fue cuando reaccione a como alguien sensato lo haría.

Bruno se acercó unos tres pasos hacia a mí, hubo una curiosidad enorme que se formó en todo su rostro, tanto que su mirada estaba tan fija en mí, olvidándose de los presentes.

—¿Por qué la salvaste? ¿Qué razón existió para ser la única a la que quisiste ayudar?

La tentación de mirar hacia Katherine era muy fuerte pero la ignoré, no quería arruinar la valentía que tenía para decirle la verdad a Bruno, sentía que si ella y yo teníamos contacto visual no podría soportar como mis palabras la iban a herir porque no las iba a creer.

Lleve unos minutos contemplando a Bruno hasta que lo dije.

—Porque me enamoré de ella, es la única razón que existe. Es la verdad.

Mis palabras causaron tanta conmoción en la sala que  no era para menos, muchos seguro no creían nada de lo que dije pero no había de otra que hacerlo porque juré decir la verdad y eso fue lo que hice. Esperaba que muchos lo entendieran y que lo aceptaran por el hecho de que no me   estaba permitido mentir, que Katherine finalmente se diera cuenta que en todo este tiempo fui sincero.

Sabía que mis palabras no solo habían herido a Katherine y los presentes, también a Nina, lo podía sentir desde la distancia, porque mi respuesta a esa pregunta no era la que nosotros habíamos ensayado, "Por culpa, Damien, lo hiciste porque sabías que estaba mal" eso fue lo que ella me obligó a aprenderme pero yo cambié todo a última hora.


Chicas voy a usar este capítulo para agradecer los 1K de votos ¡WOW Gracias de corazón, espero que les haya gustado este cap y vayan al siguiente. 

Besotes super enormes.


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