6ta Conversación
Lo largo de la capucha cubría casi todo su rostro y estaba bien para ella, no había sido capaz de cambiar su apariencia no quería que nadie la viera con aquel característico color negro con blanco.
No podía escapar por más que analizará la situación, él tenía el control sobre ella, podía dejarla al borde de la muerte en cuanto lo deseará, tenía que asegurarse de estar a salvo para separase de él, el problema era que no sabía en donde estaban ni a dónde se dirigían.
Caminaba detrás de él escuchando sus maldiciones de vez en cuando quejándose de que ella caminaba muy lento, Tenten fruncía el ceño y él volvía a ignorarla apresurando el paso.
Habían pasado más de tres días y todos eran así, descansaban en alguna cueva o casa abandonada y seguían a la mañana siguiente, Tenten había esperado las torturas cada día pero estas nunca llegaron, Hidan siempre la dejaba sola al dormir por las noches sin mencionar ni una palabra.
-¡Perfección!, te damos gracias Jashin por este regalo- Hidan sonrió y apresuró el paso subiendo por una pequeña colina en aquel bosque.
Tenten levantó la vista aún con la capucha cubriendo su rostro, miró hacia donde se dirigía Hidan, un templo que parecía estar abandonado, huecos en el techo y plantas que se enredan entre los cimientos de toda la estructura.
Tenten subió las escaleras y vio a Hidan arrodillado mientras apuñalaba con una aguja una parte del suelo, después de romperla observó como metió la mano en el y sacó varios papeles de diferentes tamaños y colores.
-Jashin nos bendice con su mandato- tomó los papeles y se adentró al templo.
Después de dar un vistazo a sus espaldas viendo el bosque, Tenten siguió los pasos de Hidan.
Por dentro el templo no era diferente a como la castaña se lo imaginaba, era un espacio extenso con varios pilares alrededor y en el centro de todo había una estatua de una deidad olvidada.
Los agujeros en el techo iluminaban la oscuridad bastante bien, Tenten observó a Hidan sentado con las piernas dobladas y los papeles frente a él, tomando uno por uno y leyendolos.
Tenten no se acercó, no le importaba lo que su psicópata secuestrador hacía en lo más mínimo, lo único que le importaba es poder escapar, se pasaba día y noche pensando en eso sin tener que sufrir por sus huesos rotos o morir.
Sé acercó a una de las esquinas donde habían velas apagadas y llenas de polvo con telerañas arriba de ellos había un espejo completamente sucio, Tenten levantó una de sus mangas y lo limpió.
Fue ahí cuando vio por primera vez aquel aspecto con detenimiento, se tocó el rostro dándose asco, se imaginó regresando a Konoha con la tinta negra en su piel y el rechazo de todos al verla de esa manera, era más fácil imaginarse en una silla de ruedas lo que restaba de su vida.
-¿Hasta cuándo estarás con la tinta bendita?- Tenten observó a Hidan detrás de ella mirándola con disgusto.
-Quitamela- Tenten volteó con el ceño fruncido hacía él.
-Ya te dije cómo hacerlo, maldición eres más molesta que el idiota de Kakuzu- camino fuera del templo.
La chica se encontraba frustrada al mirar de nuevo el espejo, cerró los ojos y suspiró, trató de relajarse y de imaginarse de nuevo en su tono de piel morena de siempre.
Abrió los ojos y se encontró con su aspecto original, suspiró de alegría ya no parecía un monstruo, antes de salir del templo observó los papeles tirados en el suelo, pero no le importó en lo más mínimo recogerlos ni saber que eran.
-Esplendido, así que al fin le rezaste a Jashin por primera vez- Hidan sonrió con entusiasmado hacía ella, Tenten sólo lo ignoró pasándolo de largo.
-No le rece a tu Dios- el rostro de Hidan cambió a uno de seriedad- ¿a dónde me llevas?, ¿que eran esos papeles?
-Oye niña es molesto que hagas tantas preguntas- Hidan le miró con disgusto.
-Mi nombre es Tenten- le dijo molesta.
-Pfff con si me importara- bufó mirándole sin interés y continuó su camino, la castaña lo siguió de nuevo, caminaron por varios minutos en silencio hasta que desde la cima de una colina Hidan sonrió al ver la pequeña aldea frente a ellos, Tenten vió una ligera oportunidad de escapar- vamos apresúrate, diablos si que eres lenta.
Al entrar a la pequeña aldea Tenten observó algunos campos de arroz alrededor de ella, pero no había personas por lo menos no en las calles.
Después de caminar al centro de la aldea Hidan sonrió con locura y extendió las manos con una de ellas sosteniendo su guadaña y gritó.
-¡Vamos no sean tímidos!, ¡Jashin ha escuchado sus ruegos y lamentos por venganza!
Tenten le miró con algo de incómodidad pensando que para ser un criminal buscado que tenía que tener cuidado al llamar la atención no lo tenía ni en lo más mínimo.
"Qué idiota" mencionó Tenten en su mente mirándolo con molestia y luego a los alrededores, por más minutos que esperaron no apareció nadie frente a ellos, salvo un niño y Tenten temió por él al ponerse frente a Hidan, estaba lista para ponerse en medio de los dos y salvarlo de aquel psicópata.
-Asi que fuiste tu, ¿no es así?- Hidan sonrió divertido mientras del bolsillo de su chaqueta negra sacó algunos papeles y los dejó caer al suelo- tus ruegos por venganza, Jashin los ha escuchado atentamente- apuntó con su guadaña al niño que Tenten observó no temblaba de miedo ante la amenaza frente a él- así que dime, ¿a quién tengo que sacrificar en nombre del gran y misericordioso Jashin?
-Vienen al amanecer- el niño habló y Tenten se sorprendió de la seriedad con la que lo hacía- no se cumplió la cuota arroz del mes pasado, pidieron el doble después de matar a mi padre y a mi hermano- el niño apretó los puños furioso-más te vale que los rumores sean ciertos, juntamos todo el dinero que teníamos- aventó al suelo un pequeño saco de monedas que sonaron al tocar la tierra- que sufran.
Hidan sonrió y avanzó hacia el niño el cual no se movió de posición, alzó su guadaña por arriba del niño.
-Bien, en ese caso Jashin te agradece tu sacrificio- sonrió con amabilidad falsa y bajó la guadaña pero la detuvo en el mismo instante con una mueca de disgusto.
Tenten se encontraba con los brazos extendidos colocándose frente al niño protegiéndolo, miraba con furia a Hidan.
-Sobre mi cadáver imbécil- sentenció Tenten de inmediato y después se dirigió al niño- corre ahora.
Pero el niño no se movió Tenten abrió los ojos sorprendida, el niño la veia molesto.
-Apartate tonta- el niño de cabellos negros y revueltos le dijo en tono severo- si él no me tiene como sacrificio mi aldea perecerá mañana.
-Hay otras maneras, los ninjas de Konoha y de la alianza pueden ayudarlos sólo tienen que...
-¡Mandamos miles de cartas con peticiones!-le contestó con furia interrumpiendola- ¡Nadie contestó!,¡A nadie le importamos sin una buena producción de arroz!- bajó la mirada frustrado- hasta que escuché de él y su Dios... y no me importa nada salvo que los que tienen a mi aldea sometida paguen con su sangre.
Tenten observó sorprendida queriendo hacer algo, queriendo regresar a Konoha y venir con ayuda necesaria, la risa de Hidan la sacó de sus pensamientos.
-Así es, sólo Jashin se preocupa por las causas desesperadas como estas- retiró la guadaña colocándola de lado- ahora niño muéstranos un lugar para dormir y algo para comer antes de que cambie de opinión y te parta en dos en este instante.
El niño observó con atención y se inclinó hacía él dando las gracias por haber perdonado su vida en ese momento, guió a Hidan hacía una de las casas, Tenten miró atónita y después reaccionó sin sacarse la pregunta de la cabeza ¿Hidan realmente había perdonado la vida del niño?
-¿Te quedaras ahí todo el día o que?- le miró molesto al entrar a la casa, Tenten lo siguió.
El niño los dejó solos con una pequeña mesa y comida en ella, y dos camas individuales. Tenten comió en silencio al igual que Hidan lo hacía, la noche cayó y Tenten no pudo guardar más el silencio.
-Le perdonaste la vida...- lo dijo como una afirmación, como si algo dentro de ella sabía que Hidan no lo negaría.
Hidan se encontraba con los brazos recargados e sobre su cabeza recostado en una de las camas con los ojos cerrados mientras Tenten seguía sentada en la mesa.
-Tks ¿quién dijo que así fue? no seas estúpida, en verdad logras irritarme más que mi antiguo compañero- mencionó irritado- ese niño tiene tanto odio dentro de sí que tal vez le haga bien a este patético mundo si continua vivo, Jashin ganaría un servidor más.
-¿Por qué haces esto?- frunció el ceño hacia él- si quieres ayudar a las personas hay otras formas de hacerlo...
-¿Cómo ignorar sus peticiones tal y como tú estúpida aldea lo hace?- Hidan se levantó de la cama estirando sus brazos.
-Seguramente hay una explicación para esto- Tenten entrecerró los ojos hacía el suelo- Konoha recibe demasiadas peticiones...
-Si... lo que digas...- Hidan caminó hacía la puerta sin mirarla, tomó su guadaña y se colocó su chaqueta.
-¿A dónde vas todas las noches?
Hidan le miró antes de salir, fue la primera vez que Tenten no vió una sonrisa retorcida hacía la locura ni ninguna de las expresiones características que ya conocia del asesino, simplemente le miró haciendo contacto visual con ella segundos antes de salir por la puerta.
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