22va Conversación

La explosión sonó y escuchó la alarma activarse desde la oscuridad de su celda, no esperó mucho tiempo para que la misma figura con máscara que se le había presentado hace días estuviera frente a él.

Observó con algo de aburrimiento como extendió un pergamino frente a ella e hizo varias señales de jutsu con las manos finalmente vio sin sorprenderse como las piernas de la chica se mezclaban con el cemento del suelo frente a ella hasta que desaparecer para aparecer frente a él.

Ninguno de los dos habló, Kurotsuchi colocó un pergamino en el suelo con un símbolo más grande y simplemente volvió a ser el movimiento de hace un momento cuando estaba fuera de la celda, el símbolo de marco en el suelo debajo de ellos y el suelo se los tragó poco a poco, con ellos la luz del día cegó un poco las pupilas de Hidan, observó con seriedad como estaban en un bosque, la alarma sonaba a distancia y el supo al ver las paredes que rodeaban a Konoha que se encontraba fuera de ella, rodó los ojos hacía el suelo encontrándose un símbolo igual al de la celda, una conexión.

Observó la respiración agitada de la mujer frente a él, no le tomó mucho tiempo imaginarse a él mismos atravesandola con cualquier arma que estuviera a su disposición, bajó la mirada viéndo la unión de metal en sus manos recordando que aun no estaba completamente libre para hacer lo que quisiera.

—Bien es hora de irnos—declaró rápidamente Kurotsuchi— guíame.

—Me será más fácil guiarte con mis manos libres— le miró con obviedad mientras alzaba el metal hacia ella.

—¿Me crees lo suficientemente estúpida para confiar en un criminal de clase S y dejarlo en libertad sin asegurarme primero de obtener lo que quiero?— Kurotsuchi rio confiada— si jamás confíe en Deidara tú no tendrás ese privilegio— suspiró cansada y levantó las manos en un ademán desinteresado— iremos poco a poco construyendo nuestra relación de amistad, obtuviste tu libertad ahora entrégame las ubicación de las cosas de Deidara, en cuanto las tenga frente a mí te quitaré esas cadenas y te regresaré tu preciada arma— sacó de uno de sus bolsos de su cadera un pergamino y lo aventó hacia arriba atrapandolo de nuevo, debajo de la máscara ella sonrió confiada.

Hidan le miró irritado y después sonrió hacía ella empezando a caminar, después trepó en un árbol y la miró de reojo desde arriba.

—Ese idiota y la muñeca pelirroja que hacían equipo estuvieron mucho tiempo en una de las bases principales de Akatsuki, en el país de los rios, ahí encontrarás lo que buscas.

—Bien, después de ti— la chica levantó su mano derecha y señaló frente a ellos.

Hidan dejó de observarla y miró hacia Konoha sin ninguna expresión en su rostro en particular, después sonrió ligeramente para él mismo y finalmente se impulsó con sus pies para ir hacia su destino seguido por Kurotsuchi.

Se abrió paso entre los arbustos hasta llegar aquella casa abandonada, subió los escalones para entrar, las pequeñas plantas atravesaban el suelo del pasillo por donde caminó hasta llegar a la cocina donde se encontró con cierta castaña cortando algo de verdura en la mesa del centro de la habitación, ella volteó a verlo e inmediatamente una sonrisa se formó en su rostro cuando lo vio entrar.

—Tardaste un poco Hidan— se levantó hacía la estufa vieja para poner la verdura a hervir, él se acercó a ella poniendo al lado de la estufa dos pescados.

—Si bueno, no estoy hecho para estas malditas cosas, son sumamente molestas— rodó los ojos restándole importancia.

—Lo sé— Tenten rio divertida — honestamente no sé cómo sobreviviste todos estos años solo— lo observó sentarse en la mesa y tomar de la botella de alcohol que sacó de un gabinete de aquella cocina— no tardará mucho en estar la comida, no será lo más deliciosos que pruebes pero hago mi mayor esfuerzo, espero que a ti y a Saiya les guste.

Sonriendo se volteó para cortar la cabeza del pescado y la cola, quitando las escamas y espinas.

Sintió como Hidan la abrazó por detrás, rodeando con sus manos el bulto en el vientre de Tenten recargando su rostro en su hombro derecho besando su cuello, ella rio ligeramente.

—Hidan basta, déjame terminar Saiya tiene hambre— frunció un poco el ceño tomándo el agarré de Hidan en su vientre y retirándolo, él la sorprendió al hacerla darse vuelta y aprisionandola entre el pequeño mueble de la cocina y su cuerpo.

—Es paciente— siguió besando su cuello y escuchó a Tenten reír de nuevo.

—¿Cómo lo sabes?

—De la misma manera en que tú sabes que será mujer— se encontró con su mirada frente a frente y sonrió de lado— es Jashin trasmitiendo su mandato a través de ambos.

—Bendito sea— Tenten tomó el collar de Hidan en sus manos y besó el símbolo justo como él lo hacía cuando rezaba después sonrió hacía él, Hidan permaneció serio hasta que pasó sus manos entre su cuello quitándose el collar, colocandolo en el cuello de ella y Tenten se sorprendió ante la acción.

—Esto... Hidan no puedo quedarmelo...— lo tomó entre sus manos y frunció el ceño ligeramente hacia él.

—Puedes y lo harás— bajó su mirada hacia su vientre abultado y lo tomó entré sus manos— necesita la bendición de Jashin en todo momento, eso es lo más importante ahora— sonrió hacía ella confiado— es otro símbolo de que me pertenecen y que Jashin nos bendice a ambos Tenten, nos unió, y si nos separamos lo volverá a hacer.

Era la primera vez que él decía su nombre como tal y a Tenten le dio un vuelco al corazón escucharlo con su voz, fue ahí donde se dio cuenta de que había caído enamorada de un hombre que había conocido en sólo siete meses desde que había salvado su vida.

Después de eso Tenten deseó no volver a separarse de él.

No se detuvieron en ningún momento, ninguno de los dos quería hacerlo después de todo, a la velocidad a la que iban pasó un día y medio antes de llegar a su destino.
Kurotsuchi observó las grandes puertas destrozadas de aquel antiguo escondite de Akatsuki.

—¿Estás bromeando?— Kurotsuchi frunció el ceño al quitarse la máscara— son solo ruinas de una pelea, no queda nada....

—Eso parece ¿no?— Hidan rio con algo de locura en su expresión— ahora que te diste cuenta que este lugar destruido es el único lugar donde ese idiota adicto al arte pudo haber escondido algo supongo que te encuentras decepcionada.

—Deja de burlarte o te regresaré a la celda de la que te saqué— le dijo con furia.

—Y arriesgarte a que se descubra que tú me liberaste en primer lugar— amplió su sonrisa con satisfacción— debiste de haber repasado todo tu plan a la perfección.

—Puedo pretender que simplemente al escapar de Konoha fuiste a esconderte a Iwagakure y te atrapé— rodó los ojos con desinterés— vamos no hagas más complicado esto, saldrás perdiendo, incluso ahora que ella existe en tu vida tienes mucho más que perder que todos los demás.

—Voy a destrozarte en pedazos maldita— le respondió con furia antes de caminar rodeando los escombros hasta que se encontró en la parte trasera de estos— si te abres pasos entre los escombros de este lugar habrá unas escaleras, pocas veces estuve aquí pero sé que hay un sótano o algo así, tal vez encuentres ahí lo que buscas.

Kurotsuchi le miró irritada y luego al lugar donde el señalaba, de inmediato hizo un Jutsu con las manos y sus puños de roca se formaron para después levantar algunas rocas pesadas y destrozar algunas más, hasta que se dió cuenta de que el criminal tenía razón, había unas escaleras, se abrió camino a ellas.

—Bien, tienes lo que quieres, ahora te agradecería que me dejaras libre— Hidan le miró con aburrimiento rodando los ojos de lado.

—Vendras conmigo, sólo así sabre que no es una trampa— se abrió paso hacia la escalera y aunque escuchó el suspiro irritado de Hidan ella continuó su camino.

Descendieron por poca distancia hasta que se encontraron una extensión que formaba una habitación, Kurotsuchi corrió hacia unas bolsas en un rincón reconociendo de inmediato los pergaminos y sacos con arcilla de Deidara.

Tomó la bolsa y pasó de largo a Hidan, se detuvo al ver que él no caminaba.

—Ahora que tienes la basura de ese bastardo...— extendió sus manos hacia ella.

—Puedes esperar a ir arriba— entrecerró los ojos hacía él enojada.

—Piénsalo un poco, es una zona neutra— sonrió hacía ella— cualquier movimiento brusco de parte de alguno de los dos resultará en un derrumbe, liberame aquí y tendrás tiempo de correr por tu vida mocosa.

Kurotsuchi dudó unos segundos antes de saber que él tenía razón, así que lo hizo, golpeó el metal con su jutsu y se alejó de él, al subir media escalera le aventó el pergamino con su arma.

—Un placer hacer negocios maldita basura— Kurotsuchi terminó de subir las escaleras y al finalizar golpeó el suelo, causando un derrumbe en ellas.

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