"Paz"
Athena
Decir que la paz esta presente seria una vil mentira, nada esta bien, el olimpo se convertirá en un campo de batalla, una guerra entre dioses esta próxima. Los bandos están hechos y los que nada tienen que ver lucharan por evitar la destrucción de su hogar.
Sin embargo, yo no puedo hacer nada, mi intervención solo pondría en peligro a la tierra y para evitar que eso pase solo debo guardar la pieza clave, sin ella no podrán hacer nada.
Desde la cámara de athena puedo ver todo mi santuario, los nuevos aspirantes a caballeros entrenan con sus maestros y los caballeros dorados custodian las doce casas. Aunque la persona que necesitan no este aquí, ellos no conocen su ubicación, por lo que creerán que esta en el santuario, el cual no podrán pisar por la barrera que e puesto.
Keila
No se que esta ocurriendo, pero no es algo bueno, algo me tiene inquieta y no puedo evitar moverme de un lado a otro, no se ni siquiera en que pensar, pienso en que quizá estoy Volviéndome loca, suspiro sentándome en el sofá tomando mi cabello y halándolo un poco, cierro los ojos y respiro agitada hasta sentir un tacto en mis mejillas que levantan mi rostro
- otra vez preocupada - suspira sentándose junto a mi, ninguno dice nada por un momento, pues aunque ambos tenemos la misma desconocida preocupación, el suele llevarlo mejor, buscando una respuesta lógica - seguramente por ikki
Mi amado ikki
- si, lo extraño mucho - el me abraza, para el tampoco es fácil.
Ikki se fue hace un año y medio, como siempre en silencio y aunque shun ya sabia que se iba sin despedirse se sentía triste, y yo me sentí dolida cuando lo busque y no lo encontré, me había dejado. Así hemos vivido durante este tiempo, yo cocinando o haciendo cualquier cosa y shun estudiando su carrera, la cual acabara pronto.
Ambos seguimos entrenando aunque yo no soy una gran guerrera, eso me ayuda a dejar de pensar en el.
Realmente me hace falta, shun y yo estamos solos aquí y ahora puedo entender porque a shun no le gusta estar en la mansión, es tan fría y solitaria, que si no estuviera con el habría muerto de tristeza.
Siendo ya tarde nos disponemos a descansar, aunque ninguno de los dos este cansado.
Me recuesto en mi cama, dando vueltas por no poder conciliar el sueño, respiro lentamente un par de veces para alejar los pensamientos de mi cabeza, miro mis manos y enciendo mi cosmos para aparecer un poco el lazo que nos ata el uno con el otro.
Mi lazo jamas se a roto, y ver que aun existe me tranquiliza, yo no sabría que hacer si llegara a pasar tal cosa, solo una vez e visto la ruptura y no paso nada bueno. Yo jamas pensé que aquello pudiera pasar, y para desdicha de mi hermana menor, a ella le toco vivirlo, quedó devastada.
Ese era uno de los pocos recuerdos que nuestros padres nos permitían tener.
Y solo pensar en ella me hace sufrir de manera inimaginable, ahora que estoy sin ella no puedo entender la lejanía de ikki hacia shun, se que lo quiere pero no debería ser así, el también a sufrido y lo necesita.
Cansada y triste evito seguir pensando, me recuesto y acomodo para obligarme a dormir, manteniendo la esperanza de quizá mañana ikki este junto a mi.
Narradora
En la lejanía de la tierra, mas haya de las nubes se encontraba el olimpo en gran tensión, sin embargo eso no parecía importarle a la despreocupada diosa que disfrutaba del cielo, el sol se ocultaba, la luna lo remplazaba y en ella un dejo de culpa renacía nuevamente.
Afrodita, diosa del amor y la belleza, jamas había sentido culpa hasta que el destino le hizo amar y luego este mismo le había roto el corazón.
Justamente lo que ella había hecho hace siglos con esa pareja, por capricho había separado a dos personas que se amaban realmente, que posiblemente hubieran tenido una linda familia con las dos lindas niñas que aquella mujer había traído al mundo después de haber sido maldecida por ella.
Si ella no hubiera sido tan egoísta las dos niñas, ahora jóvenes adultas, no hubieran tenido este destino tan doloroso.
Y aunque había intentado muchas veces liberar las almas del sol y la luna, ellos se negaban a dejar a sus hijas hasta verlas felices con las almas que les correspondían.
Y si bien ya no podía reparar el daño, entonces se encargaría de que sus queridas niñas lograran sus cometidos y vivieran felices, aun cuando eso conllevara una guerra con el olimpo.
Reeditado
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