Años

Han pasado años desde que estoy aquí. Sí, estoy hablando de tiempo. Con el transcurso del mismo algunas cosas han ido regresando a mí, como el sonido, la sensación de tiempo, calor, frío, el hambre y los sueños. También he obtenido algunas respuestas, como el quién era y más o menos he podido formular una hipótesis de quién soy.

Además, he descubierto que este mundo es como una noche eterna con cielo estrellado. Hay vegetación baja y si caminas en línea recta hacia cualquier dirección encontrarás un mar negro, a veces calmo y otras embravecido. Es un lugar extrañamente solitario, pero tranquilo.

Un grito desgarrador se escucha en todo el lugar. Alguien nuevo a llegado, le escucho gritar y llorar algunas veces. Debe estar muy asustado, me gustaría acercarme y ayudarlo,
pero de hacerlo podría asustarse o quizás terminaría atacándome y no es lo que deseo.

Le observo con prudente distancia, ahora está hecho una bolita en el suelo. La venda del miedo debe caer por sí sola, sino se perderá en la locura. Le veo levantarse y tomar carrera, está cruzando la playa, si no le detengo se terminará adentrando al mar.

- ¡Detente ahora! - le grito y obedece, se ha quedado completamente quieto. La oscuridad líquida le lame la punta de los dedos y eso le hace saltar hacia atrás.

- ¿Quién eres? - por más que le responda no podrá escucharme, ya lo he hecho antes. No sé a qué se debe, no hay un patrón exacto, pero en determinados momentos puede oírme. Me acerco un poco más, simplemente le observo en silencio agacharse y en cuatro patas tantear lo que hay delante, no sé si es valiente o curioso. Vuelve a tocar aquel mar oscuro y de un brinco retrocede, se abraza las rodillas y llora muy fuerte, quizás se debe a que no se puede escuchar o solo a que no me puede ver.

Me siento donde estoy. Supongo que así, tan desesperada y asustada me veía cuando llegué a este lugar, me pregunto si alguien habría estado observando al igual que estoy haciendo ahora. Si alguien me acompañaría en silencio al igual que lo estoy haciendo ahora, es entonces cuando aquella voz vuelve a mi cabeza, a lo mejor sí hubo alguien o quizás solo fue parte de un sueño. No lo sé.

Todavía me falta mucho por entender y aprende de este lugar, también de mi misma. Compartiré aquellas respuestas que encuentro con quien las necesite y dejaré al tiempo seguir su rumbo.

Ya no estoy tan perdida en esta noche eterna, noche de pequeñas estrellas, viento que juega y canta entre la vegetación, sonido de las olas y el llanto de este desconocido. Ya no estoy tan desorientada, ya no es difícil respirar, ya no temo a esta oscuridad.

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