CAPITULO 40

-Un momento. –Magala sonríe como recordando algo. –Es cierto Soria, que alguien de la realeza puede retarme para pedir el trono, pero si la memoria no me falla, esa persona debe ser reina, y aunque Seline es hija de Rabana, una princesa sin reconocer.

El silencio cubrió los alrededores, miré a Soria que no le quitaba la vista de encima a Magala.

-Tienes razón, hay una cláusula que establece lo que acabas de mencionar.

Me quedé atónita, ¡Es en serio! ¿Quién lee la letra pequeña? Al parecer una banshee que conoce bien las leyes de su pueblo.

-El combate se llevará a cabo, y no tendré piedad, los que sobrevivan, lo harán bajo el yugo de la esclavitud, yo seré la gobernante suprema de las Banshees y Seline morirá, todo su esfuerzo ha sido en vano.

-Aún no cantes victoria hermana.
–Soria se planta en frente imponiéndose. ¿Acaso le ha dicho hermana? –No te confíes porque son más que nosotros, no siempre el que supera en número resulta ser el ganador.

-Esta conversación me aburre, no le demos más preámbulos a lo inevitable. –Para nuestra sorpresa, al menos una veintena de hechiceros se colocan al lado de Magala. Han salido de la nada, pero lo que más me impacta es reconocer a uno de ellos.

-¿Sam? –El aire me falta.

-Hola Tabatha. –Me mira con el rabillo del ojo con una sonrisa burlista.

-¿Qué está pasando aquí? –Se me dificulta respirar.

-Me apunto al bando ganador.

-Estás muerto. –Afirmo con voz pausada.

-Fingí mi muerte, no fue tan difícil engañarlos a todos.

-Pero, pero tus poderes pasaron a Julissa cuando pereciste.

-Era yo, mi hermana sigue siendo tan humana como siempre, la suplanté, ha sido sencillo, únicamente no estar los dos en el mismo lugar. Actué bien ¿Cierto? Deberían darme un Oscar.

-¡Maldito traidor! –Se escucha detrás de mí, es Jamie.

-Ummm, creo que tienes derecho a saber la verdad. No soy Sam, ocupe su cuerpo para tu tranquilidad. Me aproveché del cariño que le tenías, y lo utilicé a nuestro favor. Sus dones han resultado muy convenientes, sobre todo cuando lancé el hechizo del olvido.

-Tú. –Lo señalé. –Tú lo hiciste.

-Soy bueno lo sé.

-Pero yo te acompañé al umbral de los muertos.

-Una ilusión, de qué sirve la magia si no la usas para tu provecho.

-¿Desde cuándo eres él? –Intentaba mantenerme firme y no desmoronarme.

-Desde el principio, al ocupar su cuerpo también tengo acceso a sus memorias, qué te diré, la actuación es lo mío. Besas muy bien, lástima que no pudimos avanzar.

Mi rostro se descompuso, el beso en el sótano, y el de despedida antes de ir al más allá.

-Él siempre te ha visto como una niñita, te ama sí, pero no de esa forma. Que lo diga su novia Jennifer, con quién lleva una relación de dos años.

Me sentí burlada, todo este tiempo fue un Sombra en el cuerpo de Sam, de seguro bajo algún hechizo ocultó su aura.

-¿Por qué fingir su muerte? –Jamie chasqueaba sus dientes, está igual de indignada que yo, todos confiamos en él, de eso se trató siempre.

-Averigüé lo que necesitaba, no podía desaparecer sin levantar sospechas, así que... -Se encoge de hombros. –Conocen el resto de la historia.

-Recuperaré a mi amigo. –Le advierto.

-Si me haces daño, el cuerpo de Sam no lo resistirá, si yo muero, él muere.

Volví a ver a mi tío. –Captúralo, me encargaré de él luego. –Le hablé en la mente.

Él asintió con la cabeza y las Banshees comenzaron a gritar, tomándonos desprevenidos, la contienda iniciaba. Parecía que vivía una película en cámara lenta, todos a mi alrededor se movían y enfrentaban. Observé a Camile arrastrar a Sam con la ayuda de otro hechicero, Jamie no se separaba de mi lado ni Ben tampoco, me protegían y yo estaba petrificada.

-Tabatha. –Ben se colocó en frente de mí, deteniendo un ataque de Magala. Ella chilló pero para mi sorpresa y el de ella, no lo afectó, lo que significaba que nuestra conexión se fortaleció al fin, mi guardián ahora es inmune al grito de nuestras adversarias.

Mientras que Ben se encargaba de ella en su forma lobuna, un Sombra me empujó cayendo de espaldas, jamás he estado tan aterrada, y es cuando sucedió, aquella caverna donde la vi por primera vez, las flores violetas, el olor dulzón que se desprendía de estas, la hermosa mujer, acompañada esta vez de un hombre que se parecía a mí.

-Hola hija. –Me saludó Rabana. –Él es tu padre.

-Seline.-Sus ojos están cargados de amor y cierta pizca de emoción.

Sin hablar corrí hacia ellos y los abracé, ambos me rodearon con sus brazos, y una sensación de protección me embargó.

-No tengas miedo. –Mi madre besó mi cabeza. –Eres más fuerte de lo que crees.

-No olvides tu ascendencia. –Mi padre acuna mi rostro entre sus manos. –Eres única y especial, deja fluir el poder a través de ti, nosotros estamos contigo.

Al vernos a los tres juntos, añoré lo que perdimos, pero también agradecí que me entregaran a mis padres adoptivos, quiénes me amaron y cuidaron lo mejor que pudieron, y lo agradezco.

-Sé fuerte hija. –Tomados de la mano se desvanecieron, regresando a mi realidad.

El Sombra que me tiró se abalanzó sobre mí, sentí un hormigueo en mis manos, cuando lo tuve casi encima coloqué mis manos sobre su pecho, la criatura comenzó a desintegrarse. Me levanté, observando que Magala y un Sombra atacaban a Ben, hice un escaneo del panorama y no era prometedor para los míos, cerré los ojos, el suelo bajo mis pies comenzó a temblar, dejé que la energía que brotaba de mi interior, aflorara, me llegó el dolor de los caídos, sus espíritus me rodearon, cada uno de ellos se canalizó a través de mí. Extendí mis manos a los lados y una onda brotó hacia afuera, todos fueron lanzados por los menos, dos metros de distancia. Magala se incorporó dejando ir su vibrante llanto sobre mí, recibiéndolo el eco del mío, la banshee fue perdiendo terreno, supe que estaba vencida cuando cayó de rodillas.

-Tu reinado ha terminado, perdonaría tu vida pero eres una amenaza que debe ser contenida, te enviaré a las profundidades del abismo, junto con aquellos que se aliaron a ti.

Un sombra trató de defenderla pero lo miré y al igual que el otro, su cuerpo se pulverizó. Los demás me observaron con recelo, a los pocos segundos, uno a uno se rindieron.

Mi tío se encargó de llevar a los traidores a su castigo eterno, hechiceros, Sombras y Banshees, cortar la maleza desde la raíz, para restaurar la paz en el reino.

-Acá está. –Jamie señala a Sam amarrado y bien vigilado.

-Vengo a cumplir mi palabra. –Le indiqué, inclinándome. –Libéralo. –Ordené, se resistió un poco, pero abandonó su cuerpo, apenas estuvo afuera, Camile lo retuvo, alejándolo de ahí.

-¿Estás bien? –Lo miré intentando averiguar si de verdad era él.

-Lo estaré cuando me sueltes ¿Puedes?

-Lo desaté, ayudándolo a ponerse de pie, sin esperarlo me abrazó, se sintió bien.

-Gracias. –Me agradeció, mi cabeza sumergida en el hueco de su cuello.

-No tienes qué.

-Tabatha lo lamento tanto. –Me miró con ojos llenos de arrepentimiento.

-No eras tú.

-Aun así, nunca imaginé que yo te interesara de esa forma.

-Por favor prefiero no hablar sobre ese tema. –Siento la cara arder.

-Sabes que te amo.

-Como amiga y hermana, sí me queda claro.

-Taba.

-Sam no, ya no importa, estoy enamorada de alguien más, así que ahorrate el sermón sí.

-Johnson es muy afortunado.

-Sí lo es. –Intercambiamos una sonrisa.

-Ayudaré a eliminar el hechizo para que recuperes tu vida.

-Si es que puedo, quieren que sea alguien que no soy.

-Díselos.

-¿Cómo? Sus expectativas recaen en la hija de Rabana, la princesa heredera.

-Siempre hay otras opciones.

-Yo me disculpo por involucrarte en esta locura. Perdiste el año de universidad, y tu novia debe estar muy preocupada por ti.

-Bueno, será un poco complicado darle una excusa sensata, pero ya me encargaré. Y por la U ni al caso, puedo matricular el otro semestre.

-¿Le dirás a Julissa la verdad sobre lo que eres?

-Entre menos sepa mejor. Espero que lo que sucedió entre nosotros no cambié nuestra amistad.

-Para nada tonto.

-¿Me acabas de llamar tonto?

-¿Lo hice? –Ambos compartimos una sonrisa.

-¿Interrumpo? –Ben está a escasos metros de nosotros con las manos metidas en las bolsas de su jeans.

-En realidad no. –Contestó Sam.
–Toda tuya. –Su comentario me sonroja.

Ben se acercó a mí quedando uno al frente del otro.

-Parece que ya no requieres un guardián. –Me miró con el rabillo del ojo.

-Bromeas, es cuando más te necesito, ahora que ascenderé al trono y bla, bla, bla.

-No quieres eso verdad.

-En lo absoluto, pero cómo se los explico.

-Sólo dilo, no te pueden obligar.

-Suena simple, pero llevarlo a cabo.

-Tabatha, olvídate de ellos, sé egoísta, enfócate en ti.

-Tomaré tu consejo. –Entrelazo nuestros dedos.

-Así que, deseas regresar a nuestra aburrida vida. -Añade.

-No lo será si estás conmigo.

-Sabes que la oscuridad habita en mí, lo que soy.

-Un lindo y dócil lobito. –Lo hago sonreír.

-Creo que no soy tan lindo.

-Lo eres para mí Ben Johnson alias Señor Gruñón.

-Señor Gruñón. –Repite frunciendo el ceño.

-No me culpes, me ibas a volver loca con tu temporalmente carácter.

Hace una mueca divina que decía sin palabras "lo siento"

-Y bien, me vas a besar o tendré que tomar yo la iniciativa.

Sonrío como solo él lo sabe hacer y atrapo mis labios entre los suyos. Mis brazos viajaron a su nuca, y los de él a mi cintura. El estómago respondió en un aleteo como si cientos de mariposas se arremolinaran en mis entrañas, me estremecí cuando su lengua juguetona acarició la mía, indiscutiblemente, no veo mi futuro sin él a mi lado.

*********

-¿Estás segura? –Preguntaba Soria incrédula.

-Serás mejor gobernante que yo, conoces a nuestro pueblo y ellas a ti, eres justa a diferencia de tu hermana. Sé qué gobernarás con sabiduría.

-Pero es tu legado.

-Nunca lo ha sido, no me críe aquí. Eras la mejor amiga de mi madre, y si ella confiaba en ti, yo también lo haré.

-Como digas. –Hizo una reverencia.

-Vendré a visitarte. –Le prometo.

-Y esperaré ansiosa.

Nos abrazamos, permanecí algunos días con ellas, conociendo sobre nuestra cultura y costumbres, después de todo, son de alguna manera mi familia.

Camile y Jamie se reconciliaron, pero mi tío se negó a ocupar ningún cuerpo otra vez, la situación se resolvió favorable para ellos cuando su anterior huésped sufrió un accidente y murió. En ese preciso instante mi tío ingresó en él y los doctores quedaron atónitos al verlo despertar. Ahora podrían escribir su propia historia de amor, y me alegro por ellos.

Abandoné Cantabria, sabiendo que algún día regresaré, es mi tierra, y muchos nuevos amigos habitan en ella. Sam con ayuda de Jeff retiró el conjuro del olvido. Ben me acompañó hasta la puerta de mi casa, me sentía nerviosa.

-Puedo quedarme. –Se ofrece.

-Te lo agradezco pero es algo que debo hacer sola. Te veré mañana en la escuela sí.

Él asiente con la cabeza y me da un beso ligero en los labios. Con las manos sudorosas abro la puerta, se escucha el televisor en la cocina, al ingresar, papá tomaba café con su traje de médico puesto y mamá conversaba con él, cuando ella me vio, él lo hizo también.

-Tabi. –Papá abandonó la silla y corrió hacia mí abrazándome. Lloré de alegría, mamá se nos unió, me di cuenta cuanto los amaba.

-Perdón, los amo.

-Y nosotros a ti. –Respondieron en coro.

Ha sido el encuentro más emotivo, o eso creí hasta oír ladridos. Algo rozó mi pierna, al ver hacia el suelo Pulgoso me movía la cola ¿Cómo es eso posible?

-¡Pulgoso! –Lo levanté estrechándolo fuerte. Me lamió varias veces la cara, mis padres contestaron la pregunta sin hacer.

-Ha sido tu tío Camile, nos dijo que lo merecías.

Con ojos llorosos miré a mi padres y rasque detrás de la oreja de mi canino, respondiendo en un repiqueteo de su pata izquierda, por fin la pesadilla terminó y puedo empezar de nuevo. Soy feliz, acepto mi naturaleza, y por primera vez en mucho tiempo, estoy completa.

FIN

Hola, espero les gustara el final, escribiré el epílogo y listo, historia concluída.

Un abrazo 🤗

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