CAPITULO 20
Les dejo foto de Sam.
Bajé de aquel coche decidida a irme a mi habitación y dormir, en el hospital no pude pegar el ojo, por lo que unas profundas y oscuras ojeras decoraban mi rostro, parecía un mapache, en contraste con mi pálida piel.
Me extrañó no ver a papá cuando me dieron la salida, pero no pregunté, de seguro se encontraba ocupado salvándole la vida a alguien, estaba orgullosa de él, lo admiraba. De pequeña quería ser doctora, pero desistí de idea cuando Julissa se cortó el dedo pelando una naranja, la sangre comenzó a emanar y comencé a ver estrellitas, luego todo fue negro. Ese día mis sueños de ser médico caducaron, la sangre y yo, no nos llevamos.
-¡Sorpresa! –Se escuchó, no pudiendo evitar pegar sonoro grito.
Papá, Brent, Julissa, Yenuen y Sam estaban ahí, una enorme pancarta guindaba de la pared, negra con letras doradas "Bienvenida a casa Tabatha", globos pegados por doquier, el confeti revoloteó como una leve llovizna. Una fiesta de bienvenida, casi lloro, respiré hondo para evitar salir las lágrimas de emoción.
-No me lo esperaba. –Sollocé.
–Muchas gracias.
Pasamos al comedor donde la mesa rebosaba de bocadillos y obvio comencé a devorarlos con desesperación.
-Hey deja para los demás. –Me sonríe Sam; mis mejillas se tiñen de rojo, tengo la boca llena y no puedo hablar.
-No cambias. –Mueve la cabeza a los lados y vuelve a sonreír, olvido como respirar unos momentos.
Me obligo a masticar aprisa y tragarme la comida, sintiendo como el alimento se desliza por mi garganta con cierta brusquedad, me bebo un vaso lleno de gaseosa.
-Tú sí sabes cómo hacerme sentir avergonzada. –Replico.
-No tienes porque. –Sam se acercó a mí inclinándose un poco, su dedo viajó a mi boca, sintiendo su pulgar limpiando mi rostro.
-Migajas. –Su mirada de picardía hace que mi cara arda.
Su celular suena y al ver el número se disculpa y lo veo alejarse hacia la sala, Julissa llega a la mesa a servirse más refresco.
-Jamás te perdonaré por no decirme que Samy vendría.
-¿Y qué querías que hiciera? técnicamente me amenazó. "Escucha hermanita, si no cumples tu promesa te crecerán verrugas en la nariz", imita su tono de voz, no puedo evitar soltar la carcajada. –Sabes que mi hermano es medio brujo, la última vez que me lanzó unos de sus famosos conjuros, se cumplió.
-Hay Julissa. –Pongo los ojos en blanco. –Ya no tienes cinco años para creer esas estupideces.
-Como sea, es mejor prevenir.
En un rincón Brent y Yenuen conversan amenamente, recuerdo la conversación en el hospital con ella, tengo que averiguar bien por quién se inclina Brent, si por Julissa o Yenuen. Aunque mis mejores amigos nunca se han comportado de manera comprometedora, no hay esa chispa en sus ojos. Cualquiera diría que son pareja ya que discuten las 24 horas del día, pero o mi radar está fallando, o entre ellos existe únicamente una amistad.
-Subamos a mi habitación, necesitamos privacidad. –La halo del brazo y técnicamente la arrastro fuera de la mini fiesta.
-¿Cuál es la prisa? Es tu bienvenida por si no te diste cuenta, y la homenajeada abandona la celebración.
-En un momento nos unimos de nuevo, no seas tan dramática.
–Pongo los ojos en blanco. –Hoy sucedió algo en el hospital.
-Ah sí. –Capté su entera atención.
-Ben vino a verme. –Continué.
-¡No me digas! –Exclamó sorprendida.
-Me preguntó cómo me sentía y charlamos. –Hago una pausa.
-Y me trajiste hasta acá solo para decirme que charlaron.
-Me besó. –Dejé ir y la volví a ver.
-¿Qué has dicho? –Me mira incrédula.
-Lo que escuchaste, no me hagas repetirlo.
-¡Oh por el amor a Dios! –Expresa con énfasis.
-Shhhh calla, no quiero que este asunto sea de dominio público.
-¿Qué no debe ser de dominio público? –Brent ingresa, por suerte está solo.
-Ben besó a Tabatha.
-¿En serio? –Achica sus ojos, y los clava en mí.
-Gracias Julissa, que parte de dominio público no entendiste.
-Oh vamos es Brent, una tumba revelaría más secretos que él. –Lo defiende mi amiga.
-Gracias por el voto de confianza.
–Brent se cruza de brazos, ofendido.
-No es eso, es que... ya sabes resulta un poco incómodo hablar de este particular evento con un hombre.
-¿Quieres que me vaya? –Su voz sale lastimera.
-No, olvida lo que dije, les contaré a los dos.
Nos sentamos en la cama y los puse al tanto, omitiendo ciertos detalles como que casi me desmayo cuando sus labios tocaron los míos, o lo que su cuerpo hizo sentir al mío al estar tan cerca uno del otro.
-Eso es tan romántico. –Chilla Juli extasiada. –Es tan apuesto, eres una maldita afortunada, aunque tenga un padre loco y armado y él sea medio psicópata.
-¿Así que te gusta Johnson?
–Inquiere Brent algo molesto a Jul.
-Si fueras mujer lo entenderías. –Se excusa mi amiga.
-O gay. –Agrego, pero Brent me fulmina con una mirada asesina.
-Taba, sabes que no eres solo mi amiga, somos familia, no de sangre pero comprendes a lo que me refiero.-Está muy serio, sé que me dará un discurso filosófico del por qué tengo que mantenerme alejada de Ben.
Asentí con un leve movimiento de la cabeza y deje que siguiera.
-Este chico Johnson no me agrada, hay algo en él que no puedo explicar, a parte de sus antecedentes que no son la mejor carta de presentación, lo mejor es que te mantengas alejada de él, es una persona que atrae problemas, y contigo la combinación puede ser en extremo peligrosa.
-Hey ¿Qué significa eso? –Lo golpeo en el hombro.
-Que tú eres un imán para meterte en líos; con tu alma gemela a tu lado, ni quiero imaginar qué sucedería.
Al oír la palabra alma gemela mi corazón se acelera, ¡Maldición Tabatha! Te gusta Ben, ingenua, no puede atraerte alguien tan misterioso y de quién no sabes nada. Qué digo, precisamente eso, es lo que me encanta de él.
-No es como que nos vayamos a casar o algo así. –Me cruzo de brazos.
-Por algún lado se empieza. –Brent no da el brazo a torcer.
Los tres volvemos a ver cuando la puerta se abre.
-Disculpen. –Es Yenuen. –Tus padres se preguntan dónde estas.
Me levanté, abandonando mi recámara con mis amigos atrás, al llegar al comedor Sam está conversando con mamá. Estoy enamorada de él desde que tengo memoria. Sven es más como mi amor platónico, un asunto superficial, pero Sam, no tengo como explicar mis sentimientos hacia él, es confuso.
-Aquí estás. –Papá besa mi cabeza. –Tengo que irme, mi turno está por empezar, pero te dejo en buena compañía.
-Cuídate papá. –Se despide de todos y desaparece por la puerta principal.
En realidad disfruté la compañía de la gente que me importa, pero poco a poco el sueño fue ganando terreno, un gran bostezo salió sin mi autorización. Por suerte, mamá los despidió muy diplomáticamente, requería tomar una siesta con urgencia.
-Gracias mamá. –La abrazo.
-Con gusto, doy gracias a Dios que no pasó a más, me asusté tanto cuando me avisaron. –Solloza quizás recordando.
-Perdona por preocuparte.
-Ay hija, cuando seas madre lo entenderás. Es una lástima que Ben no viniera.
Al escuchar su nombre, mi organismo se descompuso, las piernas me flaquearon por unos instantes. ¡Santo cielo! La solo mención de su nombre causa estragos en mí. Le sonreí y con un "buenas noches", arrastrando mis pies, busqué la comodidad de mis aposentos, apenas fui capaz de cambiarme, me metí en la suave y confortable cama, por suerte pronto me consumí en un profundo sueño.
*******************
Narra Ben:
La mirada de la anciana recae en mí, me sonríe de forma amable, pero su presencia me inquieta.
-Ben, lo que te voy a contar a continuación puede resultar difícil de creer, pero dada tu nueva naturaleza, me inclino a pensar que estás más abierto a lo sobrenatural.
-Por favor sea directa, dijo cinco minutos, y ya transcurrió uno.
La mujer suspira y mueve la cabeza a los lados, en negación.
-Los jóvenes siempre tienen prisa. –Vuelve a sonreír, sus arrugadas manos descansan sobre su regazo.
-Los humanos ignoran la existencia de muchos seres que viven entre ellos. Los han convertido en parte de la cultura popular por medio de libros y películas, así que sus suposiciones, aunque no son del todo acertadas, se acercan a la realidad.
La conversación se tornaba interesante, mi atención recayó en sus palabras.
-Yo soy una anjana, vengo de Cantabria, un lugar donde la magia es parte de nosotros. Allá soy muy diferente a lo que ves aquí, este cuerpo es solo una fachada.
-¿Qué es una anjana? –Es la primera vez que escucho ese término.
-Una hechicera, nuestro deber es protejer a la humanidad.
-Una hechicera. –Repito, imaginándome una horrible bruja verde con sombrero de cono.
Ella curva su boca en un remedo de sonrisa, parece poder leer mis pensamientos.
-¿Por qué me está contando toda esta fábula? Le quedan dos minutos. –Esta mujer me está tomando el pelo, en definitiva enloqueció.
-¿Has oído hablar de las Banshees?
-Sí, he leído sobre ellas ¿Por qué?
–Bufo histérico, quiero salir de ese manicomio.
-Tienen su morada permanente en Irlanda. Viven ocultas de los mortales, en una montaña sagrada, nadie entra o sale de sus dominios. Pero no hace tanto tiempo, Magala, la Sacerdotisa Suprema se reveló contra la reina Rabana, ella quería el liderazgo y hubo una rebelión. Desafortunadamente, Rabana se vio obligada a huir, acudió a mí y le di asilo. La oculté asignándole un protector, un Sombra.
-¿Sombra? -La observo con interrogación.
-Los Sombras son los vigilantes del Inframundo; seres espirituales que guían a las almas a cruzar al más allá. Son esencia, pero en extremo poderosos, al ser etéreos para poder permanecer entre los vivos tienen que ocupar un cuerpo como anfitrión.
En definitiva esta anciana o perdió la cordura, o sí me dice la verdad, su pulso es normal, su mirada sincera, no miente, de eso estoy seguro, pero sus palabras carecen de lógica.
-Si lo que me cuenta es cierto, ¿Qué tengo que ver yo con su historia?
-Rabana se enamoró de su custodio, entre ellos emergió una atracción y de su amor nació una niña; mitad Banshee, mitad Sombra, es un ser único y especial.
Magala se enteró que Rabana sobrevivió, así que la mandó a eliminar, yo los puse sobreaviso y temiendo un enfrentamiento, abandonaron Irlanda, pero Magala no se detendría, así que, aunque amaban a su pequeña, al ser ella la legítima gobernante
de las Banshee, la dieron en adopción. Pocos días después ambos fueron asesinados por las Sombras, que a diferencia de Nethen, sirven a Magala.
-Perdona Penélope, su historia resulta entretenida, pero repito, ¿Qué tiene que ver conmigo?
-Tú has sido elegido como el protector de la princesa, las Sombras la buscan para destruirla, lo que su padre hizo es prohibido, la convierte es una amenaza, una niña que presiente la muerte y está conectada con los espíritus. Ahora es una adolescente, sus habilidades se manifiestan, entre más las domine, será presa fácil, ya que su aura se fortalece y es perceptible en el plano espiritual.
-Ya basta. –Estallo sin poder evitarlo. –Desde que entré solo ha dicho incoherencias, me voy.
Intenté abrir la puerta pero parecía cerrada, la ira me recorrió, golpee con fuerza la puerta, sin atinarle ni un rasguño. Penélope estaba de pie en frente de mí.
-No te podrás ir hasta que hagas el juramento. –Me indica
-¿Qué juramento?
-Mi estancia en este mundo está por caducar, este cuerpo se deteriora, volveré con mis ancestros, mi misión ha sido encontrarte y hecho está.
Me abalancé sobre ella pero no pude moverme, abrí los ojos como platos al observar a la anciana con la mano en alto hacia mí.
-Te dejaré ir cuando hagas el juramento, no me obligues a lastimarte.
La casa comenzó a estremecerse, nuestras miradas viajaron a las viejas paredes que se desgarraban.
-Es tarde, nos encontraron.
Se aproximó a mí y coloco su mano sobre mi frente, sentí caliente, como si pusieran un fierro ardiente en mi piel. Una luz salió de su mano, grité del dolor, lo último que recuerdo es ver la habitación tambaleándose, perdí la conciencia.
********
Las cosas se ponen interesantes ¿Qué les parece el giro de la historia? Me encantaría saber su opinión.
Ya tengo adelantado el siguiente capítulo pero de seguro quedará para la otra semana, si Dios lo permite.
Besos y abrazos desde Costa Rica. 😘🤗
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