CASO 8: DESEOS OCULTOS 1/2

Narra: Nuria Alarcón. 

Lo oculto..., ¡siempre resulta ser lo más apetitoso!

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El caso que hoy les voy a relatar fue unos de los que más llamó mi atención, de hecho, fue el último que me tocó realizar como detective. Fue un caso especial con una mezcla de sexo, placer, fantasía y ambigüedad, convirtiéndose en una experiencia fascinante que ha brindado la profesión. Y es que cuando pensé que lo había experimentado todo, no, llegó Jana para demostrarme lo que me faltaba por experimentar.

Estábamos en el mes de septiembre eran cerca de las tres de la tarde de un viernes, estaba en mi oficina, chequeando algunos documentos de casos ya cerrados. Venía con ganas de dedicarme a otra cosa, buscar otro tipo de experiencia y esto incluía a mi "amiga" la doctora Rosa Torres, si recuerdan a ella la conocí en la cárcel (Leer caso 4) desde entonces hemos compartido mucho, no sólo como amigas sino como amantes. Ese viernes en la tarde me disponía a salir a comer cuando justo en la puerta me tropecé con una chica joven, le calcule de 23 a 25 años, no más, cabello largo como hasta un poco más abajo de los hombros, castaño oscuro y liso, ojos verdes oscuro, de mirada muy expresiva, una boca grande con unos labios voluptuosos, llevaba una camiseta blanca y la silueta de sus pechos daban a entender que usaba una talla generosa, pero enseguida su liso abdomen volvía a estilizar su figura y por debajo de su descubierto ombligo un tatuaje de tipo minimalista, llevaba una falda negra de cuero que llegaba hasta un poco antes de sus rodillas, sus piernas eran largas piel blanca pálida y su figura terminaba con unas botas a la altura del tobillo con tacón de punta fina. Sin duda alguna era muy linda.

—¿Disculpe?, ¿Es la oficina de la detective Nuria Alarcón? — preguntó con tono un poco tímido.

—Si claro, soy yo. ¿En que la puedo ayudar? 

—¡Ahh! Perfecto. Perdone que la moleste a esta hora... ¿Si quiere vengo más tarde?

—No, no, tranquila. Dígame que desea— Insistí al ver sus ganas de marcharse.

—Le cuento. Necesito de los servicios de un detective...y me han hablado muy bien de usted.

—Ok. ¿Perdona su nombre? — le extendí mi mano. —Mi nombre es Jana Betancourt— me respondió el saludo.

—Pues bien. ¿Jana ha comido ya? — le pregunté.

—La verdad es que no todavía, he salido ahora de trabajar y vine directamente a buscarla.

—Entonces, si acepta vengase conmigo, hay un restaurante italiano aquí abajo, la invito a comer y me cuenta cuál es su problema. ¿Le parece? 

Ella aceptó y me llevé a la hermosa Jana a comer, en el restaurante mi futura cliente era foco de miradas, tenía un andar sensual, un movimiento de nalgas espectacular, tal vez algo exagerado pero efectivo, y así mientras devoramos unos deliciosos espaguetis a la carbonara me contó su problema.

—Yo soy del sur, hace aproximadamente doce años vine para esta ciudad con mi familia y posteriormente como seis años conocí a un chico, se llama Carlos, un hombre normal, buena persona, nos íbamos a casar hace dos meses, teníamos todo preparado, banquete, invitaciones, iglesia, traje de novia...Todo, pero entonces ocurrió algo que me cambió la vida y que me obligó a cancelar la boda.

—¡Dios! Me imagino el disgusto de sus familiares, ¿No? — dije un poco asombrada e intrigada por saber el motivo que la llevó a cancelar la boda.

—Sí, ni se imagina, pero no he tenido más remedio que hacerlo, no podía engañar a Carlos y sobre todo a mí. — dijo —Conocí a otra persona y estoy locamente enamorada de ella, me gusta demasiado. No dejo de pensar en ella.

—Ok. ¿Y entonces, cuál es el problema? 

—El problema es que no la encuentro por ningún lado, llevo un mes buscándola y nada— dijo la mujer con tristeza.

—Díganme algo. ¿Cuánto hace que la conoces?

—¡Ju! Ahí viene lo bueno, Nuria, sólo la vi una vez en mi vida—

—¿Queeee? No entiendo— estaba asombrada. Se ve que esa chica tiene algo.

—Mira mejor te lo cuento desde el principio.

—Todo inició con mi despedida de soltera, se hizo dos viernes antes del fin de semana de la boda, Carlos la hacía con sus amigos y yo con mis amigas, te diré que mis amigas más íntimas son lo que se llaman unas depravadas mentales, ellas tienen una gracia sin igual, ya llevaban advirtiendo que me iban a preparar una buena despedida para esa noche, es más, cuando salimos de casa, en el primer bar de copas que fuimos me obligaron a ir al baño con ellas, allí ante mi resistencia y mi vergüenza me desnudaron totalmente y a la vez que me sacaban fotos, me pusieron un conjunto de lencería de braguitas y sostén blanco con ligas tremendamente sexy...y después un vestido holgadito de tirantes, me perfumaron y me pintaron dejándome realmente sexy.

Yo ya me imaginaba que me prepararon alguna fiestecita loca y efectivamente después de algunas copas de más, aprovechando mi estado de semi embriaguez, me llevaron a un hotel, me metieron en una habitación, me desnudaron y me dejaron solo con la lencería, me ataron a la cama con unos pañuelos y me vendaron los ojos...después se fueron partiéndose de risa y yo allí suplicando y gritando, ¡Sáquenme de aquí perrasssss! No sé cuánto tiempo paso hasta que oí la puerta, llame a mis amigas por si eran ellas pero no contestaba nadie, escuchaba ruidos, una respiración de repente y después sentí una mano suave tocándome la pierna, eso me estremeció, solo me rozaba con los dedos, estos subieron lentamente por mi muslo y después suave por mi brazo... yo preguntaba quién era pero no me respondían, así que pensé que sería algún tipos de estos que se contratan para estas ocasiones, strippers, después los dedos pasaron por mi cuello y subieron por mi barbilla hasta mis labios, yo saque la lengua y los lamí, y note un olor penetrante a crema, los dedos bajaron, notaba unas uñas rozando mi piel, pasaron a través de mis pechos, por encima del sujetador y jugaron tímidamente a entrar entre la tela y la piel rezando mis aureolas, esos dedos siguieron con mis pezones ya erectos, las caricias y la suavidad con que me masajeaban eran de no creer, pronto sentí como esa mano maravillosa bajaba por mi estómago, rodear mi ombligo.. hasta rozar con el elástico de mi braguita, penetraron por ella y comenzaron a deslizarse por mis labios vaginales que ya te puedes imaginar cómo estaba en ese momento...húmeda e inflamada de deseo.

Sin duda alguna el relato de Jana me estaba poniendo tremendamente caliente, mi entrepierna ardía y la excitación hacía que mientras la escuchaba no parará de comer los espaguetis ni de mover mis piernas por debajo de la mesa. "¡Oh! Por Dios", pensé.

—Por favor sigue— casi le supliqué.

—Bueno... como te iba contando en un abrir y cerrar de ojos, esas manos se apoderaron de mi cuerpo, me despojaron de toda mi escasa vestimenta menos la venda de los ojos, y comenzó la masturbación más maravillosa que jamás sintiera en mi ser. Esa mano recorría mi húmeda vagina atrapando mis labios vaginales entre sus dedos, se movían en círculo con gran rapidez para parar y moverse más despacio, se abrieron paso tímidamente entre mis labios mayores y como un explorador entraron en mis entrañas me proporcionaba un placer que en mi vida había desconocido, ni siquiera con mi ex lo había experimentado, moviéndose dentro de mí a sus anchas, rozando sitios que jamás me habían rozado, pero lo mejor fue que en uno de mis suspiros, al abrir mi boca noté como me invadía una lengua y me violaban unos labios suaves, que se comían los míos, una beso que recorría cada parte de mi boca y un aliento que desprendían un sabor ardiente, entonces noté sobre mis pechos una presión ejercida, ¡Por otros pechos! Unos pezones erectos y duros que se rozaban con los míos mientras sus dedos habilidosos conseguían correrme y arquearme de placer.

—¡Wow! Entonces, si he entendido bien...era otra mujer quien estaba contigo en esa habitación. ¿No? — Quería que ella estuviese clara y me confirmará que era una mujer.

—Sí, es correcto. Aquella mujer maravillosa rubia de ojos verdes, de cara dulce y suave tacto, pequeños pero hermosos pechos y curvas peligrosas, me quitó la venda a la vez que se subía encima de mi e intercalaba sus piernas entre las mías y rozaba su precioso sexo contra mis muslos, mientras besaba y mordía mis pechos y mis pezones bajaba serpenteando por mi cuerpo lamiéndome con su lengua para llegar hasta mi coño y devorarlo con pasión...hasta llevarme hasta un nuevo orgasmo.

—¿Y en todo momento estuviste atada Jana? 

Así es, le pedí en varias oportunidades que me soltara, pero me dijo suavemente que le habían dicho expresamente que no lo hiciera, su misión era darme placer hasta agotarme, para eso la contrataron mis amigas, y te puedo asegurar que lo consiguió, fueron más de dos horas de sexo intenso que me llevo a la locura.

—¿Habías estado antes con una mujer, Jana?

—De jovencita, como de 16, 17 años tuve algunos juegos con amigas, solo besos, pero jamás nada parecido a esto.

—¿Y te gusto?

—Muchísimo Núria, jamás había gozado tanto.

—Pero entonces. ¿Cuál es el problema?, ¿Qué estás buscando?

—El problema Nuria, es que esa mujer me hizo sentir como ningún hombre, ni siquiera mi novio ha conseguido, siempre me costó mucho correrme con Carlos, y esta chica lo logró varias veces...quiero encontrarla Nuria, necesito sentirla otra vez, necesito saber quién es ella, dónde vive... En fin, ¡Ayúdame por favor! No puedo pensar en casarme si no estoy segura de mi condición sexual, ¿Me entiendes?

La cuestión es que aquél caso llamó mi atención, vi el desespero de Jana de querer encontrar a esa mujer. También me gustaba Jana, no sé, me provocaba morbo el saber que había descubierto su homosexualidad femenina.

—Ok. De acuerdo, aceptó el caso— le dije mientras escribía en un papel improvisado la cantidad de mis honorarios. —Si aceptas pagar mis honorarios, entonces necesitaré más información de esa chica— le dije.

Jana tomó el papel. —Perfecto, pagaré esta cantidad.

—Bien, ¿Qué sabes de ella? — pregunté.

—La verdad poco— me dijo Jana con un suspiró —Lo que me dijeron mis amigas es que la habían contratado por un anuncio en el periódico, un teléfono al cual he llamado mil veces y nadie responde, su alias o nombre: es Dessiré, es rubia, de pelo lacio hasta los hombros, ojos verdes, de mirada dulce, cara pequeña, estatura como la tuya más o menos y debe tener unos 27 o si acaso 30 años, un cuerpo realmente hermoso, tiene un tatuaje en la parte trasera del hombro derecho, es como un tatuaje chino, de signos raros. No sé más, cuando terminó su trabajo, me besó suavemente y aunque le suplique que me dejará su número de celular o teléfono y nombre se negó diciéndome que nunca mezclaba trabajo y asuntos personales, que mejor la olvidara.

—Muy bien, dame ese número de teléfono dónde has marcado y espera noticias mías, seguro que encontraremos a esa tal Dessiré o como se llamé— Esa fue mi última conversación por el momento con Jana hasta que nos despedimos y estar en contacto.

Mi trabajo consistió en buscar a aquellos amigos que tenía a la mano que trabajaban en la central telefónica y en operadores de telecomunicaciones para obtener el titular de la línea con ese número que había proporcionado mi cliente. La información que encontré es que esa línea la habían dado de baja hace un mes, justo al día siguiente de la aventura lésbica de Jana, la titular ya había contratado algunas líneas y las había dado de baja, así que sabía lo que hacía, su nombre era o es, Désiré M.G, su dirección era de una zona muy bien posicionada de la ciudad y su ocupación era empresaria, dueña de varias tiendas de ropas de lencería y ropa de caballero y alguna joyería, era soltera, edad 30 años, mi cliente no se esquivó, rubia, ojos verdes y todo cuadraba con el relato de Jana, menos....la pregunta de ¿Por qué una mujer, empresaria, rica, triunfadora y hermosa se dedicaba a vender su cuerpo?

Pues decidí ir directo a la fuente, hablar con ella. Para eso pedí una cita con su asistente y le di mi nombre completo, Nuria Alarcón, mi ocupación detective y mi asunto: Una despedida de soltera. No hubo ningún problema y mi cita fue confirmada para el siguiente día a las ocho y media de la noche en una oficina de una de sus tiendas de moda.

CONTINUA...

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