Oscûlum

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Narración en tercera persona.
Perspectiva de Phichit y Seung-Gil.
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En un frívolo y brillante lugar, estaba dando comienzos a uno de los sucesos más importantes en la historia de dos hombres que, con amor puro y honesto, iban a dar paso a la aceptacion y el orgullo de ser. Pero en el mismo escenario estaba un chico que aún siendo feliz por su mejor amigo, la angustia no lo dejaba en paz.

--La depresión es un exceso de pasado, ¿no te lo han dicho antes? --Chris llegó de repente dándole unas palmadas en el hombro a Phichit, el protagonista de las malas energías.

--Al igual que la ansiedad es un exceso de futuro. No nececito el curso intensivo del psicólogo-amigo --respondió el tailandés con el mayor tacto posible, pero que no le resultó nada bien.

--¿Para qué terminaste con aquel chico si lo único que ibas a lograr era este amargado Phichit sin ganas de vivir? Ya deberías superarlo... aunque no te culpo. Ese Seung-gil tiene algo que lo- Chris calló en el momento en que el chico lo fulminó con la mirada --. Demasiado pronto, lo siento.

>>Vamos, no arruines el día<< se dijo a si mismo el tailandés.

--Chris, Victor te busca. Dijo que quería hablar contigo sobre algo de los anillos --Yuuri surgió de la nada tomando por sorpresa a los hombres.

--¿Ese Victor ya los perdió? Yo le dije que los cuidaba por él, ¡Es increíble! ¡Bien hecho, Victor Nikiforov! --Chris se fue mascullando y reclamando con indignación como si la boda y los anillos fueran para él.

--Si que te has vuelto un gran mentiroso, Yuuri Katsuki --bromeó Phichit con malicia.

--Curiosa forma de decir gracias.

--Vaya que has cambiado mucho de la última vez que nos vimos.

--¡Me haces sentir viejo! No ha pasado tanto.

--Claro que no, pero así lo siento.

Los dos amigos rieron con nostalgia.

--¿Sabes algo? Nunca creí que este momento llegaría... --dijo Yuuri.

--Nadie lo esperaba.

--Pero ha llegado a mí. Solo espero que también llegue a ti. Que seas feliz como yo lo soy ahora.

Phichit quedó pensativo solo unos segundos y con su singular alegría habló:

--Tal vez Victor tenga un primo que me quiera presentar.

Riendo nuevamente, Phichit comenzó a acomodar las cosas alrededor.

Grave error.

--Y dime, Yuuri, ¿a dónde irán de luna de miel? Sé de un lugar que... --en el momento que Phichit tomó unos papeles de la mesa de noche, se dio cuenta de algo que lo pudo haber tomado por sorpresa tarde o temprano --. ¿Qué... es esto? --en sus manos sostenía una copia de la invitación que iba dirigida a los hermanos Lee --¿¡Los invitaste!?

--¡No! Bueno... en teoría sí... ¡Pero no! --el japonés tartamudeaba sin poder saber qué decir.

--¿Cómo puedes decir que no? Si justo ahora tengo en mis manos una invitación dirigida a él.

--Lo que pasó fue que... que Victor y yo ya habíamos hecho las invitaciones antes de lo sucedido entre ustedes...

--¿Y por qué las enviaron?

--Eso fue un accidente. Dentro de la confusión terminamos enviando todas. Iba a resultar muy grosero de nuestra parte que les dijéramos que fue un error y que no los esperábamos en la boda.

Phichit no podía alegar sobre eso.

--El lugar va a ser muy grande y habrá mucha gente, no cabe la posibilidad de que se encuentren. Además, no me respondieron, tal vez no vengan.

La posibilidad de que Seung-gil no se presentara desánimó a Phichit.

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--¿Qué te parece este? --preguntó Ji Yong con un traje color azul vaquero en sus manos.

--Es interesante --le respondió su hermano mayor--. Pero ya nos probamos más de cinco trajes el día de hoy y nuestro vuelo es dentro de dos horas.

--No es mi culpa que tú le hayas pedido consejos a Dae y terminaras eligiendo un par de trajes color verde.

Seung-gil no pudo responder por el hecho de recordarse a sí mismo preguntándole a su mascota cuál prefería y dejar que un ladrido lo decidiera. El surcoreano estaba más nervioso de lo que esperaba (y deseaba). Pero fue justo ese sentimiento que lo hizo percatarse de un traje color azul marino que llevaba puesto un maniquí.

--Vaya, qué buen ojo tienes, hermano --dijo Ji Yong.

Seung-gil no dijo nada y siguió su instinto de comprar el traje. Él creía que ese traje estaba hecho para él y nadie más.

--Entonces estamos listos.

Los hermanos Lee tomaron rumbo al aeropuerto donde Thomas los esperaba.

--¿Por qué aceptaste la invitación? --preguntó el menor con cierta inquietud bien justificada.

--No tengo idea --fue la mentira que Seung-gil dio como respuesta.

~¤○¤~

--¿Dices que todavía no han decidido a dónde irán de luna de miel cuando se van a casar en cuestión de... horas? --Phichit había quedado perplejo por la confesión de su amigo.

--Yo no quería ir a un lugar tan lujoso mientras que Victor deseaba lo contrario. Eso nos puso en un dilema del cual aún no salimos.

--Hay muchos lugares bastante populares y que no serían muy caros, tales como Egipto y ¡oh! Tailandia --mencionó Chulanont con alegría y esperanza.

--Lo tendré en cuenta, Phichit.

Un silencio que no era incómodo tomó el control de la situación. El chico tailandés no paraba de ver la copia de la invitación que lo tenía tan inquieto. Él deseaba que el momento llegara.

--Yuuri --habló por fin--, desde lo sucedido con Seung-gil no he podido mantener una estabilidad conmigo mismo.

--¿Qué quieres decir? --cuestionó el japonés un poco confundido.

--Quiero decir que me arrepiento de lo que dije aquella vez. No puedo sacarme a Seung-gil desde ese día. Todo de mí lo extraña. No puedo entablar siquiera una conversación normal con cualquiera sin que termine hablando de él, ¿Sabes? ¡Y lo peor del caso es que borracho empeoro! Quiero pensar que es una especie de duelo innecesario, que todo pasará si me doy tiempo, pero esto es una tortura. Lo extraño, Yuuri --Phichit sintió que se abrumaba con sus propias palabras--. Quiero estar con él otra vez, quiero verlo de nuevo ¡y el que me digas que hay una probabilidad de cincuenta cincuenta de volverlo a ver me está volviendo loco! Yo quiero la certeza de que vendrá... --el tailandés soltó todo lo que se había guardado durante tantos meses.

--¿Qué harás cuando lo veas?

--¿Por qué parece una afirmación?

Yuuri suspiró y buscó de entre sus cosas una pedazo de papel que después le extendió a su amigo. En él se leía la respuesta de Ji Yong confirmando la presencia de su hermano mayor y la suya.

--No quería decírtelo si lo que buscabas era evitarlo. Pero ahora conociendo todo esto que dices prefiero que estés mentalmente preparado para hablar con él.

Phichit miró sólo unos segundos la carta y se abalanzó sobre su amigo para darle un abrazo.

--¡Yuuri, gracias!

--Sí, bueno, tengo algo que discutir con mi madre, ¿te importa si te dejo solo un momento?

--¡Tranquilo! Yo estaré bien.

Yuuri dejó la habitación tras una despedida rápida. Phichit tenía el presentimiento de que su amigo lo había dejado solo a propósito para que pudiera aclarar sus ideas.

El tailandés sostuvo monólogos consigo mismo de lo que quería confesarle a Seung-gil. Las palabras eran fluidas en su mente, pero al pronunciarse parecía morderse la lengua, pero Phichit confiaba en que todo saldría bien, así lo presentía.

~¤○¤~

--El viaje fue pesado, ¿no crees? --preguntó Ji Yong adormecido-- Y el hecho de que quisieron hacer la boda en la noche... Me pregunto si solo habrá café.

--Llama a Thomas y pregúntale como está Dae Sung --dijo Seung-gil ignorando los comentarios de su hermano con sueño mientras esperaba su maleta.

--Vamos, sabes que está en buenas manos. Solo deja que tu mente se despeje para no preocuparte por algo innecesario.

--Ji Yong, ¿cuántas posibilidades hay de que encuentre a Phichit?

--Depende de tu disposición. Puedo apostar que estarás buscándolo con la mirada en cuento lleguemos. La verdadera pregunta aquí es --el menor tomó su maleta roja--, ¿En verdad quieres eso?

Seung-gil no tenía una respuesta. Él no deseaba ese encuentro, pero las secuelas de la relación le impedían avanzar.

<<¿Y si solo esta vez me permito decaer?>> pensó el hombre con dolor.

--En fin, se nos hará tarde, tenemos que arreglarte, y hablando de eso... ¿hace cuánto no te has cortado el cabello? --Ji Yong pasó los dedos sobre la cabellera de su hermano e hizo rulos con él--. ¡Podría hacer unas trenzas ahora mismo!

--Dejalo.

--¡Claro que no! Hay un rostro muy apuesto debajo de esa cabellera de vagabundo.

Seung-gil decidió dejar de batallar y así no agotarse.

--Aún así nos perderemos la ceremonia. ¿Estás bien con eso, hermano?

Seung asintió. No pasaba nada si se la perdía, no conocía a nadie de allí y quería evitar un encuentro con Pichichi tanto como pudiera.

Ji Yong comenzó a charlar y Seung se alejó de su realidad para sumergirse en su diálogo interno. Encuentro o no, él quería estar preparado.

~¤○¤~

--Limpiate la nariz, me das asco --exclamó Yuri al ver como Phichit sorbía sus mocos al escuchar el "Sí, acepto" de los recién casados.

--No lo culpes, Yurio, esto es hermoso --dijo Chris al borde de las lágrimas.

--Ugh, solo es la boda del maldito cerdo y el anciano ese. Si tuvieran que soportarlos como yo lo he hecho reaccionarían igual.

--Ohh Yurio, ¿es que acaso no hay nada de amor en ese corazón tuyo? En tu última presentación podría jurar que sí --comentó Mila con la intención de molestar a su compatriota al ser consciente de lo que surgía entre Otabek y él.

--¡Cállate, bruja! --exclamó Yuri sonrojado alejándose del grupo de personas que solo querían molestarle un poco.

Phichit ignoraba lo que sucedía a su alrededor ya que la felicidad de su amigo y el momento tan hermoso lo mantenían en un estado de euforia. Tomó millones de fotos ya que, para él, en todos los ángulos todo se veía hermoso; las luces eran blancas y azules. Los trajes de Yuuri y Victor eran igual de blancos; las flores eran únicamente rosas azules. Todo era tan frío, pero que el calor del amor de la pareja y la felicidad de los invitados brillaron por sí mismos.

Algunos invitados no estaban acostumbrados a la zona horaria y a pesar de ser apenas las nueve de la noche ellos ya estaban cabeceando sobre las mesas.

--Victor, no debimos iniciar tan tarde --escuchó Phichit la queja de su amigo.

--No te preocupes, Yuuri, yo me encargo de esto --exclamó el tailandés guiñando un ojo y corriendo hacia las bocinas. Conectó su celular, seleccionó las canciones más movidas, tomó el micrófono y con fuerza habló --. ¡Un aplauso para los novios!

La gente comenzó a ver a Phichit con los ojos más despiertos y dispuestos a ser contagiados por esas energías.

~¤○¤~

Seung-gil sintió que su corazón saldría por su boca en cuanto vio a Phichit subir al escenario y las luces apuntaron hacia él. Por inercia trató de esconderse pegándose a la pared. Escuchó claramente la voz de su ex pareja y sintió como la presión caía hasta sus pies; su corazón latía sin control y su respiración se volvía cada vez más pesada. Le comenzaba a dar un ataque de ansiedad el cual empeoraba por cada palabra que oía. No estaba seguro qué decía, pero se escuchaba alegre, tal y como lo recordaba.

La mente de Seung-gil maquinó sola con ideas disparatadas de: quizá él nunca me extrañó puesto que ahora se nota muy feliz. Tal vez ahora tiene pareja. Y muchas cosas más.

El surcoreano se dejó caer y trató de organizar sus ideas:

1. Phichit estaba ahí, eso quedó claro.
2. Podía evitarlo toda la noche.
3. Enfrentarlo de una vez por todas sin saber qué decir.
4. Fingir ser amigos.
5. Tratarlo como un desconocido.

Entre más pensaba, más opciones se le ocurrían.

Optó por aquella que lo haría ver más tranquilo.

~¤○¤~

Tras animar un poco la fiesta y ver como la gente ya se acercaba a bailar, Phichit dejó el micrófono a un cantante que Victor contrató de último momento y bajó del escenario. Recibió pequeñas felicitaciones de parte de sus amigos por no dejar que el ambiente muriera con la soltería de los recién casados.

De un momento a otro, los ánimos de Phichit bajaron descomunalmente. La fiesta acababa de empezar, pero aún así no paraba de cuestionarse en dónde estaba Seung-gil.

Al tener la vista en el suelo, el tailandés chocó contra alguien. Levantó la mirada y se llevó una gran sorpresa.

--¿Ji Yong?

--¡Phichit! --el chico lo tomó entre sus brazos y dio una vuelta de alegría--. ¡Cuanto tiempo!

--¡Eso mismo digo yo! --respondió con la misma energía--. Te ves increíble. ¿Has hecho ejercicio?

--¡Así es! Hace un par de meses que mi hermano y yo comenzamos una rutina pesada --la sonrisa de Ji Yong se borró casi al instante--. Q-quise decir que... ¡que sí! Hace un tiempo que hago ejercicio --volvió a sonreír, pero claro que Phichit no dejó pasar eso por alto.

--¿Dónde está él? --murmuró el tailandés, pero por la música a tan alto volumen, no pudo ser escuchado.

--¿Dijiste algo? --cuestionó el menor.

Antes de que Phichit negara su pregunta, le bastó solo un segundo para verlo. Justo al margen de su vista estaba Seung-gil Lee. No era fácil confundirlo pues él destacaba y más con esa mirada penetrante que provocaba que Phichit quedara mudo. Ambos estaban haciendo contacto visual, esperaban un movimiento certero de parte del otro. Tal vez una invitación o un rechazo.

El pánico gobernó el cuerpo del tailandés y sus piernas reaccionaron a él. Intentó caminar en dirección contraria entre la multitud. Creyó que  moriría en ese momento.

¡Phichit, detente!

Escuchó una voz interna que le gritaba provocando que  frenara en seco. ¿En qué estaba pensando huyendo de esta forma? Ya había tomado una desición, no había marcha  atras.

Al momento de regresar sobre sus pasos de forma apresurada, el chico terminó chocando de nuevo con alguien, solo que esta vez casi perdía el equilibrio, pero fue evitado gracias a que ese alguien lo tomó del brazo a tiempo.

--Ten más cuidado --murmuró Seung-gil contra su oido--. Deberíamos dejar de tener este tipo de encuentros, Phichit Chulanont --el tailandés sintió cada palabra recorrer todo su cuerpo que lo hizo estremecer.

--Se-Seung-gil...

~¤○¤~

<<¿Por qué hice eso?>>  se cuestionó el surcoreano, soltando a Phichit casi al instante. Solo por un segundo creyó que todo era como antes.

--Disculpame --Seung-gil dio media vuelta avergonzado de su acto, pero no pudo ir tan lejos antes de que Phichit lo tomara del brazo y lo llevara a un lugar apartado.

<<Esto es como la última vez. Lo bueno es que no me puede terminar dos veces... ¿o sí?>>

Con el corazón en la garganta, Seung-gil trató de mantener una postura serena. Evitó hablar pues creyó que no tenía nada que decir. Solo contempló el rostro del tailandés sintiendo la tortura de no poder correr hacia él y abrazarlo.

--Disculpa que te haya traído hasta acá sin explicaciones, pero en verdad tengo que hablar contigo.

Seung-gil solo asintió, pero en verdad no escuchó. Miró como los labios de Phichit se movían sin parar y captó algunas que otras palabras:

Te quiero.
Te extraño.
Debí ser fuerte.
Lo siento.
Te lastimé.

Las dos últimas se repetían bastante.

--Por favor, Seung-gil Lee, por favor Perdóname --Phichit se oía fatal. No habían atisbo de sonrisas ni de alegría en su voz.

--¿Qué quieres de mí? --escupió el surcoreano--. ¿Cómo puedo solo perdonarte?

--Y-yo...

--Phichit --interrumpió--. Yo he estado pensando todo este tiempo lo que salió mal y lo que no. Durante un tiempo me estuve culpando a mí mismo creyendo que yo fui el error en nuestra relación, ¿pero sabes que descubrí? Que yo hice todo lo posible por cambiar mi pasado para darte un futuro. Yo traté y traté para ganarme tu confianza y tu amor. Te demostré en centenares de formas que mi pasado era solo eso y que nunca volvería. ¿Tú qué me diste a cambio? Desconfianza. Por cualquier palabra que hiciera mención a lo ocurrido me hacía retroceder tres pasos ya que tú me acusabas una vez más por lo mismo, ¿tan difícil era creer en mí? --Seung-gil tomó una bocanada de aire y continuó--. Así que dime, Phichit, ¿cómo podría perdonarte? ¿Cómo podría confiar en ti?

La expresión de Phichit ya no era de tristeza sino de enfado.

--¿Creer en ti? ¿Cómo podía ser eso posible si en un par de ocasiones casi caías en tentaciones? Tomar con Sara, la chica de Tailandia y tal vez hubo más. No puedes solo culparme.

El ambiente perdió todo su encanto. Ambas partes tenían sus puntos a exponer y solo eso provocaba el enojo en el otro.

--¿En serio discutiremos sobre esto? El que me está pidiendo disculpas eres tú. El que se siente mal aquí, eres tú y sabes que es así porque la culpa está sobre tus hombros y cada día es más pesada.

--No sé en qué estaba pensando.

Phichit dio media vuelta y a zancadas de enfado se trató de ir del lugar.

<<Mierda. Esto no tenía que ser así>>

Seung-gil reaccionó rápido y corrió tras el chico. Por muy grandes que eran los problemas, él no quería dejarlo.

Cuando por fin lo tomó del hombro y lo hizo girar, no dudó ni un segundo más y juntó sus labios con los suyos. No hubo resistencia, al contrario, sintió como los labios de Phichit coincidían con el movimiento y ambos se sumergieron en un beso que iba más allá de su imaginación. Todo lo que en verdad querían decirse y todo lo que en verdad sentían, fue transmitido con ese contacto que tanto añoraron.

Te perdono.

Te amo.

mío de nuevo.

Seung-gil no quería separarse, pero tenía que ver el rostro del tailandés. Lo necesitaba.

Phichit se encontraba envuelto en lágrimas.

--Se-Seung-gil --gimoteaba.

--Todo estará bien --el surcoreano rodeó entre sus brazos al pobre chico tratando de tranquilizarlo--. Haremos que todo esté bien.

En ese mismo instante todo se detuvo para ellos dos. Estaban justo donde debían estar en el momento correcto se su historia. Con miedo y amor, harían lo posible por una nueva historia juntos.

--Seung-gil, por favor, emepezemos desde cero --dijo Phichit alejándose un poco para poder ver el rostro del surcoreano.

--¿A qué te refieres?

--A esto --el tailandés se levantó y le extendió una mano a Seung-gil--. Hola, mi nombre es Phichit Chulanont, soy de Tailandia y vengo de parte del novio --sonrió tan bien como siempre.

El surcoreano quedó estático y después tomó la mano del chico con una suave risa por su ocurrencia.

--Mucho gusto. Yo soy Seung-gil Lee. Soy de Corea del Sur y se podría decir que vine por accidente.

--¡Oh, entonces déjame introducirte a mis amigos!

La fiesta de bodas fue maravillosa y todos siguieron la nueva interacción de Phichit y Seung-gil sabiendo que era lo correcto. Todo estaba perdonando y como si fueran completos extraños, comenzaron a conocerse de nuevo.

Un año después.

--¡Seung-giiil, tengo sueño! --se quejó Phichit en el asiento de copiloto después de ser arrastrado fuera de su cama en la madrugada por una supuesta sorpresa--. ¿Qué es tan importante? --preguntó bostezando.

--Ya lo verás.

No pasó mucho tiempo de viaje en auto cuando Seung-gil se detuvo en el estacionamiento de una playa.

--¿Es aquí? --musitó el tailandés--. Podíamos ir a la playa en la tarde...

--A esa hora hay mucha gente y quiero que esto sea perfecto.

Ambos bajaron del auto y caminaron sobre la arena. Por muy sorprendente que parecía, ellos dos aún eran solo amigos.

--Por favor, Seung-gil, la sorpresa me está matando --insistió Phichit.

--Y pensar que tu impaciencia es una de las cosas que amo de ti.

--¿Qué dices? --rió nervioso.

-- La razón por la cuál te traje aquí en horas que son inhumanas para ti, es simple, pero importante --Seung-gil se posó enfrente del moreno y comenzó a hablar--. Ha pasado un año desde nuestro primer segundo encuentro. Hemos vivido desde entonces una amistad fuerte. Conocimos a personas ajenas para terminar siendo conscientes de que solo nos necesitábamos tú y yo. Tuvimos contacto aún a distancia para solo extrañarnos cada vez más. Nos conocimos tal y como somos en verdad y ya nada nos tomará por sorpresa a partir de este mismo instante --el surcoreano se hincó y miró directamente a los ojos al tailandés--. Phichit Chulanont, ¿me harías el honor de ser mi novio hasta que nuestro tiempo aguante?

El aludido quedó sin palabras.

El sol que salía y la fresca brisa jugaba perfecto con el cabello de Seung-gil haciéndolo ver más hermoso. Su respuesta era clara.

--Sí --una gran sonrisa surcó su rostro y lágrimas de felicidad se deslizaron sobre sus mejillas--. Claro que sí, Seung-gil Lee.

Aunque era de esperarse, el surcoreano se incorporó y abrazó a Phichit. Estaban tan llenos de vigor pues para ellos era otro nuevo comienzo. Iban haber peleas por diferentes razones, pero el equilibrio era el amor que iba a superar todo eso.

--Seamos felices --susurró Phichit.

--Tanto como podamos.

Ambos se dieron un beso después de un año. Ese contacto ya conocido se sentía como una primera vez.

Miraron hacia el horizonte. Miraron su futuro reflejado en las olas del mar. Les faltaba un camino lleno de primeras experiencias y los dos estaban deseosos por descubrirlas.

El fin.

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