Pan de calabaza: Steven Grant
✨🧡🍂🍁🎃👻🕷️🕸️Especial de octubre 3/10🕸️🕷️👻🎃🍁🍂🧡✨
La temporada de otoño había llegado y sin lugar a dudas, era de las favoritas de Steven y tuya, fue de las primeras cosas que descubrieron que tenían en común cuando se conocieron. Sobraba decir que ambos estaban muy emocionados.
Ese día, Steven había llegado temprano del museo, con su nuevo asenso a guía, su horario había mejorado notablemente y cuando atravesó la puerta, su sonrisa iluminó por completo el departamento, a pesar de que ese día, Londres estaba más nuboso de lo normal, todo fue porque te vio en la cocina, buscando algunas cosas en la alacena.
—Mon cher, ya estoy en casa. —con cuidado de no tropezar, Steven cerró la puerta de su hogar y caminó hasta la mesa de la cocina, llevando consigo la bolsa de papel donde traía las compras que había hecho después del trabajo.
—Hola, mi amor. —le sonreíste girándote para verlo y luego, trataste de estirarate un poco para alcanzar una bolsa de harina que estaba sobre un mueble.
Steven notó que no la alcanzabas y, dejando las compras en la mesa, se acercó hasta ti, acariciando tu cintura con su mano derecha mientras con la izquierda, alcanzaba la bolsa de harina—. Aquí tienes, querida. —te dijo con una dulce sonrisa en sus labios, dándote un beso suave en la nariz, volviendo a la mesa para sacar las compras de la bolsa y dejar todo en su lugar.
Tú vertiste harina en un bowl y luego, añadiste otros ingredientes y después algunas especias. Steven te miraba atento, sus rizos caían en su frente mientras te observaba con atención, hasta que decidió preguntar.
—¿Qué preparas, amor? —te preguntó con voz gentil, muy común en él, mientras tomaba asiento en una de las sillas del comedor.
—Oh, un pan de calabaza. —le dijiste sin apartar tu mirada del bowl, mientras seguías moviendo la mezcla—. Vegano, obviamente. —reíste, moviendo un mechón de tu cabello que había caído a tu frente por tus movimientos—. La verdad, quería tenerlo listo antes de que llegaras, y tal vez así hubiera sido, no sabía que ibas a salir temprano, ¡pero eso no quiere decir que me moleste que hayas salido temprano! Sabes lo que quiero decir. Era una sorpresa. —mordiste tu labio y sentiste tus mejillas sonrojarse. A pesar de que Steven y tú eran pareja desde hace ya tres años y ahora estaban comprometidos y a unos meses de su boda, aún te seguías poniendo nerviosa cuando él te decía cosas dulces y estabas segura que eso iba a seguir así por siempre.
—¿Una sorpresa? —Steven alzó una ceja curioso y su tono de voz se volvió más meloso. Se acercó a ti con cuidado y con un rápido movimiento, puso sus manos en tu cintura y te sentó sobre la mesa de la cocina, separando tus piernas para quedar en medio de ellas, luego, paso sus manos por tus muslos y dejo tus piernas envolviendo su cadera—. Sabes que amo las sorpresas, p-pero no tanto como a ti, mon amour. —Steven parecía seguro de sus acciones, pero su rostro estaba total y completamente sonrojado, así como su voz temblaba ligeramente; ni siquiera él sabía cómo es que había llegado tan lejos. Definitivamente pasar tiempo con Jake estaba funcionando, incluso con Marc.
Tú alzaste ambas cejas ante tu acción pero, obviamente, no pusiste ninguna resistencia. Cuando Steven dejo tus piernas alrededor de su cadera, tú lo abrazaste por el cuello, y te acercaste lo suficiente a él, como para rozar tus labios con los suyos y sentir que su aliento se combinaba. Sus rizos te hacían cosquillas en la frente y tu cabello caía sobre sus hombros. El perfume de Steven te fascinaba, olía a madera y naranja y a él, lo derretía el tuyo, le encantaba el dulce aroma a vainilla y lavanda que siempre emanabas. Ambos se sentían en su hogar solo con sentir el aroma del otro.
Jugaste con su cabello y él, trazó el contorno de tu cintura con sus manos, sentiste el calor en sus mejillas y también sentiste como las tuyas se volvían más cálidas. Steven rozó su nariz son la tuya y con ternura, besó tus labios, saboreando cada segundo en que sus bocas estaban juntas, era un beso lento, algo torpe pero tierno y dulce, eso te hizo sonreír aún con sus labios sobre los tuyos.
—Señor Grant, si quiere saber cuál es la sorpresa, más le vale que me deje terminar de preparar este pan, que sé que es de sus favoritos. —reíste, tomando un poco de la pulpa de calabaza que ya habías preparado y la esparciste por los labios de Steven, provocando que él sonriera, volviendo a besarte, lo que te hizo sentir el sabor también.
—Sabes que es difícil para mí no besarte a cada momento que pasa, querida. Te amo tanto que siento que podría vivir solo de tus besos. —te dijo de forma dulce, y sentiste la ternura en sus palabras, derritiendo lentamente tu corazón.
—Eres adorable. —le dijiste, enredando tu dedo en uno de sus rizos.
—Y tú eres perfecta. —te contestó, mirándote a los ojos, completamente perdido en tenerte en sus brazos.
Steven te dejo bajarte de la mesa y te ayudó a terminar de preparar el pan que hacías para él. Un rato después, tomaste tu mochila y metiste algunas cosas que ibas a necesitar antes de salir de casa y en una canasta, metiste el pan, algunos bocadillos y un termo con chocolate caliente además de un par de tazas.
—¿Para qué es todo eso? —te preguntó Steven mirándote intrigado, mientras le colocabas su bufanda que tenía dibujos de pirámides y jeroglíficos egipcios.
—Ya verás. —sonreíste y le guiñaste un ojo, colocándote tus guantes y luego de ponerte la mochila en la espalda, tomaste la mano de Steven y salieron del departamento.
Caminaron juntos hasta un parque cercano, el clima ere perfecto, las hojas de colores cálidos bailaban con el viento y el cielo, con esas nubes grandes y esponjosas hacían de la escena una bella postal de Londres a inicios de otoño. Steven y tú pisaban las hojas secas mientras caminaban tomados de la mano y de vez en cuando, el brincaba sobre algunas, haciéndote reír.
—Ven aquí. —le dijiste, jalándolo de la mano para que tomaran asiento en una de las bancas del parque al que habían llegado, él te siguió sin oponerse.
De la mochila, sacaste las cosas que llevabas, un mantel de colores, otoñales, los bocadillos que llevabas, el pan recién hecho de calabaza y el termo con chocolate caliente más las dos tazas. Steven te miró con un intenso brillo en sus ojos, observando como preparabas todo. Luego, se sentó a tu lado frente a la mesa del parque, mirándote con una tierna sonrisa.
Tú le serviste un poco de chocolate en la taza y soplaste un poco, para que pudiera beberlo debido a lo caliente que estaba. —Toma. —sonreíste y le diste la taza— Feliz inicio de otoño, mi amor. —le dijiste dándole un beso en los labios mientras tomabas tú tu propia taza para servirte chocolate.
Steven dejo la taza sobre la mesa y te abrazo, lanzándolos a ambos hacia una pila de hojas secas que estaba justo al lado de donde ustedes estaban sentados. Ambos cayeron sobre las hojas, en medio de risas y besos, terminaste sobre Steven, quien te abrazo por la cintura, dándote un dulce y torpe beso en los labios.
—Te amo, querida. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. —te dijo con ternura, quitando una hoja café de tu cabello.
—Y yo te amo a ti, Steven Grant, eres lo mejor que me ha pasado desde que existo en este mundo. —suspiraste y lo volviste a besar, mientras las hojas de los árboles seguían cayendo sobre ustedes.
***
Hola little moons, sí, es Steven Grant, mi hombre, mi esposo, mi bebé y es demasiado tierno cómo debe ser. Steven Grant, mi amor por ti quema con la intensidad de mil soles. Eres lo más perfecto.
Jamás tuve sentimientos tan reales por un personaje ficticio hasta que este pedacito de cielo llegó a mi vida. TE AMOOOOOOOOOO STEVEN GRANT ASDFGHJKL.
Y bueno, dejando en claro que Steven es el amor de mi vida, este es un pequeño maratón, seguimos con Marc Spector. <3
TE AMO STEVEN GRANT, ASÑKJHGFDSA MI PEDACITO DE CIELO HERMOSO. <3
Recuerden, este es el 3/10.
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