Más que amigos: Santiago García
✨🧡🍂🍁🎃👻🕷️🕸️Especial de octubre 8/10 (un poquito atrasado, lo siento) <3🕸️🕷️👻🎃🍁🍂🧡✨
Decir que te sentías mal no era nada. Te sentías terriblemente fatal y no dejabas de pensar en que si tal vez no hubieras abierto la boca en ese momento nada de esto estaría pasando.
Estabas en la sala de tu casa, tumbada en el sofá, y con la cara hundida en los cojines. Solo querías dejar de existir por esos momentos y volver a una realidad en donde nada de la última hora hubiera pasado jamás.
Y es que hace apenas una hora, habías estado en casa de Santi luego de que ambos hubieran visto a Benny y Frankie en un bar cercano para pasar una noche divertida entre amigos que celebraran la noche de Halloween en un bar en medio de risas y anécdotas pero, cuando Santi te había propuesto ir a su casa, todo se había ido a la mierda. Y lo recordabas perfectamente, había pasado hace apenas dos horas:
—¿Entonces qué dices? ¿Vamos a mi casa? —preguntó Santi en tu oído, mientras subía su mano por uno de tus muslos.
Tú bebías una cerveza, dejando que Santi moviera sus manos de la forma en que quisiera. Dándole total y libre acceso. —Si, claro, ¿por qué no? —respondiste despreocupada—. Solo es sexo casual sin compromisos, ¿cierto? —sonreíste hacia Santi, mirándolo a los ojos mientras le dabas otro sorbo a tu cerveza y él subía más la mano por tu pierna hasta el interior de tu muslo.
—Así es, cielo. Solo amigos que se cuidan entre ellos. —respondió Santi, dándote un suave y cálido beso en la mejilla.
Ambos estuvieron de acuerdo y a los pocos minutos ya estaban en casa de Santi, él devorándote la boca mientras tú estabas tumbada en su sofá, con tus piernas en sus caderas. Sin embargo, pocos minutos después, todo había dejado de funcionar y se había ido al carajo.
—No, espera, no puedo hacer esto contigo... —las palabras de Santi llegaron hasta lo más profundo de tu ser, rompiéndote en mil pedazos, y era aún peor porque, tú estabas enamorada de él.
—Entiendo. —fue lo único que respondiste, para después levantarte del sofá, tomar tus cosas y caminar hacia la puerta para irte a casa con lo poco de dignidad que aún te quedaba.
—Déjame por lo menos llevarte a casa. —habló Santi.
—No, ya hiciste suficiente. —fue lo único que pudiste decir y te fuiste de su casa sin mirar atrás.
Afuera hacía frío, pero no era nada comparado con lo que sentías dentro de ti. Una terrible y hueca sensación de vacío.
Seguías acostada en el sofá cuando viste en la pantalla de tu celular el número de Santi. Dudaste un momento en contestar pero, unos segundos que parecieron eternos lo hiciste.
Cuando atendiste, también tardaste en decir algo. —¿Qué? —fue lo único que pudiste decir.
—Sé que estás en casa, ___________. ¿Podrías abrirme? Estoy afuera y hace mucho frío acá. —escuchaste la voz de Santi al otro lado de la línea, temblaba un poco, justo, por el frío.
Pasaron tal vez dos minutos en los que dudaste si abrirle o no la puerta, ¿qué quería? ¿Para qué había venido? ¿A decir de nuevo que no eras suficiente para estar con él? Bueno, si era así, tal vez lo mejor sería terminar con todo ahora y de una vez. Abriste la reja que daba acceso a los departamentos de tu edificio y supiste que Santi había entrado cuando lo escuchaste agradecer al otro lado de la línea. Unos pocos segundos después, ya estaba tocando tu puerta. Colgaste la llamada y te acercaste a la puerta cuando escuchaste que llamaba, dejando tu frente recargada en la misma.
—¿Qué quieres? —le llamaste desde dentro de tu departamento.
—Decirte algo... —Santi respondió.
—¿Más de lo que me dijiste hace una hora cuando estaba en tu casa? Porque si es así, por favor, vete.
—No, espera, por favor, solo ábreme, ¿sí? Déjame verte, quiero decirte algo más... —la voz de Santi parecía tan real...
Suspiraste y abriste la puerta poco a poco y un momento después, viste a Santi frente a ti, agitado porque al parecer, había venido corriendo desde su casa hasta tu departamento y automáticamente pensaste en el dolor que debía estar sintiendo en sus rodillas. Sus rizos platinados caían sobre su frente y su pecho subía y bajaba una y otra vez, tratando de controlar su respiración.
En cuanto abriste la puerta, Santi se lanzó hacia ti, besándote otra vez pero, con más fuerza y ganas que la última vez. Cuando lo hizo, pusiste tus manos en su pecho y trataste de alejarlo.
—No, no, no hagas eso, Santiago. No, por favor. No después de lo que me dijiste... —trataste de empujarlo.
Santi te abrazó con fuerza, acariciando sus labios con los tuyos. —Lo siento, lo siento tanto por lo que pasó hace un rato en mi casa, no me expliqué correctamente lo que quería decir y, lo que quería decir es que... —Santi se quedó callado por un segundo.
—¿Qué Santiago? —preguntaste, siento que las lágrimas amenazaban en salir por tus ojos.
—Que te amo, te amo desde hace mucho, ___________. Pero tenía y tengo miedo. Miedo de que no sientas lo mismo, de que te alejes de mí, porque no soy un buen hombre, porque tú te mereces algo mejor, porque podrías tener al hombre que quisieras y yo, solo soy yo... Y tú mereces más... —Santi cerró sus ojos, mientras hablaba sobre tus labios.
Tú te quedaste sin moverte. No podías hablar, casi sentías que no podías respirar.
—¿Qué? —fue la única que pudieron formas tus labios.
—Lo que escuchas. Te amo, y lo siento, por lo que pasó en mi casa... Cuando dije que no podía hacer eso contigo, me refería a que no podía hacerlo de esa manera, mintiéndote, sin decirte la verdad, sin decirte lo que realmente siento por ti... —Santi suspiró en tus labios, sin tener intención alguna de alejarse de ti, quería que por lo menos, le respondieras.
—Eres un idiota. —dijiste finalmente y ya no pudiste contener las lágrimas que resbalaban por tus mejillas, mientras abrazabas a Santi por el cuello y volvías a estrellar tus labios con los de él—. No debes suponer cosas... —hablaste en sus labios—... porque yo también te amo, desde hacer mucho... —al fin pudiste confesarlo, y lo abrazaste con fuerza, no queriendo dejarlo ir.
Santi suspiró y relajó su cuerpo, como si una fuerte tensión al fin lo abandonara. —Es bueno saberlo... —sonrió, limpiando tus lágrimas de tus mejillas con pequeños besos—. Pero, ¿te digo algo? —preguntó ahora con un tono más divertido y tranquilo mientras lo sentías envolverte en sus fuertes brazos.
—¿Qué? —sonreíste, dejando que te acercara más a él, cerrando los ojos.
—No vuelvo a hacer nada romántico como lo de ahora de declararte mi amor su me vuelves a decir que soy un idiota. —Santi dijo de forma seria con un tono de broma, haciendo que tú rieras en medio de las lágrimas que ya estaban cesando.
—Eso te hace aún más idiota. —reíste dándole un suave golpe en pecho—. Pero puedes compensarlo...
—¿Cómo? —te preguntó, besando tus labios.
—Quédate esta noche... —susurraste en sus labios.
—Lo que sea por ti, cariño. —contestó Santi, volviendo a besarte dulcemente.
Nota de la autora:
No sé cómo estoy escribiendo tan rápido pero, las ideas están fluyendo y me encantaaa. Así que aprovecharé y terminaré los one shots pendientes jejeje. Solo quedan dos. :3
Espero les haya gustado este de Santi, siento que es un escenario que queda bien con él. Jejeje. <3
Recuerden, este es el 8/10. Acá les dejo la lista de los que siguen:
1. Jonathan Levy ✓
2. Rydal Keener ✓
3. Steven Grant ✓
4. Marc Spector ✓
5. Jake Lockley ✓
6. Blue Jones ✓
7. Poe Dameron ✓
8. Santiago "Pope" García ✓
9. Abel Morales
10. Oscar Isaac
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top