La niña favorita de papi: Blue Jones
✨🧡🍂🍁🎃👻🕷️🕸️Especial de octubre 6/10🕸️🕷️👻🎃🍁🍂🧡✨
Era la noche Halloween, una fecha en la que el Lennox Club recibía bastantes visitantes. ¿El motivo? Los shows especiales de la temporada y las promociones que los acompañaban. Y ese 31 de octubre, no era la excepción.
Tú acababas de terminar una presentación, tu última presentación de la noche de hecho: una función de un acto de magia que incluía un baile sorpresa, con todos los aditamentos que esto incluía. Afortunadamente, no incluía la "otra parte del servicio" que básicamente era, pasar tiempo complaciendo a un idiota desconocido que pagara por ti. Eso, lo hacían las otras chicas y parecían conformes con ello, aunque, no es que tuvieran opción.
¿Y por qué tú no? Bueno, es algo que vamos a explicar a continuación...
Tenías apenas un par de meses de haber sido contratada en Lennox después de que tus padres te vendieran por unos cuantos miles de dólares al dueño del lugar: un misterioso y peligroso hombre llamado Blue Jones, quien desde el primer momento que lo conociste te había resultado, enigmática y nocivamente atractivo. Con esos finos trajes a la medida, ese delineado oscuro debajo de sus ojos y ese bigote tan... particularmente llamativo. Además de su forma de ser tan severa y dominante, igual que su voz, que combinada con ese toque sensual que en algunas ocasiones utilizaba cuando se encontraba de buen humor simplemente te hacían pensar de que estabas mal de la cabeza por sentirte atraída por un hombre como él y que además, era tu jefe.
Pero la realidad es que, tú jamás habías estado en contacto con una sensación de calidez, cuidado y amor, por lo que, te resultaba complicado diferenciar entre eso y el "cariño" tóxico, violento y tergiversado que Blue solía mostrar hacía sus "niñas", como él las llamaba, las chicas que bailaban en los actos de club y quienes por su puesto, le tenían un profundo respeto, que se infundió a través del miedo. Y sí, tú eras una de ellas.
Pero, el punto al que queríamos llegar es que, dada la particular situación en la que habías llegado hasta Blue, él se había mostrado de cierta forma más, preocupado por ti. Algo en ti lo había hecho entrar en contacto con sentimientos que él había creído olvidados como: preocuparse del bienestar de alguien en todos los sentidos posibles. Sí, posiblemente eso sea algo bastante común en la mayoría de las personas pero en Blue Jones, simplemente era algo que nadie, ni siquiera él, creía que fuera capaz de sentir.
Para Blue tú eras especial, muy especial. Te veía como una pequeña muñeca rota y lastimada, una que él se había propuesto a arreglar a su manera para luego, romperla de nuevo y volverla a armar cuándo y cómo quisiera.
Eso le encantaba y a ti también. Porque desde que te tomó como de su exclusiva propiedad cuando llegaste al club, tomó la decisión de que nadie más iba a tocar a su pequeña niña favorita, a su Daisy, nombre que él te había puesto en honor a tu lealtad y obediencia hacia él, además de que, le recordabas a una frágil y tierna margarita, la misma ternura y fragilidad que a Blue le fascinaba destruir cada vez que quería.
Es por eso que solo actuabas, bailabas y te veías bonita frente a los clientes. Pero, nadie podía tocarte. Si alguien lo hacía, se lo verían con él. Y todos sabían que nadie se metía con el jefe. Porque si ya era un hombre peligroso, lo era más cuando alguien tomaba algo que era de su exclusiva propiedad.
Y es por eso que ahora, después de tu presentación, te encontrabas en la habitación de Blue, recostada en su cama, con él en medio de tus piernas mientras sus manos se deshacían de la suave tela que cubría tu pecho. Aún llevabas puesto el traje que habías usado para tu acto, mismo que Blue había visto con atención, hirviendo en celos al ver como los hombres que veían el show te comían con la mirada y él solo estaba esperando que terminaras, para poderte llevar con él.
—Es bueno que sepas que nadie te puede tocar, corazón. Vi cómo te alejaste de los hombres que querían llevarte con ellos. Me haces sentir tan orgulloso... —Blue terminó de abrir tu traje, bajándolo lentamente por tu pecho, en donde, a los pocos segundos, tus senos quedaron expuestos ante él. —Creo que, fuiste una niña tan obediente, tan buena... Tal como lo dice tu collar. —él sonrió y pasó una de sus manos por uno de tus pechos, acariciando tu pezón hasta llegar a tu cuello en donde encontró el collar que había mencionado.
Tú gemiste y sentiste un escalofrío recorriendo tu cuerpo entero, separando tus piernas un poco más para que él pudiera estar más cómodo.
—¿Qué es lo que dice tu collar, mi niña preciosa? —te preguntó, pasando su mano por tu cuello, jugando con el dije en forma de corazón que colgaba en una fina cadena de oro hasta tus clavículas.
—Mi nombre: Daisy. Y también dice que soy tuya, detrás del mi nombre está el grabado que dice: "Propiedad de Blue Jones". —le contestaste de inmediato, observando como en sus labios se dibujaba una sonrisa de satisfacción.
Amabas hacerlo sonreír, amabas hacerlo feliz. Él te había dado lo que nuca tuviste: un lugar al que llamar hogar, alguien que te cuidara y te amara. Y él hacía todo eso, a su manera. Además, te había hecho descubrir tu cuerpo como nunca antes habías pensado que se podía. Querías darle todo. Amabas cada marca que dejaba en tu cuerpo, cada susurro de sus labios repitiéndote una y otra vez que eras suya, que lo necesitabas, que no eras nada sin él, que solo vivías para él. Y era cierto. Todo era cierto.
—Buena chica, Daisy. —Blue sonrió, complacido dejando un beso en tu dije—. Me encanta que sepas tu lugar, eres tan... perfecta. Puedo hacer lo que quiera contigo y a todo me dirías que sí, ¿no es así? —te preguntó, inclinándose para morder tu cuello y luego, pasar su lengua por la zona.
Gemiste cuando sentiste la calidez de su saliva en tu piel. —Sí, sabes que sí, Blue. Yo haría todo por ti. Cualquier cosa.
—Eso es, me encanta cuando comienzas a debilitarte por mí. —Blue lamió sus labios y luego, bajo su boca hasta tus senos, en donde, comenzó a morder suavemente uno de tus pezones.
—Oh mierda... Blue... —gemiste fuertemente, sintiendo que ya se acumulaba algo de humedad en medio de tus piernas y enredaste tus manos en las sábanas de su cama.
Blue miro tu reacción y continuó pero ahora, mordió tu otro pezón. Haciéndote arquear suavemente la espalda. Sus manos recorrían un camino desde tu espalda, pasando por tu cintura y tus caderas.
Él estimuló un poco más tus ahora, erectos pezones, moviendo su lengua en círculos alrededor de ellos y mientras lo hacía, sus manos que ahora descansaban en tus muslos, separaron más tus piernas, para poder moverse un poco mejor y más fácil.
—Has sido tan buena niña con tu papi, Daisy, que te mereces que te haga sentir bien. Además, te ves tan malditamente exquisita con este pequeño disfraz de mago... Sobre todo así, sobre mi cama, con tu cabello en mis sábanas, con tus pechos así, justo frente a mis ojos y tus hermosas piernas abiertas para mí... —Blue sonrió, mordiéndose el labio en el proceso—. Dime, mi pequeña Daisy, ¿quieres que te haga sentir bien? ¿Quieres que papi haga temblar de placer tu bonito cuerpo? ¿Crees que te lo mereces? ¿O tal vez tengas que rogar un poco por eso? —la voz de Blue sonaba divertida, claramente se estaba burlando de ti, pues mientras te decía esto, su mano acariciaba tu centro por debajo de la diminuta falda que llevabas puesta.
—Mmmmmm, si... —cerraste los ojos y moviste ligeramente la cadera, buscando un poco más de fricción entre los dedos de Blue y tu entrada, algo que para él no pasó desapercibido.
Blue soltó una suave carcajada. —Ohhh, mi niña está siendo un poco traviesa. —rió e hizo una mueca de diversión con sus labios—. Y, te sientes tan mojada... Mmmmm pero, esa no es la respuesta que quiero escuchar. ¿En serio vas a hacer que te haga suplicar? —Blue detuvo por un momento el movimiento de sus dedos y se inclinó hacia ti, hablando sobre tus labios—. Dime lo que quiero oír... O si no, en lugar de esto, vas a tener un castigo y sabes qué es lo que sigue: las sogas...
Era increíble esta situación. Él se veía tan jodidamente atractivo. Todo en él estaba en su lugar, su traje, su camisa, su corbata, el pañuelo en la bolsa de su saco. Hasta tu cabello seguía bien arreglado y tú, ya estabas vuelta un desastre con apenas lo poco que te había tocado. Así era siempre, pero a pesar de que sucedía cada vez, no dejaba de sorprenderte el enorme poder que Blue tenía sobre ti. Y eso te encantaba, te fascinaba. Te hacía feliz.
—Papi, por favor, por favor, no te detengas, por favor... —le suplicaste, mirándolo a los ojos, con mirada brillante, rogándole que siguiera—. Por favor, Blue...
—Eso es Daisy, suplica por tu papi, ¿no es para lo único que eres buena? Para rogar, para suplicar, para ponerte de rodillas, y solo para mí, ¿verdad Daisy? —él sonrió, empezando a mover sus dedos dentro de ti de nuevo.
Sentiste un enorme placer recorriendo por tu cuerpo. Tu espalda de arqueo en la cama y apretaste las sábanas con tu manos, mordiendo tu labio y cerrando los ojos. —Sí amor, sí, sabes que lo único que me importa eres tú, solo tú, Blue... —gemiste de nuevo y jadeaste profundamente.
—Eso es cierto, mi pequeña y dulce Daisy, solo mírate, no eres nada... Solo eres algo estando conmigo, eres una niña tan necesitada de su papi, tan necesitada de que su papi la folle con los dedos, ¿no es cierto? —Blue aumentó el ritmo de sus movimientos, rozando y pellizcando tu clítoris con cada tempo y luego, te hizo soltar un fuerte grito cuando deslizó otro dedo dentro de ti, con ese, ya eran tres.
—Ahhhhh papi, sí, sí. Yo... te necesito tanto, te amo tanto... Y no puedo ser nada sin ti... Te necesito tanto y necesito que me hagas esto, necesito que me tomes así, de la forma que quieras, pero quiero ser tuya, no puedo estar sin ti, por favor, por favor... —gemiste, soltando un pequeño chillido que fue música para los oídos de Blue, y que provocó que sus dedos se movieran en círculos más rápidos dentro de ti.
—No eres más que una pequeña zorra Daisy, tan necesitada de amor, de cariño, de placer... —Blue lamió tus labios, mientras hablaba y seguía su trabajo con sus dedos dentro de ti—. Y te encanta que te trate así, como un juguete, ¿verdad? Mmmmm, Daisy bebé, si yo quisiera podría usarte y desecharte como si nada pero, ¿sabes algo? Te quiero... Y no puedo deshacerme de mi juguete más hermoso, de mi juguete más preciado, de mi juguete favorito... —Blue gimió en tus labios, sintiendo tu humedad esparcirse por tu mano y como tu cuerpo, lentamente, temblaba, estaba sintiendo que te acercabas a tu orgasmo.
Tú ya no podías decir nada, lo único que salía de tus labios eran fuertes gemidos. Sentías que tu cuerpo estaba temblando suavemente y la sensación de tensión empezó a acumularse en tu vientre. Tus pezones estaban duros y erectos, tu cuerpo estaba sintiendo a flor de piel, tu mente estaba nublada de placer y tu corazón latía a mil por hora, lo único que podías sentir eran los dedos de Blue moviéndose dentro de ti.
Miraste a Blue jadeando, con los labios entreabiertos y el ceño levente fruncido. Tus mejillas estaban rojas y te mordías los labios. Si él no se detenía para molestarte, este iba a ser uno de los mejores orgasmos que ibas a tener en tu vida, tu cuerpo te estaba diciendo eso.
—Ohhhh, mírate Daisy preciosa, solo mira cómo estás, Me encantas tanto, porque puedo hacerte lo que yo quiera, como yo quiera y cuando quiera... —Blue gruñó, besándote mientras sus dedos entraban y salían de tu centro rápidamente—. Puedo tomarte, hacerte un desastre por completo, romperte, destruirte y tú estás tan feliz con eso... Eres tan perfecta, porque vives para mí, vives para hacerme feliz, ¿verdad que sí, mi amor? —Blue mordió tus labios, haciéndote gemir suavemente—. Eso es nena, solo un poco más, estás tan cerca... Tan cerca...
Blue sonrió, sintiendo como tus paredes se presionaban contra sus dedos. Besó tu cuello y lo mordió, haciéndote soltar un leve quejido por la forma en que lo hizo, sin lugar a dudas eso iba a dejar una marca, una marca que llevarías orgullosa.
—Mírame amor, mírame Daisy, quiero que me mires cuando te corras, vamos bebé, aquí estoy, puedes hacerlo, tienes mi permiso, córrete para tu papi... —Blue susurró en tu oído, pasando su lengua por tu oreja y mordió tu lóbulo.
Eso fue suficiente para ti, tu cuerpo explotó y alcanzaste tu orgasmo, corriéndote en los dedos de Blue, mientras él observaba maravillado el cálido desastre que hacías en su mano. Sentiste tu cuerpo relajarse lentamente, mientras la sensación de uno de los mejores orgasmos de tu vida (todos cortesía de Blue) abandonaba tu cuerpo de una forma lentamente placentera.
Blue te miró con un brillo intenso en sus ojos y mientras tú te recuperabas, él se acercó a tus labios y te beso con una muy extraña dulzura, que no era nada común en él.
—Estoy tan orgulloso de ti, corazón. Lo hiciste estupendamente. —Blue te besó de nuevo, acariciando uno de tus pechos mientras te besaba.
Tú le devolviste el beso, dándole un suave "gracias" en medio del posesivo y apasionado beso. Aunque, sentiste una extraña calidez que no habías sentido antes. Algo te decía que tal vez, solo tal vez, Blue Jones te estaba empezando a querer de una forma más... especial.
***
Buenas noches little moons, bueno aquí tenemos a papi Blue Jones... <3 Les dije que iba a estar un poco potente, sobre todo por el hecho de que aquí Daisy (la prota, ustedes y yo) tiene la percepción de la realidad un poco alterada por la situación que vivió y que no conoce nada más que maltrato, porque bueno, el "amor" que da Blue Jones no es, ciertamente, sano y/o correcto.
Así que, solo quiero dejar en claro que esto solo se escribió con fines de recreación, por lo que lo anterior, que salió desde lo más profundo de mi imaginación no representa que esté de acuerdo ante este tipo de situaciones. Si alguien se encuentra en una situación de este tipo, DEBE BUSCAR AYUDA, NO ES CORRECTO. ESTO ES FICCIÓN.
Ahora, dejando en claro eso y que de ninguna forma, yo apoyo este tipo de actos en contra de la mujer (y tampoco en contra de hombres) y que todo es INVENTADO y que Blue Jones es un personaje FICTICIO, me permito decir lo siguiente:
BLUE JONES, PAPI, TE AMOOOO. Vas en contra de todos mis principios e ideales pero por ti, no me importa mandar todo eso a la basura, te adoro, te amooooooo, tú puedes usarme como trapo viejo y hasta las gracias te doy, puedes hacerme todo lo que escribí y más, estoy a tu entera disposición, soy tuya, rómpeme, úsame, destrózame, párteme en mil pedazos, estoy para servirte. Me tienes de rodillas a tus pies para y por lo que quieras. VIEJO SABROSO. ASDFGKLÑLKJHGFDSA, TE AMOOO.
Por cierto: mis historias largas estarán en pausa hasta que termine con estos especiales, gracias por su paciencia por adelantado. <3
Y bueno, sobra decir que me atrase un poco con estos especiales así que, los restantes, serán publicados el viernes, ya que hoy fue mi último día de vacaciones de los días que pedí y aunque disfrute mucho escribiendo, también tenía otras cosas que hacer. Como sea, el viernes tenemos los que faltan jejeje.
P.D: Gracias por leerme, por su paciencia y ¡feliz Halloween! nwn
Recuerden, este es el 6/10. Acá les dejo la lista de los que siguen:
1. Jonathan Levy ✓
2. Rydal Keener ✓
3. Steven Grant ✓
4. Marc Spector ✓
5. Jake Lockley ✓
6. Blue Jones ✓
7. Poe Dameron
8. Santiago "Pope" García
9. Abel Morales
10. Oscar Isaac
P.D.2: Post de apreciación a Oscar Isaac como Blue Jones, el personaje con en el que lo conocí y que me encantó cuando tenía apenas 10 años. ¿Qué cosas, no? :v
ES QUE AQUÍ SE VE TAN HERMOSO DIOS MÍO. PAPI, TE AMO CON TODO Y ESE BIGOTE ASDFGHJKLÑLKJHGFDSA.
¿Es normal que me apendeje tanto? JODER.
Si de por si Oscar ya es perfecto cantado, ahora Oscar cantando mientras es Blue Jones, hace que me rodillas dejen de funcionar. AY.
ERES UN MALDITO BASTARDO, PERO TE AMO. ASDFGHJKLÑ. Es como el meme de "El no es un chico malo, solo quiere ser el mismo." Aquí, tratando de justificar las ENORMES RED FLAGS de Blue Jones. JAJSAJJSA. Pero aún así, papi, soy toda tuya.
Esta imagen me encanta. Y simplemente hace que mis neuronas dejen de funcionar y que en lo único que pueda pensar es: Oscar Isaac como Blue Jones. *-*
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