PARVATI O2

Cuando Aruna Uley cumplió los siete añitos fue cuando su padre y alfa de la manada decidió que era tiempo que conociera a su prima e impronta de Jake, Nessie, aunque no era fan de la devoción de Isabella Swan debían seguir con convivencia con la manada de Jacob hasta que este decidiera tomar rumbos distintos fuera de Forks y de la reserva Quileute.

Al cumplir esos añitos decidieron que era tiempo de hacer un buen festejo, lo que no contaron fuera que Alice Cullen obligara a Jacob que este fuera el responsable de llevar una gran torta del sabor favorito de su hija con bolitas de chocolates como adorno infantil, estas siendo de distintos colores. Jacob no lo hacía por su integridad física, sino porque su impronta que prácticamente ya tenía una apariencia de 10 años pero tenía la misma edad tenía en realidad Renesme tenía alrededor 8-9 años, dos años mayor que su princesa.

Si bien, todos estaban emocionados por la reacción de Aruna ante el primer contacto de la tan mencionada impronta del Tío Jacob, por lo que, decir que estaba emocionada era poco; inclusive días antes se encontraba hablando a su cachorrita de la raza mastín tibetano, su Parvati, todo lo que haría con la impronta de su tío. Que esperaba fueran amigas, inclusive había pedido a su tío Paul que le enseñara a hacer pulseras de la amistad, debido a que este último empezó a hacérselas después de su cumpleaños número seis, quedando con muchas pulseras artesanales y del estilo del Moreno temperamental. Que cada dos por tres seguía perdiendo el buen humor por los mordiscos que la pequeña Vati le daba después de cada transformación.

En cuanto llegó la hora en que los invitados tan sólo esperaban la llegada de Nessie Cullen y el Tío Jacob, Seth y la Tía Leah; Aruna se empezó a morder los labios en señal de nerviosismo, sin embargo, su madre la calmó con un beso en la frente y un abrazo que la hizo suspirar. Pero en cuanto vio correr a su perrita hacia su papá y chocar con sus piernas, dejando a su padre resoplando la hizo reír ligeramente.

No debía ser adivina para saber que para su padre el nombre y la forma física de su cachorrita removida muchos sentimientos en él, ya que según fue creciendo lo veía a escondidas hablar con la misma, teniendo la esperanza de que en algún momento está le llegara a hablar. Su padre no estaba loco, su Mami le había contado la historia heroica de la princesa del Tíbet, o la única Cullen que era bienvenida en el territorio Quileute, y no es que fuera que Nessie no sea también bienvenida, sino que a ella la aceptaban y protegían por el lazo de lobo-impronta que la unían con Jake, así que aún no sabía si creer que fuera importante ese lazo o no entendía su necesidad.

Sabía que sin ese lazo no tendría a su Mami con ella, o que no hubiera conocido a su papi, pero no entendía porque realmente la manada no se llevaba muy bien con los Cullen en general, con decir que recién a sus siete años impulsivos y atolondrados recién tenía el pase libre para conocer la impronta podía dejar en claro la sobreproteccion de algún peligro que no lograba ver.

Inclusive se extrañó más, cuando la puerta se abrió y observó a la chica de unos diez años frente a ella, con la piel pálida, ojos marrones claros, olía extraño tanto que su pequeña Parvati le había gruñido en protección a ella, como si el instinto animal pudiera captar algo que sus ojos no veían. Jacob los miraba atentos, como si estuviera esperando algo malo de pasar, mientra que por el lado de Aruna se dedicó a bajar al nivel de su cachorrita y acariciar su esponjoso pelaje, calmandola levemente.

—Hola, soy Renesme, pero me puedes decir Ness. Feliz cumpleaños.

Había dicho tímidamente la niña frente a ella mientras notaba como el tío Seth traía con dificultad el gran pastel, sorprendiendola gratamente.

—Wow, yo ser Aruna.

Su forma de hablar era algo emocionante pero también sutil, de alguna manera quería expresarse más formal pero no sabía cómo ni porque su instinto pedía a gritos serlo.

—Lo sé, eres la que cumple años. Espero te guste la torta de vainilla con bombas de chocolate. Mi tía Alice y yo lo pedimos para ti.

Al escuchar todo aquello, tan solo pudo retener o entender que su tía y ella le había traído esa torta, esa que quería jugar. Por lo que asintió rápidamente mientras daba un beso pequeño en la mejilla a su madre y padre, antes de agarrar la muñeca de Renesme y correr hacia la mesa de dulces, para mostrarle las cosas que comerían hoy.

Jacob y Sam estaban tensos, el primero por su impronta que no sabía cómo reaccionaría a la falta de tacto de ella y si la cachorrita que parecía inofensiva sería realmente un problema; mientras que el segundo estaba preocupado por lo podría pasar, todos estaban atentos pero de lo que se esperaban fue que cuando varias horas se demoraban las dos niñas jugando con los juguetes y el cachorro que parecía no sentir más peligro de Ness, empezaron a jugar tanto que entre una de ellas, la mayor tocó a la menor que repentinamente había soltado un jadeo sorpresivo y alarmante para los mayores.

—Princesa, ¿que te pasa?¿Te duele algo? —enseguida Sam estaba cerca de su pequeña quien parecía estar en un trance extraño.

Los corazones de todos se detuvieron al escuchar el corazón de la pequeña agitarse y poco después empezar a sentir las lágrimas caer por su mejilla. Ness se sentió mal, sin querer su habilidad había mostrado toda su vida y no sabía si lo que parecía ser una gran amistad que ya no quería perder, esto fuese su final.

—Perdón... No fue mi intención.

Sam no era capaz de saber ni que hacer, empezaba a temblar ligeramente al ver a su hija llorando, sus impulsos de protección y padre estaban a flor de piel, pero en cuanto la agarró en brazos para alejarla de la impronta Cullen, su hija se había separado ligeramente del cuello donde se había ocultado.

Pero en primero que jadeó de entre toda la manada, y de pura sorpresa al mirarla fue Leah, al notar como sus ojitos marrones se habían oscurecido cuál sí fuera la noche, junto por consiguiente caído al suelo de rodillas. Poco después Paul no tardó en manifestar-se molesto:

—Maldición Leah, ¿que carajos te pasa? De mi sobrina, ¿de verdad?

Mientras que los demás estaban en shock, más los padres, Sam no podía prestar atención a otra cosa que no fuera el rostro de su hija, de su princesa Aruna al conectar miradas. Por un momento, trastabilló hasta caer sentado con ella en uno de los sofás, soltando un jadeo.

—S-sam...

El susurro había sonado en un sollozo, y por si fuera poco los ojos marrones de su pequeña niña ya no estaban, pero en las fosas de estos podía ver bien al espíritu de su difunta amiga.

—...—Sam había abierto la boca para decir algo pero no le salían las palabras, no le sabía algo siquiera pero después de unos minutos y parpadeando de vez en cuando se animó a decir—Parvati

—¿Q-qué me pasó? Y-yo... ¿P-porqué estas muy grande, porqué...?

Las palabras de la pequeña voz joven habían salido entre sollozos, como una niña desamparada, e irónicamente lo era, irónicamente Sam estaba encontrándose con su difunta amiga, la mastín tibetano Parvati Cullen en el cuerpo de su hija. Fuera lo que fuera que había hecho el contacto con Renesme, de algún modo ella había vuelto, pero vuelto muy tarde, parecía estar más perdida. Más desconcertada y con mucho más miedo. Más aún cuando se pudo tocar con sus manos, o palpó la garganta de donde salió su voz y no un ladrido como era habitual.

—¿Y Lakota? SAM...

La voz demandante de su hija lo había hecho reaccionar pero sin poder evitarlo, tan sólo la abrazó fuertemente, mientras la pequeña niña de siete años lloraba sin poder comprender cómo estaba viva, que estaba pasando, y porque todo había cambiado, sólo recordaba pocas, era como si gran parte de su existencia hubiera sido borrada. Mientras que Sam, solo lloraba en silencio con sus ojos cerrados, teniendo a su hija y mejor amiga entre sus brazos. Algo que realmente no estaba preparado ni listo para vivir, pero su alma por algún motivo se sentía en paz.

Pero no pudo durar mucho el abrazo, debido a que un gruñido lo hizo abrir los ojos, pensó que era la Vati, la mascota de su hija Aruna, pero al ver los ojos y molestia de Leah puestos en él, la miró con suma molestia, entiendo porque Paul parecia querer matar a Leah con la postura sumamente incomoda.

—Llevense a la Cullen a su casa. La fiesta terminó, tenemos asuntos que resolver. —dijo Sam fuerte y claro, sonando amenazante para Ness, quien retrocedió con miedo hasta su Jake.

Quién enseguida la atrajo hacia él, en protección. Pero antes de que se marchara, Paul habló por última vez.

—Y no se te ocurra pensar en la hija de Sam frente a los chupasangres, que te castro maldito Jacob. —exclamó Paul, a lo que el mencionado le gruñó pero Leah lo miró como nunca pidiendo el favor del mismo.

—Por favor, Jacob, no entorpezcas la situación, por lo que más quieras.

Fue allí cuando asintió como alfa y se marchó junto a su impronta, sin sus dos miembros de la manada. Leah y Seth se quedaban para comer y arreglar asuntos.

[...]

Aquel día, habían pasado más de lo que esperaba, la llegada de Renesme a la vida de su hija Aruna había cambiado muchas cosas, tal vez era algo que debía pasar, tal vez no. Pero Parvati estaba de regreso solo que está vez era la primer Alfa de la siguiente generación, y en esta nueva vida se llamaba Aruna Uley, y realmente para la mencionada fue una sorpresa total haber reencarnado nuevamente, creía que su tiempo había acabado con lo último que recordaba de su vida animal. Toda la tarde le fue explicando poco a poco Sam lo que había ocurrido en estos años, sin mención al chupasangres que por algún motivo Parvati no lograba recordar, que para bien o mal, Sam aprovechó para tener más con tiempo con su hija.

Porque ahora, de lo que se debía encargar era, ¿cómo aceptar que Leah se había imprimado en su hija?, que sólo con una mirada del regreso de Parvati estaba había unido lazos incapaces de romper. Realmente, la vida le daba tantos giros inesperados en esta vida, que a costa que sería incómodo la situación, no iba a permitir nunca más que ni a su hija, ni Parvati sintieran dolor, no si el lo pudiera evitar.

Porque Leah era la protectora y lobo de Parvati.

Parvati había recobrado la consciencia por el don de recuerdo de Ness Cullen.

Parvati había reencarnado en el cuerpo y vida de su hija.

Parvati Cullen había pasado a reencarnar en otra vida, para ser Aruna Uley.

Sin duda, muchas revelaciones para solo haber cumplidos sus siete años de vida. Y sabía que se venía una gran aventura por delante.








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Fua, que notición que se vino con este extra eh? No se la veían venir?
Claramente la vida amorosa de Aruna siempre va ir con Edward, pero le costará volver a tenerlo, ahora más que nada con la custodia de la mini Parvati y su loba Leah.

¿Se la esperaban? ¿Les gustó?

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