PARVATI O1

            Dos años después del enfrentamiento pasivo contra los Volturi para proteger a Renesme, la manada Quileute ya empezaban a crear sus lazos nuevos para la nueva generación de protectores; después de tanto tiempo intentándolo con Emily, el alfa de la manada había logrado hacer a su impronta la mujer más feliz del mundo, la morena al fin estaba embarazada y sus cambios de humor lograron descolocar en varias ocasiones a Sam.

             Primeramente por la incomoda sensación de apego con Lakota, aquel cachorro y única figura viviente del recuerdo de su amiga Parvati, por alguna situación extraña a partir de los 5 meses las pataditas de su próximo hijo o hija salían a su encuentro cada que este hacía algún sonido cerca, como si esta pudiera reconocerlo. La mirada de Lakota todas las mañanas parecía transmitir tantos mensajes sordos, pero en cuánto su impronta cumplió los 7 meses justos el tibetano negro lamió el vientre abultado de su mujer, que por consiguiente, Emily terminó sollozando al sentir una punzada de amor profundo ante su gimoteo y roce con la pata sobre el vientre, ya que el perro parecía estarse comunicando con alguien.

             Aquella escena lograba estremecer y entristecer a Sam, porque sería demasiado para si mismo ilusionarse con que esta fuera una señal de su difunta amiga, por lo que solo se dedicaba a vivir cada día hasta el momento exacto del nacimiento; sin embargo, en cuanto faltaba un mes, Lakota también había tenido la bienvenida de ser padre, teniendo una amplia camada de 10 crías, entre ellos uno de los chicos se quería quedar con un cachorro.

            La impronta de Quil quería quedarse con un cachorro, y Emily por alguna situación también lo deseaba, pero sabían que el Alfa y Paul estaban sentidos aun con la ausencia de su amiga leona pelinaranja, aunque un día ocurrió algo que dejó sumamente impresionados a toda la manada y Sam incluido. Justo después del invierno, había sucedido un momento insólito.

           Sam lo recordaba como si hubiera sucedido ayer, tan reciente pero tan lejano a la vez, debido a que su pequeña hija Aruna, había desafiado a su padre por un perro. Y claramente, Sam maldecía la libertad con la que el perro del Viejo Quil Ateara se paseaba por su casa, ya que debido a que este vino de visita, tras él había llegado una de sus dos crías que quedaron con él, la cachorrita era idéntica a Parvati, tanto que cuando lo vio por primera vez, sus piernas le temblaron como las lagrimas perdidas cayeron por sus mejillas. Era la pequeña clon perfecta de Parvati Cullen, y para su peor castigo nadie quería decir el nombre que a todo le vino perfecto en la mente para aquella cachorra pelinaranja.

—Tranquilo cariño...

—Lakota está pasando todos mis límites cariño.

Emily sabía lo dificil que era enfrentar la realidad de la perfecta copia, pero en cuanto su bebé de casi tres años se dio la vuelta sobre su colita, mientras mordía un juguete que en cuestión de segundos había caído al suelo al abrir su boca y soltar el juguete, y chillar.

—¡Vati!

Las risas chillonas de la pequeña al ver a la cachorrita que al ver a la criatura se separó atolondradamente de su padre Lakota quedaba mirando tembloroso a Sam, que justo para el mencionado se le había ido el aire se estaba conteniendo para no gruñir al perro frente a él, tanto que tuvo que mirar a su esposa que estaba con lagrimas en sus ojos al haber escuchado aquello venir de su hija, su tercera palabra había sonado como la palabra "parvati".

—¿Ha dicho...?

—Si, cariño, t-también lo he escuchado.

Emily se levanta para abrazar a su esposo mientras lo intenta calmar, Sam no podía creer como su pequeña niña de ojos castaños y piel morena, junto a aquel cabello tan lacio y corto hasta antes de sus hombros estaba abrazando a la cachorrita cual si fuera un peluche, mientras el animal sacaba la lengua y movía su colita.

—N-no puede ser... no puede ser ella... ya han pasado cuatro casi cinco años...Emily, esto...no.

Sam no podía creer lo que había escuchado pero poco después sintió como su esposa limpiaba las lagrimas de sus mejillas por lo que solo la besó para luego suspirar y llegar a acuclillarse a la estatura de pequeña hija.

—¿Aru? Q-que tienes allí? —preguntó en un ligero tartamudeo algo ronco, Sam.

—Um pellito... ¡Vati! Papi...—exclama mientras la suelta entre una risita al sentir una lamida en su mejilla de la cachorrita naranja.

—Es...¿se llama Parvati? —pregunta tragando saliva, mientras Sam mira a su hija y le acaricia la mejilla con un ligero brillo en los ojos.

La pequeña Aruna al levantar la mirada a los de su padre, asiente sonriéndole emocionada y dulcemente, mientras da pequeñas palmaditas a la cachorrita, quien se deja como si esta fuera su dueña. Cosa que nunca había sido entrenada para bebés ni niños. Esto era inaudito.

—Es...es muy lindo nombre mi princesa —pudo decir Sam, mientras la agarra entre sus brazos mientras la cachorrita esponjosa los sigue como una colita mas.

Aun no estaba muy cómodo con esta situación, por lo que con una mirada severa a Lakota entre gimotea y agarra a su cría del pescuezo para llevársela, pero lo que no cuenta es que su pequeña llorase justo después de aquel mensaje silencioso. Lakota gimotea sin saber que hacer, la pequeña morena chilla a su mamá por la perrita, cosa que hace mas difícil a Sam. Pero Emily le salva la situación al darle su mamadera con yogurt de vainilla y empezar a mostrarle otras cosas, entreteniendo a su pequeña niña.

[...]

Dos años después de aquello la pequeña clon de Parvati entraba como su casa a la de Sam, como si fuera la típica copia de su padre, que ya cansado de moverse por ser perezoso ya no la seguía, se quedaba más en la casa del viejo Quil o acompañando a Charlie y Sue. Ya cuando Aruna tenía cinco años y medios, había hecho algo imposible, había desafiado a su padre para dejar en claro que ya no la alejaría a su "vati" de ella, mirándolo tan profundamente, y gruñendole cuando este se acerco tan solo para negar el berrinche de su hija. Pero no supo bien que pasó ya que hasta la cachorrita le empezó a gruñir.

—Cariño, no puedes luchar con esto, es nuestra hija y si ella está feliz con la leoncita, la apoyaré.

Emily siempre poniendo la mano en el fuego por su hija pequeña, que sin duda frustró más a Sam al ver que lo hecho ya estaba dicho, y ese maldito Lakota había traido otro recuerdo de su madre a la casa, otro recuerdo del que nunca podría olvidar el no haber evitado la muerte de Parvati Cullen, desde ese día Bella Swan ya no había tenido ni un acceso de la Push ni reserva, si no hubiera sido por ella, tal vez la mastin tibetano seguiría allí al menos un poco más de tiempo. Rendido ante las caricias de su impronta, y la felicidad de su hija al ver que su madre la apoyaba, cedió a tener la mini clon de su mejor amiga en el crecimiento de su princesa.

¿Quién diría que las cosas no eran como se veía? Que la sorpresa no era el nombre del cachorro si no que la verdad se revelaría en diez años y medios para el futuro.









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He sentido la necesidad de hacer pequeños extras de la historia, no serán tan largo pero los necesarios para alegrar sus almas, y que las lagrimas sean una piel más  en su ser.(?

¿Qué les pareció este extra?

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