Parte 1
De niña siempre solía mirar las estrellas, imaginar historias en ellas y perderme en su belleza al tratar de contarlas. Recuerdo que vivíamos en el campo y me encantaba vivir rodeada de naturaleza sin nada que me impidiera ver las estrellas, mi hermano que en ese entonces ya iba a la escuela y era un aficionado me enseñó muchas cosas del universo, me habló de estrellas, de viajes galácticos y constelaciones, pasábamos noches enteras hablando de ello y con cada una de las conversaciones yo me enamoraba más de ellas, de esa forma crecimos.
Esos días en el campo fueron los más felices de mi vida, luego a mi padre le empezó a ir mejor en el trabajo, sus ganancias aumentaban y con ello la necesidad de brindarnos una mejor vida.
Cuando cumplí diez años nos mudamos a la ciudad, realmente fue un cambio bastante brusco pero poco a poco me adapté, eso sí, siempre he extrañado el campo pues creo que ahí es donde pertenezco.
Las ganancias de mis padres aumentan año tras año por lo que llevamos una vida bastante acomodada, Ivan ya va a la universidad y yo estoy a menos de un año de graduarme, aún no sé qué carrera elegir.
Mi padre dice que es hora de mudarnos otra vez debido a la inseguridad del barrio, ha podido costearse otra casa en una zona bastante costosa de la ciudad, mi madre se muestra emocionada, ha cambiado mucho estos últimos años, cuando yo era niña solía verla lucir sencillos vestidos floreales hoy en día solo compra ropa de marca e intenta hacerme con sus mismo gustos pero yo prefiero ropa más sencilla, más acorde a mi edad.
Aunque mi infancia en el campo me encanta, la vida en la ciudad ha traído cosas positivas, tengo casi todo lo que un adolescente puede desear, he hecho grandes amigos, una mejor amiga encantadora y un novio guapísimo que en este preciso instante ayuda a bajar algunas cosas de la mudanza.
—¿En dónde dejo esto, cariño? — dice dirigiéndose a mí, le arrugo la nariz en señal de desagradado, nunca me ha gustado que me llame de ese modo.
—A mi habitación, sígueme — le digo tomando una de las cajas con algunas de mis pertenecías dentro, ya había venido antes a ver la casa así que me he adelantado y he escogido mi habitación antes que Ivan, he elegido una con balcón debido a que mi padre es bastante anticuado y sobreprotector me toca emplear métodos de escape para tener diversión.
Con ayuda de Jorge empiezo a desempacar algunas cosas, no hemos traído muebles ya que mi madre ha insistido en cómpralos nuevos, saco algo de ropa pero al darme cuenta de que eso tomara mucho tiempo me arrepiento y empiezo a sacar afiches de las cajas para adornar las paredes, muchos de ellos eran de estrellas y constelaciones, me encantaban y no pensaba deshacerme de ellos a pesar de las insistencias de mi madre.
—¡Que grande! — dijo Jorge sentándose en mi cama y sonriendo, esa sonrisa maliciosa que ya conocía de memoria.
—Sí, podré dormir plácidamente— contesté devolviéndole la sonrisa y arrojándole a la cara uno de los peluches que él me había regalado.
Jorge puso cara de ofendido y tras arrojarme de vuelta el oso rosado se abalanzó sobre mí y tomándome en brazos me alzó para situarme en la cama.
—¿Te parece una buena manera de tratar a nuestro hijos? — Jorge se escabullía arriba de mi cuerpo situando sus labios cerca a los míos.
Reí
Jorge me besó y yo le correspondí, sentía como su mano se deslizaba por debajo de mi blusa hasta llegar al límite de mi sujetador.
—Están mis padres abajo— rápidamente me puse de pie haciéndolo a un lado, Jorge tras emitir un ruido de impotencia se tumbó en la cama, tenía el rostro colorado, pobre, yo sabía que tras dos años de relación ya era hora de dar el segundo paso pero aún no estaba segura del todo, iba a cumplir dieciocho años y aún era virgen lo que a mi parecer estaba bien pero las demás chicas de mi edad se horrorizaban cada vez que hablábamos del tema.
—Me vas a volver loco, Sofía— dijo volviendo a sonreír.
—Solo espera un poco — le sonreí con ternura.
Jorge se puso de pie y acercándose a mí me dio un dulce beso en los labios.
—Tengo que irme, amor, lamento no poder quedarme más tiempo.
—¿A dónde vas? — le pregunté, pensé que se quedaría para cenar.
—Mi madre me necesita— fue su respuesta y no pude evitar arrugar la nariz, Jorge lo notó y me dio un pequeño golpecito en ella.
—¡Auch! — me quejé.
Ese era un gesto que hacia cada vez que algo no me agradaba, era por impulso y no podía evitarlo, Jorge lo sabía así como también sabía que su madre no me agradaba.
No es que la señora Anastasia me hubiera hecho algo malo simplemente es que se le notaba que yo tampoco le agradaba por lo tanto el sentimiento era mutuo, no teníamos en absoluto una buena relación.
—¿Nos vemos mañana? — me preguntó Jorge.
—Pasa por mí a las siete—le digo y él me da un beso corto en los labios en forma de despedida.
Mañana será sábado y celebraremos el cumpleaños de mi amiga Inés, tras ver partir a Jorge me acuesto en la cama, cansada, escucho los zapatos de mi madre ir y venir por el pasillo, cierro los ojos y poco a poco me quedo dormida.
—¡Sofía ¡Sofía! — Los gritos de mi madre me hacen despertar sobresaltada, apenas logro ponerme de pie cuando ella ingresa a mi habitación —¿Te has dormido? ¡Siempre es lo mismo! ¡Ni siquiera has terminado de organizar! — dice desesperada.
—No estaba dormida, mamá— digo ahogando un bostezo.
—Como sea, ya ha llegado Ivan, baja para cenar.
¿Cenar? ¿Cuánto tiempo he dormido? Busco mi celular, son las siete y media, tengo varias llamadas perdidas de Jorge y algunos mensajes, salgo al balcón para hablarle, al segundo timbre me rechaza la llamaba, observo el celular extrañada y este vuelve a sonar, esta vez contesta, levanto mi mirada y observo la casa de al lado, la ventana abierta me deja muda, no logro articular palabra debido a la sorpresa, mis vecinos han dejado la ventana abierta mientras tienen sexo, <<¿Sofi?>> dice Jorge al teléfono, yo aún contemplo la escena.
—Sí, perdona— digo mientras me giro, la vergonzosa escena da vueltas en mi cabeza, me he quedado observando como una idiota, ¡Pero que sinvergüenzas! Mi rostro arde y trato de borrar de mi memoria la imagen de mi apuesto vecino follando.
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