||CAPÍTULOS FINALES||

El día en que el portal se activa definitivamente es una mañana soleada de sábado.
Barry bufa por enésima vez y se deja caer al suelo, creando el sonido de un golpe seco.
—¿Cuántas veces lo has intentado ya? —Le pregunta la joven en la distancia.
Barry suelta una risa tonta.
—No lo sé. He perdido la cuenta. —Alza sus manos y una sonrisa sin gracia aparece en su cara.

Frost rueda los ojos y el silencio vuelve a ser el protagonista.
Un pequeño ruido se oye fuera del polígono y Barry no tarda en saltar en su sitio y ponerse en guardia.
Killer Frost en cambio, no mueve un sólo músculo.
—Hace viento. Se ha caído la rama de ese árbol. —Aunque sin girar el cuerpo o mirar en lo absoluto, señala con su dedo índice y su mano alzada.

Barry mira debajo del árbol y observa la rama descansando en el suelo.
Toma aire profundamente y sólo entonces se vuelve consciente de que su corazón está bombeando con fuerza bruta.
—¿Qué te pasa? Estás paranoico. —El castaño se mordisquea el labio inferior y toma unos segundos antes de responder.
—Tal vez si. Tal vez lo esté. Pero tengo la sensación de que alguien nos vigila desde hace algunas semanas. —Confiesa.

La joven entrecierra los ojos para intensificar su escrutinio sobre él.
Le conoce y sabe que suele ser muy sensato así que si dice que algo raro está sucediendo, entonces algo raro está sucediendo.
Pero no hay mucho que pueda hacer salvo seguir vigilando y estar más atenta.

—No hay nada que temer. —Le asegura ella. Seguidamente se pone de pie y sale del polígono, da una vuelta a los alrededores para comprobar que todo esté en calma.
Mucho viento, ramas caídas de árboles, algunos animales que vienen y van.
Pero nada que indique que hay alguien vigilando.
Regresa al polígono pero mantiene los ojos bien abiertos.
No quiere sorpresas.

—¿Cuántas personas puedes enviar al mismo tiempo? —La joven pregunta y Barry le da una rápida mirada.
—Tantas como quepan. Pero no creo que podamos enviar ninguna si este pedazo de cacharro no funciona. —Va apretando los dientes según habla y su voz se vuelve más fuerte.
—¿Tan complicado es? —El castaño se ríe con sarcasmo y pasa los dedos entre las hebras de su cabello.

—¡Es darle a una puñetera palanca! No hay más historia que esa. —Casi grita y normalmente eso enfadaría a Frost pero la expresión de Barry enfadado es tan divertida que casi quiere reír.

—Barry tomate una tila. —Le sugiere y el ojiverde la asesina con su mirada.
—Callate, Cait. —La ojiazul se pone de pie y enfoca su mirada en él.

—A mi no vuelvas a hablarme así si quieres llegar a los veinticinco. —Advierte. El chico traga saliva y chasquea la lengua.
—¡Pues no me molestes! Ya tengo bastante con este mamotreto inservible. —Y esa vez, Frost no puede evitar una risa.

El castaño vuelve a sentarse en el suelo al mismo tiempo que su aliada se levanta de éste.
Rodea la máquina y la observa despacio, fijándose en cada pequeño elemento que la compone.

Entonces llega hasta el panel de control y ve la palanca.
—Esto no puede ser tan difícil... —Susurra y su mano se envuelve alrededor de la palanca. Tira con fuerza de ella y entonces, un ensordecedor sonido la obliga a retroceder y taparse las orejas.
—¿Qué está ocurriendo? —Grita por encima del sonido y éste poco a poco va bajando hasta desaparecer por completo.

Del portal se irradia una profunda luz azul oscura y en segundos, Barry comienza a reír y corre hasta la chica.

—¡Caitlin! ¡Has abierto el portal! ¡Has abierto el maldito portal! —Grita y sus manos van directas hasta el cuerpo de la muchacha y la alzan en el aire.
Ella suelta un pequeño grito y rueda los ojos.
—¿Quieres morir joven? —Amenaza pero el chico está demasiado feliz para prestarle atención.

Después de la euforia contenida, todo vuelve al silencio. Y sólo entonces, Barry vuelve a hablar.

—Acabemos con esos metahumanos, chica de hielo.

CHICXS!!!! TENGO QUE AVISAR QUE EL PRÓXIMO CAPÍTULO SERÁ EL FINAL!!!! Y LUEGO EL EPÍLOGO, CLARO ESTÁ!