Capítulo 19
Aquella mañana Barry se despierta por el ladrido de algunos perros.
Sus ojos pestañean con exceso, molestos por el sol naciente.
Cuando consigue abrirlos del todo, éstos miran directamente a Frost.
Una pequeña sonrisa nace en sus labios al mismo tiempo que susurra un "buenos días".
Entonces, la reina del hielo le mira por un segundo y algo sucede en sus ojos.
Por un corto instante, los ojos de Caitlin aparecen con su tonalidad avellanada.
Barry no puede creer lo que sus esmeraldas acaban de presenciar y en el momento en el que Frost es consciente de que algo ha sucedido, mueve el cuello para apartar su mirada de él.
Extrañada por la sensación, frunce el ceño. Mira con disimulo a sus manos y éstas tienen su característica palidez. También su pelo sigue igual.
Pero esa sensación... Había pasado mucho tiempo desde la última vez.
Y casi no se había dado cuenta.
Barry estira la mano y la pone en el antebrazo de la joven, llamando su atención. Lo consigue pues, pero cuando ella le mira, sus orbes han vuelto a su azul clásico.
—¿Qué? —Brama con la voz algo más aguda de lo normal.
El científico aparta la mano rápido y traga saliva.
—Nada.
A escondidas de la chica, Barry ha estado investigando.
Tiene una enorme curiosidad por el gen criogenico que ella posee y ha estado realizando algunas pruebas.
Y de esas pruebas ha sacado en claro que el gen frío de Frost se vuelve más intenso cuando ella se enfada.
Lo ha visto en sus ojos alguna que otra vez.
Sin embargo, el azul en éstos es más suave cuando está en calma.
Antes había llegado a la precipitada conclusión de que Caitlin había desaparecido por completo de ella.
Pero después de hoy, Barry tiene que revaluar sus análisis.
Ensimismado en sus pensamientos, Barry sólo sale de ellos cuando una fuerte explosión le expulsa de golpe del limbo.
Con una rapidez impresionante y en milésimas, Frost tira del chico y crea una bola de hielo a su alrededor.
La onda expansiva llega hasta ellos y los cristales del polígono saltan por los aires.
Barry se tapa los oídos y Frost congela aún más el círculo, haciendo que tengan menos espacio.
—Respira despacio. —Le advierte y su espalda choca con el pecho de Barry según el hielo llega más hasta ellos.
El castaño empieza a notar el corazón en la garganta y sólo alcanza a preguntar un tímido "¿Qué ocurre, Frost?"
—No lo sé, Barry.
Y entonces, otra explosión les retumba en los tímpanos.
La onda expansiva llega después, tan fuerte que destruye casi todo el caparazón de hielo.
—Tenemos que irnos. Ahora. —Frost termina de romper el hielo restante y comienza a correr.
Cuando salen del polígono, Barry gira el cuello para ver una enorme columna de humo negro saliente de algún lugar en los kilómetros próximos.
—¡Para, Frost! ¿Dónde han sido las explosiones? —Ella niega de inmediato.
—¡Me importa una mierda, corre!
Pero Barry no se mueve un sólo centímetro.
—¡Son civiles, van a morir civiles! —La ojiazul no le escucha y envuelve sus dedos sobre la muñeca de Barry para tirar de él.
Pero él se detiene en seco y se zafa de un tirón bastante fuerte.
—Tengo que hacer algo. Tengo que ayudarlos. —Susurra y entonces, Barry comienza a correr en dirección contraria, directo al fuego.
Pero su huida dura poco.
Frost dispara al suelo, creando una pequeña capa de hielo sobre el asfalto y el joven resbala inevitablemente.
Las manos de la chica se convierten en puños y camina deprisa hasta él.
—No me obligues a usar la fuerza. —Suelta y sus dientes están apretados con dureza.
—No vengas conmigo pero no me detengas, Frost. Dejame ir. —Aún desde el suelo casi le suplica.
—Tenemos un trato. No puedes morir ahí. —Le recuerda pero sus palabras no llegan a Barry, que las deja ir tal y como las escucha.
—Entonces ven conmigo.
—Yo te protejo a ti, no a ellos. —El castaño se pone de pie y sus orbes comienzan a llenarse de lágrimas.
—Tengo que ir. —Antes de comenzar su camino, ella vuelve a disparar su poder frío pero ésta vez, crea una pared que le impida pasar.
Barry todavía guarda un poco de esperanza en su corazón y se gira hacia ella.
Entonces, da un paso adelante y sus manos toman las de Frost.
—Sé quien eres, Frost. Muy en el fondo de ti, todavía queda bondad.
Y te estoy suplicando con el alma que me ayudes, que les ayudes a ellos.
—La ojiazul permanece impasible y el joven hace un último intento.
Busca con sus ojos los de ella y le susurra ésta vez.
—Por favor, Caitlin. —Unos segundos después, la chica rompe el contacto visual y físico y pasa por su lado, rompiendo el muro de hielo.
—Quedate detrás de mi. —Le ordena.
Otra explosión les hace caer al suelo pero por suerte, no salen heridos.
Minutos después logran llegar a la zona cero.
Todo es un gran incendio de escombros y una aterradora columna de humo espeso.
Frost retrocede y se pone justo delante de Barry, estirando las manos para protegerle de cualquier ataque.
—¡Allí! —El científico señala algo en el cielo y la chica alza la mirada para verlo.
Un hombre bomba.
Su cuerpo crea bombas de energía que arrasan kilómetros.
El hombre dispara una bomba pequeña que cae cerca de Frost.
Entonces, ella apreta con fuerza la mandíbula y su interior se llena de furia.
La ojiazul lanza un grito, poniendo cada mano a un lado de su cuerpo y su alrededor se hiela, desprendiendo un humo helado y blanco.
Hace un despliegue de su gran poder, dejando salir la ira de su interior.
El espectáculo es glorioso e irradia una energía monumental.
Barry sonríe cuando, entre el humo frío, la chica aparece meneando sus caderas y con una expresión seria.
—Acabas de firmar tu sentencia de muerte, chaval. —Susurra.
El hombre dispara y Frost también.
Ambas bolas de energía se encuentran en el medio y la onda expansiva hace retroceder a Barry.
Los tacones de Killer se clavan en el suelo según retrocede un par de centímetros y suelta un grito bajo cuando su cuerpo desprende más energía. Es una lucha casi igual, las bolas de energía siguen casi en el medio.
Y Barry sabe que Frost no está dando todo de sí.
Entonces, el castaño mira a su alrededor y se encuentra con varios cadáveres en los que no se había fijado antes.
Hombres, mujeres, niños.
Todo arrasado a su alrededor.
Todo destruido.
Sus ojos vuelven a aguarse y su mandíbula se tensa.
Entonces, en voz lo suficiente alta para que ella le escuche, Barry clama.
—¡Mira lo que ha hecho! ¡Vamos, Caitlin! Acaba con él.
Ella le oye y sus ojos se vuelven tan oscuros que el azul se convierte casi en negro.
Entonces, grita. Y sus manos se agitan cuando la energía abandona su cuerpo.
Y se escucha un último golpe.
El cadáver del hombre bomba al estrellarse contra el suelo.
ESA FROSTYYYYY OÉ!
No os ha parecido SÚPER tierno cuando Frost se ha puesto delante de Barry para protegerlo?
Y es que encima ella es más bajita que él o sea que... 😍😍😍😍😍😍
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