Capítulo 16

REWYRA

Camino de un lado a otro frente a la Casa del conde. ¿Llamo o no? He dejado un plazo de tiempo para no verme muy desesperada por verle, pero ahora los nervios me invaden. Además, según lo que he oído, ha vuelto con una chica...

Soy consciente de que esa chica no me ha hecho nada, no puedo sentir odio hacia ella; pero, el oír que la persona que amas vuelve a su hogar después de tanto tiempo fuera y que encima trae a una joven en brazos, digamos que una sensación agradable no es lo que me produce.

La curiosidad de cómo será aquella chica sumando las ganas de ver a Hettui pudieron conmigo, por eso estoy en esta situación. ¿Qué pasa si entro y me encuentro a los dos bien enamorados? Tengo claro que un hombre puede tener más de una mujer, pero eso no quita el hecho de que me vaya a doler.

Detengo mi caminata ya decidida; sea lo que sea, tengo que afrontarlo. Soy Rewyra, no huyo de mis problemas. Me giro hacia la puerta principal y me encuentro con una chica de pie mirándome con sus ojos morados.

Será ella, ¿no?

En ese mismo instante, me he sentido inferior. No sé, ella tiene algo y no se trata solamente de una cara bonita; si competimos con eso, sin duda me quedo atrás. Aunque sus facciones no son duras ni intimidan, por cómo va vestida y su ser en sí, hace que agache la cabeza.

—¿Hola? —saluda ella con un tono de duda.

Tiene la voz muy bonita, lo más lógico es que Hettui prefiera a ella antes que a mí.

—Hola... —murmuro sin alzar la voz. ¿A dónde se fue toda mi confianza? Yo no soy así, ¿por qué me estoy sintiendo menos? Levanto la cabeza para enfrentarme a ella y aclaro la garganta—. Digo, hola —repito con un tono más segura de mí misma—. Me llamo Rewyra, hija del marqués Jrowa.

—Yo me llamo Kristal... solo Kristal —se presenta ella.

Sonrío ante lo que ha dicho, no es una chica de la nobleza ni nada, pero no se siente menos y eso, aunque para muchos sea una falta de respeto el ponerse al mismo nivel que alguien de mayor estatus; para mí es algo admirable. No me parece mala chica, su autoestima no viene del desprecio hacia los demás ni tampoco presume de que ha vuelto con el conde.

La curiosidad vuelve al ataque en mí haciendo que inconscientemente mire un poco detrás de ella poniéndome de puntillas. Ha salido sola, no está Hettui a su lado.

—¿El conde no está? —pregunto tratando de que no se me note tanto las ganas que tengo de verle.

—Aún no ha vuelto, pero creo que tampoco va a tardar mucho más.

Esa respuesta me desilusiona un poco, pero después recuerdo que también he venido por otra razón haciendo que vuelva a mostrar una sonrisa en mi cara, un tanto incómoda por si se me haya notado mucho la decepción de que él no esté.

—No importa, igualmente vine a buscarte a ti —hablo de nuevo restando importancia a lo anterior. La veo señalarse a sí misma sin comprender—. Sí, supongo que eres nueva aquí y no tendrás con quien jugar, yo tampoco tengo muchos amigos; ¿te llevo a algún lugar?

Es cierto que no tengo muchos amigos, la mayoría están por qué soy en vez de por quién soy. Hettui ha sido para mí uno de los amigos que he tenido desde pequeña, recuerdo que a su lado estaba siempre su mejor amiga y Dam; pero, después de que falleciera sus padre, sin razón alguna, su abuela ya no es la señora amable que era antes, su mejor amiga ya no viene casi y se alejó de mí totalmente.

En todos estos años, he estado convenciéndome a mí misma de que esa pérdida fue demasiado dura como para que lo pueda superar fácilmente, por eso es normal que quiera alejarse y distanciarse; y también por eso mismo no le presiono para que me dé una explicación.

Miro a la chica pelo lila que está ante mí y la duda sumada de confusión es lo único que se muestra. Vaya, se me ha pasado por alto que quizás aún no esté enterada de lo que hablan afuera.

—Ah, perdón. Quizás no estés enterada, pero casi todo el sector-A saben de tu existencia. Y, pues yo escuché cosas... y vine a hacerte compañía —explico sin saber qué decir con exactitud, ¿estoy nerviosa? Lo más probable.

Ella se lo piensa durante unos instantes, como si no supiera si puede o no confiar en mí. No quiero hacerla nada, ella es amiga de Hettui por lo que tampoco voy a ponerme en su contra. Además, hasta el momento no me ha dado señales de que sea una mala chica.

—¿A dónde me puedes llevar? —pregunta con una sonrisa a lo que yo le respondo con otra.

Me acerco para ponerme a su lado y así comenzar a caminar juntas hacia los mercadillos y las calles más animadas. Acaba de llegar al sector-A, tiene muchas cosas por ver y mucha comida por probar.

—No sé por dónde comenzar, o sea, ¿qué tal si primero te llevo a comer algo? Conozco todos los locales de comida como la palma de mi mano —hablo con emoción y ella me sonríe ampliamente.

Apenas dado unos pocos pasos, un carruaje se detiene cerca de nosotras y de allí sale la figura de la persona que tantas veces he soñado con el reencuentro. Sus ojos amarillos mira en nuestra dirección mientras se acerca. No puedo evitarlo, no consigo esconder la sonrisa de mi cara. Él detiene sus pasos frente a nosotras guardando una distancia como siempre.

—Hola, Hettui. Me alegra que hayas vuelto y espe-

—¿Quién te ha permitido salir? —Esa pregunta que sale de su boca, interrumpe mi frase y hace que sienta un dolor agudo en el pecho.

No iba dirigido para mí. Ni un "hola", ni un "¿qué tal has estado?", ni nada de nada. Ni siquiera esa mirada de cuando ha bajado del carruaje; no iba para nosotras, sino solo para ella.

Inspiro con profundidad manteniendo la sonrisa en mi cara. Es la primera vez en todos los años en que le conozco en que necesito alejarme de él. Dirijo mi mirada hacia ellos, Kristal le sonríe con la boca cerrada sin saber qué contestar.

—Emm... Rewyra me ha dicho que me llevará a comer —responde ella abrazando mi brazo. Reacciono entonces pestañeando un par de veces.

—Sí, es tu invitada, ¿no? Sería muy maleducada de mi parte no venir a saludarla —explico sonriente.

Él dirige sus ojos hacia mí y mi corazón da un brinco.

—Ya la has saludado. —Extiende su mano cogiendo a Kristal para alejarla de mí recibiendo unas quejas de su parte—. Te vendrás conmigo a una misión —ordena a lo que ella infla los mofletes.

—No quiero, tienes muchos enemigos y siempre me veo envuelta en ello. Mejor me quedo con Rewyra para probar la comida que hay en el sector-A.

¿Le está... rechazando?

—Sí —intervengo en la conversación—, puedo cuidar de ella mientras estés haciendo cosas. Podemos ir a jugar por allí y-

—No es necesario.

—Oh... bueno... —balbuceo sin saber qué decir ante su respuesta tan directa. Siento que estoy sobrando un poco aquí, mejor será que me marche antes de perder la poca dignidad que me queda—. Yo... ya me tengo que ir... Adiós, Hettui. Encantada de conocerte, Kristal, espero que podamos ir a jugar la próxima vez.

—Eso si sobrevivo hasta esa próxima vez... —murmura ella en alto y yo me alejo sin perder la sonrisa de la cara.

Está claro que si no hay comparación, no hay daño. Viendo a Hettui así, se nota perfectamente que le importa muchísimo más Kristal que yo, eso hasta un ciego lo ve.

Los años que hemos pasado, finalmente, después de todo, perdió contra ese amor a primera vista, ¿no? Si lo sabía ya desde el momento en que oí que has traído a una chica de vuelta y ya me había preparado para todo lo que tendría que afrontar; entonces, ¿por qué me duele tanto?

🌕🌕🌕

—Ya estoy de vuelta, padre.

—¿Dónde has estado? —me pregunta sentado en una silla en el jardín tomando una taza de té.

—He ido a ver a Hettui, ya ha vuelto, ¿lo sabías? —respondo con otra pregunta sabiendo ya la respuesta.

Le veo suspirar y dejar la taza del té en la mesa para después levantarse y caminar hacia mí. Sus tres ojos marrones me observan detenidamente.

—Esa chica nos traerá problemas —anuncia finalmente, refiriéndose a Kristal.

Mi corazón da un vuelco y por poco no me llega el aire a los pulmones. Sé a qué se refiere mi padre con lo que ha dicho, quiere terminar con Kristal para siempre ya que ahora es un obstáculo entre Hettui y yo.

—Papá, no pasa nada. Igualmente, ¿qué hombre en el reino no tiene a más de una mujer? Si tengo que compartir marido con alguien, prefiero que sea con Kristal que con otra chica; por lo menos ella me cae bien y es una buena niña —trata de convencerle para abrir un camino a la nueva amiga que acabo de conocer.

Una de las cosas que no me gusta de mi padre es que se preocupa mucho por mí cuando se trata de mi relación con Hettui. Él ha hecho todo lo que ha podido para unirme más a él y eso le agradezco, pero lo de eliminar obstáculos es algo que detesto.

—Rewyra, el puesto de la condesa del sector-A de por sí había solo dos candidatas: tú y esa mejor amiga del joven conde; sin embargo, ahora se ha unido una otra que está recibiendo atención y mucha. Esa chica no debe de seguir al lado del conde, no si está viva.

—¡Papá! Confía un poco en mí, ¿puedes? No le hagas nada a Kristal, es una buena niña. Puedo hacer que Hettui se enamore de mí perfectamente sin la necesidad de que ella muera.

O eso creo. Pero, aunque en un futuro, Hettui quiere casarse con ella, sé que no me voy a arrepentir de la decisión de hoy. No quiero que esa chica se muera así porque sí solo porque haya vuelto al sector-A con el conde; por lo que he visto hoy, ella no siente nada por él.

—Rewyra, tienes que entender que para hacer grandes cosas debes sacrificar y eliminar obstáculos. Esa Kristal no es una chica normal, sino es imposible que el joven conde se haya fijado en ella; seguro que tiene algo... —Se queda callado durante unos segundos procesando—. Hija mía, tú que la has visto hoy, ¿qué tiene ella de especial?

Suspiro.

—Es guapa, bonica, divertida, tiene una sonrisa y voz preciosa; mejor que yo en conclusión, ¿sí? Papá, déjalo, me puedo apañar que es mi vida. —Veo que abre la boca para discutir pero me adelanto—. De verdad que Kristal es una muy buena niña y, juro que si no fuera porque estoy enamorada de Hettui, la querría a ella como esposa, ¿vale?

Doy media vuelta para dirigirme hacia mi habitación. Ya he tenido suficiente y no quiero discutir más. ¿Por qué mi propio padre no cree en mí? ¿Acaso piensa que Hettui solo me querrá cuando todas las otras chicas mueran? A veces pienso que le importa más el título de condesa que yo.

—¡Agh! Si tanto quieres el título de condesa del sector-A, ¡ves y cásate tú con él! —grito malhumorada entrando en mi habitación.

Al entrar, me encuentro con una figura femenina de color marrón que me mira sonriente. Corro hacia ella y la envuelvo en un gran abrazo.

—¡Mamá! Dile algo a papá, otra vez quiere ir a matar a una persona inocente —me quejo en sus brazos y ella acaricia mi cabeza.

—Rewyra, mi amor, sabes cómo es tu padre, se preocupa mucho por ti y por eso trata de conseguir todo lo que quieres —me tranquiliza con un beso en la frente.

Es verdad, siempre he conseguido todo lo que he querido. Pero, en este caso algo ha cambiado; insiste tanto que a veces llego a creer que quiero estar con Hettui por mi padre, y no porque yo le quiera.

/////////////////////////////////////////////

PALABRAS: 2060

¡Hola, hola!

Ésta es la actualización de esta semana, aún os debo la de la semana pasada. ¡Perdón! </3

Bueno, ¿qué os parece Rewyra? ¿Podemos asegurarnos de que en un futuro siga sin tener ganas de terminar con la vida de Kristal? Ya que, al fin y al cabo, ella misma lo ha dicho: "Si no hay comparación, no hay daño". Cuando el conde no tenía a Kristal a su lado, creyó que trataba así a todos, que ella no era la excepción; sin embargo, ¿cómo se sintió al ver por primera vez a Hettui prestando atención a una chica que se ve que acaba de conocer de no hace mucho?

El conde llevará a Kristal a una misión, ¿con quién se topará? ¿Amigos o enemigos? ¿Otro pretendiente de Kristal y enemigo de Hettui? No se sabe.

¿Qué sensación os produce el padre de Rewyra? ¿Que mima demasiado a su hija hasta el punto de entrometerse en su matrimonio? ¿O es que tiene otras intenciones?

Eso fue el capítulo de hoy, siento haberos hecho esperar tanto </3 ¿Qué os pareció?

¡PREGUNTA!

—¿Qué tipo de protagonista femenina es vuestra favorita en una historia de romance? Ya hablamos de las que odiamos, ahora toca premiar a las que amamos.

Yo, personalmente, esas que son putas amas. Que, cuando ve que hay un malentendido con el novio, en vez de armar escándalo y dejar de hablarse con él sin darle tiempo de explicar. O las que tienen dignidad y autoestima; saben lo que valen y no se dejan pisotear. En conclusión, diferentes a las que odio.

Eso fue todo por hoy.

¡Se os quiere!

¡Saluditos!

Dyiiana~

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top