"Gracias"
Despertó algo desorientado y adolorido, por la ventana aún entraba luz lo cual indicaba que no habia pasado tanto tiempo inconsciente.
A un lado de la camilla se encontraba Bakugō sentado con una revista que tapaba su cara pues al parecer dormía en lugar de cuidarlo.
Acercó su mano dudando si despertarlo o no.
“¿Para que lo quieres despierto?” Se preguntó a sí mismo el heterocromatico pues una parte debatía en dejarlo dormido e irse de ahí rápidamente y la otra en despertarlo y agradecerle pues al parecer ya no estaba bajo ningún efecto del Quirk de Shinsou.
Antes de decidir Bakugō se movió aún dormido lo que provocó que cayera de la silla y se despertara de golpe.
Todoroki se rió por dentro y observó cómo su compañero se levantaba lentamente, como tallaba sus ojos y bostezaba aún sin un rastro de irá en su rostro hasta que juntaron miradas y el ceño del rubio se frunció volviendo a la normalidad.
El mayor pensó en lo inusual que era la imagen de Bakugō despertándose y por alguna extraña razón prefirió tener aquella imagen del rubio a la de ahora.
– ¿Qué mierda estás mirando? – Soltó por fin Bakugō rompiendo el silencio.
– Gracias por tirarme de las escaleras. – Respondió Todoroki poniéndose de pie y sintiéndose estúpido al decir aquello. – Supongo que estabas aquí para cuidarme así que gracias también por eso.
Bakugō solo arrugaba la nariz y mantenía la mirada en el heterocromatico.
– Me voy... – Prosiguió el mayor incomodo caminando a la salida de la enfermería.
– ¡Hey jodido bastardo! – Y eso bastó para que Todoroki se detuviera a dar media vuelta y mirar de nuevo al rubio quien dudaba si hablar o no. – Antes... Cuando caiste querías decirme algo... ¿Qué mierda era?
Y Todoroki alzó las cejas sorprendido.
– Solo era una orden más de Shinsou, nada importante. – Bakugō bufó y metió sus manos a sus bolsillos para pasar por un lado del heterocromatico.
– Puedes hacer lo que quieras con el puto Deku, no grabé una jodida mierda. – Y salió de la enfermería dejando a Todoroki confundido.
Pero quería convencerse de que todo estaba bien.
Ya no estaba bajo el efecto de nada y Bakugō ya no lo atormentaria.
Sólo quedaba el asunto con Midoriya y su madre el cual se resolvería mañana.
– Veo que ya despertaste. – Llegó Recovery Girl a la enfermería. – Ese chico Bakugō se quedó de más aún cuando le dije que podía irse.
– ¿Bakugō? – Preguntó sorprendido y la anciana asintió con una sonrisa tomando asiento en una silla.
– Si y se veía algo afligido, le pregunté si se sentía mal y me dijo que no era nada de lo que pensaba así que me imagino que era algo emocional. – Giró su silla para ver algunos papeles dando por finalizada la conversación.
Todoroki camino por los pasillos en silencio como era costumbre pero está vez ignoraba uno que otro saludo que recibía.
Ahora que lo recordaba Bakugō se notaba inseguro e impaciente cuando se despertó cosa extraña en el rubio.
Suspiró agotado pues pensó que se liberaría del ojirubi pero no era así, ahora solo podía pensar en cómo agradecerle de nueva cuenta al rubio por cuidarlo y preguntale que rayos le pasaba.
Y justo en el mejor momento se lo encontró saliendo del elevador en los pasillos de los cuartos.
Ambos se miraron a los ojos cosa que comenzaba a erizarle la piel a los chicos pues ya había sido la segunda vez en el día y se quedaron en silencio.
Bakugō desvió la mirada rápido y salió del elevador pasando de nuevo por un lado del mayor quien esta vez fue el que lo detuvo tomándolo del brazo.
– ¿¡Qué mierda quieres!? – Quitó su mano de inmediato y soltó pequeñas explosiones.
Todoroki se detuvo un rato y luego volvió a reaccionar, miro al suelo confundido para luego entrar rápido al ascensor y pulsar cualquier botón para irse rápidamente de ahí.
Las puertas se cerraron y el heterocromatico se arrastró por la pared del ascensor hasta quedar sentado y ocultar su cabeza en sus piernas y brazos.
En lugar de agradecerle a Bakugō había pensado en otra cosa.
Por su mente no pasó un simple “Gracias” sino algo como lo que ya había dicho anteriormente pero con una carga y pesadez más emocional, un “Me gustas” y a pesar de ya haberlo dicho antes esta vez agradeció que no se le escapará pues sabía que no lo diría de la misma forma a como solía decirlo.
Se preguntó si el golpe en la cabeza lo había dañado o si aún estaba bajo el efecto de Shinsou. Tomó todo el aire que sus pulmones le permitieron y suspiro, solo quería ir a su habitación y dormir.
Seguramente mañana olvidaría todo, llevaría a Midoriya a conocer a su mamá y se acabarian sus problemas.
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