Capítulo Único.
"Tengo sed..." Allí está Namjoon con una botella de agua fresca que ha costado más que su almuerzo.
"No entiendo este ejercicio...¿puedes hacerlo por mi, Nam?" Allí está Namjoon sacrificando su sábado libre para entregarle a Jungkook su trabajo perfecto.
"¡Oh, está lloviendo! ¿Tendrías un paraguas para mí?" Allí está Namjoon enfermado por evitar que el sedoso cabello de Jungkook se arruine.
Todas estas cosas el mayor hace por Jungkook, un joven menor que lo trae engatusado desde que tiene memoria, un joven que lo usa para su conveniencia y manipula a su antojo.
Un joven brillante como un sol que atrae a astros nobles como Namjoon pero no les brinda nada.
—¿A quién cortejaras este catorce de febrero, Kook?— Hoseok bromea acerca de su larga lista de espera.
—Sabes que el cortejo no es lo mio, voy directo al punto, Hope...— El menor es una persona peculiar, de esas personas que tienen lo que quieren, que todos envidian y aquellas que nacen con la suerte de principiantes, al comienzo de sus vidas tienen lo que desean; belleza, dinero, exito, etc, pero luego, con el pasar de los años serán castigadas por el Karma (o simplemente las dificultades de la vida real). Además de esto es un malcriado, hijo de padres de clase media nunca le sobró nada sin embargo tampoco faltó.
—Deberías darle una chance a Kim, ese sujeto está obsesionado contigo, pero de una forma sana...— Si su amigo lo decía era cierto, Hoseok era de pocas palabras y jamás mentía. ¿Pero eso le importaba a Jungkook? Nah.
—Le daré la chance de escribir mi carta de declaración para Rosé...— el menor rie por tal idea, suena absurda pero terminará siendo verdad, Namjoon es uno de los mejores de su clase por lo que es excelente en relatar poesías entre otras cosas.
Respecto a esto, cada persona en su instituto se pregunta diariamente como alguien como Namjoon no es correspondido por Jungkook, nadie lo sabe, ni siquiera los protagonistas de los rumores. Muchas chicas y chicos se esforzaron por captar la atención del mayor pero ninguno logró las atenciones que este le brinda a Jungkook.
Otros trataron de abrir sus ojos y advertirle que era usado como un sirviente, pero cuando esto pasaba algo en Jungkook se enfurecía, solo en esas situaciones demostraba interés por el mayor, le daba las gracias, decía cumplidos y no le pedía nada hasta que se asegurara de que el terreno estaba seguro nuevamente.
—Eso es cruel, algunos querriamos tener a alguien como él en nuestra vida.— Hoseok odia ese lado de su amigo, el idiota y deshumano, de igual manera no tiene sentido decirlo.
Jungkook no contesta le parece ridículo que piense en esas cosas, lo meloso le da migraña.
Cuando ingresan a su salón correspondiente se encuentran con un nuevo alumno, sus compañeras mujeres lucen extrañas mientras actúan de manera exagerada tratando de llamar la atención del nuevo sujeto.
Lo único que cruza su mente es lo 'ridiculas' que son.
—Mi nombre es Park Jimin y como verán soy nuevo...— todas ellas ríen debido a las últimas palabras que ni siquiera dan risa, pero ellas lo hacen.
(...)
Dos semanas después.
Namjoon ha trabajado duro los últimos días, sus exámenes demandan el tiempo que podría ocupar para Jungkook y sus pedidos. Le ha pedido que escriba una carta de amor para Rosé, la chica que ha ganado varias medallas en natación para su instituto, se niega a pensar que se le quiere declarar, seguramente es para uno de sus amigos que son malos con los sentimientos.
Al escribir ese papel usa todo lo que siente por Kook, es sincero porque no hay necesidad de mentir, a todos les gusta recibir cumplidos de quienes nos gusta. Aunque lo que Rosé leerá no será para ella literalmente, solo son palabras que reconfortan, los gestos valen más.
—¿Por qué escribes una carta de amor para alguien que no conoces?— una voz aguda pero sueve suena desde sus espaldas, sobre su hombro derecho más específicamente.
Voltea y se topa con un chico que jamás ha visto en su vida, a pesar de eso su mirada llena de curiosidad parace estar juzgandolo y eso le incomoda.
—No estoy haciendo eso.— una sonrisa falsa adorna su rostro mientras cierra el cuaderno en sus manos.
Jimin alza una ceja juguetonamente y toma asiento en la misma banca que Namjoon, aunque el sol golpea de lleno en sus cabezas el calor es agradable.
—Leí lo que decía la carta, no mientas.— contesta simplemente.
Namjoon enrojece ante el descaro que ha tenido.— ¡Y-yo no te permití h-hacer eso!— eleva el tono de voz más de lo que hubiese querido.
El menor piensa que luce adorable enfadado, hasta se arrepiente de ser tan metido, alguien tan lindo no debería pasar malos ratos.
— Solo quería verlo con mis propios ojos.—
— ¿Qué cosa...?— eso ha confundido a Namjoon.
— El que estés obsesionado con el sujeto Jeon... soy nuevo aquí pero mis dos semanas han estado llenas de comentarios acerca de tu relación con él, al parecer a todo el instituto le llama la atención y quise comprobarlo por mi mismo.—el comentario no afecta demasiado a Namjoon, lo ha escuchado varias veces ya y lo ha ignorado. No es obsesión es amor.
— No es una obsesión...— susurra sin ánimos de explicar más.
—Tampoco es amor...— contrataca Jimin. —Por lo menos no correspondido, creo que nadie en su sano juicio pediría a su enamorado escribir una carta de amor para entregar a otra persona...— la mirada de Namjoon cambia por unas milésimas y sabe que se está desatando una lucha en su interior, no quiere dañarlo ni ser uno más que lo ataca con comentarios crueles y de burla, pero tampoco quiere ser suave y darle a Namjoon una señal de 'estoy de tu lado, pienso igual a ti'. No lo conoce para ser tan amable, todavía, pero desea hacerlo.
—No te metas en lo que no incumbe, yo sé lo que hago o no hago con mi vida.— rara vez ha sido tan rudo con alguien ñero esta vez se siente ofendido, se levanta de su asiento decidido a alejarse pero la voz del chico cuyo nombre no conoce lo interrumpe por ultima vez.
—Soy Park Jimin...— luego un 'por si te lo preguntabas' es susurrado.—...Y quisiera ser parte de tu vida...— ha ido lejos con esta última frase pero no le importa lucir desubicado.
Mucho menos cuando es ignorado profesioanlmente por Namjoon y se aleja con dirección a los interiores del edificio.
(...)
Cuatro semanas después.
—Te ves radiante el día de hoy, Namjoon.— la sonrisa que Jungkook le ofrece se ve tierna (aunque sea falsa) a pesar de que sus dientes frontales están resguardados por sus labios finos. Namjoom camina a paso firme por los pasillos del instituto ignorando, como siempre ha hecho, las miradas curiosas del alumnado.
— Gracias, Jungkook, eres muy amable...— y allí es cuando el nombrado se siente rechazado, se siente parte de la larga lista de personas que el chico al cual persigue ignoró por meses. Ya no es el foco de atención del chico moreno.
Y se siente ridiculo también, correteandolo a pocos metros de distancia, llenandolo de cumplidos que son agradecidos humildemente pero nada más, ofreciéndose a pagar su almuerzo o llevarlo a casa. Sabe que los roles se han invertido en poco tiempo y eso no puede desesperarlo más.
Todo comenzó con la llegada de Park Jimin, aquel sujeto que enamoró a sus compañeras al parecer también se coló en la vida de su Kim Namjoon, las primeras semanas todo fue normal hasta que comenzó a extrañar los 'servicios' que se acostumbró a tener, pensando que sería fácil engatusar al mayor nuevamente no se esforzó al principio, pasado San Valentin le compró una caja de chocolates y le agradeció por la 'carta de amor' que redactó a Rosé, sin embargo la reacción del otro no fue como esperaba, tan solo rechazó su regalo argumentado que 'el chocolate le producía alergias', la respuesta no dolió sino el tono calmando, amable y amoroso con el cual la dio como si no le importase en lo más mínimo, algo muy distinto a lo que hubiese hecho antes.
Luego intentó ayudarlo con sus libros, leía mucho y sus debiles brazos parecieran quebrarse por el peso sobre ellos. Otra vez fue rechazado amablemente en medio de los pasillos repletos para luego observar en primera fila como aceptaba la ayuda de Park Jimin.
Y esa fue la primera vez que se sintió triste, a pesar de como lo usó, lo desinteresado que fue, el mayor continuó con su actitud respetuosa y amable, declinando sus ofertas sin humillarlo ni echarle en cara absolutamente nada. Ese accionar noble mostró a Jungkook la maravillosa persona que había menospreciado.
—¿Q-querrias ir a tomar un café conmigo al terminar tus clases...?— nunca se ha cohido hablando con otro ser humano desde que tiene diez años, a diferencia de eso ahora está aferrado a su bolso de mano esperando la respuesta de Namjoon quién le sonríe dulce como todo el tiempo que ve su rostro. Jungkook no es consiente de como su imagen imponente se ha quebrantado.
— U-un buen amigo ha inagurado una cafetería a pocas cuadras de aquí y-...—
— Me tendrás que disculpar nuevamente, Kooki, pero ya tengo planes...— susurra mientras sus mejillas enrojecen.
Nuevamente ese nudo con sabor ácido y textura aspera se instala en la garganta de Jeon, suena tan lindo aquel diminutivo de su nombre que se siente aún más idiota por no prestarle atención antes.
—Oh... no hay problema, está abierto de lunes a sábados así qué tal vez podriamos ir otro día.— quiere un 'si' como respuesta, quiere su atención nuevamente. —S-si quieres pasaré por ti en mi automóvil... leí que el fin de semana será lluvioso, enton-...— y es frenado en seco por la voz de Namjoon.
— No quiero ir contigo a tomar café, Jungkook.— La paciencia del mayor ha falqueado por unas milésimas, si no le pone un alto caerá nuevamente en sus engaños y Jimin estaría decepcionado si eso sucede.
La respiración del menor se corta brevemente aunque poco le hace caso, el significado de la oración es claro pero no pierde nada volviendo a intentar.
— ¿T-tal vez un té? Yo se hacerlos, si quieres podemos ir a mi casa y yo preparé los que quieras para ti...— podría mostrale su hogar y a su familia así comprobará que fue criado por buenas personas, que en el fondo no es un desgraciado.
—L-lo siento mucho... yo ya no quiero nada contigo ni que venga de ti, Jungkook.— da media vuelta y abandona al menor quien lo mira petrificado.
(...)
— Compré girasoles, tus favoritos...— su voz suena feliz mientras coloca frente al rostro de Namjoon un gran ramo de dichas flores. No es un día especial ni nada, solo lo hace porque su Hyung se lo merece.
—No debiste, Jimin.— el mayor sonroja ante el gesto de atención que Jimin le ha brindado, siempre lo hace, aún no se acostumbra a recibir regalos diariamente sin que sea su cumpleañera.—...solo siéntate, he ordenado dos malteadas.— prefiere desviar de tema porque sabe que el otro seguirá averonzandolo con palabras lindas.
—Cierto, a lo que vine.— toma asiento mientras sus manos comienzan a sudar con anticipación.
Namjoon ladea la cabeza en confusión, todos los días meriendan juntos desde hace semanas, no es algo nuevo ni para ponerse nervioso.
—¿Si...?—
—Cuando nos conocimos te dije que quería ser parte de tu vida...— se carcajea con un poco de pena ante el recuerdo.—Eso fue muy apresurado de mi parte pero sabia que en algún momento seriamos cercanos...—
— Ya eres parte de mi vida, Jimin, me ayudaste con muchas cosas, eres un gran compañero.— si fuese alguien que se conforma fácilmente esas palabras le llenarían el corazón, pero cuando se trata del amor de Namjoon nadie puede conformarse con determinada cantidad, es puro y regocíjante.
— Yo quiero ser tu compañero de vida, quiero que me ames como un hombre ama a otro más allá de la amistad, te convertiste en el ser más brillante y cautivador desde el primer instante, dejame seguirte, servirte, acompañante. Consedeme el honor de ser feliz con tu simple forma de ser...— cuando Jimin termina está temblando y se repite que sus palabras han sido básicas y predecibles pero ninguna poesía ni canción es suficiente para alguien como su hyung, las palabras para dedicarle aún no existen en ningún idioma o abecedario.
— Nunca nadie me habia dicho cosas como esas Jimin...— la extraña sensación de un cumplido especial (no como los que se recibe de desconocidos, sino uno con más carga sentimental) lo golpea transformándose en picazón ocular, esa que se siente bien porque serán lágrimas de felicidad.
— Que estupidos son los 'nadies', se han perdido de admirar las lágrimas doradas del Sol...—
Y a lo lejos, desde una esquina solitaria y fria Jungkook calienta su fría alma con la taza de café entre sus manos observando a Jimin y Namjoon, no sabe lo que dicen pero las palabras no hacen falta cuando intercambian miradas llenas de adoración, esa mirada que en algún momento fue para él y anhela sentir nuevamente.
Esa a la que no puso atención y por ello ahora se arrepiente.
Si calificamos a estos tres jóvenes como astros Namjoon sería el Sol, cada vez mas brillante y central, Jimin un planeta común dependiente y fiel al astro mayor, y por último Jungkook, sería una enana negra que ha consumido toda su energía y solo le queda vagar por los confines de la galaxia.
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la primera parte mg pero la segunda no porque soy un asco con la poesía y los sentimientos bla bla.
Gracias x leer, correcciones cuando
wattpad funcione decentemente.♡
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