—¿Estás enfermo? —me preguntó Taehyung, uno de mis mejores amigos, poniéndome una mano en la frente. Yo se la alejé con brusquedad, golpeándolo.

—Estoy bien —le respondí con fastidio. Lo único que me habían preguntado en toda aquella mañana habían sido esas mismas dos palabras: ¿Estás bien?. Mierda, ¡era lógico que no! Pero aun así no deberían preguntarme.

Si no les he dicho que me siento mal, es porque no quiero que lo sepan, ¿verdad?

No lo sabía.

Ni siquiera sabía el porqué estaba todavía en el instituto. Hace unas horas, cuando me llegó tu mensaje, lo único que quise fue tirarme por la ventana y simplemente matarme.

Porque la idea de que te hubieses vuelto así de frío conmigo porque te enteraste que estoy enamorado de ti, me estaba provocando ansiedad a toda hora.

Para mí, en estos momentos, me era imposible no pensar en lo que te diría a penas te viera.

Estaba asustado.