Parte 5 de 10

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-¿Nuevamente estresado, joven Grace?- interroga con gracia Lucas, mientras el azabache no quita su mirada de los papeles en su pequeño escritorio.

-Ah...supongo- responde él sin prestar atención del todo, entre un suspiro cansino y ojeras que vuelven su rostro un desastre.

-Eres muy joven como para ya hacerte cargo de una investigación ¿tienes un motivo?

Ray tan solo guarda silencio brevemente, porque realmente tenía motivos, pequeños motivos que llevan nombres y bonitos colores, que le hacen reír y calmar levemente su soledad (aunque bueno, es Ray y él siempre lo oculta)
Imagina la sonrisa alegre de Emma y los ojos cielo de Norman, aquellos recuerdos de hermoso antaño que perduran en su mente, haciendo que este respire con tranquilidad y su mundo continúe.
Haciendo la melodía de su padre más alegre, más pintoresca y valiosa.

-Mientras ellos estén bien, mientras estén a salvo, podré continuar- pronuncia más para si mismo, mientras Lucas le observa con pena y se levanta para para retirarse de allí, dejando trabajar solo al azabache.
Aunque muy en el fondo se sienta inútil de no saber como ayudarle.

-Entonces necesitarás suerte para ello-

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-Entonces ¿cómo es que comienzas a pasar todas las noches en casa del Ratri?- masculla Yûgo entre dientes, mientras observa decepcionado a su hija, quien parece tan lejana últimamente.

-Se llama Norman, papá- habla suave ella, con pena reflejada en sus ojos- Y él...no es malo como dices- añade con una sonrisa pequeña, esperanzadora, la cual aturde al adulto y hace que sus puños se cierren ante la ilusión de su hija.

Él tan solo respira profundo, mientras pasa sus manos por su rostro y su ceño se frunce más de lo que debería.

-Esa familia te traerá problemas, y aunque no quieras aceptarlo, Emma, él por nacer de allí está simplemente podrido.

La menor siente su cabeza doler, mientras acaricia con suavidad su pecho, sintiendo cada latido que su corazón da. Sus ojos le arden, mas no alzará la mirada para ver a su padre.

Tan solo niega con la cabeza -Norman no es así- afirma con seguridad miedosa, pero Yûgo suelta una risa amarga y alza la mirada de la pelinaranja con cuidado de no lastimarla _al menos, no más de lo que ya había hecho_

-Y dime ¿por qué se quedó solo, entonces? Nadie de su familia lo quiere y pierde todo lo que ama, así como su madre ¿crees que alguien de esa familia ama realmente, Emma?- la nombrada tan solo siente como cada palabra es más venenosa que la anterior, causando que su cuerpo tiemble al pensar que haya un poco de verdad detrás de todo- Yo solo quiero lo mejor para ti-

-Pero Norman no es...

Yûgo gira sobre sus talones y camina hacia la salida de su hogar, dejando a su hija con el corazón desolado y veneno incrustado en su mente de niña buena _esas que no tienen las manos llenas de sangre ni mirada gélida, esa que simplemente no es_

-¡Papá!- lo llama con desespero cuando él simplemente se había ido, sintiendo sus manos temblorosas y mejillas humedecidas- ¿Por qué eres tan cruel?-

Emma respira con lentitud, se había deshecho de su propia hermana para no ser abandonada,luego de su madre quien, con ternura, acaricio su rostro mientras le sonreía tristemente, dándole la sensación más genuina al verla cerrar sus ojos.

Había ensuciado sus manos para no ser abandonada ¿realmente valió la pena?

Avanza con suavidad, subiendo las escaleras y adentrándose a su habitación de tierno color, mientras rememora cada pequeño recuerdo lleno de pureza y sin mancha alguna.

Así como ella, antes de ser un monstruo.

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-¿Qué haces aquí?- interroga con voz neutra, mientras la sonrisilla de Bárbara le hace querer tanto golpearla.

-Lo mismo que tú, supongo...- responde con normalidad, acercando su rostro a la oreja de Emma con disimulo- No es como si no esté enterada de las noches que pasas aquí- susurra con molestia.

-Claro, Norman y yo somos amigos.

Escucha la risa burlona de la contraria, mientras sus labios se curvan de forma pícara, haciendo que Emma realmente dude por un segundo de si misma.

-Da la misma casualidad que él y yo también lo somos, no habrá problema si hago lo mismo ¿verdad, Emma? Al fin y al cabo, Norman no es nada especial para ti.

~Pero que agria mañana~

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-Norman debe estar con ella ahora...- susurra con molestia, mientras sale de su desagradable trance.

¿Hacer lo mismo con Norman?

Aquella idea le era desesperante, ocasionando que su corazón se comprima y el rencor recorra su cuerpo.
Porque Emma no quería perder al joven de ojos cielo y sonrisa que calma los mares violentos de su corazón, Norman era, junto con Ray, una de las personas más importantes que tenía.

Pero claro, siempre hay algo más que su corazoncito quiere ocultar_o simplemente no entiende_ y es que el cariño que le tiene a Norman es tan distinto, porque ama verlo sonrojado y sentir sus suaves manos sobre su rostro, acariciándola con cariño.

-Norman...- murmura con una sonrisa dulce, mientras el atardecer inunda la ciudad de cálidos colores y siente su corazón palpitar con frenesí.

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-Emma...¿qué haces aquí? Yo pensé que...- la fémina de sonrisa angelical se adentra con firmeza a su departamento, donde no observa rastro alguno de Bárbara- Pensé que estabas molesta conmigo- admite con vergüenza el albino, quien sonríe nervioso al verla tan cerca suyo y con mirada enternecedora.
Emma sonríe con sinceridad, mientras acerca su cuerpo al de Norman, sintiendo lo cálido que es con tan solo abrazarlo.

-Tu no eres malo Norman- susurra con dulzura, mientras hunde su rostro en el pecho del joven, quien la rodea con delicadeza y le sonríe comprensivo.

-Creo que...no le agrado a tu padre y parece que así se quedará- pronuncia con vergüenza, sabiendo el porqué de las palabras de la chica.

-¿Podrías...podrías ayudarme?- Norman la observa extrañado, mientras asiente con suavidad, acariciando los cabellos de la fémina.

-Claro- afirma con delicadeza, perdiéndose en el suave tacto de sus labios juntos, haciendo que su corazón palpite con frenesí y tomando el atrevimiento de tomar la pequeña cintura de Emma y acercarla más a su cuerpo.

-Emma...- llama él de forma entrecortada, separándose del beso y admirando el rostro sonrojado de la jovencita que le quita el sueño, con respiración agitada y soltando suave suspiros.

-Te amo- revela con cariño, ocultando su rostro en su pecho y acariciándolo con suavidad- Norman...¿tu me amas?

El albino la mira con asombro, sintiendo como su corazón late de forma sobrehumana y preocupante, mientras la toma nuevamente entre sus manos y une sus labios con ímpetu, ocasionando el leve gemido de la fémina.

Es tierno e inexperto, junto a suaves caricias y la curiosidad que sienten al querer ver el cuerpo ajeno.

-Realmente te amo- susurra la chica entre jadeos, mientras espera con sus ojitos vidriosos ante el deseo el escuchar lo mismo de los labios de Norman, quien sonríe con el rostro teñido de un tierno rosa.

-Siempre te he amado, Emma- contesta con un tono endulzado, mas con rapidez para las manos de la pelinaranja, quien comenzaba a desabotonarse la blusa- Es-espera, Emma, tu quie...

-Acaríciame, Norman, demuestra tu amor- interrumpe con inocencia, mientras el albino traga pesado y no puede evitar ayudarla a desvestirse, quedando encima suyo y besándola lentamente, mientras siente la calidez de su piel desnuda junto a la suya.

Los toques de la puerta hacen que ambos paren momentáneamente entre suspiros calientes y el deseo aún prendido.

-No abras- ruega la fémina con los ojitos cristalinos ante el deseo de poder sentirlo junto a ella.

-No estaba en mis planes hacer ello- dice con dulzura, acomodando las mechas naranjas que se posan en la carita sonrosada y humedecida de la jovencita -Pero creo que no podré parar si...- los suaves besos de Emma le hacen callar, mientras su cuello es invadido por ella y sin saber, sus manos traviesas que antes temblaban la toman de la cintura, sintiendo sus piernas rodear su cadera, causando que su cuerpo se estremezca con tan solo sentirla.

-Te amo Norman, por favor, solo continúa y cae ante el deseo.

~Esta vez ninguno de los dos estaba dispuesto a alejarse del otro~

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-¿Encontraste algo?- interroga Yûgo al ver a Ray entre papeles y videos.

-Tengo mis sospechas, pero verte por aquí, viejo, es muy raro.

-¿Raro? Niño, estás investigando el caso del asesino que mató a mi hija y probablemente, a mi esposa- responde Yûgo con seriedad, mientras el azabache refunfuña.

-¿Recuerdas los vídeos borrados?- pregunta repentinamente, haciendo que el adulto asienta y se acerque.

-Como olvidarlo.

-Pues allí es donde comienza todo, pero solo hay algo que me aturde.

-¿Qué es?

-Primero, que el asesino sea muy inteligente o, que tenga un compañero, algo así como "Tu matas y yo me encargo de cubrirte"- suelta sin anestesia, por más cruel que ello suene- Pero no solo es eso...sino que también...eh, no, eso es insignificante.

-Solo dilo, Ray.

-No importa, es algo estúpido, por cierto ¿cómo está Emma?

-No ha llegado a casa aún.

-¿Y lo tomas tan normal? Pensé que eras de esos padres celosos.

-Sé muy bien que no me escuchará, se la ha pasado noche tras noche en casa de Norman.

-¿Norman? Entonces no tienes que preocuparte, él nunca le haría daño.

-No conoces a esa familia, a los Ratri no les interesa quien salga lastimado o quien termine pagando sus delitos, mientras no les afecte a ellos o sus objetivos, harán lo que sea.

-Entonces...¿lo que sea?- susurra Ray con mirada fría, mientras Yûgo asiente y chasquea la lengua.

Todo se va armando, y el resultado será tan aterrador que no lo quiere ver.

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Holiiiiii :'3 Sí, lo sé, debía actualizar al menos el jueves, pero todo es culpa de los maestros y los trabajos que dejan cuando solo quedan 2 benditos días para terminar el año 😿

Muchas gracias por leer, no saben lo feliz que me hacen, sobretodo al recibir sus comentarios 😻💙💛 Espero que les haya gustado.

Sin más que decir, los amo 😻❤