❀Welke❀

Parte 2 de 10

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Y...¿cómo se sintió, Emma?

Toma el pequeño cuerpo con suavidad, acurrucando a su difunta herma en su pecho, susurrando cosas inaudibles y tarareando las melodías más bonitas que alguna vez pudo oír de los labios de su madre.

Acaricia la mejilla pálida, cierra los párpados de Carol con ternura y sus ojitos verdes brillan, la adrenalina recorre su ser y piensa que está tan mal sentirse bien.

Mira de reojo el pozo que le construyó su padre, y en su mente le vienen recuerdos bellos de antaño; solo ella, Dina y Yuugo.

Deposita con ternura sus temblorosos labios rosa en la coronilla del pequeño angelito tieso, y una sonrisa triste se forma. Su cuerpo tiembla y el frío la invade, así que se aferra al cuerpo de la niña de inocente corazón, que le recuerda tanto a ella junto a su bonito color naranja, pero...


Pero Emma debía ser la única flor de pulcro color.

-Lo siento...Carol- susurra para luego botar el cuerpito inerte de la bebé.

Ya no hay llantos, ya no hay desesperación ni olvido, solo es Emma con sus suaves latidos y lágrimas en el rostro, solo está Emma y ese niño que la ama en todo (incluso cuando de pecados y manchas en el blanco manto de la vida se tratase).

Norman, por su parte, cubre sus labios mientras su corazón arremete sin piedad en su delicado pecho, está asustado mas no se aleja, calma su respiración junto al llanto ahogado, junto a los gritos suprimidos y sentimientos intactos.

La observa y le es imposible ver algún error, pero ella los tiene en demasía y aún así se tragará con amargura ello, porque Emma de rodillas en el verde césped, iluminado por la luz de luna que se oscurece tenuemente por las nubes de oscuro color, con las manos en la cabeza y gritos queriendo liberarse; eso la consumirá y aquel bonito girasol morirá marchito.

Norman cree que lo más inteligente es alejarse y desaparecer por siempre del verde iris de ella, huir de la hórrida escena con aires ácidos y tóxicos, pero...

~Pero Norman no dejará que se marchite esa bella flor que atesora con toda su alma, con todas sus fuerzas, incluyendo las inexistentes~

- Está bien Emma...voy a ayudarte porque te quiero.

Al final ese pozo sí cumplirá un deseo.

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Los gritos la despiertan, es su madre con ojos llorosos y miedo en su andar junto a Yuugo hablando por el teléfono, alzando la voz, probablemente, al policía que lo atendió.

Es una bebé! Tiene a penas tres meses de nacida, no me pida que me calme si no tiene hijos ¡maldita sea!

-Ma-mamá ¿qué pasó?- susurra con confusión fingida, mientras sus manitas están inquietas y mojadas por el nerviosismo. Dina le mira con ojos enrojecidos y rodea su cuerpito mientras lágrimas son liberadas.

-Emma, escúchame...- menciona la mayor con una sonrisa torcida, tratando de calmarse y acariciando la carita sonrosada de su hija- Mami y papi han tenido un problema, necesito que te quedes en casa de Ray durante este día ¿puedes?- la niña de dulce mirar asiente a la vez que se interroga por dentro ¿debería preguntar por Carol para que no levante sospechas?

Definitivamente eso sería cruel sabiendo qué es lo que pasa realmente, al fin y al cabo, ella es causante de las lágrimas amargas de sus padres; mas hay algo macabro que  cruza por su mente retorcida y fría, recordando con rencor la lejanía de sus padres cuando Carol era la estrellita principal de sus ojos.

Quiere vengarse, preguntar dónde está su hermanita y hacerla llorar nuevamente, lo amaría tanto pero...

-Emma, Ray y yo vinimos a hacerte compañía, vamos- llama Norman con una mirada sensible, aunque aquella sonrisa de luna tan bella siempre alberga su rostro. Emma sabe muchas veces que es forzada, mas la ve tan bonita y rota, que le fascina.

-Ve hija, ya llegaron por ti- finaliza la de cabellos dorados, acariciando suavemente la melena naranja de su niña, quien solo observa el piso mientras un sentimiento recorre su ser entero y quiere retorcerce sin piedad alguna.

Y claro, hay algo más...

Es la calidez que siente en su manita, junto a su mirar esmeralda que solo ve aquel diminuto y frágil amigo suyo que, con ternura, comienza a jalarla (porque Norman puede ver como Dina se rompe con tan solo sonreír).

No hay una despedida, solo es Emma siguiendo a Norman, porque prefiere verle a él, a un ser lleno de inocencia y pureza subliminal que a su amada madre.

-Emma...- habla bajito el de cabellera nívea, mientras la nombrada abre un poco sus ojitos y le sonríe dulcemente, conoce muy bien ese llamado y sabe que el corazoncito de Norman está comprimido de preocupación.

-¿Si?- responde de la misma forma, evitando verle mientras trata de calmar el temblor de su mano. No sabe cuánto durará así, ni cuánto tiempo ocultará aquel delito tan vil; porque Emma ahora teme, teme que sus padres no la vuelvan a amar, teme que Ray nunca la vuelva a mirar a los ojos con cariño y también...

También teme que Norman vea su realidad, que es un monstruo y suelte su mano para jamás volver a tomarla, dejar de sentir aquella calidez tan aliviante y que expande en todo su cuerpito una corriente especial.

Norman tan solo suspira suave, porque él sabe que Emma no está bien.

-¿Me dejarías si yo fuera un monstruo?- interroga de pronto ella, quedándose quieta frente a su puerta de cristal.

-No- contesta con sencillez Norman, tratando de avanzar hacia el auto negro.

-¿Por qué?

-Ya no importa lo que sea, Emma, yo siempre me quedaré a tu lado pase lo que pase, hagas lo que hagas - pronuncia con amabilidad, y sus iris cielo destellan cariño que con timidez ella recibe.

-Eres demasiado bueno- murmura bajito, subiendo al auto mientras ven como Ray está al lado de Isabella, quien conduce con una leve sonrisa.

-Cinturones de seguridad, por favor- anuncia el azabache con tranquilidad -Ah...y nada de besos ni cursilerías en este auto...~ya suficiente tengo con mis padres~

Norman ríe nervioso, al lado de una antenita naranja que pareciera botar humo.

-Ray, no es cortés decirle eso a tus amigos- pronuncia suavemente la mayor, aunque muy en el fondo se alivia al ver a la pelinaranja sonreír junto a sus amigos, porque era muy cruel y doloroso perder a alguien querido e indefenso.

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-Sabes lo que pasó ¿verdad?- pregunta el azabache, bebiendo de su leche tibia, aunque amaría que sea café.

-¿Qué es lo que piensas, Ray?- responde el albino con sonrisita amable, mientras disfruta de alimentar a su pajarito azulado.

-Algo malo pasó, claro está.

-Ray...- lo nombra con seriedad en susurro- Carol desapareció.

-Eso es...no, tú no te equivocarías con algo así, sobretodo si es con Emma.

-No sé si ella lo sabe, parece que Dina no lo dijo.

-Creo que es lo mejor, al fin y al cabo es Emma de quien hablamos.

-¿Yo qué?- pregunta con curiosidad la niña de ojitos verdes, con una sonrisa divertida.

-Que eres muy ruidosa y torpe, eso dijo Norman- alega con frialdad el azabache, aunque ver la rara expresión de Norman valía millones.

-¡¿Eh?! Eso no es cierto, Norman me ama y nunca diría eso- se queja la niña con puchero molesto, mientras Norman no sabe como mantenerse de pie sin temblar.

-Eso quizás cambie con el tiempo, tonta; Norman no siempre será un niño y por ende, no siempre estará a tu lado.

-Mi-mientes Ray, eso no pasará ¿verdad Norman?

El nombrado asiente rápidamente, sin mencionar palabra alguna mientras los ojitos de sus amigos lo miran con interés.

-Estás muy rojo- pronuncia el azabache con burla.

-¿Qué querías que hiciera?- balbucea tímido Norman, Emma tan solo se acerca a él y lo abraza con ternura.

-Ray solo está celoso de que Norman me ame a mí y no a él.

Esos tiempos de niñez...ya no volverán, pero a veces es bueno recordar.

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-¿Conocen a alguien quien les quiera hacer daño?

-No, o al menos no pensamos en ello- responde Yuugo con preocupación.

-¿Quién fue la última persona que los visitó?

-Bueno...mi hija, Emma, ayer invitó a dos de sus amigos pero uno de ellos se fue primero y el último más tarde, son muy buenos niños.

-Señora, señor; no tenemos sospechoso alguno, pero hay algo extraño.

-¿A qué se refiere?- apresura el azabache en preguntar.

-Que al solicitar los videos de las cámaras de seguridad, calculando la hora en la que probablemente su hija desapareció, nos encontramos con algo que simplemente es imposible.

-¿Qué es?- pregunta la adulta de cabellos dorados con el ceño fruncido, mientras sentía como su corazón palpitaba fuertemente.

-Que no había nada, parece que las cámaras fallaron muy oportunamente o que alguien se infiltró y robó esos videos, aunque quien se haya llevadona su hija fue alguien inteligente, no sólo desapareció el video de su hogar, sino también el de mucho otros.

-¡Cómo es posible eso, maldita sea!

-La persona quien lo hizo seguramente tuvo todo perfectamente calculado, nadie podría hacer eso en unas cuantas horas y las personas encargadas de allí no vieron absolutamente nada.

-Pe-pero, aún así, encontrarán a mi hija ¿verdad? Ella...ella es solo una bebé- se desespera Dina, mientras siente como las lágrimas recorren sus mejillas y sus manos tiemblan.

-Seguiremos con las investigaciones- menciona el hombre uniformado, aunque muy en el fondo vea que no hay solución a aquel problema.

-No te preocupes cariño- pronuncia dulcemente Yuugo, tomando suavemente la mano blanca y fría de su esposa, quien llora sin desconsuelo- Encontraremos a Carol, lo haremos pase lo que pase.

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¡Muchas gracias por leer, los quiero mucho!🌜🌻

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