Parte 4 de 6

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-¿Qué fue lo que le dijiste a Bárbara, Emma?

La chica de orbes esmeraldas le regala una sonrisa tierna, mientras bebe con tranquilidad de su té helado.

-Norman, en cualquier momento vendrá Oliver con Zack, no puedes estar aquí- susurra con mesura, y el de cabellera nívea frunce el ceño y la jala (no con fuerza, él jamás la lastimaría, pero ella probablemente sí)

-Norman- se queja ella con vagueza, mientras el nombrado hace caso omiso a sus palabras, a la suavidad con la que pronuncia su nombre.

~Oh,esa flor realmente posee espinas~

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-¿Y?- pregunta Norman con el rostro serio, esperando la respuesta de la niña de sus sueños.

Una niña la cual siente no reconocer, y aún así está allí para amarla, pero no después de aquello, porque Bárbara es de esas chicas fuertes que no lloran por nada, y Emma logró hacerlo.

-Yo no le dije nada que no sea cierto, Norman, se veía patética siempre tras un chico, era mejor abrirle los ojos antes de que se lo hicieras tú- suelta con llaneza, captando la mirada molesta de Norman, quien toca su sien fastidiado.

-Emma, eso fue cruel- añade con decepción, a la vez que ella se acurruca en su hombro.

-Pensé que te molestaba- refuta con pena, mientras baja su rostro cual niña regañada. Norman por su parte no se inmuta, porque Bárbara, atrevida o no, es considerada una amiga muy buena que no merecía ser tratada así.

-Ella no te hizo nada, por favor Emma, es injusto ¿crees que haces esto por mí?

-Lo hago, todo lo que hice fue por ti, Norman.

-No, Emma, te equivocas- contesta el albino con tristeza, mientras ella queda atónita ante su actuar tan lejano al suyo- Emma ¿ es que no lo entiendes? Todo lo que has hecho hasta ahora fue por ti.

Emma tan solo lo mira, y ese Norman que tiene frente a sus ojos parece tan distante, tan perdido, que aún con la mirada vacía demuestra el cariño que le tiene, uno que aunque intente, ella sabe que no cambiará.

-Norman- le llama con algo de preocupación, porque siente que se va de sus manos.

-Creo que...

Hay un lapso de silencio en aquella habitación. Y Emma siente sus piernas temblar, así que esconde sus manos en sus bolsillos para no verse más patética.

-¿Qué es lo que crees?- pregunta ella, mientras observa al joven de orbes cielo con la misma expresión triste.

Y ahora mismo Emma se considera un monstruo.

-Emma, paremos ya con todo esto, no me hace bien a mí y a ti tampoco. En realidad...quisiera que me eligieras a mí en lugar de Oliver.

-Te estoy eligiendo a ti, Norman

-Eso no es verdad.

-¿Por qué?

Norman suspira mientras siente sus lágrimas caer nuevamente, y Emma por su parte es la persona que más veces lo vio de aquella forma (incluso más que Ray)

-¿Por qué? ¿Deseas saber el por qué? Emma, Oliver y tú están en una relación.

-Espera...todo este problema es por Bárbara ¿cierto?

-Emma, esto no tiene nada que ver con ella.

-¡Claro que tiene que ver con esa zorra! Te gusta Bárbara, por eso quieres destruir lo nuestro.

-Emma, nunca tuvimos un "nuestro", un "nosotros" ¿por qué no lo entiendes?

-¡Qué es lo que debo entender!

-¡Que yo realmente te amo!- el albino cubre sus labios, mientras observa a la jovencita que lo mira con asombro, porque él nunca en su vida le había gritado de tal forma, y se maldice por hacerlo ahora- Yo te amo, incluso más de lo que te imaginas, solo...solo eso Emma.

La de cabellos naranjas oye su voz, oye sus sollozos y le parte el corazón aquello, porque Norman la abraza y se acurruca en su pecho cual niñito miedoso, y comienza a mojar su blusa mientras ella acaricia sus hebras blancas.

-Norman...yo también te amo- susurra con cariño, y ahora simplemente cae en cuenta que...

Que ella también está llorando, porque Norman acaricia dulcemente su rostro y une sus labios con ternura.

~Envenena, envenena, envenena
pero no mates al pobre ruiseñor~

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Dos años después...

-Entonces ¿cuál fue la respuesta?- pregunta la jovencita de cabellera larga y naranja, con una sonrisa ansiosa que a él le fascina ver.

-Fue positiva, aceptaron mi solicitud y podré comenzar a trabajar en unos días.

Emma da saltitos alegres y cubre sus labios para no gritar, Norman solo se acerca para rodearla con sus brazos, mientras sonríe con tristeza sin que ella se de cuenta.

-¡Felicidades Norman! Conseguiste lo que querías- menciona dulcemente Emma, posando sus labios fugazmente en los de él.

-¿Vas a quedarte aquí esta noche?- ella asiente con ánimos, mientras en el rostro del albino surca un sonrisa.

-Espera, debo hacer una llamada para cancelar algo.

-¿Para cancelar la cita con Oliver por su aniversario?

-Sip, ya vamos dos años de relación, pero a él tampoco le molestará, ni siquiera lo recordaría si Ray no se lo mencionaba, además, lo tuyo es más importante, Norman- pronuncia dulcemente la fémina, mientras el albino sonríe, acariciando sus finos cabellos naranjas y deleitándose con el aroma que desprende.

-Pero eso es un buen tiempo, Emma, son dos años.

-Nosotros llevamos más, y es lo único que importa- admite con cariño, rodeando suavemente su cuello, mientras Norman con delicadeza hace lo mismo, pero con su cintura, para así juntar sus labios.

Es tan maravillosa aquella acción, porque Norman sabe bien que ella solo es así con él, y es algo más que el patético consuelo de años atrás.

Emma y su cálida piel junto a la de él, y los suaves suspiros que libera de sus labios al sentirlo.

Esa noche es solo Norman y Emma, ni más ni menos.

Y así está bien para ella, porque mientras lo tenga cerca y esté solo con ella le hace bien.

Pero Norman la ama tanto que aunque sus deseos siempre pidan más de ella, y su labios solo anhelen estar junto con los de Emma, está consciente de que llegaron muy lejos.

Y eso es insano para ella.

Así que después de tanto tiempo, puede mirarla con amor y asegurar que la ama más que nada, más que a nadie.

-¿Por qué lloras?- pregunta en un susurro muy dulce, limpiando sus lágrimas mientras él aún está encima de su cuerpo.

La besa nuevamente, de forma suave y llena de amor, intensificando aquello por como sus lenguas se unen ante aquello. Ella suspira entre la muestra de afecto y le hace reaccionar.

Suspira mientras acaricia su rostro caliente -Emma...

-Al final de todo, resulta que eres tú y solo tú, Norman, y me hace feliz ello.

La noche transcurrirá como siempre, y el mañana llegará junto a ella, con su sonrisa tierna y él admirándola mientras pueda.

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-Realmente me alegra por ti, no sabía que querías tanto trabajar fuera del país.

-Mientras esté más alejado de los Ratri es mejor, además, es un trabajo con prestigio y me agrada, Ray.

-¿Ya se lo dijiste a Emma?

-Pensaba hacerlo hoy, pero será mejor hacerlo en un lugar privado, Emma es...muy sensible y no le gustan las despedidas.

-La vez en la que Gilda se fue, ella no la despidió en el aeropuerto.

-Quizás haga lo mismo conmigo, no lo sé, pero así será mejor.

-Tú no te quieres ir.

-Pero debo hacerlo, Ray.

El azabache suspira con pesadez, mientras bebe de su café cargado y observa a su amigo sonreír.

-Eres muy falso.

-Pero aún así me quieres- alega entre risas el más alto, y Ray sabe que en realidad está peor de lo que imaginaba.

Porque Norman siempre sonríe aunque no quiera.

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Holi amada y amado lector, lo shé 😿 yo dije que habría actualización el viernes y ahora es sábado, lo siento tanto.

¡Muchas gracias por leer, los quiero mucho!🌜🌻